El comic se defiende
A través del blog Con C de arte he llegado a una crítica que se ha publicado en El Mundo de la versión en cómic de David Mazzucchelli y Paul Karasik de La ciudad de cristal de Auster. JCP en su blog realiza una muy lúcida réplica a la vergonzante crítica de Alejandro Gándara. Yo no puedo evitar darles también mi punto de vista.
El crítico empieza por citar el prólogo de Art Spiegelman a la nueva edición del cómic (no olvidemos que, como buen periodista que realice críticas, es muy posible que, de lo que va a hablar, sólo se haya leído ese prólogo y un dossier de prensa enviado por la editoral) y se muestra sorprendido por el hallazgo de Mazzucchelli: "Se trata de algo que no es novela gráfica ni cómic, más bien un doppleganger, un doble fantasmal de la narración de Auster, a la que sigue y de la que se extravía."
La diferencia entre novela gráfica y cómic no la voy a poner de relevancia de nuevo, ya lo han hecho en los comentarios al artículo y en el blog de JCP. Pero que uno confunda contenido con continente ya es síntoma de que algo va mal. Pero el párrafo siguiente es sin duda el mejor:
La designación de novela gráfica suele dar a entender una traducción a imágenes, mientras el cómic vierte una historia autónoma donde la literatura es derivada (y a menudo de coña).
Lo repetiremos para que quede claro:
El cómic vierte una historia autónoma donde la literatura es derivada (y a menudo de coña).
Tendríamos que enmarcarlo y ponerlo en la pared de nuestras habitaciones, para que nunca se nos olvide que, a pesar de ser un medio que lucha cada día para ganarse el respeto de quienes no ven en él más que capitanes Truenos, zipis y zapes o alcázares y pedrines, los hay que piensan que el cómic vierte una historia autónoma donde la literatura es derivada (y a menudo de coña). Sin comentarios.
Cuando Gándara dice "Lo que han hecho Karasik y Mazzuccheli [sic] es diferente. Es como si hubieran abierto un ojo al lenguaje de la novela y hecho aparecer un mundo de imágenes posibles, replicantes, asociativas, no conscientes que actúan como un espejo de ?Ciudad de cristal?. Es otra novela y es la misma, o una posibilidad de ser ella misma.", lo que realmente está diciendo es "oh, vaya, esto no se parece a nada de lo que he leído hasta ahora. Sí, parece que es un tebeo, porque tiene viñetas, y esas cosas redondas con letras dentro, pero es que... ¡es tan raro, tiene tantos dibujos extraños!". Como un niño pequeño ante una novedad que no conoce, intenta explicarlo de la manera que puede. Posiblemente se refiere a lo que hacen los autores en esta obra: optar por usar metáforas visuales como guía de la narración, experimentando, ampliando los límites de la historieta, haciendo arte. La historia original de Auster, uno de sus mejores trabajos, con todas esas disquisiciones, se merece una adaptación que no sea plana, que sea más que el trasvase rastrero de letras a viñetas.
Termina diciendo: "El trabajo de los dibujantes ha ido por ese camino y no carece de emoción. Lo curioso es que el producto se ha instalado en un terreno que no es el de la literatura ni el de la historia gráfica, ni tampoco es el terreno intermedio". Es decir, "no he entendido nada, pero qué cool va a quedar esta reseña".
Por cosas como éstas es por lo que pido una sección de reseñas en el UH, joder.
A través del blog Con C de arte he llegado a una crítica que se ha publicado en El Mundo de la versión en cómic de David Mazzucchelli y Paul Karasik de La ciudad de cristal de Auster. JCP en su blog realiza una muy lúcida réplica a la vergonzante crítica de Alejandro Gándara. Yo no puedo evitar darles también mi punto de vista.
El crítico empieza por citar el prólogo de Art Spiegelman a la nueva edición del cómic (no olvidemos que, como buen periodista que realice críticas, es muy posible que, de lo que va a hablar, sólo se haya leído ese prólogo y un dossier de prensa enviado por la editoral) y se muestra sorprendido por el hallazgo de Mazzucchelli: "Se trata de algo que no es novela gráfica ni cómic, más bien un doppleganger, un doble fantasmal de la narración de Auster, a la que sigue y de la que se extravía."
La diferencia entre novela gráfica y cómic no la voy a poner de relevancia de nuevo, ya lo han hecho en los comentarios al artículo y en el blog de JCP. Pero que uno confunda contenido con continente ya es síntoma de que algo va mal. Pero el párrafo siguiente es sin duda el mejor:
La designación de novela gráfica suele dar a entender una traducción a imágenes, mientras el cómic vierte una historia autónoma donde la literatura es derivada (y a menudo de coña).
Lo repetiremos para que quede claro:
El cómic vierte una historia autónoma donde la literatura es derivada (y a menudo de coña).
Tendríamos que enmarcarlo y ponerlo en la pared de nuestras habitaciones, para que nunca se nos olvide que, a pesar de ser un medio que lucha cada día para ganarse el respeto de quienes no ven en él más que capitanes Truenos, zipis y zapes o alcázares y pedrines, los hay que piensan que el cómic vierte una historia autónoma donde la literatura es derivada (y a menudo de coña). Sin comentarios.
Cuando Gándara dice "Lo que han hecho Karasik y Mazzuccheli [sic] es diferente. Es como si hubieran abierto un ojo al lenguaje de la novela y hecho aparecer un mundo de imágenes posibles, replicantes, asociativas, no conscientes que actúan como un espejo de ?Ciudad de cristal?. Es otra novela y es la misma, o una posibilidad de ser ella misma.", lo que realmente está diciendo es "oh, vaya, esto no se parece a nada de lo que he leído hasta ahora. Sí, parece que es un tebeo, porque tiene viñetas, y esas cosas redondas con letras dentro, pero es que... ¡es tan raro, tiene tantos dibujos extraños!". Como un niño pequeño ante una novedad que no conoce, intenta explicarlo de la manera que puede. Posiblemente se refiere a lo que hacen los autores en esta obra: optar por usar metáforas visuales como guía de la narración, experimentando, ampliando los límites de la historieta, haciendo arte. La historia original de Auster, uno de sus mejores trabajos, con todas esas disquisiciones, se merece una adaptación que no sea plana, que sea más que el trasvase rastrero de letras a viñetas.
Termina diciendo: "El trabajo de los dibujantes ha ido por ese camino y no carece de emoción. Lo curioso es que el producto se ha instalado en un terreno que no es el de la literatura ni el de la historia gráfica, ni tampoco es el terreno intermedio". Es decir, "no he entendido nada, pero qué cool va a quedar esta reseña".
Por cosas como éstas es por lo que pido una sección de reseñas en el UH, joder.
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