Mostrando entradas con la etiqueta ego. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ego. Mostrar todas las entradas

31.8.25

Resumen de un verano en números

 [Repito la formula del año pasado]

60 días.

75 partidas a juegos de mesa o cartas (las mismas que en 2024; en 2023, fueron 71). No tiene mucho mérito, ha habido mucho filler rápido y poquito juego sesudo o wargame.

31 cómics (en 2024 fueron 46 cómics; en 2023, fueron 37). Aunque hay que decir que, en el cómputo global del año, a estas alturas del año estoy mejor que en 2024, y que este año espero llegar más holgadamente a los 100 cómics.

10 libros, 2 sin acabar (en 2024 fueron 12 libros; en 2023, fueron 17).

19 películas (en 2024 fueron 11 películas; en 2023, fueron 16). ⬆️

0 sesiones de rol (en 2024 fueron 3 sesiones; en 2023, fueron 5). Se confirma el batacazo del rol este año: en lo que va de año no he jugado nada.

2 vídeos (los dos para mi canal). El año pasado fueron 3.

Novedad: 3 episodios de podcast (Dos Flanquean Juntos)⬆️

De nuevo los números no mejoran los resultados del año anterior en casi todo, y de nuevo la explicación a esos datos sea es que he escrito más:

Posts: total 64 (frente a las 50 del año pasado, aunque haya algunas cosas duplicadas entre PeB e Iconotropía) ⬆️

El Desafío de las Águilas: 16 (en 2024 fueron 6) ⬆️

Papel en Blanco (total individuales más firmadas por Redacción): 19 (en 2024 fueron 27)

Iconotropía: 21 (en 2024 fueron 7) ⬆️

Cisne Negro: 8 (en 2024 fueron 9)

Immaculúdica: 0 (en 2024 fue 1), me ha quedado pendiente editar el último programa del curso de Inmacudados.

Quiero insistir en que todo este recuento no es en absoluto para fardar de nada, es simplemente que yo mismo siento que ese verano ha valido la pena de acuerdo con mi producción ociosa. Por eso llevo la cuenta y voy comparando años, viendo hacia donde han orbitado más mis intereses y mi tiempo  privado. ¿Estoy enfermo?

Mejores experiencias del verano (personales de yo conmigo mismo): lectura de la Ilíada, el reencuentro con mi yo adolescente con la lectura de varias colecciones de Marvel 2099, reenganchar la escritura de poesía (17 posibles fragmentos para trabajar en un nuevo poemario), el juego de Golden Age of Piracy 1718, colaborar con Quimérico Inquilino en nuestro podcast.

22.8.25

Diario de un verano (2-IV): séptima semana. Recuento bibliográfico.


 La temperatura ha mejorado; me veo con ímpetu para hacer algo. He conseguido aumentar un poco el ritmo de lectura. Actualmente tengo empezados Lobezno Omnigold 2: Vuelta a lo básico, el segundo integral de la serie regular, aunque me está dando perezón porque arranca con la inclusión del prestigio Lobezno & Nick Furia: Conexión Escorpio; Locas (integral 1) de Jaime Hernandez, a ver si esta vez le pillo el tranquillo, pero llevo unas 80 páginas y no hay manera, no conecto; sigo con La Ilíada, estoy atascado en el canto XIII, no es que no me guste, pero tengo que estar con ánimos para seguir; Legado de gigantes, de Jaume Aurell, tiene buena pinta, pero el prólogo me ha hecho arrugar la nariz en algunas consideraciones ideológicas que el autor plantea... espero que no sea para tanto; La meva família i altres animals, de Gerald Durrell: se nota que este Durrell era el naturalista de la familia, porque el énfasis de este inicio de su trilogía de Corfú la pone en la naturaleza y en los animales... Veremos si soy capaz de terminarlo, porque lo tengo en préstamo de la biblioteca. Además, compré varios títulos sobre historia de la piratería, que no he empezado: La edad de oro de la piratería de Hugh F. Rankin, e Historia general de los piratas de Daniel Defoe (para complementar la experiencia del juego Golden Age of Piracy: 1718). Y hoy mismo he recogido en Gotham el tomo Omnigold de La Patrulla-X 12, cuando finaliza Claremont y se da inicio el X-Men de Jim Lee. Entre todas esas páginas ando metido este mes. ¿Sois de tener empezados muchos libros vosotros?

15.8.25

Diario de un verano (2-III): sexta semana

Gozamos de un clima inusual durante aproximadamente diez días, luego volví el calor lentamente apretar hasta estos días, en los que es furioso, insoportable. Estamos en medio de una nueva ola de calor: la nueva normalidad del verano. No hay quien haga nada. Me repito, da igual: no tengo ánimos para hacer nada. Un día habitual consiste en levantarse relativamente pronto, sacar a los perros mientras aún no haga calor, acompañar a la peque a la escuela de verano si toca, ir a hacer la compra o lo que sea, comer; la primera mejor parte del día viene entonces: caer rendido quizá media horita en la cama con un sueño profundo y reparador, no como el de la noche, que normalmente es ligero y lleno de despertares. La tarde es difícil de pasar, pero hay que intentar mantener el perfil bajo (ut supra diximus). Finalmente, cuando el sol baja del todo vuelvo a sacar a los perros, cenamos, y viene el segundo mejor momento del día: ponerse un vaso de algún brebaje con hielo que amodorre mientras ponemos algo en la tele. Este verano estamos viendo la serie de la BBC The Durrells, que adapta la trilogía de Gerald Durrell donde cuenta la estancia de cuatro años de su familia en Corfú durante los años 30. Una serie blanca y entretenida; me ha llevado a coger de la biblioteca el libro La meva família i altres animals, del propio autor, aunque me irrita un poco el tono colonialista del escritor.


Las marcas de lecturas (y de "hacer cosas", vamos, de las que aquí hago seguimiento) van lentamente avanzando y seguramente al finalizar el verano serán las habituales. Va lentamente cocinándose mi próximo poemario, sí, siguiente, porque pensaba que Ritos nocturnos sería mi primera y última incursión en este género, aun más teniendo el escaso -nulo- feedback de los lectores, pero hete aquí que me he encontrado en esas noches en las que duermo solo arriba a causa del calor anotando versos como hice el verano anterior con la etapa final de Ritos. De momento no son poemas acabados, sino más bien apuntes, ideas para trabajar, fragmentos para versificar... Y ya tengo el título: me lo dio mi apreciado profesor Toni Bernat Vistarini cuando me presentó en Can Sales: Invocaciones. Tiene todo el sentido. 

Sigo sin jugar a rol -llevo todo el año así-, agosto y su calor ha impedido casi toda la actividad en juegos de mesa o wargames... Leí Germania de Tácito en una edición bilingüe de la biblioteca y me picó el gusanillo que ya había estado meditando, de coger los libros de Latín de bachillerato y ponerme a refrescar la traducción de textos: Germania parece asequible para un nivel sencillo. Pero de nuevo me refrena el calor. 

Ya apenas quedan 15 días de estas 9 semanas de vacaciones. Sin este largo parón, francamente, yo no podría seguir trabajando.

27.7.25

Diario de un verano (2-II): cuarta semana

I hope so : r/memes 

Llevamos hoy cuatro días  en el que las temperaturas se han derrumbado y nos han dejado soñar con otros veranos posibles. Mientras -leo en redes- en el norte de Europa y en muchas partes del mundo hay una gran ola de calor -se ha llegado a 50º en Turquía-, al menos en Mallorca gozamos esta semana de una tregua dichosa. Las predicciones dicen que las siguientes semanas seguirán suaves, y yo me aferro a ellas. (Ya hablé de mi idea de "tiempo prestado" en cuestiones climáticas el año pasado). 

Sólo hace relativamente poco -un día, dos- me siento mejor. Llevo desde inicios de mes con una severa ansiedad (falta de respiración, dolores intermitentes en el pecho, etc.). Al principio pensé que era por el viaje que hacía mi pareja e hijas, y por el que me quedaba solo unos días en casa. Estuve bastante bien esos días, pero al volver ellas todo se reanudó e inclusó aumentó. Fui a la farmacia a tomarme la tensión y estaba bien. Releo el diario del año pasado y veo que hay cosas que son fruto del calor (la pérdida de fuerzas total durante las mañanas de intensa canícula, tras volver de media hora de pasear perros, por ejemplo), pero todas estas molestias... No sé exactamente de dónde vienen y a veces me intranquilizan mucho. Pero luego veo que si estoy ocupado (como las horas que dediqué a grabar y montar el podcast de Dos Flanquean Juntos) todo eso desaparece... Por tanto, ¿todo es somatización?

Pero la verdad es que el cambio de tiempo me permite el lujo de incluso estar de mejor humor, y de ver las cosas de otra manera. Es increíble lo asqueroso que es el verano húmedo de Mallorca. Quisiera pasar toda la estación en el norte, o, si tuviera que quedarme, que desapareciera el 50% de la población y del turismo. Es increíble cómo hemos normalizado en la isla la saturación de las carreteras, de las playas, de las calles, del número de vehículos. Cuando vas a otro sitio te das cuenta. Todo por el maldito dinero de unos pocos hijos de puta.

Mis lecturas avanzan muy penosamente: estoy leyendo poco a poco, pero disfrutando mucho, la Ilíada; también Por qué leer los clásicos de Italo Calvino, pero no me está convenciendo (el prológo en cambio, es magistral).  Tengo decenas y decenas de cómics pendientes de leer, y de reseñar (y eso puede que sea uno de mis factores de estrés), pero estos días he querido apartarlos para leer algo que realmente me viniera en gana, y he agarrado el Spiderman 2099 integral 1, y me lo he zampado en una tarde y una mañana. Y no es una obra maestra, pero me ha gustado. El verano sigue adelante.

10.7.25

Otros 20 libros de mi biblioteca que quiero leer (Vídeo)

 


Como ahora hace casi un año, esta semana he tenido no unas horas libres, ¡unos días! y he querido actualizar el apartado libresco de mi ahora copado por los wargames canal de Youtube. Así que en un rato que he tenido, he grabado este vídeo donde comento otros 20 libros de mi biblioteca que me gustaría empezar a leer y aún así esperan pacientes su turno. Y digo "otros 20" porque es la segunda parte de otro vídeo que puedes ver aquí

2.7.25

Diario de un verano (2-I): primera semana

Arranca un nuevo verano en Villa Cisne, y al contrario del año pasado, en el que las primeras semanas de julio dieron un respiro, este año el calor aprieta desde mediados de junio, y con pocos visos de que afloje. Eso me entristece y me paraliza, me quita toda la energía. Exacerba cualquier molestia física que tenga y me deja sin ganas de hacer nada. Encima, estar en casa es un suplicio con dos niñas chinchándose y dos perros soltando pelo constantemente. Cada día es una repetición de cualquier fin de semana, en el que sacar a pasear a los perros a primera hora, preparar el desayuno, retirarlo, limpiar la cocina, barrer el piso... y agonizar un rato después de gastar todas las energías, y apenas son las 9 de la mañana. 

Y la rabia. La rabia en cuanto me pongo a darle vueltas a cómo se planifican nuestras ciudades, o las correcciones que éstas deberían estar siendo pensadas para contrarrestar los horribles veranos que nos quedan. Hoy ya no se pueden pensar más calles de determinada anchura sin árboles. No pueden pensarse parques basados en el cemento. Fíjaos en la foto de este pequeño parque cerca de casa: con una zona de arena y juegos... impracticable la mayoría de horas de sol de verano. Tenemos demasiado asfalto y poca madera. Hay que repensar urgentemente nuestras ciudades, nos va la vida. 

1.6.25

Presentación de Ritos Nocturnos en Can Sales (12J)

El jueves 12 de junio presentaremos Ritos nocturnos en la Biblioteca Pública Can Sales de Palma. Después de presentar el libro en casa de un buen amigo como Jaume, en Gotham Cómics, me hacía mucha ilusión que pudiera albergar una presentación un sitio al que tengo mucho aprecio, como es la Biblioteca Pública de Palma Can Sales. En Can Sales trabaja un personal maravilloso, y tiene una de las mejores tebeotecas públicas de la isla -y me atrevería a decir que del país. Además, he colaborado en varias ocasiones con la Biblioteca y estoy muy contento de que hayan aceptado una cantidad ingente de cómics, que quería compartir con los lectores.

Así pues, junto a mi estimado profesor Antonio Bernat Vistarini y al editor Román Piña, hablaremos un poco de cómo se confeccionaron estos Ritos nocturnos. Será un placer veros si queréis acompañaros.

¡Ultima fecha en Palma!  ¡No os la perdáis!

27.5.25

Ritos nocturnos, mi primer poemario. Reflexiones (I)

Parece mentira, pero últimamente he estado hablando de mi libro en todas mis redes, excepto en este rincón medio olvidado que es Cisne Negro, el blog seminal que se mantiene bajo viento y marea en marcha. 

En abril, publiqué en la editorial Sloper mi primer (¿y último?) poemario, Ritos nocturnos. ¿Poemario? ¿Pero este tío no hacía guiones de cómic, y reseñas y...? Sí. 

Para hablaros de Ritos nocturnos voy a permitirme en este mi blog retrotraerme a mi infancia. Cuando me preguntaban de pequeño qué quería ser, yo pensaba "escritor", pero nunca lo dije en voz alta. Aún hoy dudaría de calificarme con ese sustantivo. Pero es innegable que la pasión de mi vida han sido las palabras, como atestigua este blog con casi 25 años, mis años de fanzineo, mi web, mis múltiples páginas de reseñas, y un largo etcétera de colaboraciones con medios modestos que me han permitido colaborar.

Desde pequeño, efectivamente, he tenido ese gusanillo de escribir. He escrito multitud de cuentos, de intentos (nunca acabados) de novelas, incluso fragmentos de teatro... y sí, poemas. Al principio, muy rimbombantes y sonrojantes, claro. Rimados, medidos, en la tradición de lo que había aprendido. Poemas de amor para la chica de la que estaba enamorado en ese momento. Sinceros, ¡ojo! Sentidos. Quizá demasiado afectados. Pero, al final y al cabo, estaban marcando un camino donde lo importante no era la meta, sino el camino que iba haciendo a cada verso.

Fue en la universidad donde mi interés por la poesía se expandió. Con los estudios de Filología pude bucear en toda la historia de la poesía en español, y sobre todo con las clases de Literatura Contemporánea y asignaturas como Comentario de Textos Poéticos pude conocer a muchos autores y mucha poesía diferente. De esa época viene mi afición por una serie de autores que me impactaron mucho, gracias a las clases del también poeta Francisco Díaz de Castro. Poetas como Francisco Brines, José Hierro, José A. Goytisolo, Gil de Biedma (releído mejor, porque en COU lo odié), y especialmente Guillermo Carnero, José María Álvarez (a los que pude ver recitar en persona) o Luis Alberto de Cuenca me dieron una visión de la poesía alineada con la vida (o la vida alineada con la poesía) que amé especialmente.

En esa época estuve haciendo mis pinitos, publicando algún que otro poema en mi propio fanzine Cisne Negro, en la revista Lázaro que publicábamos los alumnos en la Facultad; en la revista La Bolsa de Pipas e incluso en alguna que otra antología. En 2001 participé en el Certamen Art Joven de Palma para jóvenes creadores, con un poemario llamado Citerea en ruinas, que se llevó una mención especial sin premio. Creo recordar que participé en otras ocasiones, pero nunca gané nada más.

Mis años de poesía fueron especialmente de juventud, puede decirse. Una parte importante de mis lecturas poéticas (y de mis escriturancias) son de aquella época feliz y despreocupada. Leí mucho durante los años de Filología (¡lo lógico, ¿no?!), pero ojalá hubiera leído aún más. Fueron años de descubrir a Ángel González, a los novísimos, a Ana Merino, a Kavafis, a Stevenson como poeta, a Safo, la poesía tradicional japonesa, al Borges poeta... Y a muchos, muchos otros, que ahora mismo no recuerdo. Con muchos de estos y de los anteriormente citados, mi ideal me llevó a encontrar (quizá sólo a buscar) una voz que apelara a una vida pasada por el filtro de la poesía, e incluso yo diría hasta cierto punto que a poetizar la vida. Pero a poetizar en el sentido de un malditismo intelectual, de una superioridad de esa vida cerebral intensa. Y la salvación por el filtro de la belleza. Fueron años en que me identificaba con ese bastardo de Hank Moody -interpretado por David Duchovny- en Californication. Porque eso era lo que quería. Pero está claro que una cosa eran los Ideales y otra cosa lo que este tímido patológico, este ser perezoso, cobarde y amargado podía conseguir en realidad. [Seguiremos trazando las líneas de Ritos nocturnos en posteriores entradas]

Puedes comprar Ritos nocturnos en:

-La web de Sloper [AQUÍ].

-En Amazon (me dejas un porcentaje extra a mí con este enlace) [AQUÍ].

-En Todostuslibros a través de tu librería cercana. [AQUÍ].

-En general, en cualquier librería si lo encargas primero (lo más probable es que no lo tengan en estock)  

31.8.24

Resumen de un verano

60 días.

12 libros (en 2023, fueron 17)

46 cómics (en 2023, fueron 37) ⬆️

11 películas (en 2023, fueron 16).

75 partidas (en 2023, fueron 71) ⬆️

3 sesiones de rol (en 2023, fueron 5).

3 vídeos (dos para Papel en Blanco, uno para mi canal).

No está mal, pero 2023 fue mejor.  Quizá la explicación a estos datos sea que he escrito más:

Posts: total 50 (aunque haya algunas cosas duplicadas)

El Desafío de las Águilas: 6

Papel en Blanco (total individuales más firmadas por Redacción): 27

Iconotropía: 7

Cisne Negro: 9

Immaculúdica: 1

17.8.24

Diario de verano (V): 7ª semana

IB3 Notícies | Nova onada de calor de l'estiu que, a diferència de la  resta, durarà més

Es irónico que en una de mis entradas anteriores hablara del buen tiempo y poco después cayeran sobre la isla tres olas de calor, una tras otra. Sólo en los últimos tres días el buen tiempo (es decir, el mal tiempo) nos ha dado un respiro. Desde el miércoles ha llovido y las temperaturas han bajado haciéndonos soñar de nuevo con el paraíso.

Durante todo este tiempo no he dejado de tener achaques. Si durante el mes pasado fue el lumbago, que iba y venía, tras las olas de calor, de nuevo insoportables, ha sido como un cansancio extremo, una debilidad que me impedía hacer cualquier cosa. Tras volver de pasear a los perros y desayunar, lo único que me apetecía era tumbarme y no hacer nada, las fuerzas me abandonaban. Hoy me he sentido mejor, pero esos días de fatiga extrema me han hecho preocuparme, a ver si voy a tener algo. Mi hipocondría siempre va un paso por delante.

Todo lo que pude avanzar la maldita primera semana de vacaciones lo he deshecho en estas últimas. En parte, me digo, la culpa la tiene en buena medida ese calor extremo que te impide hacer nada: no estás a gusto en ningún sitio, no te apetece leer, ni escribir, ni hacer una santa mierda. Menos "trabajar". Me he limitado a cumplir los mínimos en casa y a esperar que pasase este horrible calor. Y, por el contrario, en seguida que refresca y el suave viento frío que se mueve anima a hacer cosas; es como la promesa de un tiempo mejor.

Hoy, por ejemplo, he tenido los ánimos de volver a escribir, trabajar en Papel en Blanco y leer un poco. No sé si cumpliré con los números objetivos que tenía pensados para el verano, pero me digo que es el puto calor, que qué culpa tengo yo.

9.8.24

20 libros que me gustaría leer

 

Esta semana tuve unas horas libres y quise grabar una cosilla para mi abandonado canal de Youtube. Regrabé la presentación del canal y este vídeo en el que selecciono 20 libros de mi biblioteca que me gustaría empezar a leer y aún así esperan pacientes su turno. ¿Tenéis muchos vosotros?

23.7.24

Diario de verano (IV): 3ª semana

Qué es el efecto “isla de calor” y por qué hace que las temperaturas sean  mucho más altas en las ciudades

En la tercera semana de julio preferí mantener un perfil bajo, no soliviantar a nadie en casa y en la medida de la posible seguir mis cosas en las horas muertas cuando todo el mundo descansa. Nada que destacar: perdí el empuje de trabajo de la primera semana, pero a cambio, supongo, habré hecho otras cosas. Uno de mis propósitos de verano era salir a caminar de mañana, antes del calor, con o sin perro, para mantener un poco el peso, y hacer el siempre requerido ejercicio. Lo hice bien durante dos o tres días, pero luego el cansancio me venció. Sigo sacando a los perros un buen rato, pero no me meto una hora de paso vivo hasta el cementerio cercano. Y es que nunca, nunca, he conseguido, por mucho que me esforzara, en llegar a establecer una rutina física que fuera la que luego hiciera al cuerpo pedir esa rutina. Debo quedarme en el umbral de esa dependencia hormonal o algo. Pero bueno, igual es lo mismo que me pasa con el café o la cocacola, que nunca (o al menos hasta hace relativamente poco) me han sobreestimulado, ni la valeriana me ha relajado, ni una ducha por la mañana me ha ayudado a activarme.

Durante el mes de junio y buena parte de julio gozamos en la Isla de un tiempo maravilloso. No fue hasta la segunda semana de julio que llegó la primera ola de calor del verano (mientras escribo, empezando la cuarta semana, llevamos tres días algo tórridos). Es algo que, viviendo con la ecoansiedad actual, y la crisis climática, no me podía creer. Me explico: el verano pasado fue terrible. Terrible. Y eso que pasamos una de las peores olas de calor fuera la Isla, en las maravillosas tierras asturianas. Y ésta era la idea que tenía yo para este verano; ya sabéis, lo de "este va a ser el verano más fresquito de los que te quedan por vivir". No sabéis con qué alegría he disfrutado de la suavidad de las temperaturas de este mes y medio. Aún hoy considero que no hemos llegado a las cifras de calor atroces del año pasado. Vivir para experimentar que la anterior frase no tenía por qué ser una verdad revelada me ha llenado de amor por la vida. Lo digo completamente en serio: siento que vivimos de prestado todos estos días de buenas (normales) temperaturas. Siento que ya no son lo normal, sino una anomalía dentro del gran patrón que nos lleva a la mierda. Me alegra sobremanera tener días de viento fresquito en verano; siento que no me lo merezco. Siento que se va a acabar en nada y volveremos a hundirnos en el infierno climático. Porque, amigos, vosotros y yo podemos hacer muchas cosas por el clima (en esta casa se recicla, se reutiliza, se come poca carne, no hay aire acondicionado, no se viaja en avión y hace tres años que no tengo coche), pero si los gobiernos (instigados por la gente), las grandes empresas, y los que llevan el mundo no hacen grandes cambios, nosotros, curritos, poco vamos a aportar. Esto es así. Creo realmente que estamos condenados, que no sé qué mundo dejaré a mis hijas, que quizá debería haber pensado mejor si traerlas al mundo (no me arrepiento de ello, pero veo con temor el futuro que les espera).

Tampoco sé si esta bonanza atmosférica es en realidad la antesala de algo aún peor que esté por venir, porque, como ya he dicho, apenas me creo que no esté asándome de calor y luchando por respirar. Cada día de fresco de tramuntana es un regalo al que dar gracias a la vida. ¿Se me va mucho la pinza?

19.7.24

Diario de verano (III): Nihil novum sub sole

Sunset On Pier Ruins by Photo Art By Mandy

Qué triste converger en una edad en la que sientes en tus carnes todos los malditos tópicos y te das cuenta de que no eres especial en absoluto. Tus miedos, tus manías, tus obsesiones, las cosas que te maravillan, que odias, que te dan absolutamente igual, todo lo ha sentido ya cada generación anterior a la tuya y ahora simplemente el tiempo te está poniendo en tu sitio. Sería en vano ahora escribir una novela, o un poema, que hable sobre cómo la vejez se cierne sobre uno, o sobre la frustración de la carne propia al contemplar los cuerpos jóvenes: para eso ya tenemos lo que nos dejó Quevedo, Kavafis o Brines. Muchas veces me debato entre la sensación de inutilidad absoluta que tendrían mis palabras, y la imperiosa necesidad de aún así dejar constancia de ellas, porque hace tiempo que sé que esto no lo escribo para nadie más que para mí. Todo otro lector es puramente accidental.

14.7.24

Diario de verano (II): 2ª semana

Voy a empezar con una afirmación polémica. Las mujeres buscan en su pareja a su padre. Esto puede que sea un mito o una idea del inconsciente colectivo, pero en mi caso es cierto, y además porque esa persona lo ha verbalizado ella misma (no con esas palabras, sino poniéndome en comparación). Todo lo bien que me había sentido en la primera semana se deshizo como un castillo de naipes al llegar la segunda, porque por lo visto, como siempre, me meto en mi mundo y si por mí fuera no saldría de casa en todo el verano.

No voy a defenderme ni a criticar la otra postura, porque además de airear cosas que son personales, sería inútil: sólo alguien que estuviera dentro podría tener la suficiente información como para juzgar de forma objetiva, sin dejarse llevar por lo que yo o la otra persona dijera y cómo lo dijera.

Sí que tengo que decir que lamento ser como soy, en ciertas cosas, y cómo lamentablemente me criaron al respecto. He intentado esforzarme pero siempre llego al mismo punto. He vivido muchas situaciones tóxicas que repito sin ser consciente. No ayuda que mi cabeza sea un caos. ¿Es posible que sea un caso de TDAH -leve- sin diagnosticar?

En la primera semana pude adelantar mucho la escritura y lectura de muchas cosas pendientes; no así esta segunda, en la que he optado por mantener un perfil bajo y no soliviantar a nadie. He hecho algunas cosas, pero he tenido la sensación de liberación de la primera. Me he dado contra un muro, porque pensaba que el verano sería como la primera semana. Sin duda pequé de ingenuidad y no estuve atento a las señales.

14 best places to watch the sunset in Rome - Tripadvisor

Pasaron otras cosas: algunos engranajes se movieron (para bien), y supe de una terrible pérdida, de uno de mis maestros espirituales, el poeta murciano José María Álvarez. Qué pena no haberle podido conocer en persona (más allá de verlo recitar y que me firmara algún libro). 

Quien pudiera vivir su vida: una vida llena de lujo, mujeres, arte, música, poesía, alcohol, viajes sin preocupaciones, recitales.


6.7.24

Diario de verano (I): 1ª semana

He sentido la necesidad de dejar por escrito mis impresiones después de unos días fuera del trabajo. Estamos a sábado y mañana terminará la primera de las ocho merecidas semanas de vacaciones. El miércoles me di cuenta de que llevaba tres días y era como si llevase dos semanas, ¿y por qué? Porque la noción del tiempo, con el cambio de actividades me había sentado magníficamente.

Por las mañanas, como me despierto muy pronto, saco a los perros, o mejor dicho AL perro grande, el que puede pasearse y no al revés (que él te pasee a ti, yendo de árbol en árbol). Esas mañanas en las que, con el fresquito de las primeras horas, hago ejercicio (marcha rápida, y ocasionalmente algo de carrera), a veces con un podcast o con música de fondo, me están sentando bien. Cuando vuelvo parece que han pasado horas, cuando no son ni las ocho. 

Intentando no soliviantar los ánimos en casa (que consideran que paso demasiado tiempo delante de una pantalla), me he propuesto recuperar el ritmo de lectura, que este año ha caído en picado por cosas de la vida. No sólo tengo una montaña, literalmente, de cómics pendientes, sino también otro pequeño montón que ya he leído pero del que aún no he escrito. Así que, utilizando las horas de más inactividad de la casa, he vuelto a activar un poco más Papel en Blanco, escribiendo o programando al menos un artículo por día. La parte que se resiente es la de jugar alguna cosa, pero no puede abarcarse todo: o lees y escribes, o juegas.

Así que me siento bastante contento de esta primera semana: me he quitado de en medio una cantidad razonable de lecturas, he tenido una productiva reunión de trabajo, he ido a la librería a gastar los dineros, he resistido valientemente todo el junio y una semana de julio sin comprar ningún juego de mesa ni gastar inútilmente en las rebajas de Steam, he hecho más ejercicio que en una semana corriente de trabajo, he podido descansar un poquito cada mediodía, y me he podido dedicar a mis cosas, que es lo que realmente me ha liberado del estrés mental que llevaba.

Amebas: Qué son y qué provocan

Siento la necesidad también de expresar esto: en lo tocante al trabajo, acabó un curso muy duro en el colegio, por dos cosas: por las tensiones internas en la dirección del centro, y por la dificultad en la gestión de algunos de los grupos. Y es que una de las cosas que más me ha desgastado ha sido uno de los grupos, en cuyo paso por secundaria se ha demostrado completamente impermeable al entusiasmo que pongo en mis clases. Una clase en la que no había demasiadas actitudes malas, pero que a fuerza de pasividad y extremo desinterés, hasta el punto de posicionarse contra mí, me desanimaron completamente. El trabajo de profesor es sin duda muy ingrato.

No dejo de pensar que son adolescentes y, por tanto, muchos no son plenamente conscientes de lo que están haciendo, o repensarán su actitud con el tiempo. Pero eso no habrá evitado el sufrimiento o el desgaste que provocaron.

Liberado de estas cargas, esta primera semana me ha sentado de maravilla, y espero que sólo sea la antesala de estos dos meses de verano.

5.4.24

Sólo unas líneas para usar el blog como diario personal, como otras veces, y dejar algunas impresiones actuales. Estamos a principios de abril y termino las vacaciones de Semana Santa. Lo hago habiendo avanzado en algunas de las cosas que, normalmente, la semana laboral me impide proseguir. En esta semana y media he podido sentarme y, aún con la amenaza del "estás todo el día delante del ordenador" como una espada de Damocles encima de mí, he publicado diez entradas en Papel en Blanco, dejada una programada, he hecho difusión de los últimos quince días de publicación; he enviado dos páginas a Ultima Hora, esperando con ello retomar la periodicidad quincenal en el suplemento dominical; con ello, he recuperado también la publicación en Iconotropía como contenedor de mi trabajo divulgativo; he publicado en El Desafío de las Águilas; he limpiado los correos e intentado recuperar contactos; le he vuelto a dar un espaldarazo al proyecto de cómic; he avanzado un poco en el diseño de Que Pac Qui Deu; he hecho la declaración de la renta; he podido leer varias lecturas pendientes y entre eso y poder escribir, he aliviado algo la carga de la pila absurda de libros por leer que tengo. He cerrado un marzo de partidas bastante bueno, sobre todo en lo que respecta a wargames; he cumplido alguno de mis objetivos lúdicos para este año. He arreglado la ludoteca y la discoteca, y he purgado una caja de cartón grande de material que ya no quiero. He sacado los perros cada mañana a dar la "vuelta larga" para intentar, al menos, hacer algo de ejercicio. No he comprado, además, ningún juego en marzo, y se supone que este mes llegarán algunos. Me siento bien por el trabajo que he avanzado, y además me he sentido bien haciéndolo. Ojalá tuviéramos vidas en las que nos pudiéramos dedicar a aquello que nos gusta, nos llena y le da sentido a todo.

27.12.23

Cerrando 2023: resumen

Como cada año, hago un poco de balance de lo que ha sido este año y cómo se ha portado 2023 en lo personal.

Este año se ha movido entre varias aguas con respecto a mis números. He leído muchos menos cómics, pero más libros. La tendencia de los últimos continúa en una pescadilla que se muerde la cola: tengo menos tiempo y por tanto leo y escribo menos sobre cómics; al no hacerlo, (supongo que) las editoriales han ido perdiendo el contacto conmigo, o yo con ellas, de manera que leo y escribo aún menos... Y así estamos. Pero ¿sabéis qué? No me importa. El cómic cada vez me interesa menos. Ni he podido seguir escribiendo cómics -los dibujantes siguen dándome esquinazo y yo ya no estoy para perseguirlos/las: ¿quieres hacer un cómic? Si quieres, vamos allá. ¿No quieres? Pues no pasa nada. No vamos a ganar el Premio Nacional, después de todo-, ni lo que leo me entusiasma. Voy viendo las novedades y tampoco me llaman la atención muchos de los títulos. Tengo una particular desconexión con el género de superhéroes, sobreeditado por ECC y Panini: el 95% del material nuevo no me interesa, y luego están las constantes reediciones de material clásico, que o ya he leído o ya tengo, o tampoco es para tanto.

He jugado menos partidas de juegos de mesa, pero a más wargames. Tiene sentido, porque las partidas a wargames siempre implican muchas horas, pero estoy contento con el resultado.

He visto más películas, pero menos temporadas de series. El año pasado nos concentramos bastante en series, pero el factor principal de este cambio es que hemos dejado de ver muchísimo la tele en casa. Hay días enteros en que no la encendemos. Y con los recortes de gastos, dejamos la única plataforma que pagábamos (Netflix), aunque a finales de año nos metimos en Filmin, que me gusta mucho más por su fondo clásico y antiguo.

He jugado poquísimo a rol, y aún menos con adultos, y menos aún presencialmente. Esto sí que lo echo mucho mucho de menos.

En música, he superado las dos-tres peores marcas anuales, y por poquito no la cuarta. Pero como veremos, de novedades, pocas.

En cuanto a escribir, el nivel de posts también ha bajado mucho, y es que sencillamente no encuentro el tiempo. Estoy muy contento de que Papel en Blanco, como en 2022, ha encontrado por fin su camino con un equipo de redacción de lujo compuesto por Sarah Manzano, Eduardo Irujo, Nacho Pillonetto, Aitor Poza, Enric Pujadas, Lucía Baudet, Gudrun Palomino, Dalia Alonso y Marcela Fernández. Ellos han tirado de la web cuando yo no he podido. Estoy muy contento de tenerlos en el barco. Ya puedo decir con orgullo y alegría que Papel en Blanco no sólo soy yo, sino que es también esta maravillosa familia.

Mi trabajo en El Desafío de las Águilas sigue en marcha, porque es lo que, como ya he dicho otros años, es lo que más me motiva actualmente. Desgraciadamente no tengo el don de la ubicuidad y donde no he estado a la altura es en Bebé a Mordor, pero por suerte, en su staff hay gente mucho más motivada y preparada que yo para hablar de libros y cómics LIJ.

De los proyectos que auguraba para 2023 ninguno se ha cumplido, y es que no hay como tan siquiera hacer una velada mención ilusionante como para que no llegue nada a termino. Por lo que para 2024 no tengo ninguna esperanza concreta, al menos que quiera compartir aquí.

¿Qué esperar de 2024? No tengo la más remota idea, hoy la redacción de este balance me pilla un poco apático. Simplemente lo viviremos y veremos qué trae. Feliz Año Nuevo.

31.8.23

Resumen de un verano

60 días.

17 libros.

37 cómics.

16 películas.

71 partidas.

5 sesiones de rol.

No está mal.


6.5.23

Diario de lecturas (XXX)

Hace un par de años que mis índices de lectura son paupérrimos. A medida que mis hijas se van haciendo mayores, parece que el trabajo se multiplica y sólo encuentro un momento para leer cuando voy a la cama, antes de caer rendido otro día más. Como vi venir, este año la lectura de Normandía 1944 de James Holland me está costando mucho: más de 700 páginas que, aunque muy interesantes, no logro configurar en mi cabeza cuando el autor baja al terreno de lo concreto y describe escaramuzas tácticas que, simplemente, no puedo representar en la cabeza. Llevo cinco meses con el libro y todavía me quedan 200 páginas.

Pero hete aquí que una circunstancia azarosa hizo que mis lecturas se reactivaran hace un par de meses. Dos tapones muy gordos en los oídos (me temo que facilitados por el uso de auriculares "intraoído"), me llevaron, primero, a buscar auriculares de diadema para mis viajes en bus (llevo todo el curso yendo al trabajo en este servicio público, lo que se traduce en una hora y media cada día de trayectos), segundo, a intentar leer en el bus, al menos en el primer transbordo, en el que siempre me puedo sentar y no es demasiado movido. Siempre me he mareado leyendo en el coche, pero ha resultado que, en este pequeño lapso de quizá 20m. del primer bus que cojo, que va prácticamente en línea recta hasta donde me bajo, sí que he podido leer con comodidad. Y eso me ha animado mucho. Empecé por terminar La utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine, recomendación de Silvia Broome, y me entusiasmó. La pasión de este hombre, su completo convencimiento en las ideas humanistas, me llegaron mucho y me dieron fuerzas para seguir adelante en mi trabajo. Seguí con otro libro de Ordine, Los hombres no son islas, que, a pesar de que tiene muchas coincidencias literales con lo que cuenta el autor en su libro anterior, el compendio de textos de autores clásicos que tratan temas directamente relacionados con nuestra vida (el amor, la consideración de pareja, el racismo, el clientelismo de la universidad, el humanismo, etc.) es realmente excelente y resulta una guía fantástica por si algún día uno quiere entrar en esos clásicos por sí mismo. 

Llevado por el culturalismo, en el buen sentido, de Ordine, revisé mi biblioteca en busca de libros breves que pudiera leer en ese pequeño lapso de autobús. Y volví a Borges, autor que en la universidad me había apasionado. Leí Discusión, pequeños ensayos y conferencias de diversos temas, sobre todo literatura, filosofía y cine, y luego Los conjurados, un poemario que, si no he entendido mal, es el último libro publicado por el argentino. Del primero, me encantó su erudición, hasta el límite de lo pedante, pero a Borges siempre se lo perdono. Muchas veces se me escapan las referencias que utiliza, y además la manera que tiene de decirlo no es precisamente la más sencilla (esto lo noto ahora, no creo que lo advirtiera hace veinte años), pero su sutil y soterrado humor me conforta. Respecto al segundo, me llamaron la atención varios pasajes, y sobre todo el aire personal que transpira la primera parte del poema. Luego la erudición vuelve a abrirse paso, y nos encontramos con los temas de Borges de siempre: la eternidad, el tiempo, el eterno retorno... Pero en Los conjurados el tamiz lo pone un autor ya ciego, y probablemente consciente de que está agotando sus días. Me estremeció. Por ejemplo, éste, que no parece de Borges:

Tríada

El alivio que habrá sentido César en la mañana de Farsalia, al pensar: Hoy es la batalla.

El alivio que habrá sentido Carlos Primero al ver el alba en el cristal y pensar: Hoy es el día del patíbulo, del coraje y del hacha.

El alivio que tú y yo sentiremos en el instante que precede a la muerte, cuando la suerte nos desate de la triste costumbre de ser alguien y del peso del universo.

Lo cierto es que ante la idea de otro año en que mis lecturas fueran escasas, las últimas circunstancias me han animado, han hecho que recuperara la ilusión por leer y me han insuflado, de alguna manera, el espíritu humanista, filosófico y literario de los autores que he leído.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...