25.3.03

"YO NO SOY EL MALO" (o cómo destrozar el carisma de un superhéroe en la gran pantalla)

La semana pasada tuve la desgracia de ir a ver Daredevil. Aficionado como soy al cómic en general y habiendo visto adaptaciones válidas como las recientes X-Men y Spiderman, ahora tocaba ver la película del Hombre sin Miedo. Agárrense, porque hay para todos.
La película no hay por donde cogerla, empezando por un Matt Murdock/Daredevil/Ben Affleck de cartón-piedra, siguiendo por un Kingpin que parece sacado de la Word Wrestling Federation o un Foggy Nelson mucho más estúpido y cretino que su personaje original. La película parece en ocasiones un videoclip de nu-metal, adobado con peleas de pésima coreografía y escenas románticas sacadas de un film de sobremesa. Pero todo esto no debería molestarnos demasiado. Lo que duele de verdad es la perversión del héroe: Daredevil, el abogado ciego que cree ante todo en la Justicia y en la Ley, que en los cómics debe liarse a mamporros con otros "vigilantes" enmascarados para que no se tomen la justicia por su mano y para que entreguen a los criminales a las autoridades, queda en esta película convertido en un vulgar macarra que machaca a los esbirros de la mafia en los bares, cuando no deja impunemente que el metro les pase por encima. Eso le lleva a decir en varias ocasiones, intentando autoconvencerse de que "él no es el malo", (porque él, claro, es el "bueno" que atiza a los malvados facinerosos), un conflicto que en la película no se resoluciona.
Este NO es DD. Es un farsante.

Por lo demás, el film sigue la versión que del héroe nos legó Frank Miller -el cual hace un pequeño cameo- en la serie regular y la miniserie "El hombre sin miedo". Se citan un par de líneas claves del cómic, se toman prestados un par de encuadres de Elektra Lives Again, se coge una banda sonora comercial, y ale, nuevo éxito de un Hollywood -cada vez más- idiotizado.
Lo mejor: la manera en que se resuelve la visión-radar del héroe, y, por supuesto, la bellísima Jennifer Garner en el papel de Elektra (ut infra diximus), que aunque no sea la letal asesina que conocemos, da la talla (lo siento, no puedo evitarlo, me dejo llevar por su atractivo). Por lo demás, aborrecible película. Ah, y por supuesto, Elektra no muere. Pero ya saben lo que decía Miller, ¿verdad? "Elektra..."

Este SI es DD

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