Hoy es un día triste. Muy triste. Hoy todas las noticias parecían venir de Grecia. Primero, por la victoria de Syriza en las elecciones. Y luego, cuando he visto a Demis Roussos entre los trending topic, he querido pensar que era por algo bueno. Pero no.
Demis Roussos ha muerto a los 68 años.
Desde que tengo memoria, he escuchado las canciones de Demis en casa. En la primera adolescencia, cuando todavía estaba descubriendo la música, e iba tímidamente probando distintos géneros, Demis fue una constante. Machaqué de forma sistemática los dos cassettes que en casa había. Pero al igual que en abandoné otros tipos de música, a Demis nunca lo dejé de lado. Quizá, eso sí, me quedé estancado en sus primeros álbums. Pero no puedo evitarlo, son los que sin dudarlo mostraban el gran artista que Demis llevaba dentro.
Hoy quizá habrá chanzas sobre su peso y sobre el triki triki, que es lo único de lo que se acuerda la mayoría de la gente cuando se habla de él. Quizá habrá quien bromee con que el resultado de las elecciones griegas fue la causa de su muerte. Pero a mí todo eso no me hace gracia alguna. Ha muerto para mí alguien muy cercano, un amigo, uno de esos tíos postizos que todos tenemos. Llevo escuchando a Demis todas la vida, quizá incluso desde nacer, y tengo un montón de recuerdos asociados a sus canciones. Yendo de pequeño en el coche de mi padre, escuchando a Demis en uno de esos cartuchos de 8 pistas que sólo los más viejos recordaréis. Quedándome despierto hasta tarde haciendo los malditos trabajos de Educación Plástica con una cinta de Demis de fondo. Asociando nuestro tonto clan online de Delta Force con su versión de Carros de fuego en castellano. Bajando sus canciones en el vetusto Audiogalaxy, y luego en Edonkey, y luego volviéndolo a localizar en Spotify, y luego en Grooveshark. Casi llorando de alegría al bucear por Amazon y ver que sus primeros discos habían sido reeditados en cd, y comprándolos como si no hubiera mañana. Han sido muchos años en su compañía, y siempre he vuelto a sus canciones. Porque Demis tenía algo en sus composiciones que me llegaba muy adentro. No sé decir lo que era; si las letras tristes y melancólicas, su peculiar voz, o ese sabor inequívocamente mediterráneo de Aphrodite's Child y de sus primeros discos en solitario. Su primer largo On the Greek Side of My Mind (también llamado Fire and Ice en algunos países) es para mí su obra maestra, la condensación de ese estilo entre el folk y el rock progresivo que acogió sus mejores canciones. Hay algo en esas canciones que dibuja unos parajes del alma que me conmueve como muy pocos artistas han hecho. Y todo lo que me ha hecho sentir nunca se lo podré pagar. Sí, para mí ha muerto un amigo, un amigo que siempre estuvo ahí para mí. Hoy es un día muy triste.
Come with me, come with me and have no fear ...
And to its stories lend an ear...
For the tree spoke about ways that walk ...
On the Greek side of my mind ...
And to its stories lend an ear...
For the tree spoke about ways that walk ...
On the Greek side of my mind ...
Αναπαύσου εν ειρήνη
Bonus track:
Lista de reproducción de mis canciones favoritas: Demis, my first music love en Grooveshark.
1 opiniones:
Com saps, el meu "Roussos" és en Battiato, que curiosament li va fer una versió al nostre amic grec. És aquesta:
https://www.youtube.com/watch?v=WU6rwnT-d9o
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