Uno de los signos de los tiempos que corren que me parece más pernicioso es el rechazo a todo lo espiritual. Todo ha de ser ciencia, todo podrá ser revelado por la investigación científica. El único margen que le queda a lo espiritual es en el coto de lo new age (de lo llamado peyorativamente new age, donde se hace una mixtura chocarrera de las más diversas creencias: yoga, reiki, budismo, teoría de cuerdas, meditación, rollo metafísico-cuántico, hippismo... y donde comúnmente también se amalgaman creyentes de los ovnis, de la magia, de las hadas, del vudú....) o en la ramplonería de los cultos religiosos tradicionales. Me parece una forma de ver el mundo sesgada y boba. Por la misma regla de tres podemos echar a los leones a la filosofía y el arte, que tampoco sirven para nada y sus resultados no son cuantificables.