De nuevo aprovecho el fondo de Can Sales para recuperar algunas lecturas que se me habían pasado o de las que me había quedado con ganas. De nuevo quiero felicitar el extraordinario trabajo que está haciendo esta biblioteca de Palma para tener una gran oferta de cómic, tanto en la comicteca como en la planta infantil-juvenil.
· En primer lugar, tenemos Astrid Bromuro: Cómo atomizar a los fantasmas, de Fabrice Parme (Dibbuks). A pesar de que este álbum es el segundo de la serie, puede leerse perfectamente. Las aventuras de esta jovenzuela de padres repipis y espíritu indomable, son exquisitas. En esta ocasión, a Astrid la envían a un internado carísimo en el que hay unos fantasmas que no descansan en paz. ¿Podrá junto a sus nuevas amistades resolver el misterio de sus muertes? Astrid Bromuro es un excelente cómic infantil, con una preciosa linea de dibujo de regusto añejo, como de revista de los años cincuenta. La narración es clásica, pero en ocasiones Parme nos sorprende con algunos ejercicios más complejos (en este tomo, la bajada por una escalera que nos permite ver todo el internado en una especie de corte transversal). Por si la historieta no hubiera bastado, el álbum ofrece como material extra una serie de pasatiempos que exploran los elementos de la narrativa gráfica: el uso del color, los guiones, la caracterización de personajes. No están porque sí, sino para jugar con el trabajo de un autor de cómics. Recomendable al 100%.
· Los diarios de Cereza 1: El zoo petrificado, de Aurélie Neyret y Joris Chamblain (Alfaguara). Hace tiempo que me rondaba este cómic, máxime cuando su carta de presentación es que ha sido galardonado con el Premio al Mejor Cómic Infantil de Angoulème. El problema es que, al ser editado por una editorial de libros, ha quedado un poco fuera del circuito de las librerías especializadas. Así que en la última Feria del Libro compré un álbum sin fijarme, y, ¡horror! era el tercero de la serie. Por suerte, en Can Sales tenían esta primera entrega, donde se nos presenta a Cereza, la protagonista, y a sus amigas. Juntas descubren a un misterioso señor que cada día sale del bosque con botes de pintura. ¿Qué hace? ¿Dónde va? La respuesta la encontrará Cereza siguiéndolo y descubriendo su secreto. El zoo petrificado es un cómic que mezcla la narrativa a modo de diario (de ahí su nombre) con el cómic. Valores como el amor por la naturaleza, la amistad, la aventura, el respeto hacia los animales, el valor de las personas ancianas... son alguno de los que la lectura introduce de una manera sencilla y sin querer dar lecciones. El dibujo es una maravilla, y el color hace de ésta una obra visualmente muy atractiva. Los personajes no dejan de ser planos, pero una cosa que tiene este cómic es que la emoción recorre toda la trama y sacude al lector. Otra gran recomendación.
· Y finalmente, Valerosas 2, de Penelope Bagieu (Dibbuks), una nueva entrega del cómic ya comentado aquí anteriormente. ¿Qué decir ya que no dijera antes? No lo sé: la autora nos presenta más ejemplos de mujeres valientes, transgresoras, de ideas claras, y que tuvieron que luchar enconadamente en un mundo de hombres para hacerse escuchar, notar o ver. Me reitero en mi opinión: Valerosas es un cómic imprescindible. No sólo porque la autora recupera la intrahistoria de estas mujeres (lo que en inglés llaman herstory por oposición a history), muchas de ellas silenciadas o simplemente ignoradas por una cultura todavía demasiado patriarcal, sino porque la habilidad de Bagieu para la sintetización y el humor con las herramientas del cómic es fantástica. Este cómic tiene mucho valor didáctico en clase, y no sólo eso: es una excelente herramienta para demostrarles a ellas que pueden hacer lo que quieran, y a ellos que hay que respetar esa voluntad.
Trío de muy buenas lecturas esta vez, por tanto, y trío de recomendaciones abrumadoras.
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