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26.1.21

Parecidos razonables (XLII): 'Piel de mil bestias' vs. 'Peau d'Âne'

Inspiración directa de la portada del cómic de Stéphan Fert Piel de mil bestias (Nuevo Nueve, 2020) y la película de Jacques Demy Peau d'Âne (1970), protagonizada por Catherine Deneuve.




17.11.20

Parecidos razonables (XL): Emmanuelle vs. Vidas samuráis vs. Julito Iglesias

Parecido razonable en la composición, postura, y atrezzo de la icónica portada de Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974) y la portada del libro Vidas samuráis, de Julia Sabina (Destino, 2020).


Bonus track para la portada de El amor, de Julio Iglesias (CBS, 1975), que por su año de aparición tienen todo el sentido de que sí fuera un parecido intencionado.




1.11.20

Parecidos razonables (XXXIX): Dead of Night vs. HBO

Parecido razonable entre la portada del juego de rol Dead of Night (The Hills Press, 2019) y una de las imagenes promocionales de HBO durante Halloween de 2020. Investigando el tema, resulta que no hay más secreto que el hecho de que ambas fotos pertenezcan a grandes bancos de imágenes de pago (shutterstock en el primer caso, depositphotos en el segundo). Es de esperar que este tipo de situaciones vaya haciéndose cada vez más común: las editoriales y diseñadores cada vez más tiran de material prediseñado antes que crear su propio material.



Bonus track: portada del libro Gospel of the Living Dead, de Kim Paffenroth (Baylor University Press, 2016).

Portada de la novelización de la película Dawn of the Dead, de Romero y Susanna Sparrow (Gallery Books, 2015), donde de nuevo se usa la imagen de stock: 

Volvemos a encontrar la imagen de shutterstock en la caja que recopila la serie Life of the Dead de Tony Urban (Packanack, 2019), que para más inri, son libros cuya portada suele ser una mano emergiendo de la tierra:


Seguimos con el EP de Flatlinerz 6ix: Chapter 1 (2016): 





19.4.20

Diario de la plaga: día 37

Decía Nuria Amat que escribir es una forma de detener el tiempo, de tomar una fotografía de un momento y un lugar determinado y congelarlo. Yo añadiría que escribir diarios es un vano intento de controlar el tiempo. De darle un sentido, de explicarlo, de sentirse útil. De constatar yo he sido. He escrito diarios desde muy pequeño; siempre he usado agendas viejas para escribir sobre ellas, de nuevo dominando el tiempo, haciendo que 1999 fuera 2005, o 2005 fuera 2008. A veces vuelvo sobre ellas. Hay muchos años llenos de odio y angst postadolescente, y sobre todo, momentos de crisis personales, porque cuando eres feliz, normalmente no te paras a escribir diarios. Llevo muchos años, como digo, y nunca me ha parecido ni siquiera terapéutico el transferir ese dolor al papel. Es simplemente una necesidad, no tiene otra intención, y si la tiene yo no la he encontrado.
 Por cierto, en 2017, Nuria Amat utiliza en la portada de una de sus novelas el famoso cuadro de Friedrich El caminante sobre el mar de nubes, pero se pone a ella misma en el lugar de la figura del hombre, en vez de espaldas, mirándonos con una mezcla de incomodidad y chulería. 

Esta semana volví a ver Hook, una película que creo que no había vuelto a ver desde la primera vez, seguramente muy cerca de su estreno (1991). Fue como ver una película totalmente diferente, con la perspectiva que da el tiempo. La vi con una edad cercana a esos Niños Perdidos que habitan Nunca Jamás, y ahora la volvía a ver con la edad de un Peter Banning, ese Peter Pan que ha olvidado cómo ser niño y se ha hecho adulto y aburrido. Y lloré. Lloré mucho.


Porque Hook es una de esas películas brillantes que tienen dos lecturas (como mínimo). La pura y simple aventura de Peter Pan y los Niños Perdidos contra el infame Garfio, llena de golpes, insultos de niños, caídas, acción y humor: la película que los niños disfrutan. Y luego está la película que habla a los adultos: sobre el paraíso perdido que es la infancia, sobre la imposibilidad de volver a ese lugar, de sabernos expulsados de ese edén y de tener que contentarnos con ver fotografías o de revivirlo a través de aquellos que siguen, por un breve tiempo, en él. Habla sobre las oportunidades perdidas, con esa Campanilla enamorada de Peter que tiene que renunciar no una, sino dos veces, a él. Y habla sobre el poder absoluto de la imaginación, como hace otra película cercana en asunto, Descubriendo el País de Nunca Jamás (2005), con Johnny Depp interpretando a James M. Barrie, el autor de Peter Pan. La escena de la cena invisible con los Niños Perdidos es preciosa.


Spielberg está en estado de gracia en esta película: hay risas y hay emoción, y aunque hay algunos momentos en los que se pasa de cursi, se los perdonamos porque el conjunto brilla y pasa con nota la prueba del tiempo, hoy, cuando somos casi 30 años más viejos, y nuestro Peter Pan, el genial Robin Williams, hace casi seis que volvió a Nunca Jamás.

10.4.20

Diario de la plaga: día 28

Ante todo, una reflexión que me surge: los que soñaban con una especie de postapocalipsis como en sus productos de ficción favoritos, habrán podido ensayar con esta versión softporn. ¿Nos han faltado los zombis?

Un mes de confinamiento y lo llevo bien. Han llegado las vacaciones de Semana Santa y, de esta manera, poder desconectar del trabajo, que falta me hacía. No por el trabajo en sí, si no por el cóctel explosivo que supone trabajar en casa dos adultos con dos niñas pequeñas. 

Esta imagen no se corresponde con la partida de la que hablo.
Intentamos eludir el tedio cuarenténico jugando una partida de El año tranquilo vía Whatsapp. Craso error. A pesar de haber quitado unas 18 cartas en total, la partida se hizo eterna (duró más de una semana), y nos íbamos olvidando de todo lo hecho, el mapa no se actualizaba, y al final del año tenía a algunos jugadores en medio del tedio, deseando que llegara el final. Por suerte el invierno no duró mucho. Como digo, mala idea jugar así; luego vinieron todos los palos para el sistema: que si es repetitivo, que si tiene pocas acciones... Estaba había sido mi tercera partida y sin duda fue la peor de todas. Todos los defectos que pueda tener el sistema, y que en otras partidas no cantaron tanto, se revelaron en esta forma forzada de jugar. Pero no creo que El año tranquilo sea un mal juego, al contrario: para mí sí tiene rejugabilidad y puede dar tanto de sí como los jugadores quieran (y eso que la ambientación que escogieron no era para nada tópica: quisieron ser un asentamiento en un exoplaneta que estaba a medio terraformar).

Siempre sigo en constante búsqueda de películas para todos los públicos para ver con mi hija mayor de siete años. Es bastante difícil si quieres evitar (o ya has visto) todo lo que es cine de animación, Disney, o ambas cosas a la vez. Hemos visto la mayoría de clásicos de los 80 y 90, y si veo que están de humor encasa me gusta hacer incursiones en el cine clásico. A veces las películas son un acierto (Jasón y los argonautas, La quimera del oro), a veces un gran fracaso (20.000 leguas de viaje submarino de 1954). Había leído una recomendación muy entusiasta sobre Capitanes intrépidos de 1937 y la puse esta semana.

Qué película más grande. Qué obra maestra del cine. No podía ser de otro director que Victor Fleming, el autor de El mago de Oz o Lo que el viento se llevó, adaptando un texto de Rudyard Kipling, de 1896 (ha pasado más tiempo, ¡el doble!, entre que se rodó la película y nuestro visionado, que desde que Kipling escribió el libro y Fleming lo versionó, ¿a veces estos cálculos no dan vértigo?). Un niño pijo, un pequeño mafioso casi, que lo tiene todo, hace un viaje en barco con su adinerado padre y cae por la borda. Es recogido por un barco pesquero en el que aprenderá de qué va la vida. Excepcional el personaje de Manuel, interpretado de forma magistral por Spencer Tracy (creo que le valió un Oscar), y todo un desfile de personajes carismáticos, redondos, que respiran de verdad. Una película emocionante, que te lleva a la vida de los marineros, y donde ves poco a poco el cambio del protagonista. Y el final, qué final. Arrasador. Si no lloras con ese final es que estás muerto. Con una forma de grabar, hace 73 años, que aún hoy parecería moderna, con grandes soluciones visuales... En fin, preciosa película, con un gran mensaje, llena de amor por la vida. Hay que ver esta película, poned a vuestros niños Capitanes intrépidos. Ha pasado la prueba del tiempo perfectamente.


2.1.20

Cerrando 2019: Las películas

Decir que una de las cosas que hemos hecho este año ha sido explorar la oferta más liviana de Netflix, con películas para todos los públicos o como mucho +7, pero esa oferta es muy limitada: se limita, en la mayoría de los casos, en las películas de animación de Disney y Pixar, y algunas producciones directamente para televisión de bastante mala calidad.

01. Princesa por sorpresa.

02. Bandersnatch. La primera sorpresa del año y primera favorita.

03. Mi monstruo y yo.

04. Cómo casarse con un millonario.

05. Más extraño que la ficción (R). De nuevo como visionado de clase. Me encanta esta película.

06. Sing (Canta). Una prueba más de que Illumination se empeña en hacer largometrajes mediocres. De su producción sólo se salva El Lórax.

07. El gran dictador (R).

08. El abuelo (R). Imprescindible en mi clase de 4º de ESO, repito como cada año. Por cierto, habría que hacer un montaje alternativo y recortar diez o quince minutos de transiciones lentas que no aportan nada a la película y la llevan a durar unas innecesarias dos horas y pico.

09. The Thing (1982) (R)

10. Ultimátum a la Tierra (R).

11. Sierra Burguess es una perdedora.

12. La niñera mágica y el Big Bang. Una historia con demasiados puntos en común con Mary Poppins, pero una agradable película para los más pequeños.

13. La noche de Walpurgis.

14. Christopher Robin (2018). De una manera muy parecida a Beatrix Potter (y con Ewan McGregor también presente), esta película juega con el origen de la vocación literario del autor de Winnie The Pooh, y la relación con sus personajes. Muy bonita.

15. La maldición del escorpión de jade (R). Una de las últimas comedias de Woody Allen (con Woody Allen como protagonista) que me gusta.

16. Smallfoot (2018).

17. Pesos pesados. Me dormí mientras la veía.

18. Behind the Curve (La Tierra es plana). De este documental sobre el terraplanismo ya hablé en mi última colaboración en RIRCA.

19. Jasón y los argonautas. Es impresionante que esta película de 1963, a pesar de tener 56 años, aún deslumbra por sus efectos especiales si los valoramos en su contexto. Muy buena película para ver con niños.

20. La princesa prometida (R). La veo cada vez que la ponen en la televisión, y en marzo Netflix la incluyó en su catálogo. No me canso de verla.

30.12.18

Cerrando 2018: las películas


El año pasado no llegué a publicar la lista de películas visionadas, pero ascendió a 75, marca que mejoró las 54 de 2016. Este año he vuelto a superar el techo con 80, de las que a continuación hago un somerísimo análisis. (R) indica revisión.

1. Los minimalistas (documental). Viven con poco y lo disfrutan. Pues muy bien.
2. El show de Truman. (R) Una película que cada año vuelvo a ver y que me encanta. Escribí sobre ella en RIRCA.
3. El abuelo. (R) Otra joya que, pese a hacerse a ratos larga, es genial, y una manera perfecta de hablar del Realismo en clase. Escribí sobre ella en RIRCA.
4. The Kids' Menu (documental). Uno de los mejores documentales sobre alimentación que he visto y realmente inspirador para acometer la tarea de un huerto escolar. Muy recomendado.
5. Conan el bárbaro (1982) (R). Aquí empecé una serie de revisionados de pelis de testosterona pura because yes, porque me apetecía. Y las disfruté como un chaval.
6. Mad Max: Fury Road. Las críticas que hablaban de puro espectáculo visual tenían toda la razón. Con esta peli se puede aplicar aquella máxima de "empieza con una explosión y a partir de ahí, sube".
7. Commando. (R) Arnold pegando tiros y hostias a mansalva, impagable.
8. Cobra. Lo mismo, pero con Stallone.
9. Star Wars Ep. I. (R) Yo no quería, pero había que hacerle una introducción a LittleSnow y había que ver la primera trilogía. Y ratifico: es mala, mala con solemnidad. Es... O sea, es horrible. No tiene ni pies ni cabeza. Lo de los midiclorianos es una puta mierda. Tiene al peor secundario jamás creado. La estética se aleja del canon. En fin, es una puta mierda y si hay un dios le pido que a los mandamases de Disney les de por hacer un reboot de Star Wars y eliminen esta película, como mínimo, y la sustituyan por algo más digno.
10. Océanos de plástico (documental). Otro documental muy necesario.

22.7.18

Diario de los muertos: recopilación

Como quizá sabréis, este año apareció mi libro, editado por Edicions UIB, sobre George A. Romero y su filmografía zombi. Lo podéis encontrar aquí y aquí.

Sea como toma de contacto, sea como expansión del tema, llevo unos cuantos artículos dedicados al cine de zombis, no sólo del director norteamericano. He pensado en recopilarlos aquí para tener un índice a mano. La mayor parte de ellos están publicados en el blog de RIRCA, el grupo de investigación de la UIB con el que trabajo.

· Diario de los muertos (VII): ‘Day of the Dead: Bloodline’ (2018)
· Diario de los muertos (VIII): ‘La venganza de los zombies vivientes’ (1989)

13.1.17

Cerrando 2016: las películas


Es cierto que en los últimos mi consumo de cine ha disminuido muchísimo, pero me he encontrado en 2016 con que he conseguido ver 54 películas, es decir, una media de una por semana, lo que considerando mi situación, no está nada mal. A continuación la lista completa y algún comentario o enlace:

24.12.15

Cerrando 2015: Las películas

Hace un par de años que la cosecha de películas no es muy buena; no hay tiempo para poder estar dos horas delante de la televisión. Aún así, durante el verano pude marcarme un buen maratón de películas de zombis. He aquí mi lista de pelis de este año (no he contado las numerosas veces que he tenido que ver Frozen, Enredados, Cenicienta, Dumbo, Blancanieves, La bella y la bestia o Brave).

22.7.15

Diario de los muertos: nos mudamos a RIRCA

He pensado que los posts que estoy escribiendo bajo el epígrafe Diario de los muertos, en el que hago unas apreciaciones básicas de un miniciclo de zombies que estoy haciendo de forma personal, encajan en el trabajo que estamos haciendo en RIRCA, así que voy a mudar las dos entradas que estaban ya hechas y las siguientes se publicarán allí directamente. Os animo a seguir el blog de RIRCA si os interesan las series, las películas y la investigación de estos productos audiovisuales. 

18.6.15


Volví a ver El club de los poetas muertos por enésima vez. Esta vez se la puse a los alumnos de 3º de ESO. He perdido la cuenta de las veces que la he visto, empezando por la primera vez cuando todavía estaba en bachillerato, hasta hoy. Y, a pesar de que siempre encuentro cosas nuevas en las sucesivas revisiones, nunca ha cambiado mi opinión sobre ella.

Esta vez me ha parecido más deprimente que nunca, no sé por qué. La escena que más me ha conmovido ha sido aquella en la que el profesor Keating, tras el suicidio de Neil, recoge de su pupitre el libro que le prestó para la reunión del club (no he encontrado el plano, sólo este inmediatamente anterior al que corresponde la imagen de arriba). Entonces vuelve a leer el poema inicial, y se echa a llorar. Es una escena muy corta, pero muy sentida, y da una idea del sentido de la responsabilidad que tenemos los profesores para con nuestros alumnos. Este revisionado, como digo, me ha parecido uno de los más tristes que he hecho de la película. Nuestra libertad tiene un precio, y Neil encuentra la libertad en la muerte, incapaz de afrontar la realidad y el deseo. Esa pulsión de los extremos de la adolescencia es llevada a sus últimas consecuencias. 

Todos los adolescentes piensan en la muerte. Recuerdo leer unas lineas privadas de mi primera pareja en un cuaderno: "Muerte, eres la hermana de Morfeo, siento que me llamas..." Sólo son fantasías, coqueteos, ideas estrambóticas que nos bullen en la juventud. Pero ahí están; y necesitas ser mentalmente estable para no escuchar demasiado a esas sirenas. Neil prefiere evitar más enfrentamientos y termina con todo. Eso no era lo que Keating le había enseñado, pero la adolescencia es fuego: hay que ir con mucho cuidado de quemar a alguien o de quemarse uno mismo. Una vez más la responsabilidad del profesor, su compromiso ético.

[Tenía ganas de tener tiempo y escribir algo aquí, en plena libertad. Y esto es lo que ha salido.]

26.12.14

Cerrando 2014: las películas



Otro año más en el que el cine no ha podido ser el protagonista. Personalmente la idea de pasarme más de una hora y media viendo una película ya me causa pereza y desinterés; si a esto le sumamos las dificultades para hacerlo... Bueno, este balance lo dice todo. Apenas nada nuevo: muchos revisionados y pocas novedades interesantes. Posiblemente hubo alguna más, pero no la anoté y ya no me acuerdo.

1 · El proyecto de la bruja de Blair. Quince años después de verla en el cine, la volvimos a ver por televisión. Desde entonces, el género del "metraje encontrado" ha evolucionado mucho. En su día fue muy polémica, yo tengo que confesar que me impresionó bastante en la sala. Tantos años más tarde y desde el salón, ya no es lo mismo.

2 · Pocahontas. Una de las últimas películas Disney que me tocó ver cuando mi hermana era pequeña, destaca en ellas lo magnífico de las escenas musicales.

3 · La máscara de Fu Manchú (1932). La vi de madrugada y no recuerdo mucho de ella.

4 · Strange Days (1995). No la había visto desde finales de los 90. Aun siendo una de las películas que reflexionaban sobre la importancia de la realidad y los recuerdos en un contexto futurista, fue un fracaso de taquilla, pero creo que aguanta bien el tiempo.

27.12.13

Cerrando 2013: las películas

Llega el final del año y es hora de empezar a hacer balance. Empiezo por las películas; aunque quizá dé tiempo a incluir alguna más, los visionados del año han sido éstos. La mitad que el año pasado, pero si tenemos en cuenta que hemos visto mucha más series que películas, que hemos leído mucho más, y la inclusión de un nuevo miembro de la familia, creo que está bastante bien.

1. Dentro del laberinto. El tiempo ha tratado bien a una de las cintas fantásticas más memorables de los años 80, con David Bowie y una jovencísima Jennifer Connelly. Me alegra comprobar que verla tras más de veinte años sigue siendo fascinante.

2. White Noise. Los espíritus ya pasan de la ouija, en el 2005 lo más "in" era dejarse ver en la estática de la tele o la radio (ese "ruido blanco"). Un Michael Keaton que se deja ver más bien poco es la estrella de la típica peli cuyos sustos los protagoniza principalmente el volumen tramposo del audio.

3. Cristal oscuro. Otro clásico de Jim Henson que marcó los 80 de muchos de nosotros, aunque a mí particularmente no me llama tanto como Laberinto.

4. La dimensión desconocida (la película). Intento de resucitar la famosa cabecera a mediados de los 80 con una cinta que cuenta cuatro historias cortas, todas bastante amables y con un sentido moralista (al estilo americano) muy marcado.

5. ¡Piratas! Tuvimos que verla en dos sesiones, porque en la primera me dormí, pero me resultó muy entretenida y con un humor que no me esperaba en una película de este tipo. Muy recomendable.


6. Verano de corrupción. Vuelta de nuevo a las adaptaciones de Stephen King, en una historia en la que un chico descubre que un vecino suyo es un oficial nazi retirado. Película que habla sobre lo inhumano que puede ser el hombre y cómo pueden cambiar las tornas.


7. Atrapados en Chernobyl. Ya sabéis de mi fascinación por Chernobyl, Prypiat y todo el universo Stalker. Esta peli envía a unos tontos turistas americanos de paseo por la ciudad abandonada... y claro, se lía la cosa. Aparte del trabajo de ambientación, la película contiene algún susto y poco más.

8. Dreamhouse. Peli de intriga con el nuevo 007 y la chica de Agora, más que terror es un thriller psicológico con algunos giros de la trama realmente bruscos. Pasable.


9. Thinner. Otra adaptación de King, esta vez de mediados de los 90, en la que una maldición gitana hace a un abogado sin escrúpulos adelgazar más y más... Curiosa.

10. El hombre invisible (1933). Clásico de la ciencia-ficción de James Whale donde lo más destacable son los efectos especiales (de croma) y lo malísimo que es el protagonista.

9.4.13

Una 'Casa de tolerancia' poco interesante

Cuando leí alguna referencia a L'Apollonide: Souvenirs de la maison close, (traducida en español como 'Casa de tolerancia' o 'La casa de los placeres' (Bertrand Bonello, 2011), pensé que tenía bastantes elementos para gustarme: París, fin de siglo, ambiente decadente y prostibulario... Así que me dispuse a verla. 

Menudo rollo.

La pelicula sigue el día a día de una casa de citas donde las chicas conviven y atienden a los clientes. Somos testigos de los caprichos de éstos, y de la relación de amistad que entre ellas se establece. Todo ello, regado abundantemente con generosas tomas de desnudos integrales femeninos. Hasta aquí todo bien. Pero el problema es que la pátina esteticista de la película no basta para sostenerla. El film apenas tiene trama, porque no sabe decidirse por ninguna historia en particular; es, más bien, como lo que Cela hacía en La colmena, no contar la historia de nadie sino la de todos, sólo que en este caso Bonello parece algo perdido. Una de las cosas en las que pone énfasis el director es en humanizar a las prostitutas: también ellas son personas, tienen sentimientos, sangran si les pinchan... Pero yo creía que eso estaba claro por lo menos desde los tiempos de Pretty Woman.  También vemos las dos caras de la prostitución: la del glamour y el placer, y el de las miserias de las chicas que sirven en la casa, con algunas que idealizaban su profesión y que se han desengañado (o directamente han sido víctimas de horribles abusos), o las que sueñan con que un rico se case con ellas, o la madame que al mismo tiempo es mamá oca y vil casero.

Por detrás de todo ello, hay una insinuación de narrativa, cuando sabemos que a la madame le quieren cerrar la casa de citas. La película termina con una coda, totalmente innecesaria, en la que vemos a las chicas de hoy que hacen la calle, como diciéndonos: en aquella época, aquella prostitución al menos amparaba un poco a las mujeres que la ejercían, y hoy están más marginadas que nunca.

La cinta tiene algunos hallazgos interesantes, como el uso anacrónico de la música dentro de la historia, o algunos cortes en los que la pantalla se divide en cuatro para ver simultáneamente lo que están haciendo cuatro chicas, pero más allá de eso, y de lo dicho anteriormente, la cinta no tiene mucho más que ofrecer. Me recordó un poco a la fallida Klimt, donde de nuevo el único aliciente fue la perspectiva de ver cuerpos femeninos en el contexto finisecular. Vedla bajo vuestra propia cuenta y riesgo.

1.1.13

Cerrando 2012: películas

Mi recordatorio personal de las películas vistas en 2012 (en construcción), con un pequeño comentario, que comparto aquí por si alguien quiere dar sus impresiones.

1. Toy Story 2. Una de las pocas veces en que la secuela es mejor que la original.

2. Las cenizas de Ángela. Un buen dramón, con una fotografía y unas localizaciones muy conseguidas.

3. A tale of two sisters. Tuve esta película en 2cds durante ¡más de nueve años! Sólo para verla éste y comprobar que era una porquería.

4. Caperucita roja. Tan aburrida que me dormí a la mitad.

5. La tumba de las luciérnagas. Otro dramón, que no tiene que inducir a engaño porque sea una película de animación. Durísima pero muy bella.

6. Los hermanos Marx en el oeste. Genial el humor absurdo de los Marx.

7. Drácula vuelve de la tumba. Siempre vuelvo a las producciones de la Hammer.

8. Madadayo. El ritmo narrativo de Kurosawa se me escapó en esta peli.

9. Desayuno con diamantes. Nunca había visto actuar a George Peppard fuera de "El equipo A".

10.  Tiburón 2. Meh.

31.7.12

Tráiler de "Pollo con ciruelas" (de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud)

¿Sabíais que habrá versión cinematográfica de Pollo con ciruelas? Yo no tenía ni idea, pero investigando sobre Marjane Satrapi me he encontrado con el tráiler:


Bonus track:
· Persépolis vista por el profesor Luis M. Fernández.
· Mis impresiones del estreno de Persépolis.
· Recomendación de Persépolis, allá por 2003.

10.7.12

Oda a la cutrez (I): Hijos de la noche (1991)

Ayer noche tuvimos la desventura de ver la película Hijos de la noche (Children of the Night, 1991), una película de terror de serie z que produjo Fangoria (la conocida revista de género), y ni que decir tiene que fue una de peores películas que he visto en mi vida. Por eso mismo merece un post.
En un tranquilo pueblo remoto de Estados Unidos, la cripta inundada de una iglesia abandonada guarda un terrible secreto: ahí yace ahogado el malvado clérigo que se cargó a un montón de niños. Dos jovencitas van a la cripta a bañarse -sin quitarse la ropa, lo que me extrañó- como celebración de su emancipación universitaria. Pero lo que hacen es despertar al bicho asqueroso que mora en las aguas: un vampiro terrible cuya principal característica es que respira ¡con los pulmones por fuera!
Una de las chicas resulta infectada, y a partir de aquí conocemos al protagonista, un profesor de literatura al que su amigo cura llama al pueblo. Su cuñada (y ¡ah! amante) y sobrina (una de las que estuvieron en la cripta) han sido mordidas y las tiene recluidas en el desván de la casa. El cura envía al profesor a ver qué ha ocurrido con la otra chica, y a partir de aquí, se descubre que esta extraña especie de vampiros acuáticos está tomando el pueblo, así que el dicho profesor, la chica y un borrachín negro que pasaba por ahí se encargarán de devolver la paz al pueblo.
Hijos de la noche es un pastiche de ideas de los relatos de Stephen King, un aderezo a lo Lovecraft y John Carpenter y una pizquita de gore, con un nivel de coherencia cero. Personajes histriónicos, acciones que nadie se creería (la chica protagonista, que ha huido de casa, se ve forzada por la policía a volver al hogar, aun a sabiendas de que su familiar es un vampiro, pero ella accede) y situaciones completamente ridículas (la abuela vampira que llama a la policía para que le devuelvan a su nieta; los vampiros que huyen de la furgoneta con la cruz del borracho; o lo mejor, los vampiros que se lanzan directamente a las estacas en sus saltos), son algunos de los ingredientes de esta producción.
En fin, que es una película realmente deleznable: está bien verla si te gustan las películas malas, si quieres reir un rato con tus amigos y sobre todo has crecido con esas películas de los 80 y los 90, porque verlas también es un acto de nostalgia entrañable. Para todo lo demás, creo que es hasta punible por la ley.

Bonus track. Han dicho de ella:
· "No tiene precio las secuencias del lechero vampiro o la secuencia de la anciana vampira". Post de ¡Horror...!¡El horror! del que he cogido alguna información.
· "The dialogue sounds like it was written for a demented community theater actor". Reseña en Classic Horror (en inglés).

13.4.12

The Lonesome Valley

The Lonesome Valley, uno de los momentos que más me gusta de la película O Brother, y de su banda sonora. Nobody else can go for you!

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