14.7.10

Las Meditaciones de Marco Aurelio

Uno de los libros de mi biblioteca heredada que tenía pendiente de leer era el de Marco Aurelio: Meditaciones - Enseñanzas para una conducta moral. El libro, anotado previamente a mano por L.M., me ha servido tanto para conocer a este autor como a mi maestro un poco más. Las Meditaciones se dividen en doce capítulos (que a su vez están compuestos por secciones numeradas) donde Marco Aurelio va desgranando una serie de enseñanzas que van desde consejos para la vida cotidiana hasta citas literarias que considera de utilidad. Parece ser que el texto fue compuesto en los últimos años de vida del emperador y que lo digirió a sí mismo a través de una especie de desdoblamiento entre la voz que piensa y el tú al que aconseja, amonesta o critica.

Hay diversas reflexiones que destacan en la obra: una de ellas es la importancia de una interioridad inalterable. Marco Aurelio vuelve una y otra vez al guía interior, esa voz interna que debe hacer comportarnos rectamente y no hacer caso a la opinión. Insiste durante todo el libro en la importancia de las propias convicciones y en no atender al qué dirán:

Cuánto tiempo libre gana quien no mira lo que dice, hace o piensa el vecino, y sólo se preocupa de que sus propios actos sean justos y buenos.

Otra de las reflexiones que me ha llamado la atención es la que se refiere al tiempo y sus consecuencias. En este sentido, Marco Aurelio es muy barroco: insiste en que todo pasará, en que hoy puede ser nuestro último día en la Tierra.

Actúa, habla y piensa como si fueras a abandonar la vida en cualquier momento. Si un dios te dijera que ibas a morir mañana o pasado mañana, te daría igual un día u otro, a menos que fueras un cobarde, pues ¿cuál es la diferencia? Del mismo modo, no hay mucha diferencia entre morir mañana y muchos años después.
Marco Aurelio no habría aprobado la idea que tenía Manrique de la vida de la fama. En muchos de los capítulos, insiste en lo efímera que ésta también es:

Mínima es la fama póstuma, por larga que sea, y su existencia depende de una sucesión de hombres insignificantes que pronto mueren, que no se conocen a sí mismos y menos aún a quien murió hace tiempo. Todo es efímero, lo que recuerda y lo recordado.
En las Meditaciones hay líneas que convergen con el epicureísmo, el estoicismo, con la moral cristiana ("Sólo eres el alma que acarrea un cadáver"), con el budismo y el Tao ("por esto sólo: pensamientos justos, obras para el bien común, hablar sin engaño, aceptar todo lo que ocurre como necesario"), y hasta con las teorías de Einstein ("pues nada viene de la nada y tampoco nada desaparece nunca"). El bien común es una de las únicas aspiraciones que ha de tener el hombre digno ("Lo que no beneficia a la colmena, tampoco beneficia a la abeja").

Insiste en la contemplación meditativa y el autoconocimiento:
La gente se suele retirar al campo, a la costa o a la montaña. Tú mismo lo deseas a menudo. Pero es un tanto ingenuo, pues en cualquier momento te puedes retirar en ti mismo. En ninguna otra parte se encuentra más sosiego y quietud que en la propia alma.
Marco Aurelio nos advierte también de la naturaleza social del hombre, de la importancia de dar a las cosas el valor que realmente tienen; insiste en el recogimiento interior. Otro de los puntos centrales del libro es lo que los clásicos llamarían arte de bien morir: la importancia de encarar la muerte de una forma digna
¿Acaso te enfadas por no pesar trescientas libras? Haz lo mismo con el número de años que te toca vivir: igual que estás satisfecho con la parte de materia que te toca, haz lo mismo con el tiempo.
No desdeñes la muerte, sino acéptala con gusto, porque forma parte de lo que la naturaleza quiere. Igual que la juventud, la vejez, el crecimiento, la madurrez, la aparición de dientes, de la barba, de los cabellos blancos (...). Una persona acostumbrada a razonar, ni se enfada con la muerte, ni la rechaza con violencia ni arrogancia, sino que la espera como un acto natural más.
Algunas notas finales a modo de resumen:
No olvides el retiro que tienes en un rinconcillo, en ti mismo. Sobre todo no te inquietes ni te atormentes. Sé libre y examina las cosas como hombre como miembro de la comunidad, como quien debe morir. Y entre los principios que tendrás a mano y seguirás, pon estos dos: primero que las cosas no afectan al alma, están fuera, inmóviles; segundo, todo lo que ves cambiará enseguida y no existirá.
Te queda muy poco tiempo. vive como en una montaña, pues no importa vivir aquí o allí si se acepta que el mundo es una ciudad. Muéstrales un hombre que viva en auténtica armonía con la naturaleza. Que te maten, si no lo soportan. Será mejor que vivir como ellos.
Reflexiona sobre las causas desnudas; la finalidad de las acciones; qué son el dolor, el placer, la muerte, la fama; quién no es el autor de su propio malestar; cómo nadie es obstáculo para nadie; que todo es sólo opinión.
El libro tiene aún hoy en día una vigencia evidente y puede guiar al lector inteligente a repensar su filosofía de vida. Un libro que los modernos no titubearían en clasificar como de autoayuda. Os invito a conocer este libro de sabiduría y a embeberos en estas meditaciones.

Algunos enlaces útiles:
· Magnífico esbozo biográfico en Imperivm Romanvm.
· En la misma web está disponible el texto íntegro de las Meditaciones.

3 opiniones:

Kvaser dijo...

Las meditaciones es uno de los dos libros que nunca sale de mi velador. Pueden pasar semanas sin que lea una sola hoja, pero inevitablemente siempre termino tomándolo y leyendo sus párrafos en busca de alguna reflexión inspiradora.

Lectora dijo...

Creo que ese se va a convertir también en uno de mis libros de cabecera, gracias.

Cisne Negro dijo...

Me alegro de que le conocierais u os interese. La verdad es que ha sido una lectura muy enriquecedora que da pie para muchas cosas. ¡Os lo recomiendo a todos!

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