Uno de los signos de los tiempos que corren que me parece más pernicioso es el rechazo a todo lo espiritual. Todo ha de ser ciencia, todo podrá ser revelado por la investigación científica. El único margen que le queda a lo espiritual es en el coto de lo new age (de lo llamado peyorativamente new age, donde se hace una mixtura chocarrera de las más diversas creencias: yoga, reiki, budismo, teoría de cuerdas, meditación, rollo metafísico-cuántico, hippismo... y donde comúnmente también se amalgaman creyentes de los ovnis, de la magia, de las hadas, del vudú....) o en la ramplonería de los cultos religiosos tradicionales. Me parece una forma de ver el mundo sesgada y boba. Por la misma regla de tres podemos echar a los leones a la filosofía y el arte, que tampoco sirven para nada y sus resultados no son cuantificables.
6 opiniones:
Personalmente no creo que ciencia y espiritualidad tengan que ser necesariamente antónimos, me explico: En principio, la ciencia no niega (o no debería negar) nada de manera rotunda, simplemente clasifica en demostrable y no demostrable, puesto que cosas que hoy no están a su alcance pueen estarlo mañana. Así, los agujeros negros, los calamares gigantes o el cambio climático, eran absurdos en un principio pero con trabajo y esfuerzo se ha ido demostrando su existencia. Con lo espiritual podria pasar lo mismo, si existe, la ciencia puede acabar descubiéndolo, pero que no lo descubra no significa necesariamente que no exista.
Quizá el problema seria como éste relativismo científico choca con el antropocentrismo que en ocasiones desprenden muchas teorías “de lo espiritual”, como la existencia de almas solamente para ciertos animales (generalmente los humanos), los dioses antropomórficos o antropopensantes, etc. Pero vaya, no sé si eso ya sería otro tema.
Finalmente querria hacer un apunte sobre el auge de la ciencia sobre otras religiones al que apuntas al principio del artículo. En general, las religiones (o dioses) que más milagros hacen, más fieles suelen llevarse a su campo… algunos caminan sobre las aguas y curas a leprosos, otros hablan con dioses y espíritus, o bien son transportados por ángeles o escriben sus dictados. Ahora mismo, quien más milagros hace es la ciencia, ya sea permitirnos volar, hablar con gente al otro lado del mundo, curar miles de enfermedades, etc. No es raro que se esté creando un lugar relevante entre las religiones mayoritarias.
Sin duda, lo new age ha acabado convirtiéndose en reducto peyorativo de lo que mucha gente entiende como hippismo buenrollista - en donde engloban (como bien dices) desde el vudú hasta los que practican lenguaje de signos -.
Ni la ciencia es verdad absoluta, ni lo espiritual es descartable en su totalidad.
Se podría hablar largo y tendido sobre el mythos y la scientia como elementos, no contrarios sino previos el uno de otro - y viceversa -.
De lo único que podemos estar seguros es que, el ser humano, es hijo de ambas. Necesitamos de uno y necesitamos de otro. El exceso de ambos, quizás, es lo que lleva al "buenrollsimo" o al racionalismo sin miras.
Sobre el 'coto' del new age hay que decir que cada día está más densamente poblado. Y casi me preocupa más que su reverso cientifista.
Interesante reflexión Cisne, y Kuranes tus palabras suenan razonables, y sin embargo me viene a la cabeza la historia del gato cuántico ¿puede algo ser y no ser según quien lo mire?
Y en fin, sin despreciar el resto de la naturaleza pero la visión antropocéntrica es la única que puede tener el ser humano, me niego a intentar adivinar como piensa un pulpo, aunque ya sabemos que prefieren los mejillones que están a su izquierda ;-)
Yo quitaría Educación para la Ciudadanía que parece un tostón para ciudadanitos repelentes tipo Caillou y pondría a Confucio que al menos es más poético.
Kuranes: apoyo lo que dices, y, aunque sería raro, no me extrañaría que esta edad de la Razón que vivimos terminara declinando como lo hizo ya en el pasado. No digo que lo desee, ni que volvamos a una era de oscurantismo o superstición. Ni mucho menos que el mundo sea mejor tomado por las hordas new age. Creo que en fondo convenimos en lo más importante, y que tú citas al principio de tu comentario.
También muy de acuerdo con lo que comentas, Funebris. La vieja discusión de la búsqueda del conocimiento sea via mito o logos es un tema ya viejo en este blog, que va periódicamente reapareciendo cuando leo alguna cosa que me indigna.
En este caso, todo hay que decirlo, el post vino originado por el desprecio tan marcado (tanto como seguidores parece tener) que suscita Eduard Punset en algunos sectores de escépticos.
Horrach, sin duda el coto new age está densamente habitado y puede ser tremendamente pernicioso. Pero evidentemente, como habrás entendido, el llamamiento a la espiritualidad que subyace en mi post no va dirigido a las ínfulas de new ages o magufos.
Sonja, en EpC se podrían hacer muchas cosas interesantes (para empezar, por ejemplo, discutir fragmentos de Marco Aurelio). Todo depende del profesor y la línea del colegio...
Totalmente de acuerdo contigo, Cisne Negro, y con los dos primeros comentaristas, Kuranes y Funebris. Sinceramente, no sabía que Eduard Punset tuviese detractores, para mí es una Gran Persona, y un fenomenal Divulgador Científico, tal y como dice en la entrevista que aparece en el suplemento dominical de El Periódico de Catalunya: "... Punset se ha mimetizado tanto
con el pensador científico que ahora representa
que hoy es difícil saber dónde acaba el divulgador
y comienza la persona...".
Aunque parezcan ambivalentes,ambas posturas, Ciencia y Espíritu, se complementan. Es más, si avanzamos en Ciencia, de una manera abierta a que todo es posible, e incluso, demostrable, probablemente acabemos descubriendo que son lo mismo.
En cuanto al comentario de Sonja, lo más seguro es que Confucio estaría en completa comunión con la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Lo triste, opino, es que aprender a ser un buen ciudadano, deba enseñarse en una institución educativa, por un profesor, y un libro de texto, cuando que, debería ser el núcleo de la Familia quienes generaran esos principios.
Un Saludo.
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