Acabo de ver la película-reportaje “Wild Man Blues”, que viene a ser el testimonio de la gira que hizo por Europa Woody Allen y su New Orleans Jazz Band y me vienen a la mente algunos viejos interrogantes, como ¿por qué se considera al jazz una música culta cuando en sus orígenes no puede ser más popular? El jazz hoy en día es sinónimo de elitismo, de culturalismo... el que escucha jazz parece ser un elegido... En el mundo de la literatura, y, sobre todo, de la poesía contemporánea, el jazz es una música de culto, no sé si por el turriburnismo hermético que ya caracteriza de por sí la poesía o por puro afán snob.
He de confesar, con todo, que yo empecé a escuchar jazz para saber qué era lo que lo hacía tan especial para tantos escritores. La verdad, hay cierto jazz que me gusta mucho, sobre todo el relajado, el lento (músicos como Chet Baker, Cannonball Adderley, Thelonius Monk o voces como Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Patricia Barber...), pero hay algunos estilos de jazz más movidos -perdonen mi estulticia en estos campos, pero no estoy familiarizado con sus etiquetas- que me ponen bastante nervioso. El jazz tiene algo de encantador, de atrayente, de "charming" (perdón por el brutal anglicismo), pero uno a veces se pregunta a qué tanta devoción, si no es por un afán de apartarse de lo que escucha la masa, cosa que, por cierto, no pasa exclusivamente en esta música.
He de confesar, con todo, que yo empecé a escuchar jazz para saber qué era lo que lo hacía tan especial para tantos escritores. La verdad, hay cierto jazz que me gusta mucho, sobre todo el relajado, el lento (músicos como Chet Baker, Cannonball Adderley, Thelonius Monk o voces como Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Patricia Barber...), pero hay algunos estilos de jazz más movidos -perdonen mi estulticia en estos campos, pero no estoy familiarizado con sus etiquetas- que me ponen bastante nervioso. El jazz tiene algo de encantador, de atrayente, de "charming" (perdón por el brutal anglicismo), pero uno a veces se pregunta a qué tanta devoción, si no es por un afán de apartarse de lo que escucha la masa, cosa que, por cierto, no pasa exclusivamente en esta música.