Rescato un post de hace un tiempo de Ramón Buenaventura que me parece brillante:
El texto íntegro, aquí.
(...) Lo que más interesa a la gente joven es, claro, como dejar de aspirar a algo para ser algo. Esta chica ¡sorpréndanse! quiere ser poeta. ¿Qué consejo puedo yo dar a alguien que quiere ser poeta? Que se marque otro objetivo, desde luego ; pero, gracietas aparte, lo único que se me ocurre, ahora : para ser hay que hacer, sobre todo ; para ser poeta hay que hacer poesía, y para hacer poesía sin ridículo (el peor riesgo de los poetas, por cierto) hay que formarse. Un poeta ha de leer, porque un poeta ha de ser dueño del lenguaje, y solo leyendo se conquista el lenguaje. Leyendo qué. No sé. Todo. Desde pequeño, todo : los papeles del suelo, los rótulos, los anuncios, las indicaciones de tráfico, los mensajes de los aviones publicitarios, las pancartas, los folletos, los libros ; todas las variantes de la comunicación nos han de interesar, a los poetas, porque a todas habremos de recurrir alguna vez, en nuestra gran necesidad de transmitir al lector las experiencias trocadas en sensaciones, en sentimientos, en calmas y arrebatos, en lo que deseemos, cada vez que lo deseemos.
El texto íntegro, aquí.
1 opiniones:
Amen! Creo que es un viaje que tiene mucho desde dentro a afuera como de fuera a dentro. Lo comparto con una amiga, escritora. Todavía tiene que comprender muchas cosas, y eso que es lectora compulsiva. Le vendrá bien leerlo.
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