10.1.07

Cerrando 2006: los mejores álbums

Cerrando 2006: los mejores álbums

2006 ha sido un año en que realmente he escuchado mucha música. Mucha. No en vano mi contador en last.fm, que registra todas las canciones que suenan en el pc, está a punto de llegar a las 30.000. Y, aunque este año musical y personalmente ha brillado por el descubrimiento de bandas antiguas, muchas de ellas ya inactivas, sólo mecionaré aquí lo que fueron estrictamente novedades. Este pasado año nos deja algunos d
iscos realmente buenos. Aquí está mi somero repaso a lo que dio de sí 2006 (en cuanto a los gustos de Cisne Negro, claro. Uno aún no es omnisciente):

· The Gathering: Home. Los holandeses volvieron a crear un disco magnífico después del parón por la maternidad de la nunca demasiado ponderada Anneke Van Giersbergen. Ya muy alejado del o lo que fuera que hacían antes, con un sello muy personal y experimental. La voz de Anneke sigue siendo la mejor del panorama musical mundial. Quizá algunos fans se sientan decepcionados, pero para mí, de lo mejor del año. En este mismo blog apareció una reseña en marzo.

· Ihsahn: The Adversary. Libre de las ataduras de su banda Emperor, Ihsahn ha podido dar rienda suelta en solitario a toda su creatividad y el resultado es este magnífico disco de o . Un disco salvaje, enorme, monumental, que hay que escuchar con la menta abierta. Fue reseñado aquí en julio.

· Tool: 10,000 Days. Tool volvió este año para demostrar por qué es una de las mejores banda de la tierra. Y no decepcionó. Puro , críptico, simbólico, técnico y asombroso. Con una presentación en digipack de lujo. Aunque creáis que no la habéis leído, sí, hay una reseña en el Cisne Negro del mes de mayo.

Pero 2006 fue mucho más. Quiero mencionar sólo de pasada los
trabajos de Loreena McKennitt: An Ancient Muse, donde por fin nuestra querida harpista canadiense se dignaba a editar un nuevo disco de estudio, después de muchos años de silencio. El resultado podría haber sido mejor, pero no nos vamos a quejar; Lacuna Coil: Karmacode, el mejor disco que ha hecho esta banda desde el Unleashed Memories, con toda la fuerza y el sentimiento de antaño; Orthodox: Gran Poder, el doom más pesado y con una imaginería impresionante (como decía un crítico, ¿por qué ir de satanista si de nazareno puedes dar aún más miedo?) de manos de un grupo español; Melechesh: Emissaries, black metal desde Israel... ¿cómo se come eso?; The Beatles: Love, un pastiche (mashup lo llaman ahora) digno de las grandes ventas que tendrá; Nick Cave & Warren Ellis: Banda sonora de The Proposition, una magnífica partitura, a la que sólo se me ocurre calificar como el reverso oscuro de la de Local Hero; el retorno del duende del heavy metal con la versión en directo de Holy Diver, el citado abajo disco de Lamia La máquina de Dios; los agradables descubrimientos de Korpiklaani y Katzenjammer Kabarett; y muchas, muchas decepciones: Blind Guardian, Rage, Amorphis, Rhapsody of Fire (los artistas anteriormente conocidos como Rhapsody), Luca Turilli, Slayer (me estaré haciendo viejo para según qué, creo yo...), pero en general, un montón de interesante material. Quien luego diga que ya no se hace ya buena música es porque está poco atento.

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