10.6.03

The War of the Worlds

No one would have believed, in the last years of the nineteenth century, that humain affairs were being watched from the timeless worlds of space...

La Máquina de Guerra

Tal como lo hace el libro, así empezaba el musical que Jeff Wayne dedicó a "La guerra de los mundos" de H. G. Wells en 1978. Se puede decir que esta obra ha acompañado toda mi vida; desde que tengo memoria la recuerdo en una edición de cassette extraordinaria, con un folleto interior de gran tamaño y con la traducción de las canciones. Descubrí la obra siendo niño, y me fascinó. Quizá primero el folleto con las impresionantes ilustraciones de Peter Goodfellow, que me llenaban de curiosidad y a la vez de espanto. De adolescente volví a retomar el gusto por este musical y lo estuve escuchando sin cesar una buena temporada. Hay algo en él de pertubardor, sobre todo, en la primera parte ("The coming of the Martians"), algo inquietante, amenazante en esa música. El terror de aquellas personas que huyen de los trípodes marcianos en las ilustraciones era también mi terror. Cuántas veces pensé qué sería de nosotros si algo así pasara de verdad. La segunda parte ("The Earth under the Martians") empieza de forma totalmente desesperanzada (como acaba la primera parte, con Richard Burton proclamando de forma apocalíptica "The Earth belonged to the Martians!"), pero poco a poco, tras la canción de la Maleza Roja y del Párroco Nathaniel, llega de nuevo la esperanza para la humanidad en la fantástica "Brave New World" y el descubrimiento final de la muerte de los invasores de Marte.
El musical me sedujo y ha seguido seduciéndome todos estos años: de impecable producción, extraordinarios colaboradores (Richard Burton es el narrador, un fantástico Philip Lynott -de Thin Lizzy- como el Párroco Nathaniel), y un ceñimiento perfecto a la obra literaria, salvo por el guiño de horror al final del segundo acto.
Hace unos años, tuve la ocasión de adquirir de nuevo la obra, esta vez en dos flamantes cds, que suenan de maravilla. No soy un apasionado de los musicales, pero he de reconocer que éste, tanto por el estilo (una especie de rock sinfónico) como por la temática, me cautivó. Ahora mismo, el aullido de los marcianos me produce cierto repelús cada vez que suena por los altavoces...

Los pastos comunales de Horsell

0 opiniones:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...