De artistas y farsantes (Cartas desde la torre de marfil)
Queridos amigos,
Dejen por un momento las copas de absenta y préstenme una atención que no considerarán perdida cuando termine. El mundo del arte moderno es un batiburrillo de creadores íntegros con convicciones propias (los menos) y una amplia gama de farsantes que hacen gala de su estulticia y, lo que es más preocupante, se aprovechan de la de los demás, para crear el clima que les es óptimo. La diferencia entre lo que es arte y lo que no lo es se borra en esta mal llamada "posmodernidad", que no es sino un invento de la crítica analfabeta para consagrar lo mediocre y falto de estilo. Una parte de esa mentira obscena que es el arte "posmoderno" es lo que se ha dado en llamar "performance", un neologismo chic para denominar a las actuaciones, la mayoría de las veces simples bobadas, que tienen un supuesto trasfondo metáforico. Recientemente hemos tenido noticia, de mano del periódico insular que tiene los medios más avanzados del periodismo balear, de un evento llamado "Nit Niu, una cita con el arte contemporáneo y las últimas tendencias a la que acudió numeroso público", celebrado el viernes en Pollença, Mallorca.
En el evento en sí, los "artistas(sic) transformaron la cala con sus performances y audiovisuales que requirieron la colaboración del público. Por ejemplo, Alicia Framis ofreció una performance colectiva, una batalla de almohadas entre vecinos y visitantes."
Queridos amigos,
Dejen por un momento las copas de absenta y préstenme una atención que no considerarán perdida cuando termine. El mundo del arte moderno es un batiburrillo de creadores íntegros con convicciones propias (los menos) y una amplia gama de farsantes que hacen gala de su estulticia y, lo que es más preocupante, se aprovechan de la de los demás, para crear el clima que les es óptimo. La diferencia entre lo que es arte y lo que no lo es se borra en esta mal llamada "posmodernidad", que no es sino un invento de la crítica analfabeta para consagrar lo mediocre y falto de estilo. Una parte de esa mentira obscena que es el arte "posmoderno" es lo que se ha dado en llamar "performance", un neologismo chic para denominar a las actuaciones, la mayoría de las veces simples bobadas, que tienen un supuesto trasfondo metáforico. Recientemente hemos tenido noticia, de mano del periódico insular que tiene los medios más avanzados del periodismo balear, de un evento llamado "Nit Niu, una cita con el arte contemporáneo y las últimas tendencias a la que acudió numeroso público", celebrado el viernes en Pollença, Mallorca.
En el evento en sí, los "artistas(sic) transformaron la cala con sus performances y audiovisuales que requirieron la colaboración del público. Por ejemplo, Alicia Framis ofreció una performance colectiva, una batalla de almohadas entre vecinos y visitantes."
Esta "obra de arte", que ya de por sí podría justificar las finas ironías de este post, no fue el único que se vivió en Cala Sant Vicenç. Por ejemplo, "El chino Lin Yilin reflexionó sobre las consecuencias del esfuerzo humano con un muro sobre el que simuló que nadaba metiendo y sacando la cabeza del agua." O la que me parece la más sobresaliente de las actuaciones de la noche: "Un par de horas antes, una persona cavaba en la arena. Se trataba del artista Lara Almarcergui, cuya propuesta fue cavar y cavar hasta que sus fuerzas lo resistieran." Ignoro si Almarcergui reivindicaba el papel de la mujer explotada en su performance, o si denunciaba la progresiva destrucción de nuestros fondos marinos, pero el caso es que a mi abuelo le hubiera venido muy bien la aguerrida ayuda de la artista en su huerto de Es Pou en Llorito.
Queridos lectores, damas y caballeros, cuando un galerista les tienda su tarjeta de visita y les diga que expone a un escultor posmoderno, cuando visiten una exposición y piensen que retoño de tres años o su mascota pueden pintar con más gracia y don que lo allí expuesto, cuando en algún tipo de representación a puerta cerrada, el artista les rocíe con algún mejunje del que desconocen su naturaleza, pero que por su color o textura no puede ser nada bueno, cuando sean invitados a un concierto en el que sólo se oigan disonancias en el más favorable de los casos y chillidos animales mezclados con ruido de maquinaria industrial en el peor, cuando lean unos versos llenos de fórmulas matemáticas, anuncios de periódico, citas de otros poemas sin entrecomilla y otros sinsentidos que ni siquiera un Vicente Huidobro al borde del coma etílico se atrevería a firmar, recuerden la advertencia que les hizo en su día Cisne Negro: ¡la posmodernidad es un engaño en toda regla, no caiga usted también!
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