Algo me impide, después de estar investigando el terrible mundo que se entreveía en la anterior entrada (gracias, sobre todo a Blackie, Emil, Otis y Jueves por compartir vuestros pensamientos conmigo) hablar sobre otras cosas. Pues, de repente, al ser testigo de la atrocidad -y por otra parte, la escalofriante "normalidad"- del modo de vida de estas chicas, todo lo demás se vuelve trivial.
Supongo que soy un ingenuo por querer cambiar esa situación; aunque veo que, si ni todo el entorno de estas chicas ha sido capaz de hacerlas razonar, qué voy a hacer yo que sirva de algo; aunque vea eso, digo, no puedo no actuar. Mi ética no me permite seguir esta bitácora como si tal cosa. Al menos, no en este mismo momento. Según vaya siguiendo el rumbo de mis indagaciones, supongo que podré sacar las fuerzas, no para alejarme, pero sí al menos de distanciarme y poder actuar, sobrellevarlo. Pero no voy a dejar que las cosas simplemente sucedan, que simplemente queden así. No.
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