Nuevos horizontes para la música antigua
La música antigua goza de mucha salud hoy en día, tanto por los músicos que se acercan desde un punto de vista más histórico y clásico (valiosísimo es el trabajo del musicólogo Jordi Savall, por ejemplo, o del Ensemble Unicorn, cuyos trabajos publicados en sellos de música clásica son excelentes), como de las bandas que, de un tiempo a parte, se han visto fascinadas por la música popular medieval y han hecho de este sonido su bandera (Corvus Corax, los españoles L´Ham de Foc, Hortus Musicus, entre muchos otros. A este proposito es muy útil la serie de antologías que la germana Subterranean ha publicado bajo el nombre de Miroque, y que ya ha alcanzado los 13 volúmenes).
Pero el folk medieval ha dado muchos otros frutos fusionándose con otros géneros musicales. En especial llama la atención cómo ha llegado a un punto de encuentro la música electrónica con la antigua, acuñándose el término electromedieval para referirse a la música que tuvo sus iniciadores en grupos como Qntal o Helium Vola. En este género sincrético quiero destacar dos álbums de reciente aparición:
· O Quam Tristis: Meditations Ultimes (2005): O Quam Tristis es un grupo francés que mezcla ambos estilos logrando desde canciones acústicas (Benedicimus Te, Ad Esse Infernum) despojadas de modernidad hasta cortes donde los elementos electrónicos se mezclan con instrumentos tradicionales como gaitas, las flautas, dulcimer y percusiones (Anno, Mense, Die). El grupo hace gala de un buen conocimiento del material con el que trabaja: íntegramente en latín, sus temas son recogidos de la tradición medieval (O langueo es obra de Pierre de Blois, en los s.XII-XIII; Benedicimus Te proviene de un himno ambrosiano del s.VII, Terrae pertenece a los Carmina Burana) y el resultado es francamente curioso.
· Lamia: La máquina de Dios (2006): la formación argentina Lamia había editado ya con anterioridad dos trabajos, pero en este La máquina de Dios, la banda se pone de largo con una versión personal de nuestro cercano Llibre vermell de Montserrat. Desde su arranque con O Virgo Splendens vemos por dónde irá el grupo: un trabajo vocal preciosista sobre una base más electrónica quizá que O Quam Tristis, pero que consigue transmitir la misma emoción de los textos cantados en latín, occitano y catalán, como el Los Set Goytx o Mariam Matrem, o la polifonía sobre un arreglo muy rítmico en Laudemus Virginem. Hay que destacar por encima de todo el buen trabajo de las dos voces, la soprano Cecilia Marchesotti y el tenor Daniel Pomba. Un disco por descubrir.
Quizá algo difícil de digerir para los puristas de la música antigua, los acercamientos de O Quam Tristis y Lamia del EBM y los géneros aledaños del gran árbol gótico suponen otra de las reactivaciones de las que hoy día disfruta la música antigua. Ahora le toca juzgar al lector. In partibus infidelium...
La música antigua goza de mucha salud hoy en día, tanto por los músicos que se acercan desde un punto de vista más histórico y clásico (valiosísimo es el trabajo del musicólogo Jordi Savall, por ejemplo, o del Ensemble Unicorn, cuyos trabajos publicados en sellos de música clásica son excelentes), como de las bandas que, de un tiempo a parte, se han visto fascinadas por la música popular medieval y han hecho de este sonido su bandera (Corvus Corax, los españoles L´Ham de Foc, Hortus Musicus, entre muchos otros. A este proposito es muy útil la serie de antologías que la germana Subterranean ha publicado bajo el nombre de Miroque, y que ya ha alcanzado los 13 volúmenes).
Pero el folk medieval ha dado muchos otros frutos fusionándose con otros géneros musicales. En especial llama la atención cómo ha llegado a un punto de encuentro la música electrónica con la antigua, acuñándose el término electromedieval para referirse a la música que tuvo sus iniciadores en grupos como Qntal o Helium Vola. En este género sincrético quiero destacar dos álbums de reciente aparición:
· O Quam Tristis: Meditations Ultimes (2005): O Quam Tristis es un grupo francés que mezcla ambos estilos logrando desde canciones acústicas (Benedicimus Te, Ad Esse Infernum) despojadas de modernidad hasta cortes donde los elementos electrónicos se mezclan con instrumentos tradicionales como gaitas, las flautas, dulcimer y percusiones (Anno, Mense, Die). El grupo hace gala de un buen conocimiento del material con el que trabaja: íntegramente en latín, sus temas son recogidos de la tradición medieval (O langueo es obra de Pierre de Blois, en los s.XII-XIII; Benedicimus Te proviene de un himno ambrosiano del s.VII, Terrae pertenece a los Carmina Burana) y el resultado es francamente curioso.
· Lamia: La máquina de Dios (2006): la formación argentina Lamia había editado ya con anterioridad dos trabajos, pero en este La máquina de Dios, la banda se pone de largo con una versión personal de nuestro cercano Llibre vermell de Montserrat. Desde su arranque con O Virgo Splendens vemos por dónde irá el grupo: un trabajo vocal preciosista sobre una base más electrónica quizá que O Quam Tristis, pero que consigue transmitir la misma emoción de los textos cantados en latín, occitano y catalán, como el Los Set Goytx o Mariam Matrem, o la polifonía sobre un arreglo muy rítmico en Laudemus Virginem. Hay que destacar por encima de todo el buen trabajo de las dos voces, la soprano Cecilia Marchesotti y el tenor Daniel Pomba. Un disco por descubrir.
Quizá algo difícil de digerir para los puristas de la música antigua, los acercamientos de O Quam Tristis y Lamia del EBM y los géneros aledaños del gran árbol gótico suponen otra de las reactivaciones de las que hoy día disfruta la música antigua. Ahora le toca juzgar al lector. In partibus infidelium...
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