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29.3.18

Sobre viajar

Una de las cosas que más, dicen, llena el corazón y el alma del ser humano es viajar. 

Pero a mí no me gusta. 

A ver. Sí me gusta, pero me falta el sentido de la responsabilidad. Si me llevaran de viaje, y no tuviera que pensar en nada, que me lo dieran todo hecho, sí que me gustaría. Ver cosas nuevas y tal, visitar lugares lejanos... Eso sí. Pero soy terriblemente irresponsable, o inmaduro, y vago en esa cuestión.

Viajar me estresa horriblemente. Hacer todos los preparativos, buscar vuelos, alojamientos, itinerarios, precios de transporte, lugares en los que comer, sitios que evitar, etc. Me pone muy nervioso. Mucho. Prefiero no hacerlo. No me gustan los aeropuertos, me estresa pasar controles, tener que estar pendiente de documentaciones, billetes, horarios... En la ida, no estoy tranquilo desde que salgo de casa hasta que estoy sentado en la butaca del avión y este alza el vuelo. Luego igual puedo relajarme... Hasta la vuelta.

Y aquí es donde entra todo el buenismo de nuestra sociedad, que nos insiste en que hay que viajar mucho, y ver mucho mundo, y que todo son beneficios, y que te cambia, y que luego eres otra persona, y cuando vuelves de vacaciones la pregunta obligatoria de todo el mundo es ¿dónde fuiste? Y me siento mal por decir, o hasta pensar, pues no, a mí no me gusta viajar. No soy viajero. No soy de escapaditas, ni menos de planear grandes viajes.

Pero constantemente me siento culpable. ¿Cómo que no te gusta viajar? ¡Si viajar es lo que más llena al ser humano! ¡Conocer otros sitios, otras gentes, otras formas de pensar y de vivir! ¡Viajar es vivir! ¡Tonto, gilipollas, paleto! Prefieres quedarte encerrado entre tus libros, como siempre. En tu cueva, con la nariz entre las hojas.

Pues sí, mira. Soy así. Esto es lo que me gusta. Y viajar no me entusiasma. Ya está. ¿Soy peor persona por ello? Parece que la sociedad nos vende constantemente ese anhelo por viajar, y ver mundo, y si no lo haces, algo se te está escapando, no estás viviendo, no estás siendo verdaderamente feliz.

Oye, pues a mí, desde el fondo de mi ser, el viajar no me llama. No siento esa necesidad. Puedo entender esa necesidad y compartirla, pero no la tengo. Incluso iré contigo de viaje si tienes en cuenta lo que he dicho. Pero no tengo ese anhelo dentro de mí mismo. No soy persona de mundo. No. Joder. No. Y ya está. Y me gustaría que se pudiera respetar, y no pensar que soy un ser humano de segunda por ello.

18.2.12

Alcest, Les Discrets y el sonido Prophecy

De Alcest hablamos por primera vez en este blog en 2008 para reseñar fugazmente su primer largo Souvenirs d'autre monde. En los blogs de descargas directas musicales de aquel momento -cuando eran miles y teníamos megaupload- el grupo de Neige había suscitado un gran entusiasmo al encontrar un híbrido a medio camino entre el ambiente de ensueño del shoegaze, la explosión controlada del postrock y algunos elementos caracterizadores del black metal. Elementos que recombinó de nuevo en 2010 para su segundo trabajo Ecailles de lune y que se convirtió en uno de los mejores trabajos del año. Y la verdad es que no sé si fue el primero en abrir esta brecha, pero lo cierto es que ha sido uno de los más influyentes y ha creado una escuela que en los últimos años ha visto nacer a una pléyade de grupos del mismo estilo (Amesoeurs, Hypomanie, Heretoir, Lantlos, Cold Body Radiation, Sleeping Peonies, An Autumn For Crippled Children, Airs, Líam, etc.) y cuya corriente -aunque cada uno contenga diferentes combinaciones de los elementos que mencionábamos- se ha bautizado como blackgaze.
De todos estos grupos para mí destacan los que actualmente están fichados por la discográfica alemana Prophecy, que como dice muy acertadamente en su web "It is Prophecy's basic imperative to release high-quality "eerie-emotional music" in an aesthetically satisfying manner. We are aiming to enchant our customers with beautiful products selected in accordance with good taste". Prophecy ha sabido encontrar un lugar en el mercado para esta mezcla tan especial y, sobre todo, tan estética, como es la música de grupos como Alcest, Les Discrets (ambos grupos franceses), Arctic Plateau (Italia) o Lantlos (Alemania). Todos muy relacionados entre sí porque sus miembros son compañeros y amigos. Para empezar, Neige, el artista detrás de Alcest, ha colaborado también con Lantlôs y en gira con Les Discrets toca el bajo en su grupo. Fursy Teyssier, el líder de Les Discrets, es también el diseñador e ilustrador de muchas de las portadas de estos grupos. Finalmente, Arctic Plateau también ha colaborado en el último disco de Les Discrets y ambos compartieron un split no hace mucho.
La música que hacen estos grupos es particularmente evocadora. Como decía Neige en declaraciones para sus primeros discos, busca transportar al oyente a un mundo irreal y onírico. Lo que llama la atención de grupos como Alcest es la búsqueda de esa belleza, no sólo en la música, sino también en todo lo que rodea la producción del disco, con una estética cercana al art nouveau que, como supondréis, a mí me hace perder la cabeza. Pero es más que eso: es que la música de Alcest es luz. Es esa luz difusa que nos impide ver bien en los sueños; es tranquilidad, es liberación. Esa es la impresión que tengo cuando escucho Les voyages de l'âme, su último disco. Incluso en las partes más estruendosas, Neige consigue darle una vuelta de tuerca al sonido del black metal, y donde había desesperación y negrísima oscuridad, Alcest pone luz y libertad.
En las primeras escuchas, el último disco de Alcest no parece nada del autre monde, es verdad. Es una recombinación de los elementos que ya habíamos escuchado en los dos largos anteriores. Pero escuchado con un poco más de atención, uno empieza a ver detalles que demuestran la genialidad de este joven músico. En Les voyages..., Neige decide prescindir un poco más de los guturales extremos que usaba en Ecailles..., y tan sólo los encontramos en dos canciones. La mayor parte del disco, la voz suave y melódica es la que acuna al oyente. Autre temps, la canción que da inicio al disco ya nos pone más o menos sobre la pista de lo que será el álbum entero, y conecta directamente con Souvenirs... A continuación viene la que para mí es la canción más lograda del disco, Là Où Naissent Les Couleurs Nouvelles, porque tiene muy buenos hallazgos (como el gutural de fondo que suena a medio estribillo), y porque es un buen resumen de toda la música de este grupo: delicadeza, belleza, pero también potencia. Cuando Alcest saca los guturales, no hay quien le tosa: comparado con él, los de grupos como Heretoir o Arctic Plateau parecen viejas agonizantes. A continuación viene la canción que da título al disco, un tempo más lento que sin embargo, escuchado algunas veces, deja de ser tan aburrido como parecía y da paso a algunos elementos más interesantes, como su segunda parte, con una estructura más postrock. Hay que decir que en todo el disco, la producción está cuidada al máximo y las guitarras suenan diáfanas, la voz clara -a veces algo apagada- y general la mezcla es bastante acertada. Beings of light es una instrumental con ese latido acelerado de las partes más bombásticas de Alcest, que nos recuerda a su anterior Le Secret: es curioso que una canción con tan pocas notas pueda resultar tan evocadora. La única canción que aprovecha más las voces guturales desde su inicio es Faiseurs des Mondes, que también cumple con las expectativas. Y así podríamos seguir desgranando el disco hasta el final: el conjunto en realidad es bastante sólido; si puede pecar de algo, como han señalado los oyentes en Last.fm, es de algo repetitivo o en todo caso poco original. La verdad es que hay que concedérselo: Alcest no inventa nada nuevo en este álbum, pero lo que hace, lo hace de nuevo con un increíble talento. Como dice una reseña del disco: "If you like to think, feel and dream while listening to your music. Then Alcest has created the perfect album for you." Puedes escucharlo en Spotify.
De la misma forma que conocí a Alcest, llegué a sus compañeros Les Discrets en 2010 y escribí una reseña sobre su primer Septembre... A diferencia de Alcest, Les Discrets tiene una aproximación musical más cercana al shoegaze y al postrock, y el elemento black es mínimo. Todas las voces aquí son melódicas y obra de Fursy Teyssier, líder de la banda y como hemos dicho ya, gran artista gráfico (acaba de sacar un libro con sus trabajos desde 2006 muy recomendable). El primer largo me pareció muy interesante y con una personalidad muy conseguida; este año el grupo acaba de publicar Ariettes Oubliées, una nueva indagación en este tipo de música. Todavía es pronto para hablar de él, puesto que no he podido escucharlo entero con toda la atención, pero por lo que llevo está camino a convertirse también en uno de los mejores discos del año. En él, lo que brillan también son esos paisajes que logra evocar la música. Una canción que me parece especialmente buena es La Traversee. Puedes escucharlo entero en Spotify.
A pesar de lo que digan algunos, sí es cierto que en este último disco, el sonido de ambos grupos se ha acercado. En algunos momentos, su sonido podría ser intercambiable, cosa que no ocurría en sus anteriores largos. Pero esto es también normal si pensamos que entre los miembros de ambos grupos hay mucho contacto. Personalmente, Ariettes... me parece un disco de fantástica factura y que tendrá muy buenas críticas a lo largo del año.
En todo este conjunto de grupos de Prophecy me gustaría siquiera mencionar al gran olvidado, Arctic Plateau, una banda unipersonal de Gianluca Divirgilio, que con unos ingredientes muy similares a las bandas anteriores, ha cosechado mucho menos éxito, y es una pena. Sí, vale, quizá es más de lo mismo, pero Arctic Plateau también tiene otros detalles personales (letras en inglés, guturales ocasionales, ambient y postrock bien conseguidos) que le podrían hacer triunfar, así que vale la pena echarles una oreja. Si quieres, en Spotify tienes sus dos largos.
Todo este post termina, cómo no, reivindicando el apoyo a grupos como éstos, que no son carne de grandes multinacionales y que se esfuerzan por ofrecer calidad en los lanzamientos que editan. Tanto Alcest como Les Discrets tienen diferentes versiones de sus cds (caja jewelcase, digipack y edición de lujo) a elegir según el grado de simpatía que cada uno sienta por el grupo. En mi caso, quiero enseñaros la edición de lujo del último disco de Alcest, que incluye un artbook con fotografías a todo color, las letras de las canciones en inglés y francés, y la explicación de Neige de este proyecto, además del cd y un dvd adicional con el videoclip de Autre Temps. Una edición fantástica que por lo que veo en la tienda de Prophecy ya se ha agotado.
Finalizo con el concierto de día 12 de febrero que ambos grupos ofrecieron en Barcelona y que fue bastante bueno. Aunque Fursy tuvo varios problemas de sonido ocasionados "por enchufar demasiados pedales", según él mismo, demostró que su voz es mucho mejor en directo, y que es un tío humilde y simpático. Alcest, por lo demás, también realizó un buen concierto en el que además se permitieron dos bises. Os dejo el video del primer tema de Alcest:

14.4.11

¡Nos vemos en Barcelona!

Mañana marchamos a Barcelona para asistir al Saló del Cómic, en el que Bart y yo podremos presentar a nuestro tercer retoño oscuro de Shub-Niggurath: El joven Lovecraft 3. Si tenéis un ratito, estaré por allí el viernes tarde, el sábado desde el mediodía aproximadamente, y la mañana del domingo hasta la hora de comer, momento en el que volveremos a Palma. Estaré encantado de poder veros y charlar ni que sea un rato (es una pena lo de estos viajes relámpago: ¡tanta gente por ver y tan poco tiempo!). ¡Os esperamos a todos!

19.5.10

Excursiones Cisne Negro: Puig Major y Cúber

(Mapa de la ruta. Click para ampliar)

La semana pasada fuimos de excursión con el colegio al punto más alto de la isla, el Puig Major, de 1.445 metros de altitud, situado en la Serra de Tramuntana, en la zona noreste de la isla. El Puig Major está ocupado actualmente por unas instalaciones militares que controlan el radar de comunicaciones que también da servicio a la aviación civil. En nuestra excursión también visitaríamos las instalaciones y el radar.

La ruta en rosa fue la que seguimos, desde lo alto del Puig Major.
En el fondo del valle está la base militar; más abajo, el Cúber.



Para llegar al Puig Major fuimos por la carretera de Sóller y atravesamos el túnel, para después subir hacia la montaña. En la base militar de Son Torrella, la EVA7, nos explicaron qué hacen ahí y de qué se encarga el radar de arriba. Luego subimos al pico a ver las instalaciones que hay en la cima. A los chavales les gustó especialmente observar de cerca cómo funciona un radar de verdad.

Lástima que el día, a pesar de hacer bueno, estuvo nublado en la parte de arriba y no pudimos ver las vistas que hay desde el punto más alto de la isla.

En la zona militar no nos dejaron hacer fotos de sus edificios -cuestión de protocolo antiespías, supongo-, pero desde el bus hicimos ésta:
Cuando hubo terminado la visita didáctica, bajamos al embalse de Cúber, que está a los pies del Puig Major. Junto con el embalse del Gorg Blau, el Cúber abastece de agua Palma y sus alrededores. Una vez allí, lo rodeamos a pie y comimos cerca de un refugio que hay en uno de sus extremos.

El embalse estaba en su máxima capacidad; en sus orillas se veían árboles anegados por su base. Este año ha llovido mucho.


Los chavales se lo pasaron bien intentando hacer rebotar piedras en la superficie del agua o campeando a sus anchas por el abrupto terreno. También vimos grupos de turistas que hacían la ruta con sus "palos nórdicos", la última moda en el mundo del senderismo.

Gozamos de un buen día y del fresquito de la Serra de Tramuntana. Fue una excursión deliciosa y os la recomiendo: la zona Norte es otra Mallorca, más bella incluso que la habitual estampa turística que se tiene de nuestra tierra.

28.3.10

Viajes Cisne Negro: Pollença y Alcúdia

El pasado puente del Día de Balears aprovechamos Joana y yo para irnos de turismo rural a la otra punta de la isla. Queríamos ver la parte norte y escogimos un hotel rural de Pollença como base de operaciones de esos dos días donde vimos un poco Pollença y Alcúdia.
Pollença es un pueblo de la costa norte de Mallorca, se tarda unos cuarenta y cinco minutos en coche desde Palma. Se trata de un pueblecito muy acogedor, uno de los centros del turismo de la zona septentrional de la isla. Elegimos el hotel Son Sant Jordi por estar muy bien ubicado en el centro del pueblo y la verdad es que nos gustó mucho. Se trata de un hotel rural que aprovecha una casa antigua de dos pisos. Tanto los servicios como el trato fueron muy buenos.
Lo primero que visitamos fue el Calvari, un pequeña capilla del siglo XVI al final de la calle del Calvari, conocida por su famosa escalinata de 365 escalones que finaliza en el templo, lugar con unas fantásticas vistas de la población.
Vista desde el Calvari de las escaleras que suben a él.

Una vez arriba la verdad es que la vista es muy bonita, hay dos miradores que miran hacia el pueblo y hacia el norte. La capilla guarda en su interior una bella escultura del siglo XIV, representada por el Cristo Crucificado con la Virgen a sus pies. Al lado de la capilla había una casa (¿de los guardas de la capilla?) con unos gatos a los que pude hacer alguna fotografía.Esta imagen podría ser un buen lolcat si se me ocurriera alguna frase ingeniosa.

El día siguiente lo dedicamos a visitar Alcúdia. Dimos una vuelta por las murallas de la ciudad y visitamos las ruinas de la antigua ciudad romana de Pollentia. El día no fue muy apacible, pero dimos una vuelta por los restos y por el antiguo teatro, que fue lo que más me gustó.
Recordaba haber visitado las ruinas hacía muchos años con mi familia, pero no tenía recuerdo de haber estado en el teatro. Cuando llegamos (está a unos minutos a pie de las ruinas) me volvió a la memoria la visita que hicimos estando yo en EGB.El teatro conserva bien sus gradas de piedra, a pesar de que siempre hay algún turista bobo que deja botellas vacías en cualquier parte.

Dicen que la acústica del teatro estaba muy estudiada y que, si uno se sitúa en el punto exacto, puede ser escuchado bien desde todos los puntos de las gradas, aunque hable flojo. También visitamos el museo de Pollentia, en realidad una pequeña exposición del material que se ha ido encontrando en las excavaciones de la ciudad romana.
Después de comer con Josep Pizà, paseamos un poquito por el puerto de Alcúdia, que debido a la temporada baja, estaba muy tranquilo.El arenal desierto de Alcúdia.

El último día lo dedicamos a ver Pollença un poquito más e ir hasta su puerto (diez minutos en coche aprox.), cuyo encanto estriba en que tiene las montañas justo detrás. Al igual que en Alcúdia, a finales de febrero el port estaba muy tranquilo.En el port de Pollença nos adentramos en un viejo muelle muy bajo, que casi estaba a nivel de mar. La sensación de adentrarnos en el agua caminando y estar rodeado de ella es muy curiosa.

Visitamos también el Puente Romano de Pollença, una pequeña y compacta obra de ingeniería. Como el caudal del torrente (en Mallorca no hay ríos) estaba muy bajo, pudimos ir hasta practicamente sus pies y hacer algunas fotos desde el centro mismo del torrente.

La escapada no dio para más en esta ocasión, pero encontramos buen tiempo, buenos sitios para comer, excursiones que valieron la pena y un hotel que realmente nos encantó y que os recomendamos.

7.12.08

Un poco de crónica de Madrid: amigos, Expocómic y Opeth

Como no podía ser de otra forma, al final, como el año pasado, he acabado enfermando a la vuelta de Madrid. Soy un alfeñique... pero la verdad es que tantos cambios de temperatura tan bruscos no pueden ser buenos. El año que viene me vacuno, lo juro.

Si he de decir la verdad, iba a Madrid un poco con la pereza del trajín que suponen unos días de no parar. Pero al final me alegro de haber ido, no sólo porque la capital ya no me supone ninguna asociación negativa, sino porque disfruté mucho entre amigos, nuevos y viejos.


Pilar de Diábolo tuvo la gentileza de acogerme esos días, y quiero agradecérselo de nuevo aquí, aunque no me lea. Llegué cerca del mediodía con buen tiempo y un vuelo relajado. Bart llegaría por la noche, así que estuve en Expocómic lo que quedaba de esa jornada. Por la noche, fui a las firmas de autores del Fnac y pude hablar brevemente con algunos autores. El sábado fue básicamente día de Salón. Estuvimos firmando (me sigue impresionando la gente que viene a pedirnos un dibujo, yo creía que a estas alturas del primer tomo ya no quedaría nadie interesado), y a mediodía quedé para comer con una antigua isleña, Ligeia, que nos llevó a su amiga Esperanza y a mí a su japonés preferido. Por la tarde, más firmas. Conocí a Marcos Prior (Fallos de raccord) y Nacho Casanova (Biografía no autorizada), dos tíos muy simpáticos con los que me reí mucho. En Expocómic, finalmente llegaron las horas en que el recinto se desborda. Mucha gente disfrazada, muchos frikis.... Pero bueno, eso lo podréis leer con más detalle hoy en el Ultima Hora o en Iconotropía. El domingo, de nuevo horas de cola, pero más tranquilidad en el Salón. Firmamos cerca del mediodía y comimos con Lorenzo (Diábolo) y Manolo Mota (revista Cthulhu). También vi algunas lectoras habituales, con las que siempre es un placer charlar (Rosalie, Nuevadrid, Muerte... Seguro que me dejo a alguien), y a un montón de lectores, a los que agradezco que se pasaran por allí a saludarnos.





Y, bueno, después de un largo fin de semana de Expocómic, Bart y yo terminamos en el conciertazo de Opeth. Aunque se dijo que las entradas se habían agotado, lo cierto es que se vendieron bastantes en puerta, y las colas para entrar eran bastante largas. Llegamos cuando The Ocean ya había empezado a descargar; no los vimos mucho porque la sala ya se había petado, apenas pude ver al cantante unos segundos. Cuando terminaron, bajamos un poco y encontramos un lugar mejor para ver a los dos grupos que quedaban (que eran los que de verdad quería ver). Cynic tocó de maravilla, un directo de una calidad de sonido impresionante (salvo por algún problema inicial con la voz principal), el poco tiempo que tuvieron lo invierton, en su mayor parte, en su nuevo (e increíble) trabajo Traced In Air (del que os hablé hace poco). Cynic merece ser cabeza de cartel para poder tocar el tiempo que necesite, espero que podamos verlos de nuevo. A eso de las once o más tarde entraba Mikael (con camiseta de Conan incluida) y sus chicos. Qué decir de Opeth; el concierto fue fantástico. Fue especialmente potente, la selección de canciones, salvo alguna excepción, no dio tregua: grandes momentos tanto del último Watershed (aquí un video con calidad de sonido un poco deficiente), como del Still Life, My Arms, Your Hearse, y para finalizar con broche de oro, la sublime The Drapery Falls del Blackwater Park. Un concierto realmente memorable, al menos para mí que tenía la oportunidad de verlos por primera vez, con un frontman de lujo (tanto por lo cachondo que es, como por la voz increíble que gasta). A ver para cuándo un próximo concierto. [Esto lo he copiado vilmente de lo que ya he puesto en last.fm. La foto de Opeth es de Ballener0.]


El lunes me levanté prontito para volver a la rutina palmesana, y bueno, aquí estoy de nuevo, con un bonito resfriado... Pero valió la pena.

27.7.04

Apuntes de viaje (22-24 de julio): Concierto barroco - Futilidad de la arquitectuta y de la palabra - Una brujita tardona.

Organo de El Escorial· El miércoles asistimos a un concierto de órgano en el Monasterio de El Escorial, que el mismísimo Gran Rabo hubiera disfrutado con extático placer. Después de las piezas inevitables de Bach (Coral: O Mensch, bewein´ dein´ Sünde gross, BWV 622; Praeludium pro organo pleno, BWV 552) y algún que otro autores como Buxtehude o Reger -cómo resuena el órgano, cómo las atronadoras notas bajas ponen la piel de gallina, cómo, al acabar la pieza y callar el teclado, los ecos de la música van rebotando y muriendo en cada pared-, la intérprete nos sorprende con unas piezas de Olivier Messiaen (1908-1992), de 1935 (La Nativité du Seigneur), totalmente contemporánea, y, aunque es extraña, también es cautivadora. No puedo evitar reírme al pensar que parece ideal para una película muda de terror, o de algún pasaje de una canción de Faith No More. Es entonces cuando pienso que en el s.XX los límites entre la llamada alta cultura y la cultura "popular" se han borrado; ya no puede distinguirse una cosa de otra. Y, aunque Messiaen se haya servido para crear esta pieza de una técnica muy pensada de armonía contemporánea, ¿qué lo diferencia de un trabajo improvisado? ¿por qué tiene más valor la pieza que escuchamos que una creada para un videojuego -pienso en aquellas magníficas sintonías del juego Columns: si eso no eran piezas de la tradición clásica, desde luego no lo desmerecían-, si los resultados son los mismos? Si uno no sabe en qué contexto se ha creado una obra, ¿cómo se atreve a juzgarla? El rasero es el mismo. Llegamos así al caos del Toreador: quién es el artista, quién es el farsante; ya no podemos decirlo si sólo observamos la obra. En el futuro, creo que tendrán que estudiarse a la par las diferentes vías por las que cada estrato de cultura llegó a las mismas conclusiones.

· Escribir un libro, hacer una fotografía es dejar las cosas como están, comentaba Nuria Amat al día siguiente. Me asalta ese pensamiento que ya presentí en el concierto: en el grandioso, megalomaníaco Monasterio, enorme, altísimo, de grandes bloques de piedra, altos y amenazantes como un tsunami petrificado. Qué diferente es Oriente, pensé, con esos santuarios sintoistas, dentro de la naturaleza, arquitectura de lo efímero. En El Escorial, Felipe II perseguía el sueño de lo eterno, de que esa obra magnífica fuera capaz de soportar el paso de los evos, que quedara algo después de sus cenizas como testigo glorioso. El sintoísmo japonés parece rendirse a ese peso terrible del tiempo, a la lenta destrucción de la eternidad, pero no es así. Más bien es el darse cuenta de lo Inevitable, y fluir con ello. Mucho más naturalmente, mucho más no-violentamente (recordad el santuario de Ise, derruido y reconstruido cada 20 años desde el s.VI). La arquitectura es lo mismo que la escritura, sólo que ésta es mucho más frágil, puesto que no está preparada para sobrevivir al hombre si no está el hombre. Pero en el fondo, busca lo mismo: pervivir en el tiempo, trascender en la palabra, dejar un testimonio. Pero, ¿realmente tiene sentido? ¿No es ilusión? ?¿No sería más provechoso tan sólo escribir para uno mismo? [Ya me estoy sintiendo demasiado Emboscado...]

· El viernes, con algo de ajetreo, conseguí ver a Darwi, con la que platicamos junto con otra amiga que encontré de casualidad. Después dicen que Palma es pequeña. Darwi transmite una afabilidad, una simpatía, unas ganas de abrazarla, que no sé por qué tuvo que ponerse "vieja bruja", le hubiera quedado mejor "duendecilla". Nos contó sobre su vida en Italia, sus impresiones, y luego su opinión sobre la movida siniestra, como ya había comentado en su blog. Fue una lástima que ambos no tuviéramos tiempo y no coincidiéramos al día siguiente. Otra vez será.

· El sábado, vuelta a casa. Este viaje ha sido extraño. Aunque me he ido acostumbrando poco a poco a Madrid, en esta ocasión ha sido cuando más he sentido el matiz peyorativo de eso de ser "de provincias", tanto de palabra, pensamiento, obra y omisión. Aunque no todo el mundo es así, y hay muchísima gente la mar de encantadora, no entiendo cómo hay gente que se cree superior por vivir en un terruño a miles de kilómetros de cualquier salida al mar, lleno de gente, de tráfico y de humo. Ellos mismos.

25.7.04

Apuntes de viaje (19-21 de julio): Jueves en Domingo - Paisajes poéticos - Muerte por sobredosis de postmodernidad - Benarés

· Ante todo, hola de nuevo. Iba a dedicar un comentario poco agradable sobre la importancia que tiene para mí la muerte de Carmina Ordóñez, pero os libraré de ese mal trago. Vamos allá.

Residencia Maria Cristina
· El domingo 18 llegué a Madrid, con motivo del curso de verano de El Escorial "El paisaje y la ciudad: construcciones literarias contemporáneas". Antes de eso, tuve la oportunidad de pasar media mañana con Jueves y Patxi, y compartir unas cervezas y conversar sobre lo divino y lo humano. Y desde aquí quiero enviarles un saludo muy afectuoso a ambos, deseando que podamos repetir la experiencia, esta vez sin las maletas cargadas. Por la tarde llegamos al Escorial y el lunes empezamos con las clases. Las conferencias tuvieron partes interesantes y aburridas a partes casi iguales. Pudimos escuchar leer a Antonio Gamoneda y reflexionar sobre su poética del ejido, conocer la obra de autores disparatados como Dionisio Cañas, comprometidos filosóficamente como Chantal Maillard, o simplemente curiosos como Oscar Peyrou (fantásticos sus cuentos llenos de un cínico humor argentino). Algunas intervenciones, no obstante, me sumieron en un cierto sopor, por la vaciedad de sus contenidos. A veces parecía que me encontraba en una competición en la que se intentaba colocar el máximo de términos abstractos en la misma oración ("tránsito vital", "literatura estéticamente desactivada", "mapa cognitivo", "contraidealismo literario"...), que si bien puedo seguir, llega un punto en que, cual C3PO, me desconecto de lo que me rodea. Y lo de la postmodernidad... Ah, con eso no puedo. Que alguien me lo explique, que me expliquen porque no estamos en la modernidad. Como decía Calderón, "Yo era un tonto, y lo que he visto me ha hecho dos tontos".

· Sin embargo, algunos momentos valieron la pena. La profesora y escritora Chantal Maillard, por ejemplo, nos habló de sus viajes a la India, y de sus cuadernos de Benarés. Me llamó atención su figura frágil, a punto de romperse, que a M. le hicieron pensar en alguna mórbida figura de Rubén Darío. Chantal es hipnótica: su lividez, su hilo de voz quebrada, su experiencia en India... Transmite un aura de pesadumbre, es como un Buda iluminado por su tristeza. Luisa nos comentaba que quien va a la India no vuelve nunca a ser él mismo. Y la narración de Chantal sobre sus viajes, su búsqueda en Benarés, su mirada, y la mirada de los demás sobre ella nos conformaba la idea. Parece que Chantal ha tenido un viaje iniciático, pero no al uso de quien sabe que ha ganado algo. O quizá sí, pero lo que ha ganado no ha sido estrictamente positivo. Parece, en fin, que guarda algún secreto sobre lo que ha visto allí, y que es únicamente para ella.
[Mañana sigue...: Concierto barroco - Futilidad de la arquitectura y de la palabra - Una brujita tardona.]

14.3.03

Stampas della Italia decadente

Un mimo algo perjudicado...

[Foto tomada por Black Aria en Florencia hace pocas semanas]
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