Una de esas cosas es la estúpida manía de tachar a la gente. Me explico. Hace poco mi abuela fue al médico y en la sala de espera confundieron su nombre con el de otra paciente y la llamaron por otro: "Ana noséquémás". Ella sí oyó bien ese apellido, que no era el suyo, y dijo en mallorquín, "No, jo no som xueta". Porque en esta isla -como en tantos otros sitios- siempre ha habido un antisemitismo estúpido, que los lleva a llamarlos "xuetas" (y de ahí el insulto popular "xuetó") de forma despectiva. Los más viejos -y los no tanto-, cuando oyen un determinado apellido, comentan "éste es xueta". Bueno, ¿y qué? Les pregunto. ¿Eso dice algo de él? Es más, la gente se sabe qué apellidos son teóricamente de origen judío y cuáles no. Es algo que siempre me ha sorprendido. La gente se juzga la una a la otra sólo con saber su apellido. Me parece totalmente absurdo.
Afortunadamente, mi generación -bueno, al menos yo y mucha gente de mi edad o menos-, de esto ya no tiene ni idea. No sabe quién es "xueta" y quién no (bueno, no se sabe si realmente lo son o sólo llevan sangre de antaño, claro). Desconozco la lista de apellidos mallorquines de origen judío. Ni me importa. Puede que hayamos perdido un conocimiento popular con todo esto, pero prefiero que se pierda en el olvido a lo difícil que sería seguir conociendo todo eso pero no darle importancia. En la sociedad de hoy, no sabéis lo imposible que sería hacerlo.
26.2.04
Kábala sum-sum-sum, Calaba-són-són-són
Con la muerte de nuestros ancianos, poco a poco se va perdiendo la sabiduría y las experiencias que éstos tienen, y que en algunos casos, será irreemplazable. Pero hay algunas cosas que morirán con ellos, y me alegro.
Un post perpetrado por
Cisne Negro
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