27.8.11

Wikipedia: las comparaciones son odiosas

Wikipedia siempre es fuente de polémicas por su fiabilidad y muchas veces también por la calidad de sus contenidos y de sus "guardianes", sobre todo en cuanto a la versión española. Baste un ejemplo con que me he topado hoy: la entrada arcade de la versión inglesa incluye 23 referencias, entre artículos, libros y enlaces. En la versión española no sólo no hay ninguna referencia que refrende el texto, sino que entre los enlaces externos que nos ofrece está el de ¡¡la feria andaluza de los recreativos!!  ¡Tócate los cojones!

26.8.11

Cinco profes de película que desearías haber tenido

En Screenrant presentan una divertida lista de cinco profesores de película que desearías haber tenido. Aquí tenéis la lista. Y de paso, me entero (con horror) de un montón de remakes y secuelas que están en marcha en Hollywood. Vamos, que la originalidad brilla por su ausencia. Porque en camino -si llegan a terminarse o no, ésa es otra historia- tenemos: Sherlock Holmes 2 y saga Millenium made in USA, Frankenstein, Oldboy, Tras el corazón verde, Danger Girl (el cómic de Scott Campbell), Underworld 4, ¡Desafío Total! (pero qué es esto), ¡WTF!¡¡Rambo 5!!, Thor 2, Misión Imposible 4, Lobezno 2, El cuervo... Buff, mejor no miro más, que me deprimo...

25.8.11

Teoría de la narrativa en los videojuegos (I)

Siguiendo los posts que empezamos comentando bibliografía teórica sobre videojuegos (en anteriores entregas, reseñamos en extensión algunos de los trabajos de Jesper Juul), hoy avanzamos y diseccionaremos el trabajo de Jakub Majewski, diseñador de videojuegos polaco que escribió Theorising video game narrative en 2003, y que podéis leer íntegramente en PDF aquí (en inglés).
A partir de aquí, entonces, no serán mis palabras sino las de Majewski; intentaré que, si expreso mis opiniones o ejemplos, se note claramente. De igual forma, como ya hicimos anteriormente, para no usar constantemente la palabra videojuegos, emplearemos VJ. Y allá vamos.
De nuevo, la cuestión que se quiere discutir es la existencia o no de narrativas en los VJ, si podemos decir que hay juegos narrativos y no narrativos. Parece claro que es así (los que leístes el post dedicados a Juul ya lo visteis): hay juegos aparentemente sin narración, en los que se da más importancia a la experiencia de juego (gameplay), y otros en los que se sigue una historia y la recompensa del jugador puede ser conocer el final de esa historia. La pregunta de fondo es, centrándonos en los modelos de juego narrativo, qué tipo de narrativa usan. Para ello, se confrontarán los puntos de vista de diferentes autores y la teoría que propone Majeswki de cuatro tipos principales, cuyos nombres dejaré en inglés y explicaré.
Para Majeswki, los juegos narrativos podrían clasificarse en cuatro:
· Modelo string of pearls (¿collar de perlas?), donde el jugador va a través de una serie de eventos conectados en una secuencia fija. Es la forma más sencilla y lineal.
· Modelo branching storyline (estructura en forma de ramas), donde el jugador puede afectar el rumbo de la historia eligiendo entre varias opciones en momentos clave, lo que puede llevar -o no- a diferentes finales.
· Modelo amusement park (parque de atracciones), donde la exploración tiene más importancia que la historia central en sí, y la narrativa está fragmentada en una serie de subargumentos que pueden seguirse o no.
· El cuarto modelo, el de building blocks (construcción de bloques) es algo especial, por cuanto no es exactamente un modelo de juego narrativo. En él, los creadores no proponen una historia, sino que dan las herramientas al jugador para crearla. Para Majewski, este modelo está en el límite entre juego narrativo y no narrativo, y por sus cualidades específicas no será analizado en esta obra.
Seguro que a todos se os ocurren ejemplos para los cuatro modelos. En el primero, estarían juegos más lineales; me vienen a la mente los shot'em ups clásicos: Streets of Rage, Final Fight, Ghosts'n'Goblins, etc. Para el segundo, Majewski cita los ejemplos de Wing Commander IV o Maniac Mansion. Para el tercero, juegos como la saga Stalker o Dark Messiah of Might and Magic. En el cuarto caso, estarían la mayoría de MMORPGs, o juegos del estilo SimCity o Civilization. Estos cuatro modelos serán analizados más adelante. En esta primera parte del artículo, resumiremos la parte de la tesis de Majewski que se centra en el debate entre jugabilidad y narrativa.

Videojuegos como medio no narrativo
Para empezar, Majewski analiza las opiniones de Markku Eskelinen, para el que siempre se ha abordado los estudios sobre VJ en relación a la narrativa (y sus concomitancias con la literatura o el teatro). Para este experto, lo importante no es si el VJ tiene una narrativa o no (para él, es secundario: es un valor añadido al márketing del producto, pero no es más que algo complementario) , sino la jugabilidad. Eskelinen piensa que la narrativa no es lo que tiene que estudiarse, pero no justifica sus opiniones, lo que empobrece su punto de vista.


Videojuegos como el futuro de los medios narrativos
Eskelinen representa uno de los extremos del debate, en el otro lado del cual están las posturas que más pro-narrativas que no tienen en cuenta que, en el fondo (y ésta es la idea central de Majewski), lo narrativo es sólo uno de los aspectos a tener en cuenta en los VJ, junto a la jugabilidad. Además, la tecnología ha permitido en los últimos años que el salto entre narración y jugabilidad no sea tan evidente. Me explico: el problema de si la narrativa o la jugabilidad era más importante era más grande en juegos donde la diferencia entre las secuencias de juego y no-juego (secuencias de video, presentaciones, etc.) era muy notable. En la actualidad se ha consegudi o la misma calidad entre las dos cosas (los gráficos son equivalentes, o simplemente se usa el mismo motor para el juego y los videos. Un ejemplo que se me ocurre son las escenas introductorias de Left 4 Dead). Lo cierto, aún así, es que hay una oposición de facto entre narrativa e interactividad/jugabilidad, no sólo porque hoy por hoy la interacción total y completa en el mundo de la narración del VJ es imposible (no podemos interactuar con todos los elementos, no podemos sostener cualquier tipo de conversación o tener cualquier tipo de comportamiento y que todo ello influya de manera decisiva en el desarrollo de los acontecimientos), sino porque, además, algunos eventos dramáticos han de ser irreversibles para que tengan suficiente resonancia emocional para el jugador. Como ya había indicado Juul, al mismo tiempo que la interactividad aumenta en un VJ, la narrativa es cada vez más problemática. Concluye Majewski esta sección indicando que se ha probado suficientemente que la cuestión no es estar en contra o a favor de los juegos con narrativa. Son dos conceptos diferentes, ambos merecedores de igual atención.

Narrativa y jugabilidad como combinación problemática
Aquí Majewski lo que hace principalmente es resumir las ideas de Jesper Juul, que ya analizamos en nuestra serie de tres artículos Videojuegos y narrativa, pero que repasaremos aquí. Resumiendo mucho, Juul argumetna que la interactividad provoca dificultades en la narrativa. Su teoría es que, cuanto más desarrolla su complejidad narrativa, menos interactivo ("game-like" literalmente) resulta un VJ. También, si os acordáis, Juul decía que un juego con una narrativa más compleja era menos rejugable que otro con menos: uno tiende a volver a jugar más a juegos como Tetris, Lemmings, Bomberman, etc., que a un Blade Runner, Cthulhu: Dark Corners of the Earth, Myst... Aquí Majewski observa acertadamente (y en el post que le dedicamos los comentarios iban por el mismo camino) que lo de que sea menos interesante de rejugar o no un juego es algo muy subjetivo. También notaba Juul que toda narrativa implica un pasado, por cuanto los hechos, se narren en el tiempo que se narren, ya han sucedido para el narrador; mientras que en el videojuego la temporalidad siempre es presente, porque de lo contrario el jugador no podría modificar el flujo de la acción con las suyas. Es más, para Juul, en los VJ coincidían tres tiempos (el del juego, el de la narración de los hechos del juego y el del jugador) y que en ellos no había elipsis, y si las había no tenían un propósito narrativo. Majewski ve que sí puede haber elipsis, pero siempre durante las cutscenes (escenas de video, o, en todo caso, no interactivas) porque son éstas escenas narrativas. Las conclusiones a las que llega es que parece claro que la combinación entre narrativa e interactividad es un reto para los videojuegos. Juul apostaba al final de su tesis por un futuro en el que los VJ puedan alcanzar una interactividad total, que aún no puede ser alcanzada por motivos técnicos obvios, pero para Majewski no hay un debate entre si un tipo de juegos es mejor que otro. Ambos pueden seguir desarrollándose, y, sobre todo, cruzándose, para obtener nuevas y mejores experiencias de juego.
En la próxima entrega de este artículo analizaremos las relaciones entre lector, actor y narrador, y aspectos como la subjetividad, la actuación y la narración en los VJ, analizando las teorías de Brenda Laurel, que ponen en relación los VJ con el teatro.

Anteriormente, en Cisne Negro:
· Videojuegos y narrativa (I)
· Videojuegos y narrativa (II)
· Videojuegos y narrativa (y III)
· Videojuegos abiertos y videojuegos cerrados

Winter is coming, Hobbes!

[Obra de Joel Watson, visto en Machacas]

24.8.11

Carta a Benedicto

Estimado Benedicto,
Posiblemente recibas muchas cartas de admiración hacia tu labor de apostolado. Ignoro si las contestarás todas, e incluso si las leerás. Pero, después de ver el despliegue del cual has sido protagonista estos últimos días en Madrid, no he querido ser menos, y te envío esta carta para que podamos compartir una serie de reflexiones que me vienen a la cabeza. Todas desde el cariño y la humildad, por supuesto.
No sabes lo mucho que has alegrado nuestro país con tu visita, Benito. ¿Te puedo llamar Benito? Seguro que me lo permitirás. En España, sobre todo, se ha alegrado mucho un canal de televisión que siempre está predicando el apocalipsis, ¿sabes? España se hunde, España se rompe... La juventud sucia y perrofláutica parecía que había tomado la calle estos últimos meses, pero con tus jornadas hemos visto, como ellos nos indicaron, la verdadera juventud de España: una juventud limpia, sana, esperanzada, no rencorosa. Seguramente los restos de botellones que algunos testimonios han visto estos días por las zonas de acampadas de peregrinos mentían: los jóvenes cristianos no beben, no se drogan, no ensucian. Quizá incluso no se hubieran sentido mal por pagar un abono normal de transporte como cualquier otro turista que llega a la capital, ¡qué demonios!, como cualquier hijo de vecino que viva allí. Pero tu visita, Benito, nos iba a reportar mucha entrada de dinero, según algunos, por lo que qué más da. En fin, te decía que, al menos, el canal que siempre nos advierte sobre la destrucción del país por las hordas comunistas, masónicas y ateas, por unos días ha estado henchida de alegría, inflada como un pavo de poder retransmitir en directo todos los acontecimientos que tu visita generaba. Ya por eso valía la pena que vinieras.
Y es que la has liado bien en Madrid, Benito. Viendo las imágenes de las calles llenas de gente, con sus banderines, sus canciones, su euforia por estar cerca de ti, las horas de cola, las esperas bajo el sol para verte de refilón pasando con el batmóvil... Entre tú yo, Benito... ¿O prefieres Joseph? ¿Quizá Pep, podemos hablar de Pep a Pep? Entre tú y yo, digo... ¿No crees que te has pasado un poco? Quiero decir... ¿Un escenario de cientos de metros en un aeródromo, con una especie de ola gigante como si estuvieras partiendo las olas del Mar Rojo? ¿Esos tronos, todo ese boato, Benito? Cuando ibas viendo las tomas generales de la multitudes enfervorizadas por, no ya escucharte, porque estabas a cientos de metros, sino por estar cerca de ti; al ver esos planos aéreos de millones -¡millones, nos decían!-¿no pensabas que las cosas se habían salido un poco de madre? Porque, vamos a ver, Benito... ¿no crees que celebrar tu llegada como si fueras el mismísimo Mesías es un poco... no sé... idólatra?? Quizá, sólo quizá ha sido todo un poco excesivo, porque, después de todo, no eres ningún santo (no quiero que me mal entiendas, lo digo de forma literal, no creas que voy a reprocharte, como muchos, tu pasado nazi), no tienes superpoderes... Vale, puede que te parezcas un poco al Emperador Palpatine cuando era más joven, pero aparte de eso, sólo eres el jefe de un culto religioso, como el Dalai Lama o... como quiera que se llame el jefe de la iglesia ortodoxa. ¿Tu palabra es dogma? Para algunos parece que sí, pero yo no acabo de entender esta divinización que quieren conseguir contigo y que tú aceptas de forma estoica y quizá en el fondo algo placenteramente.
Nos dices en uno de tus numerosos discursos que no se puede ser creyente sin estar en la Iglesia. Vaya, Benito, eso me parece un poco atrevido, ¿no crees? Entiendo que quieras conservar tu franquicia (como decía un amigo), pero tu osadía me parece excesiva. ¿O estás conmigo o estás contra mí? Mmm... Una persona inteligente como algunos afirman que eres debería saber que no está bien manipular de esta manera. Como el mismo lema de tu reunión de amigos: la JMJ. Jornada Mundial de la Juventud. ¿De qué juventud? ¿De toda? De toda creo que no, porque nuestros amigos de la televisión apocalíptica insistieron en que hay dos juventudes: la perdida (ateos, vándalos) y la sana (la que te venía a ver). Además, tus peregrinos lo cantaban: "Ésta es la juventud del Papa". Deberías haberlas llamado Jornada Mundial de la Juventud Católica, ¿no crees? Más que nada por no crear equívocos y que se sumaran a la visita, no sé, alguna organización de boy scouts despistados, o alguien que pensara que todo aquello eran unas jornadas masivas de rol en vivo. ¿Cómo dices? ¿Qué se podría haber usado "Juventudes Cristianas"? Mmm... no, ¿sabes? Ésa es otra. En literatura lo llamamos sinécdoque. Es una figura retórica que nombra la parte por el todo. Es decir, cristiano por católico. Pero creo, Benito, que aquí, la intención de tu grupo no es inocente al elegir una cosa u otra. No todos los cristianos son católicos. Seguro que tú lo sabrás mejor que yo, de esto controlas: hay protestantes, hay calvinistas, hay ortodoxos, hay anglicanos... Todos esos, por lo que entiendo yo, también son cristianos, pero no son ésos los que acudieron a ti estos días. Tengo que decirte que, como filólogo, me duele que uses esas las palabras como instrumento para la supremacía de tu grupo.  O sea, ¿no adoráis todos al mismo dios? ¿Por qué hacerles de menos? ¿Es una cuestión de competencia, de tantos por cientos en los mapas? No lo entiendo.
Lo que sí puedo entender es por qué has elegido tu reunión en nuestro país. Ya has venido como dos veces más antes. Supongo que no es porque te guste especialmente el calor que hace en Madrid en agosto. Supongo que nos visitas porque éste es un país de pecadores, que ha hecho diversas reformas que, paulatinamente, han hecho que tu iglesia vaya perdiendo poderes. Además, con este gobierno de izquierdas dándo pábulo a abortistas, homosexuales, gente que quiera divorciarse, hay que defender el modelo que tú representas. Pero dicho sea de paso, cada vez que pienso en el flagrante machismo de tu jerarquía, en la casi exclusividad de lo sexual en lo relativo a tu moral, en la importancia que le estás dando a volver a los ritos más rancios (que si misas en latín, que si dar la espalda a los asistentes a la eucaristía, etc.), me digo ¿esto es lo que hubiera querido Jesús? ¿Como representante de Dios en la Tierra, Jesús te ha dicho que los  homosexuales son enfermos y deben frenar su concupiscencia porque es contranatura; que hay que reservar para descubrir dentro del matrimonio una cosa tan importante para la pareja como es la sexualidad, etc? Pensaba que, ya que hablas de cristianismo, las enseñanzas de Cristo, como el resto de grandes maestros, versan, en el fondo, sobre ser buena persona, y no sobre dónde y cuándo metes qué. Vamos, no sé, es mi impresión.
Por cierto, no sé si lo sabes o te lo han contado, pero después de que te marchases de Madrid, el fin de fiesta lo organizó el Camino Neocatecumenal. Los kikos, vamos. El fundador de este grupo cameló a tu predecesor y le convenció de que era sólo un "itinerario de formación católica", consiguiendo su visto bueno, cuando en realidad es un grupo fundamentalista, ultraortodoxo y fuertemente reaccionario (comparado con ellos, el Opus Dei es un grupo de nenazas comunistas) que se cree en posesión de practicar el verdadero cristianismo y que, a la postre, comparte sospechosamente muchas características con la definición de secta destructiva: líder carismático al que seguir fanáticamente (que además, es el autor pictórico de todo el atrezzo religioso que se usa en sus reuniones), separación de la comunidad de las personas que no pertenecen al grupo, pago de un diezmo a la comunidad, adoctrinamiento de los miembros en reuniones semanales, etc. En el espectáculo que ofreció Kiko Argüello -el hombre de la camisa negra, cual siniestro Johnny Cash- incluyó su afirmación de que Dios le ha dicho que hay que enviar 20.000 sacerdotes para evangelizar China (al momento tenía 8.000 ofrecimientos de vocaciones). Cuando lo leía, no podía evitar recordar una escena, creo que era de La colmena de Cela, donde unas señoras están reunidas y ponen algunas monedas en esas huchas con forma de cabeza de niño "para ayudar a los chinitos", que, pobres de ellos, viven en el infierno ateo. Benito, deberías tener cuidado con quien privilegias en tu organización. Creo que los extremos nunca son buenos, y este grupito representa la cara más intolerante de una Iglesia que se retrotrae a los momentos de la Edad Media.
Pero, ey, igual está bien que todo sea así. Una vez el escritor Cristóbal Serra nos contaba en su casa que quizá lo más definitorio de la Iglesia es precisamente su apego a la tradición, y sin esa tradición obsoleta y rancia no sería ya la Iglesia católica, sería otra cosa. En fin, tú sabrás, que eres el mandamás del cotarro. Yo, por lo pronto, te dejo mis impresiones y ya me dirás qué piensas de ellas.

19.8.11

Cambio de plantilla

Tras tres años con una plantilla originaria de Wordpress (debo volver a dar las gracias por la ayuda a la hora de adaptarla a Laroca), y aunque me gustaba más que ésta que he puesto, había cosas que no había conseguido solucionar, como por ejemplo el hecho de no poder ver las páginas anteriores del blog o de una etiqueta. Así que he decidido cambiar estética por funcionalidad con esta plantilla básica de Blogger modificada para la ocasión. En fin, que esto es lo que hay.

20 palabras sin equivalencia en español

Os copio a continuación una interesante lista de palabras, no "intraducibles" como dice el post original, sino que no tienen correspondencia exacta con una palabra en español. Algunas más cercanas a una palabra que otras, lo cierto es que el conjunto es filológicamente curioso, por lo que ma ha parecido interesante compartirlo aquí:

1. Toska (ruso). Vladmir Nabokov lo describe mejor que nadie: “Ninguna palabra del inglés traduce todas las facetas de toska. En su sentido más profundo y doloroso, es una sensación de gran angustia espiritual, a menudo sin una causa específica. En el aspecto menos mórbido es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que nada haya que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. En algunos casos podría ser el deseo por algo o por alguien en particular, la nostalgia, una pena de amor. En su nivel más bajo, se reduce al hastío, al aburrimiento.”

2. Mamihlapinatapei (yagan, lengua indígena de Tierra del Fuego, Argentina). “Es la mirada cargada de signficado que comparten dos personas que desean iniciar algo, pero que son reacias a dar el primer paso para comenzar.”

3. Jayus (indonesio). “Un chiste tan mal contado y con tan poca gracia que uno no puede hacer otra cosa que reirse”.

4. Iktsuarpok (iniut).“Salir para ver si alguien está viniendo.” 

5. Litost (checo): Milan Kundera, autor de La insoportable levedad del ser: “He buscado vanamente en otras lenguas el equivalente de esta palabra, porque me parece difícil imaginar como alguien puede comprender el alma humana sin ella”. La definición más cercana es un estado de agonía y tormento creado por la visión repentina de la propia miseria.

6. Kyoikumama (japonés) – “Una madre que presiona despiadamente a sus hijos para que obtengan logros académicos” 

7. Tartle (escocés): Ese momento de vacilación al presentar a alguien, porque te has olvidado su nombre.

8. Ilunga (Tshiluba, sudoeste del Congo): Palabra famosa por su intraducibilidad, la mayoría de los traductores la definen como la altura moral de una persona “que está lista para perdonar y olvidar una primera ofensa, tolerarla una segunda vez, pero nunca perdonar ni tolerar una tercera ofensa”.

9. Cafuné (portugués de Brasil) “El acto de peinar a alguien suavemente con los dedos.” [aunque en español podría ser atusar].

10. Schadenfreude (alemán): Bastante famosa por su significado, intraducible en la mayoría de las lenguas (no así en español), es complacerse maliciosamente con la desgracia ajena, o regodearse.

11. Torschlusspanik (alemán): En contexto, esta palabra se refiere al “miedo a que disminuyan las oportunidades a medida que uno envejece.”

12. Wabi-Sabi (japonés): Mucho se ha dicho de este concepto japonés, pero al usarla en una oración uno podría entender esta palabra como “una manera de vivir cuyo foco es encontrar la belleza dentro de las impefecciones de la vida, y en aceptar tranquilamente el ciclo natural de crecimiento y decadencia.” (Altalang.com)

13. Dépaysement (francés): El sentimiento de no estar en el país de uno.

14. Tingo (Pascuense, Isla de Pascua): Ojalá que no necesites usar esta palabra muy seguido, porque es “el acto de llevarse de la casa de un amigo los objetos que uno desea, pidiéndoselos prestados paulatinamente.”  

15. Hyggelig (danés): Su traducción literal sería algo así como “sentirse cómodo en un lugar acogedor”, pero estas palabras no pueden ni por asomo capturar la esencia de hyggelig; es algo que hay que experimentar para entender el concepto. Cuando pienso en hyggelig, pienso en buenos amigos, una cerveza helada y el fuego crujiente.

16. L’appel du vide (francés): La necesidad urgente de saltar desde lugares altos. [Lo que en Mallorca conocemos como balconing :p]

17. Ya’aburnee (árabe) – Mórbida y bella al mismo tiempo, esta palabra significa “tú me entierras”, y alude al deseo de que uno se muera antes que su interlocutor, para no tener que sobrellevar su dolorosa ausencia.

18. Duende: No en el sentido de entidad juguetona y maravillosa, sino en el del encanto misterioso e inefable que hace que se produzcan las manifestaciones artísticas (como los duendes del cante flamenco). [Sí, es una tontería poner una palabra española en una lista de palabras sin equivalencia en español]

19. Saudade (portugués): Traducible o no, es una de las palabras más hemosas del mundo. Originaria del portugués, fue incorporada a la lengua castellana y signfica “soledad, nostalgia, añoranza”, aunque el sonido y la textura de saudade expresan esos sentimientos mejor que ninguna otra palabra. [Lo que solemos llamar morriña, ¿no?]

20. Gaman (japonés): Cada primavera, las familias japonesas ondean banderas con forma de carpa, un pez que nada contra la corriente y que simboliza para ellos el espíritu de gaman: la determinación para afrontar los obstáculos en la vida, de persistir en el intento con paciencia y dignidad, aún frente a aquellos desafíos que parecen insuperables.

[Tomado de Matadornetwork]

17.8.11

La gran visita (Ramón Buenaventura)

Me hago eco del post que hace poquito subió Ramón Buenaventura acerca de la visita del Papa, y consideraciones generales sobre la deriva de la iglesia católica bastante acertados, en mi parecer:

He vivido bajo el poder de los siguientes Papas:
Pio XII (1939-1958)
Juan XXIII (1958-1963)
Pablo VI (1963-1978)
Juan Pablo I (1978-1978)
Juan Pablo II (1978-2005)
Benito XVI (2005-)
pioxiiicojuanxxiiiicopabloviicojpiiicojpiicoBenedictoXVI1
De Pío XII solo recuerdo los reportajes que publicó Paris Match sobre su muerte, mala, al parecer, aunque endulzada por repetidas apariciones de Jesucristo, quizá felicitándolo por su excelente gestión. Mi abuela tenía en su dormitorio un cartel de indulgencias autografiado por él. Era feo.
     Juan XXIII, como tantas veces se ha dicho, tenía pinta de cura párroco de los que no gastan sobrina ni ama. Quiso modernizar la Iglesia, no en los contenidos —Dios lo librara: eso nunca— sino en las relaciones públicas: quitó el latín, aligeró la Semana Santa (que era un coñazo insoportable), suprimió unos cuantos detallitos molestos del reglamento exterior de la Iglesia. Organizó un Concilio muy nombrado. Creo que lo hicieron beato. Anthony Burgess lo utilizó para una excelente novela. A mí me molestó, porque todo intento de modernidad eclesiástica me parece mal: me gusta que los cristianos sean tan antiguos, intransigentes, agresivos, etc., como siempre han sido. La misa, en latín, oiga.
     Pablo VI le tocó un poquito los cataplines a Franco. No mucho. Justo para quedar bien, cuando las bestiales ejecuciones de 1975, aunque en los sesenta también hubo sus dimes y diretes con el asunto de la «representación» (en pocas palabras: la Santa Sede quiso discutirle a Franco el «derecho» a elegir obispos que le concedían el Concordato y la Gracia de Dios)… Pablo VI recordaba un poco a Pío XII, en lo físico, y era una de esas personas de las que se desconfía a primera vista. No me fijé mucho en él, la verdad.
     La muerte de Juan Pablo I a los pocos meses de pontificado me pilló en Roma. Recuerdo que los italianos con quienes hablé (los empleados de Sangemini, que era mi embotellador en Italia) daban por indiscutiblemente cierto que lo habían asesinado, por pedir las cuentas del Vaticano, y hasta cierto punto estaban encantadísimos con el suceso, porque venía a ser el renacimiento de una vieja costumbre local (la de apiolar pontífices, quiero decir)… Lo cierto es que no recuerdo qué cara tenía, el hombre.
     Juan Pablo II era un beato mariano y me cayó mal desde el primer instante, pero, al final, sobre todo por aquello de que «tras mí vendrá quien bueno me hará», el hombre resultó bastante inofensivo. Su afán, creo, consistió en reivindicar o reafirmar o reinstaurar (no sé qué verbo cuadra mejor) la pureza de la Iglesia, eliminando todos los brotes de liberalización que habían surgido en los últimos años: nada de manga ancha en ningún terreno; vivan los pecados de toda la vida, tan mortales como siempre; y mucho ojo con las mujeres, que son la puerta del Diablo. Janua Diaboli. En bastantes aspectos, la Iglesia vino a recuperar, con él, la ruda mentalidad de los Primeros Padres (san Jerónimo, Tertuliano, etc.: grandes hombres de márquetin, ferinamente ginófobos).
     Benito XVI, llamado Benedicto XVI, me parece, en cambio, muy peligroso. No ha debido de ser muy listo nunca (su pasado y sus obras así lo sugieren), o, en todo caso, no tiene ya las neuronas muy despiertas. Dando por restaurada e irreversible la pureza de la Iglesia, limpia ya del desviacionismo de Juan XXIII, el hombre ha llegado a la conclusión de que ahora toca recuperar el poder. En ese aspecto, la Iglesia está comportándose, con algún retraso, como todas las demás grandes corporaciones. La idea está clara: hay que eliminar por completo el «progresismo» que se impuso en Occidente, por acción de la fementida Izquierda, a lo largo de los siglos XIX y XX; poder absoluto, ilimitado, fuera de la ley, para las grandes corporaciones y para las ricos; devolución de la gestión del ideario social a los estamentos religiosos (no solo a la Iglesia, claro; el evangelismo norteamericano es más radical aún). Lo que este Papa nos está diciendo es que lo único que necesitamos es religión: fe en Dios, sustitución de todas las legislaciones por la Ley de Dios, implantación profunda e inamovible de la Moral Divina, que cancela cualquier otro conjunto de valores que haya podido funcionar en el pasado reciente. A eso se refiere cuando habla de volver a evangelizar Occidente, empezando, desde luego, por España (no porque la ame, sino porque le parece la más débil, la zona católica donde menos asentados se hallan el Estado de Derecho y la Libertad Ciudadana) (tampoco es que Italia sea una maravilla en este sentido, desde luego; pero prefieren acosarnos a nosotros, quizá por algún pacto secreto con Berlusconi) (esto último es broma). Da la impresión, además, de que él y sus asesores (entre los que destaca, en España, otro señor bastante romo, el amigo Rouco) (por no mencionar a Cañizares, que dice unas tonterías pintorescas casi simpáticas) están convencidos de que pueden lograrlo. Y está echando el resto.
Yo creo que se equivocan. Para empezar, me parece imposible que este Papa, con su ropa de alta costura, sus tiaras de diseño, sus chapines primorosos, su pelo teñido de blanco impoluto, su sonrisa inverosímil, logre convencer a nadie que no le esté entregado de antemano por la fascinación del cargo. Yo, desde luego, no hablaría con él ni en un ascensor parado entre dos pisos, y no por aversión, sino porque no me interesa absolutamente nada lo que pueda pensar ese hombre sobre ningún tema concebible. Y supongo que no estoy solo en esta actitud.
     Lo cual, me parece, es gravísimo, porque quiere decir que la guerra declarada por el fundamentalismo religioso a la sociedad laica no ofrece ninguna posibilidad de pacto. Hasta ahora, hemos venido conviviendo como podíamos. El poder civil toleraba algunas jurisdicciones del poder eclesiástico —demasiadas, para mi gusto, pero llevaderas— y el poder eclesiástico solo se metía de vez en cuando con el civil, sin verdadera intención de control, más que nada por marcar las distancias. Desde la llegada del Papa nuevo, toda posibilidad de convivencia ha desaparecido: es la guerra de exterminio contra los no creyentes que jamás nos someteríamos a sus valores.
     Lo del totus tuus fue patético, en su momento, pero no supuso la ocupación de Madrid que va a suponer la próximo visita de Benedicto XVI, ni implicó una campaña de márquetin tan poderosa como la que se ha puesto en marcha esta vez, con herramientas tan jacarandosas como el levantamiento de la excomunión a las culpables de aborto (no así a quienes, como yo, estamos excomulgados por habernos casado por lo civil sin anular antes, previo paso por caja en la Santa Rota, nuestro matrimonio por la Iglesia; seguramente porque no resulta fácil imaginar que nos arrepintamos), la batería de confesonarios de diseño en el Retiro, la organización modelo Up With People (¿se acuerdan ustedes de aquel grupo de bobalicones sonrientes que en español se llamaban Viva la Gente?) (Pues igual), la probable compra de apoyos mediáticos. Es un ataque en toda regla, a fondo, sin cuartel. Santiago y cierra España. 
     Lo único bueno de todo esto es que hoy en día no hay nada que dure más de dos semanas. A mediados de septiembre todos habremos olvidado, completamente olvidado, la Gran Visita.
(Una seña de que las cosas han cambiado: ahora me da miedo publicar esta nota; hace un par de años no se me habría pasado por la cabeza que alguien pudiera agredirme por escribir lo que escribo.) (De hecho, incluso he cambiado el título, no sea que Facebook me lo censure directamente.) 
Ramón Buenaventura

El post original, aquí.

Parecidos razonables (VII): Shamrain vs. Tesla


Dos portadas, una de la banda Tesla, con el disco Twisted Wires and the Acoustic Sessions (2011) y otra de un grupo que no conozco, Shamrain, el EP llamado Deeper into the Night (2006). ¿Casualidad?

14.8.11

Principe Valiente, el heredero del post-punk

Extraño nombre para una banda sueca, sí. Príncipe Valiente es una joven banda de Estocolmo, compuesta por Fernando Honorato (vocal, bajo, teclados), Alexander Lehto (guitarra) y Joakim Janthe (batería), y que existe desde 2005. La música de su disco debut homónimo (2011) transita principalmente por la senda post-punk, aunque hay quienes han querido ver en ellos también algo de shoegaze o new wave. Vi su disco disponible en algún blog de descargas (de los cientos que tengo en el Igoogle, por lo que no recuerdo en cuál exactamente), y al principio fui un poco escéptico a la hora de escucharlo, pero después de concederle tres o cuatro audiciones al álbum he de decir que me ha convencido. El disco suena nítidamente -no creo que nadie dude en esto- a bandas como Interpol o She Wants Revenge, según he leído. Yo añadiría a los Sisters of Mercy (clarísimamente en cortes como New Life) o Joy Division. Canciones con componente electrónico, y un ritmo muy característico de esa música de los 80, con sus síncopas y sus cambios, y una voz también muy en la onda de Ian Curtis o Andrew Elritch, aunque no tan cavernosa como este último. Lo que sí es seguro es que este disco os devolverá directos a los años 80. Podéis escuchar el disco íntegramente en Spotify.

· Enlaces útiles: perfil en Last.fm. Video oficial de The Night en youtube. Y de One more time.

11.8.11

Discos que adoro (VII): Emperor - Prometheus: The Discipline of Fire and Demise


Corre el año 2001 y Emperor se encuentra en el apogeo de su carrera. El grupo es considerado como uno de los pilares del black metal y sus discos han llevado al género a un nuevo estándar, sobre todo en lo que se refiere a la aportación sinfónica al crudo sonido del black que Emperor aportó. En el anterior IX Equilibrium (1999), Ihsahn empezaba a tomar el control total de la banda, encargándose de la mayor parte de la composición y letras de los álbums. Pero es en la última entrega de estudio de Emperor donde Ihsahn crearía la obra maestra que es Prometheus: The Discipline of Fire and Demise.
Y es que para este último disco de Emperor, Ihsahn se empleó a fondo; escribió todas las canciones, las letras e incluso interpretó diversos instrumentos. Aunque tomado casi como si fuese un proyecto propio (ya estaba embarcado en otros, como Peccatum o Thou Shalt Suffer), Ihsahn quiso que siguiera sonando a Emperor. Lo que nos ofrece es un tremendo disco de black metal, oscuro, lleno de confusión y dolor, y alejado de letras satánicas prototípicas del género. O al menos, en lo que se refiere a la parte más teatral de la pose habitual.
Porque Prometheus es también luciferino, pero por otras razones. No nos habla de adoraciones al diablo ni misas negras, nos habla, a través de la figura mitológica de Prometeo, de la Rebelión. Un tema con el que el Fin de siglo se sintió muy atraído, desde los tiempos del Romanticismo. Las figuras malditas, los marginados, los outsiders, los diferentes. Los que están fuera de la sociedad. A todos ellos retrata Lucifer, el Lucero de la Mañana, el que cayó en desgracia por rebelarse contra el sistema, por intentar controlar su propio destino. Prometeo es también una figura luciferina. Como Lucifer, es "el que trae la luz": roba el fuego a los dioses y lo lleva a los hombres. Ese fuego es el del conocimiento, el del destino, es la manzana mordida en el Paraíso. Si este disco tiene algo de satanista (en su faceta más individualista) es que habla de cortar los amarres que nos atan a los convencionalismos y a tomar las riendas de nuestro destino.

Lo que ofrece Prometheus es un disco sin concesiones. Desde su inicio, con The Eruption, que empieza con un clavicordio muy barroco y la voz susurrante que dice "… and after years in dark tunnels / He came to silence / There was nothing", y a partir de ahí se desata el caos absoluto. Sí, es dificil entrar en el disco, porque su complejidad abruma: las múltiples capas de sonido dejan al oyente confuso en su avalancha sonora, uno tarda mucho en hilar poco a poco las líneas de la teclado, la guitarra desquiciada, el brutal ritmo de la batería. Depraved, a continuación, tiene una introducción de pesadilla, que nos introduce en un mundo de sombras, hasta que llega a la parte central donde se unen de forma magistral el blast beat de la batería, el riff de sierra eléctrica y los arreglos orquestales de fondo. Empty va más allá y nos introduce en un mundo de absoluta pesadilla. Es la típica canción enfermiza que se te queda rondando en la cabeza cuando vas a dormir y no te puedes quitar de la cabeza. Dice de ella la reseña que cito más adelante "Su propósito es presentarnos la versión del alma torturada que en esta versión del clásico es Prometeo desde un principio. Vacío explota como una tormenta salvajemente ordenada, echa de elementos dodecafónicos y de timbres audaces. Todas las líneas forman parte de una sola pero no coinciden nunca. El armónico artificial de la guitarra es contestado por un trino de una flauta. Operáticamente Ihsahn denuncia: “Él es una carcasa vacía – corazón luciferino enfermo de guerra.  Otro de los grandes momentos del disco es In the wordless chamber. "Es el mundo de los hombres antes de Prometeo. Es nuestro mundo. La enfermedad del hombre se retuerce por la tierra sin sentido, agarrándose a ella como al vientre de la madre, clamando por una cura, por una salida. Es en este momento, viendo la desesperación y la esperanza del hombre, cuando Prometeo decide robar la sabiduría del fuego. Gran marco conceptual para la obra maestra que esta canción es. Pura poesía y violencia en la piel de un repentinamente wagneriano Ihsahn".
Prometheus no es un disco que vaya perdiendo fuelle a medida que pasan las canciones, sino todo lo contrario. En el álbum, la tensión va en aumento y cada canción es más dura que la anterior, más desesperada, más dolorosa. Lo vemos en He Who Sought the Fire, con ese arranque increíble (he de reconocer que tengo cierta debilidad por esas explosiones de pura maldad que muchas veces dan inicio a una canción en el black metal) o en la canción que cierra el disco, Thorns on my grave, que para mí es el epítome de la música extrema. Su primer minuto y medio son lo más terrorífico que he oído jamás en música: un apocalipsis sónico con una batería inhumana y una guitarra que parece arrancar la piel a tiras al oyente, hasta el momento que, desde las profundidades, Ihsahn exclama la última voluntad de Prometeo: "I hereby commit my body to the ground / sterilised and wrapped in plastic foil / being an object of this space and time / this body should remain concealed / for it holds every disease / ever exposed". Como dice la reseña que cito, "Este épico acto final es un pasaje oscuro y lleno de dolor. El black-death sinfónico inicial nos muestra gráficamente una melodía que parece recrear el pico del águila arrancando la carne del hígado de Prometeo. Cada vez más doloroso, cada vez más agudo. Eternamente. Como si de las últimas reflexiones de un dios de lo oscuro se tratara la música no pierde su seriedad en ningún instante, sirviendo de epitafio al ángel caído". 

Estamos ante un disco sumamente complejo, tanto en lo que se refiere a la composición musical como a las letras, y que es evidente que es difícil entrar. Sin embargo, y pese a su radicalidad, a mí me sirvió de plataforma de entrada en el black metal, y creo que de todos los discos que he escuchado de este genero, me quedo sin duda con éste. Quizá otros discos de Emperor sean más "trve", o más fieles al black metal original, pero lo que creo que hace éste especial es la magnífica pericia de Ihsahn como compositor, capaz de ensamblar sabiamente tantas y tan complejas piezas y dar como resultado este increíble disco, donde resuenan ecos de la música clásica, algo de metal progresivo, pero, sobre todo, black metal. Y, además, la capacidad de condensar en música toda esa oscuridad y malevolencia que destila el disco.
Todo lo que pueda haber dicho yo de este disco palidece ante el extenso artículo en tres páginas que apareció en Extreme Torture Souls, y que he citado aquí varias veces en cursiva, donde se disecciona a conciencia el disco y sus circunstancias, y que os recomiendo. Tanto este artículo, como el descubrimiento de Emperor e Ihsahn se lo debo a Maria Picassó, artistaza y amiga, la cual ha tenido la oportunidad de trabajar con/para el susodicho Ihsahn y su mujer. Hace relativamente, se reeditó la discografía de Emperor. La edición de Prometheus incluye una sobria caja de cartón donde encontramos el digipack con el cd (negro e imitando un vinilo), un desplegable con las letras y un libreto que reproduce una entrevista con el grupo publicada originalmente en Terrorizer Magazine. Si usáis Spotify, podéis escuchar el disco íntegramente aquí. También podéis ver el enfermizo vídeo oficial de Empty aquí.



Con anterioridad:
· I (años 70): Led Zeppelin - Physical Graffitti.
· II (años 80): Thin Lizzy - Thunder and Lightning.
· III (años 90): Alice in Chains - Dirt.
· IV (años 00): Therion - Deggial.
· V (años 90): The Gathering - How to Measure a Planet.
· VI  (años 90): Blind Guardian - Nightfall in Middle-Earth.
[Entrada programada]
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