23.7.24

Diario de verano (IV): 3ª semana

Qué es el efecto “isla de calor” y por qué hace que las temperaturas sean  mucho más altas en las ciudades

En la tercera semana de julio preferí mantener un perfil bajo, no soliviantar a nadie en casa y en la medida de la posible seguir mis cosas en las horas muertas cuando todo el mundo descansa. Nada que destacar: perdí el empuje de trabajo de la primera semana, pero a cambio, supongo, habré hecho otras cosas. Uno de mis propósitos de verano era salir a caminar de mañana, antes del calor, con o sin perro, para mantener un poco el peso, y hacer el siempre requerido ejercicio. Lo hice bien durante dos o tres días, pero luego el cansancio me venció. Sigo sacando a los perros un buen rato, pero no me meto una hora de paso vivo hasta el cementerio cercano. Y es que nunca, nunca, he conseguido, por mucho que me esforzara, en llegar a establecer una rutina física que fuera la que luego hiciera al cuerpo pedir esa rutina. Debo quedarme en el umbral de esa dependencia hormonal o algo. Pero bueno, igual es lo mismo que me pasa con el café o la cocacola, que nunca (o al menos hasta hace relativamente poco) me han sobreestimulado, ni la valeriana me ha relajado, ni una ducha por la mañana me ha ayudado a activarme.

Durante el mes de junio y buena parte de julio gozamos en la Isla de un tiempo maravilloso. No fue hasta la segunda semana de julio que llegó la primera ola de calor del verano (mientras escribo, empezando la cuarta semana, llevamos tres días algo tórridos). Es algo que, viviendo con la ecoansiedad actual, y la crisis climática, no me podía creer. Me explico: el verano pasado fue terrible. Terrible. Y eso que pasamos una de las peores olas de calor fuera la Isla, en las maravillosas tierras asturianas. Y ésta era la idea que tenía yo para este verano; ya sabéis, lo de "este va a ser el verano más fresquito de los que te quedan por vivir". No sabéis con qué alegría he disfrutado de la suavidad de las temperaturas de este mes y medio. Aún hoy considero que no hemos llegado a las cifras de calor atroces del año pasado. Vivir para experimentar que la anterior frase no tenía por qué ser una verdad revelada me ha llenado de amor por la vida. Lo digo completamente en serio: siento que vivimos de prestado todos estos días de buenas (normales) temperaturas. Siento que ya no son lo normal, sino una anomalía dentro del gran patrón que nos lleva a la mierda. Me alegra sobremanera tener días de viento fresquito en verano; siento que no me lo merezco. Siento que se va a acabar en nada y volveremos a hundirnos en el infierno climático. Porque, amigos, vosotros y yo podemos hacer muchas cosas por el clima (en esta casa se recicla, se reutiliza, se come poca carne, no hay aire acondicionado, no se viaja en avión y hace tres años que no tengo coche), pero si los gobiernos (instigados por la gente), las grandes empresas, y los que llevan el mundo no hacen grandes cambios, nosotros, curritos, poco vamos a aportar. Esto es así. Creo realmente que estamos condenados, que no sé qué mundo dejaré a mis hijas, que quizá debería haber pensado mejor si traerlas al mundo (no me arrepiento de ello, pero veo con temor el futuro que les espera).

Tampoco sé si esta bonanza atmosférica es en realidad la antesala de algo aún peor que esté por venir, porque, como ya he dicho, apenas me creo que no esté asándome de calor y luchando por respirar. Cada día de fresco de tramuntana es un regalo al que dar gracias a la vida. ¿Se me va mucho la pinza?

20.7.24

La falsa meritocracia: carta a una ex alumna

Esta semana vi resucitar en Twitter/X una vieja polémica que cada tanto asoma la patita en la red social: la famosa idea falacia de que esforzándote mucho llegarás a donde quieras. Que la clave es soñar muy fuerte, no perder nunca de vista tus objetivos y luchar por ellos, luchar y luchar, y seguro que conseguirás lo que deseas.

Esto, querido lector, es muy bonito y muy wonderful, pero no es cierto. Al menos, no es cierto en su totalidad. Esta manera de pensar tan del sueño americano, del self-made man, del éxito por el propio esfuerzo que nos han querido vender, aparte de ser una glorificación del sistema capitalista (tienes que trabajar hasta conseguir lo que quieres; por tanto, si no lo consigues, no has luchado lo suficiente, eres un vago o un flojo), es una mentira que ignora algunas partes de la ecuación.

Es cierto que si tienes un objetivo y una meta tienes que luchar duro para conseguirla. Pero sólo eso no basta. Los casos en los que eso basta son excepciones. Y ni tan siquiera tengo claro que lo sean, porque, veréis, cuando uno llega a triunfar en algo, o en conseguir aquello que buscaba, raramente lo hace solo/a. Es ingenuo pensar que todo lo has conseguido tú, sin una ayuda, sin un apoyo. 

Porque vamos a ser realistas: cuando tienes dinero, cuando vienes de una familia acomodada que se puede permitir tus caprichos de dejar de estudiar, cambiar de estudios al primer obstáculo que encuentres, o montarte tu negocio de emprendedor sin tener que pedir dinero al banco ni arriesgar nada, así es mucho más fácil triunfar. Dinero llama a dinero, y no sólo eso: dinero significa que muchas veces esos contactos que te ayudarán a escalar ya los tienes. 

Y otro factor a tener en cuenta escapa completamente a nuestras manos: es el azar, la suerte, el estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. En esto no tenemos en absoluto ningún control, y si ese factor de la ecuación va a pesar mucho en nuestro objetivo, y no está de nuestra parte, podemos despedirnos. Esto es injusto, pero es así.

Hace tiempo hablé todo esto con una chica a la que aprecio mucho, ahora ya ex alumna. Y se lo dije en estos términos: tú eres buena alumna, una gran estudiante, tienes capacidad, inteligencia, curiosidad (¡muy importante), sentido común... Llegarás donde quieras. ¿Pero sabes lo que tienes que hacer? Conocer a mucha gente. Hacer un montón de cosas. Solo tejiendo ese tejido social a tu alrededor te podrás asegurar de que, llegado el momento, podrás contar con alguien para que te eche una mano en tus objetivos. En este punto, siempre me acuerdo de la frase lapidaria de Jacinto Benavente, "en este mundo mejor que crear afectos es crear intereses". 

Hace muchos años, en un curso de verano, un miembro de la RAE nos venía a decir esto mismo. Todas la personas que él conocía que habían conseguido ser alguien en el mundo de la cultura, habían empezado haciendo cortometrajes caseros, fanzines, asociaciones, revistas de alumnos... Habían ido tejiendo esa red. Los compañeros de larga trayectoria son impagables. 

Esa charla off the record en un curso de verano sobre yo qué sé que era (creo que sobre español como lengua extranjera, pero han pasado más de 20 años) es lo único que recuerdo de ese curso. Y desde entonces he intentado cuantas veces ha estado en mi mano a la gente con talento que me ha rodeado. No por recibir algo a cambio en algún momento, sino por algo ligeramente parecido: porque esa ayuda es la que me hubiera gustado recibir a mí en mis proyectos.

Y, de todas formas, tampoco eso significa que vayas a conseguir "triunfar" automáticamente. En el fondo, ya hemos dicho que es una suma de circunstancias. Pero esa ayuda siempre puede inclinar la balanza.

V., si tienes que quedarte con algo de lo que te contado durante los cuatro años que me tuviste como profesor, recuerda esto: ya que no tuvimos la suerte de nacer en familias ricas, no pierdas nunca la curiosidad, embárcate en mil proyectos, tengan remuneración o no, experimenta, conoce gente, sobre todo si es lo más diversa posible, investiga, crea, sé generosa con los demás. No te garantizo nada. Pero creo que es la mejor forma de construir un futuro rodeado de personas que creerán en ti y a su vez, quizá, también te brindarán el mismo apoyo que tú les diste.

19.7.24

Diario de verano (III): Nihil novum sub sole

Sunset On Pier Ruins by Photo Art By Mandy

Qué triste converger en una edad en la que sientes en tus carnes todos los malditos tópicos y te das cuenta de que no eres especial en absoluto. Tus miedos, tus manías, tus obsesiones, las cosas que te maravillan, que odias, que te dan absolutamente igual, todo lo ha sentido ya cada generación anterior a la tuya y ahora simplemente el tiempo te está poniendo en tu sitio. Sería en vano ahora escribir una novela, o un poema, que hable sobre cómo la vejez se cierne sobre uno, o sobre la frustración de la carne propia al contemplar los cuerpos jóvenes: para eso ya tenemos lo que nos dejó Quevedo, Kavafis o Brines. Muchas veces me debato entre la sensación de inutilidad absoluta que tendrían mis palabras, y la imperiosa necesidad de aún así dejar constancia de ellas, porque hace tiempo que sé que esto no lo escribo para nadie más que para mí. Todo otro lector es puramente accidental.

18.7.24

Unboxing de Fortune and Glory (Revised Edition 2024)

 

Hacemos unboxing y mostramos los componentes de la nueva edición del juego de mesa Fortune and Glory (Revised Edition, 2024) de Flying Frog Productions.  Por si no lo sabíais, tengo un Instagram dedicado sólo a juegos de mesa y rol: aquí lo tenéis. Un follow es muy bienvenido.

14.7.24

Diario de verano (II): 2ª semana

Voy a empezar con una afirmación polémica. Las mujeres buscan en su pareja a su padre. Esto puede que sea un mito o una idea del inconsciente colectivo, pero en mi caso es cierto, y además porque esa persona lo ha verbalizado ella misma (no con esas palabras, sino poniéndome en comparación). Todo lo bien que me había sentido en la primera semana se deshizo como un castillo de naipes al llegar la segunda, porque por lo visto, como siempre, me meto en mi mundo y si por mí fuera no saldría de casa en todo el verano.

No voy a defenderme ni a criticar la otra postura, porque además de airear cosas que son personales, sería inútil: sólo alguien que estuviera dentro podría tener la suficiente información como para juzgar de forma objetiva, sin dejarse llevar por lo que yo o la otra persona dijera y cómo lo dijera.

Sí que tengo que decir que lamento ser como soy, en ciertas cosas, y cómo lamentablemente me criaron al respecto. He intentado esforzarme pero siempre llego al mismo punto. He vivido muchas situaciones tóxicas que repito sin ser consciente. No ayuda que mi cabeza sea un caos. ¿Es posible que sea un caso de TDAH -leve- sin diagnosticar?

En la primera semana pude adelantar mucho la escritura y lectura de muchas cosas pendientes; no así esta segunda, en la que he optado por mantener un perfil bajo y no soliviantar a nadie. He hecho algunas cosas, pero he tenido la sensación de liberación de la primera. Me he dado contra un muro, porque pensaba que el verano sería como la primera semana. Sin duda pequé de ingenuidad y no estuve atento a las señales.

14 best places to watch the sunset in Rome - Tripadvisor

Pasaron otras cosas: algunos engranajes se movieron (para bien), y supe de una terrible pérdida, de uno de mis maestros espirituales, el poeta murciano José María Álvarez. Qué pena no haberle podido conocer en persona (más allá de verlo recitar y que me firmara algún libro). 

Quien pudiera vivir su vida: una vida llena de lujo, mujeres, arte, música, poesía, alcohol, viajes sin preocupaciones, recitales.


6.7.24

Diario de verano (I): 1ª semana

He sentido la necesidad de dejar por escrito mis impresiones después de unos días fuera del trabajo. Estamos a sábado y mañana terminará la primera de las ocho merecidas semanas de vacaciones. El miércoles me di cuenta de que llevaba tres días y era como si llevase dos semanas, ¿y por qué? Porque la noción del tiempo, con el cambio de actividades me había sentado magníficamente.

Por las mañanas, como me despierto muy pronto, saco a los perros, o mejor dicho AL perro grande, el que puede pasearse y no al revés (que él te pasee a ti, yendo de árbol en árbol). Esas mañanas en las que, con el fresquito de las primeras horas, hago ejercicio (marcha rápida, y ocasionalmente algo de carrera), a veces con un podcast o con música de fondo, me están sentando bien. Cuando vuelvo parece que han pasado horas, cuando no son ni las ocho. 

Intentando no soliviantar los ánimos en casa (que consideran que paso demasiado tiempo delante de una pantalla), me he propuesto recuperar el ritmo de lectura, que este año ha caído en picado por cosas de la vida. No sólo tengo una montaña, literalmente, de cómics pendientes, sino también otro pequeño montón que ya he leído pero del que aún no he escrito. Así que, utilizando las horas de más inactividad de la casa, he vuelto a activar un poco más Papel en Blanco, escribiendo o programando al menos un artículo por día. La parte que se resiente es la de jugar alguna cosa, pero no puede abarcarse todo: o lees y escribes, o juegas.

Así que me siento bastante contento de esta primera semana: me he quitado de en medio una cantidad razonable de lecturas, he tenido una productiva reunión de trabajo, he ido a la librería a gastar los dineros, he resistido valientemente todo el junio y una semana de julio sin comprar ningún juego de mesa ni gastar inútilmente en las rebajas de Steam, he hecho más ejercicio que en una semana corriente de trabajo, he podido descansar un poquito cada mediodía, y me he podido dedicar a mis cosas, que es lo que realmente me ha liberado del estrés mental que llevaba.

Amebas: Qué son y qué provocan

Siento la necesidad también de expresar esto: en lo tocante al trabajo, acabó un curso muy duro en el colegio, por dos cosas: por las tensiones internas en la dirección del centro, y por la dificultad en la gestión de algunos de los grupos. Y es que una de las cosas que más me ha desgastado ha sido uno de los grupos, en cuyo paso por secundaria se ha demostrado completamente impermeable al entusiasmo que pongo en mis clases. Una clase en la que no había demasiadas actitudes malas, pero que a fuerza de pasividad y extremo desinterés, hasta el punto de posicionarse contra mí, me desanimaron completamente. El trabajo de profesor es sin duda muy ingrato.

No dejo de pensar que son adolescentes y, por tanto, muchos no son plenamente conscientes de lo que están haciendo, o repensarán su actitud con el tiempo. Pero eso no habrá evitado el sufrimiento o el desgaste que provocaron.

Liberado de estas cargas, esta primera semana me ha sentado de maravilla, y espero que sólo sea la antesala de estos dos meses de verano.

3.5.24

Reseñas extremas mínimas (XXX)

· Sleep - Sleep (también Volume 1, 1991). Hace muchos años, cuando tenía la web Cisne Negro en Dreamers, reseñé el álbum Jerusalem de Sleep: un muro de sonido en una sola canción (en posteriores ediciones, se separó en varios cortes), una locura stoner de un grupo cuya leyenda dice que todo el anticipo que recibieron para el álbum se lo fundieron en hierba, tras lo que se encerraron en el estudio para crear dicho álbum. Y no lo recuerdo mucho, aunque todo disco de una sola pista de 50m., así a priori, ahora mismo me produce mucha pereza. Estos días estoy profundizando más en la discografía de esta banda, y hoy me detengo en su Volume One. De Al Cisneros soy más fan en Om que en Sleep. Este álbum debut llama la atención porque, a pesar de que ya se entreve la vena de stoner ultrapesado que desarrollará el grupo, en este largo suenan más sludge, más oscuros, más desesperados, con una especie de doom doliente, y, en general un tono más agresivo que sorprende pensando en lo que uno espera de la banda. Por lo demás, un trabajo interesante.

 · Katatonia - Discouraged Ones (1998). A buenas horas reseño este álbum, porque desde que lo descubrí en el hueco que incomprensiblemente tenía en la discografía de Katatonia, lo he machacado incesantemente. Y a pesar de que tiene luces y sombras, su principal fortaleza se encuentra en que se está plagado de buenas ideas que luego se desarrollan bien, mal o regular. Es 1998, Katatonia acababa de publicar la que será por mucho tiempo una de sus obras maestras (Brave Murder Day), con Mikael Akerfeldt como principal vocalista. Jonas Renske está buscando su voz, literalmente. Tras destrozársela en los primeros trabajos haciendo guturales, y mostrar su potencial tímidamente en el anterior, aquí cambia totalmente de registro y el grupo apuesta por las voces limpias. La combinación con las guitarras pesadas y monótonas de la era BMD se revelan como un acierto. El álbum se abre con I Break, una gran declaración de intenciones. Cada una de las siguientes pistas va a tener muy buenos hallazgos, tanto en inicios arrebatadoramente headbangers (Relention, Cold Ways), líneas vocales, como en riffs (Nerve) o soberbios ritmos de batería (Deadhouse), o en pequeños detalles (Quiet World, 2'14''). Este disco es maravilloso. A veces pienso que es, conceptualmente, una especie de versión metal de la tristeza de Disintegration de The Cure, grupo que Renske adora, y se nota en muchas ocasiones. Hasta tiene la valentía de marcarse una canción de pop-rock gótico ochentero (al estilo This is Seagull de The Snake Corps) en Scarlet Heavens. Con Discouraged Ones, Katatonia abría una nueva etapa de su discografía, muy diferente pero igual de intensa y atractiva. Un muy buen disco a reivindicar.

· Host - IX (2023). En la domus Cisne Negro somos fans del Host de Paradise Lost, le pese a quien le pese. Ampliación que puede soliviantar aún más si reconozco que, a pesar de ello, no somos muy de Depeche Mode. Bien, al parecer Nick Holmes y Greg Mackintosh no tuvieron bastante con aquel experimento que ahora está cumpliendo 25 años y que puso a los fans de Paradise Lost en guerra civil. Así que han resucitado aquel sonido synthpop-darkwave del Host en un sideproject homónimo, para poder así marcar distancia con unos Paradise Lost que, desde hace unos ("unos" quizá son ocho o nueve) años ha vuelto a la senda doom de sus inicios. ¿Y qué tenemos en IX? Pues una muy digna continuación de aquel trabajo electrónico. ¿Podríamos decir que entronca directamente? Sí y no, puesto que, al mismo tiempo que sigue el mismo patrón, se notan los 25 años en los que Holmes y Mackintosh han ido evolucionando como músicos, y como han ido del doom al metal gótico en la década de los 2000 y una vez más vuelta al doom en Paradise Lost. Aquí hay teclados y baterías programadas superochenteras (Tomorrow's Sky), pero también hay más guitarreo y batería real que en Host. Sin todo lo que ha sido Paradise Lost estos años, este IX no sería posible, por eso es interesante su escucha. Por cierto, atención a la Ultimate Edition, que contiene remixes muy meritorios, como el de My Only Escape de Rhys Fulber, muy maquinero e industrial; o el de Hiding from Tomorrow, que Lustmord lleva al terreno dark ambient).

5.4.24

Sólo unas líneas para usar el blog como diario personal, como otras veces, y dejar algunas impresiones actuales. Estamos a principios de abril y termino las vacaciones de Semana Santa. Lo hago habiendo avanzado en algunas de las cosas que, normalmente, la semana laboral me impide proseguir. En esta semana y media he podido sentarme y, aún con la amenaza del "estás todo el día delante del ordenador" como una espada de Damocles encima de mí, he publicado diez entradas en Papel en Blanco, dejada una programada, he hecho difusión de los últimos quince días de publicación; he enviado dos páginas a Ultima Hora, esperando con ello retomar la periodicidad quincenal en el suplemento dominical; con ello, he recuperado también la publicación en Iconotropía como contenedor de mi trabajo divulgativo; he publicado en El Desafío de las Águilas; he limpiado los correos e intentado recuperar contactos; le he vuelto a dar un espaldarazo al proyecto de cómic; he avanzado un poco en el diseño de Que Pac Qui Deu; he hecho la declaración de la renta; he podido leer varias lecturas pendientes y entre eso y poder escribir, he aliviado algo la carga de la pila absurda de libros por leer que tengo. He cerrado un marzo de partidas bastante bueno, sobre todo en lo que respecta a wargames; he cumplido alguno de mis objetivos lúdicos para este año. He arreglado la ludoteca y la discoteca, y he purgado una caja de cartón grande de material que ya no quiero. He sacado los perros cada mañana a dar la "vuelta larga" para intentar, al menos, hacer algo de ejercicio. No he comprado, además, ningún juego en marzo, y se supone que este mes llegarán algunos. Me siento bien por el trabajo que he avanzado, y además me he sentido bien haciéndolo. Ojalá tuviéramos vidas en las que nos pudiéramos dedicar a aquello que nos gusta, nos llena y le da sentido a todo.

1.3.24

Reseñas extremas mínimas (XXIX)

· Suldusk - Anthesis (2024). Suldusk es un proyecto australiano que transita los caminos del folk con el black metal atmosférico. Es éste un estilo que parece que está teniendo cierta proyección. Pensad en Myrkur, en Helga... y tenéis un poco localizado el estilo de Suldusk. En Anthesis, el álbum que hoy mismo se ha editado, nos encontramos un álbum muy recogido e íntimo, a pesar de que su inicio pueda confundir. El trabajo empieza con la típica canción acústica introductoria, para lanzarte al abismo de Verdalet, un trallazo que casi llega al metalcore y combina de nuevo partes acústicas con las más duras que encontrará el oyente en el álbum. Esta poderosa y rabiosa pista, que por momentos recuerda a partes iguales a The Ocean o a los shrekings de Myrkur, será la única nota dura del álbum. A partir de ahí, el disco fluye como una tranquila travesía por el río Anduin. Instrumentación preciosa, voz prístina, guitarras cristalinas que a veces recuerdan a los Opeth de Damnation, trémolos que tan bien le funcionan a grupos muy ambientales como Arctic Plateau (imprescindible su The Enemy Inside) o And Also The Trees... Grandioso disco si este estilo te gusta. Dosis de guturales muy controladas para una experiencia que trasciende los sentidos. Mejores pistas: Sphaera y Mythical Creatures.

 

· Nemedian Chronicles - The Savage Sword (2024). Tengo que reconocerlo: fui muy fan del power/symphonic metal allá a principios de los 90, pero el género conoció tal expansión que a finales de esa misma época había conseguido que lo aborreciera, salvo en contadas excepciones, que son los dos primeros álbumes de Rhapsody o la época de Blind Guardian entre 1992 y 1998. Rhapsody se había creado su propio universo de fantasía heroica para explorar en sus álbums, mientras que Blind Guardian había recurrido a recoger temas de la literatura fantástica canónica con gran virtuosismo, como la obra maestra que es Nightfall in Middle-Earth. Más de un cuarto de siglo después, estos franceses llamados Nemedian Chronicles debutan con este largo (a pesar de haberse formado en 2017) cuyo título no da lugar a engaño: The Savage Sword es un homenaje a la literatura de Robert E. Howard y a Conan en particular, con una intro en la que se recita el famoso pasaje -extendido- que todos recordamos en la voz de James Earl Jones. Al álbum le cuesta arrancar: tras la intro, Born on a Battlefield, un medio tiempo que parece estar dando vueltas retrasando el siguiente tema lleva, le medimos el pulso al álbum con Venarium. Y aquí es donde vemos qué vamos a encontrar en él. Nemedian Chronicles es un homenaje, copia, rip off, trasunto... lo que queráis llamar, de Blind Guardian a principios de los 90. Incluso el cantante, Alexander, imita a Hansi Kürsch de forma obvia, diría que incluso con el leve acento alemán que se entrevé en el inglés que canta. ¿Tienes morriña de aquellos discos de speed/symphonic de los bardos alemanes? Este disco va a gustarte, porque no está nada mal: la producción es buena, y todo, la estructura, los coros, las guitarras, todo te recordará a Blind Guardian. Pero sin la chispa de la magia de Blind Guardian. La nostalgia es más peligrosa que el Anillo Único. Mejores pistas: The Thing in the Crypt

 

· Emptiness - Not For Music (2017). En la web RYM siempre encuentro cosas interesantes, y en esta ocasión encontré esta lista que me llamó la atención: Metal bands that changed their style y me dispuse a explorar algunas de las bandas que no conocía. Y me topé con esta banda, que según el autor de la lista, había pasado de tocar death metal a post-punk/coldwave y me pareció una deriva curiosa. Con esta enigmática portada, aquí encontramos un álbum extrañísimo, pero sí, efectivamente, lo que suena es algo parecido a post-punk, con una voz que no es extrema, pero tampoco es limpia. Es como si Portal o Mitochondrion se hubieran despojado del pesado armazón disonante que llevan y se hubieran puesto a hacer algo parecido a rock gótico ambiental. Yo no podría definirlo mejor, pero en RYM sí saben: "Its sinister sound, mournful and grave by turns, carries through to the songwriting, which utilizes hollow, oppressive melodies throughout to a mid-section once again coated in sweeping synth textures". No es un álbum fácil ni para todos los públicos, pero sí algo que reta a ser clasificado rápidamente, y una de esas razones por las que, aunque mi cerebro se vaya fosilizando musicalmente y cada vez acepte menos novedades sin correr a su zona de cónfort, sigo buscando nuevas musicalidades, fusiones imposibles y bandas que buscan nuevos límites en su sonido. Ésta es claramente una de ellas. Mejores pistas: It Might Be, Your Skin Won't Hide You.

15.1.24

The Black Metal Feeling

Imagen

Rescato este pensamiento del twittero Erik Quill porque me parece muy interesante y con una verdad íntima muy destacable, sobre todo la primera parte, por cuanto yo también pienso que el black metal es "algo más" que música. Y creo que es la razón por la que se dice que no es un subgénero del metal sino un género aparte, o que es la última vanguardia artística. Me gustaría desarrollar más esta idea algún día.

2.1.24

Cerrando 2023: cómics

Mi desafección por el cómic ha seguido durante este 2023. En primer lugar, porque he leído muchísimo menos: siempre he leído por encima de los 100 títulos por año, y éste sólo he llegado a 87. En segundo, y relacionado con lo anterior, ha habido mucho menos cómic que me llamara la atención, que pudiera reservar para la categoría de imprescindibles del año. No. En mis notas tengo marcados 7 cómics como muy buenos, y uno no es de 2023, por lo que no aparece en mi selección. Sin duda los que más destaco son los que he incluido en el post grupal que hemos publicado en Papel en Blanco y al que os remito para ver la selección. 

Y es que este año no he podido ni hacer las relecturas que me planteé en 2022, ni terminar grandes obras que tenía incompletas. El año anterior sí que tuvo una buena marca, aunque ya inferior a las cifras prepandemia (y pre-segunda hija, todo hay que decir).

No me atrevo a hacer vaticinios ni deseos para 2024 porque no tengo ni idea de por dónde irán los tiros. Me gustaría poder llegar a 100 títulos de nuevo, y en los primeros días de enero he empezado bien, con un título diario... Pero el problema de eso es que hay que reseñar o escribir enseguida sobre aquello que he leído, porque si se acumulan las lecturas hechas sin escribir, cada vez es más difícil hacerlo... Y eso es un problema.

Que 2024 traiga, de todas maneras, grandes lecturas que nos hagan vibrar como antaño.

1.1.24

Cerrando 2023: los libros

 


Este 2023 he leído 54 libros, diez más que en 2022 y que se queda muy cerca de la cifra de 2020, que fueron 53. Naturalmente, si alguien se maravilla por esta cifra, en la que no están incluidos los cómics, debo decir, para que quede constancia, que 15 de ellos eran de LIJ, y por tanto bastante breves, otros 8 de poesía y 4 bolsilibros. 

Uno de los factores que contribuyó a que mi cifra se incrementara este año fue que descubrí que podía leer en el bus (en el que he ido al trabajo todo el año) sin marearme; de esta manera, pude completar hasta 10 del total en mis viajes (aproximadamente una hora y media cada día). He leído un poco de todo y he seguido escorándome hacia el ensayo histórico. Tenéis mis impresiones en las entradas de diario de lectura en este blog, y el balance de mejores lecturas, en este artículo de Papel en Blanco.

31.12.23

Cerrando 2023: Rol

Lo del rol este año ha sido tristísimo. Siete partidas, ocho sesiones, dos de las cuales fueron finalizar partidas empezadas en 2022. Este año sólo he podido empezar y acabar una partida. Para 2024 mi deseo sería poder jugar más. Ya es darse con un canto en los dientes volver a hacerlo, pero mi esperanza es poder jugar un poco más.

1. La habitación sin sellar, de La llamada de Cthulhu [finalizando partida del 2022]. Tercera vez que la dirijo y segunda vez que la consigo acabar.

2. Frenar la negrura, módulo de La llamada de Cthulhu incluido en Umbrales a la oscuridad [finalizando partida del 2022], con mi sobrina y amiguis.

3. La fortaleza sin sol, un clásico de D&D para mi sobrina y amiguis [inacabada].

4. Una conspiració sense fissures, para L'Anell Únic, como actividad de refuerzo de catalán [inacabada].

5. Volrac el nigromante, partida de cosecha propia para Tiny Dungeon, para mi hija mayor y amigas, en verano [inacabada].

6. El huésped cadáver, un teórico one-shot de La llamada de Cthulhu incluido en Portales al terror, que aderecé usando el clásico Las tierras del sueño [inacabada por 10m].

7. Cold Harvest, un módulo de Chaosium para La llamada de Cthulhu que lleva a los personajes a un sovkhoz soviético, única partida que conseguí finalizar en condiciones y de la que todo el mundo quedó muy satisfecho.

Como se ve, ha ganado de calle La llamada de Cthulhu, mi juego preferido y que sigue estando en buena forma, además de poder ofrecer partidas muy diferentes. Destaco también la prueba con el sistema de EAU, que me gustó mucho y espero poder repetir.

30.12.23

Cerrando 2023: los juegos de mesa

Este año han sido 557 partidas a juegos de mesa. No mejor que 2022 (668), pero sí mejor que el año anterior (511), en buena parte gracias al Aula de Juegos de nuevo, con un grupo formidable que se despidió en junio (4º de ESO), pero uno muy pujante que actualmente está en 2º y que tiene aún mucho por delante. Además, la mayor parte de ellos son chicos y muy competitivos, con lo que puedo ir metiendo poco a poco la fiebre wargamera en ellos. De momento, los hitos más importantes con ellos han sido jugar a Combat Commander, Diplomacy, Quartermaster General, y he llegado incluso a sacarles Battletech con buena acogida. Con la hora y media que tenemos para jugar tres veces a la semana, tenemos aún muchas horas por delante de ir probando.





 

Si bien este año he jugado menos partidas, lo que sí es seguro es que he podido sacar más wargames, aunque fueran la gran mayoría en solitario: 26 nada menos cuento. Está muy bien, y la verdad me doy por satisfecho si en 2024 mis números quedan más o menos como los de este año.

El juego que me ha enamorado este año ha sido Combat Commander. Cuando lo conocí por el vídeo de Juan Luis Julius Fairfax no me convenció mucho, además de que yo "no era muy de tácticos", pero es que CC es realmente divertido, variado y emocionante, aunque sea en solitario. Creo que es más o menos la escala de dificultad en la que me siento más cómodo (un paso por encima está Band of Brothers, que tiene muchos elementos de ASL, pero es un poco más fácil; no obstante, sigue resistiéndoseme). Evidentemente cuando salió el Pacific este año me tiré de cabeza.

Once upon a road in Normandy

Otro que me ha gustado mucho ha sido Storm Over Jerusalem, nueva entrega de la serie Storm Over y en el que revivimos el asedio romano de Jerusalén. Muy dinámico e interesante, aunque indecentemente caro por lo que trae. Por cierto, lo reseñé aquí.

Los fiascos del año: la verdad es que sólo puedo decir que Stalingrad: Advance on the Volga me pareció una chufa de solitario. Quizá el Land and Freedom me decepcionó un poco, pero también hay que decir que sólo lo he jugado solo + bots.  

Objetivos lúdicos de 2023

Estoy muy contento de haber alcanzado la mayor parte de mis objetivos del año que se acaba. Tenía muchos pero la verdad es que las circunstacias se dieron y no puedo quejarme en absoluto.

1. Jugar a Combat Commander. ✅

2. Jugar a A Touch of Evil con la expansión The Coast. ✅

3. Jugar mi primer napoleónico: Napoleon Last Battles. ✅

4. Jugar D-Day at Omaha Beach en junio. ✅

5. Jugar más a Dungeon Degenerates. ✅

6. Volver a sacar Nemesis. ✅

7. Llevar el Combat Commander al cole. ✅

8. Llevar el Battletech al cole. ✅

9. Estudiar y jugar Band of Brothers. ✅

10. Volver a jugar a Fief en el cole. ❌

11. Sacar Frontier Wars y Band of Brothers en el cole. ❌


Objetivos lúdicos de 2024

Cuando empecé a redactar la desiderata para 2024 no se me ocurría nada que estuviera a la altura del año anterior, pero finalmente, en las últimas semanas de diciembre fui viendo las cosas que más me apetece experimentar en el nuevo año. Son muchos objetivos (el doble de los cumplidos), pero espero que me sirvan de guía. 

1. Jugar a Combat Commander: Pacífico

2. Jugar en casa a Obsesión

3. Jugar a La Guerra del Anillo

4. Jugar a Star Wars: Rebellion

5. Llevar al cole Combat Commander: Pacífico

6. Probar Flying Colors / Under the Southern Cross ✅❌

7. Jugar a rol con el grupito del Aula de Juegos ✅

8. Volver a jugar a rol con adultos

9. Probar en el Aula de Juegos Fief, Root... Hacer una liga de Battletech

10. Terminar de diseñar Latifundium 

11. Sacar en junio The Dark Summer

12. Intentar hacer una jornada en Can Sales en el 80 aniversario del Día D.

13. Probar Pacific Subs

14. Probar Nemesis Lockdown

15. Probar, llevar al cole The Battle of Armageddon

16. Llevar al cole Band of Brothers ✅

17. Probar nuevo material de Dungeon Degenerates cuando llegue.

18. Terminar de diseñar Que pac qui deu.

29.12.23

Cerrando 2023: la música

Si tuviera que definir este 2023 musicalmente sería como continuista, es decir, he seguido la tendencia que se advierte en los últimos años y que consiste básicamente en que ya no hago escuchas masivas de novedades ni puedo presentar muchos álbumes de grupos desconocidos, ni hay grandes revelaciones o descubrimientos. Echando un ojo a los 25 discos más escuchados del año, vemos que tan sólo hay dos de 2023, y uno es un recopilatorio. 


Es más, hay varios que se repiten si miramos la lista de 2022. En cabeza, el sublime trabajo de Glenn Gould en sus variaciones Goldberg de madurez. Por detrás, muchos discos clásicos y muy eclécticos. Hay un poco de todo: hay bandas sonoras (escuchadas por cierto como música de fondo mientras jugaba juegos de mesa), hay jazz, hay progressive death, hay música clásica, están los titos Nick Cave y Tom Waits, y hay un repunte importante de los Beatles por, sí, ya sabéis, Now and Then. La única novedad, decía es el disco de Sofía, Canciones para saltarse por encima, porque es una persona que queda cerca (trabajo con su madre) y me ha encantado su synthpop mínimo y retro.

Y como decía el año pasado, no hay más: si en algún momento escucho algo, lo tenéis en mis Reseñas Mínimas que he reseñado bajo este tag. No creo tampoco que el 2024 corrija esta tendencia, así que sólo me queda anclarme en mis viejos vicios.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...