26.5.10

Réplica a "Hola, soy un profesor de un colegio concertado"

¿De verdad puede haber gente que se alegre de que se les baje el sueldo a los profesores funcionarios? No. Y sin embargo, me da la impresión de que alguien se ha tomado a mal el hecho de que comentara que en realidad, las cosas no están como para quejarse o mucho menos ir a la huelga. Un profesional que tiene su trabajo asegurado hasta la jubilación, en los tiempos que corren, no puede quejarse de que le congelen el sueldo o se lo reduzcan en una miseria. Sobre todo porque hay personas que hacen lo mismo por menos dinero. ¿Quiénes? Los apestados, los profesores de la concertada, ésos a los que a veces se les mira con desprecio porque quieren cobrar lo mismo por hacer el mismo trabajo que los de la escuela pública. Qué cabrones.

Los profesores de la concertada parece que somos (o nos quieren hacer) cuando conviene. Cuando se habla de antigüedad, retribuciones por 25 años, puntos por docencia en oposiciones, sueldos base... Ahí está claro que no, no podemos ser iguales. Pero, ah, ¡con la medida de recortes para los funcionarios, ahora resulta que también tendrían que afectarnos! ¿En qué quedamos?

No sabía que un comentario socarrón como el mío pudiera originar un post lleno de amargura y rencor como es el de Hola, soy profesor de un colegio concertado en Textos Deseducativos. Como me considero el culpable de la inspiración de Xoia (autora del post, la cual, para más
inri mío, lleva el nick de Patricia Lovecraft en su perfil). Así que como el origen del post es un comentario particular, voy a contestar de forma particular, explicando mi caso para que veas, Xoia, que hablas o bien desde un odioso resentimiento hacia la concertada por cuestiones estructurales (lo típico: que no opositamos, que no tenemos que chuparnos itinerancias por toda la geografía antes de estabilizarnos...), o desde un vergonzate desconocimiento, que te hace caer en clichés, a cada cual más neoprogre y falseado. Voy a contar en qué circunstancias trabajo yo, incluso cayendo en aclaraciones que no tendría por qué hacer, porque considero que un comentario de dos líneas (ácido, sí; irónico, también; pero no insultante) no es para cargar las tintas y soltar toda esa bilis en contra de un grupo que forma parte del mismo conjunto de profesionales.

Primera aclaración que no tendría por qué hacer: no tengo nada contra la escuela pública. Creo en su modelo. Trabajo en la concertada por las vueltas que da la vida. Tengo muchos amigos en la escuela pública, buenos compañeros de facultad que sé que estarán haciendo un trabajo maravilloso con sus alumnos. ¿Envidio su jornada completa de menos horas o su nómina más abultada? Podría, pero no lo hago por las circunstancias personales en las que trabajo. Ya me explicaré.

Así que vamos por partes:
Hola, soy profesor de un colegio concertado. No soy religioso y en realidad estoy en total desacuerdo con muchas ideas de la iglesia católica, pero soy profesor de un colegio de monjitas y debo decirle a la madre superiora “amén, Jesús” una y otra vez para conservar mi puesto. No soy religioso, pero me trago mis principios y soy profesor en un colegio de monjitas.


Soy una persona con inquietudes espirituales. Para mí quedan cuáles sean, si profeso una religión y si es así, cuál es. El centro en el que trabajo nunca me han preguntado cuáles son mis convicciones, entre otras cosas porque quizá eso vulneraría los derechos de libertad religiosa. No tengo que tragar con mis principios porque resulta que mis principios y los del centro tienen puntos en común que podemos promover y reforzar. Sí, mi centro pertenece a la Iglesia, pero no lo dirige una madre superiora. Ésta es la primera de las muchas ideas preconcebidas que ofuscan el corrosivo texto de Xoia. Mi centro tiene un ideario cristiano, sí, pero no pasamos el rosario cada mañana ni tenemos crucifijos en cada clase y en cada pasillo. Las profesoras no van con hábito; ni siquiera son monjas. Ni tan siquiera tenemos un profesor de religión que les diga que ser cristiano consiste en ir mucho a misa. Bienvenida al siglo XXI, Xoia.

Tenía una novia y me tuve que casar con ella por la iglesia, pese a que ella habría preferido no casarse o hacerlo por el juzgado.

En mi centro nunca me han preguntado por mi vida sentimental, y mucho menos por mi orientación sexual. Y cuando quiera marcar un compromiso con mi pareja, lo haré como me dé la gana, y seguiré trabajando igualmente en el colegio como lo he hecho hasta el momento.

Antes no iba nunca a misa, pero ahora voy todas las semanas a la eucaristía del cole, y además ayudo a las monjitas en su preparación y comento el cura lo acertado de su edificante sermón al acabar. Antes nunca iba a misa, pero ahora soy profesor de un colegio concertado, las monjitas me han hecho ver lo equivocado que estaba cuando no iba a misa.

De nuevo las mismas ideas retrógradas (viniendo de alguien de izquierdas resultan curiosas) que no se ajustan a la realidad en lo más mínimo. Nadie me ha pedido nunca que vaya a misa todas las semanas y menos indicarme qué ideas son mejores para mi vida. Xoia... ¿tuviste que ir a un colegio de curas cuando eras pequeña, verdad? ¿Uno del Opus? ¿Es por eso que hay tanto resentimiento? Yo no fui a uno, sino a dos colegios concertados de la Iglesia, y he madurado de forma normal, sin acumular odios irracionales, con mis propias ideas, ideas que quizá están más lejos de la Iglesia de lo que estés pensando. Soy un producto de la escuela concertada y éxitos profesionales aparte considero que tengo unos valores y una filosofía válida para la vida. En qué grado esos años de formación son responsables, eso es otra discusión, pero algo tendrán que ver.

En mi colegio hay más o menos los mismos problemas de indisciplina -falta de respeto de los alumnos y los padres hacia mi labor, falta de nivel, etc- que en un instituto público, pero las monjitas, que son muy buenas y muy amables con los papás, se encargan de que eso no se sepa

En mi colegio hay pocos problemas de indisciplina, hay que reconocerlo. Es un centro pequeño y bastante tranquilo en ese sentido. Tenemos a los alumnos muy marcados, y conviven con nosotros muchos años, así que los nexos que se establecen entre familia y centro suelen ser fuertes. No los consentimos: buscamos la disciplina, el respeto y la tolerancia. No son alumnos de pitiminí, si eso lo que te figuras. Estamos en un barrio con una amplia población inmigrante, cada vez más numerosa. Tenemos muchos alumnos de la Europa del este y Sudamérica. Son alumnos que vienen por Escolarización y a los que no podemos negar la plaza si la tenemos libre. Que esto quede bien claro. No elegimos a nuestros alumnos, como quizá alguien haya supuesto. Trabajamos con lo que tenemos.

El nivel de los alumnos baja en picado a medida que pasan los cursos, pero no puedo exigirles todo lo que me gustaría. Las monjitas, que son unas señoras muy listas y muy amables, saben que los papás quieren que sus hijitos aprueben. Por ello me presionan en las sesiones de evaluación para que incremente el número de aprobados, y yo se lo agradezco, pues lo hacen suavemente, casi ni lo noto, y además lo hacen por mi bien. Las monjitas saben que si apruebo a muchos alumnos, los papás estarán contentos y yo tendré mi puesto asegurado.

En mi centro trabajamos para que el nivel cada año suba. No falseamos notas, no inflamos boletines a aquellos que se marchan a hacer el bachillerato, no nos engañamos a nosotros mismos. No tenemos que responder ante padres airados que quieren que sus hijos aprueben. Nos debemos a nuestro trabajo y a nuestra manera de ver las cosas. Si al final del año no hemos conseguido nuestro objetivo, lo volvemos a intentar al año siguiente. Sí, tendremos deficiencias en algunas áreas, pero cuando los alumnos que cursan bachillerato vuelven y nos dicen que gracias a nosotros tienen la base que necesitan, sabemos que lo estábamos haciendo bien.

Me presento a las oposiciones una y otra vez, pero no consigo aprobarlas. Dicen que en la pública no hay monjitas, que allí puedo ser yo mismo y no tengo que fingir, que allí puedo tener independencia de criterio en mi vida personal y a nivel profesional. Por eso me presento todos los años a las oposiciones. Y las monjitas lo saben, pero no me lo reprochan, igual que yo tampoco les digo a ellas que me gustaría ser libre. Ellas me mantienen en el puesto y me dejan que oposite porque saben que no es tan fácil que yo llegue a irme del colegio, saben que aprobar una oposición es muy duro y necesitaría mucho tiempo para prepararla. Así que procuran mantenerme siempre ocupado y me sobrecargan con miles de tareas de todo tipo a las que yo nunca me niego. Sé que así nunca llegaré a ser funcionario, pero lo sigo intentando.

Uno de los grandes problemas tradicionales de la enseñanza concertada es la perenne "fuga de cerebros" hacia la pública. De eso se habla poco, y es un inconveniente más para la enseñanza concertada (directamente relacionado con las desequivalencias económicas). Mantener una determinada plantilla de profesores estable puede convertirse en algo muy difícil si éstos están pensando en dejar esa plaza al poco para opositar, o simplemente porque les llaman de las listas de interinos. En muchas ocasiones la enseñanza concertada es una especie de trampolín o campo de pruebas para los profesores interinos, que aguardan su oportunidad para medrar profesionalmente en la pública. En mi centro hemos tenido a tres profesoras de inglés en un mismo curso por este motivo. Yo mismo cubrí una baja por interinaje de una chica que a su vez estaba haciendo lo mismo. Yo no quiero ser funcionario. La gente a menudo me pregunta, ¿y por qué no haces oposiciones, hombre? Trabajarás menos y cobrarás más. El problema es que, en la vida, no todo es cuestión de dinero. Yo trabajo en un ambiente propicio, con un grupo de profesores pequeño y bien avenido, todos con las mismas metas, con una dirección que nos cuida y es consciente de la importancia del trabajo en equipo, con unos alumnos de los que ya he hablado antes... ¿Por qué debería hacer oposiciones? ¿Ser yo mismo? Ya lo soy en cada clase que doy.

Cobro un poco menos que los profesores funcionarios y doy alguna hora más de clase. Pero eso cada vez importa menos, pues a los profesores funcionarios cada vez les ponen más horas de clase y de reuniones, así que ya casi estamos igual. Y la diferencia en el salario es mínima. Incluso puede que ahora estemos ya equiparados, pues a ellos les van a recortar la nómina y a mí no.

Ese "un poco menos" con los complementos y el tiempo va haciéndose cada vez más grande... No entremos en quién trabaja más y quién menos... En la concertada también hay horas complementarias, horas de refuerzo, toda clase de papeleo burocrático, montones de informes que hacer, adaptaciones curriculares, programaciones que completar, pruebas de diagnóstico que pasar y corregir, reuniones de etapa a las que asistir, además de todo tipo de reuniones añadidas: proyectos lingüísticos, comisiones de convivencia, programas de calidad... Además, nuestro centro pasa por dos auditorías cada año que afectan a todo el personal docente. Que cada cual vea si cumple con ello o no.

Los políticos me defienden y me dan prestigio y se van a encargar de que con el tiempo yo gane más dinero que los funcionarios. Porque es justo que les quiten el dinero a ellos y me lo den a mí, ya lo verán, tarde o temprano lo conseguiré.

La concertada no aspira a cobrar más que la pública, ¡por Dios! En todo caso, a la igualación. Una igualación que siempre será a la baja y que tenemos claro -incluso desde los sindicatos más batalladores- que nunca se dará al 100%. Cosa -la no igualación- que, además, considero justa, dados los méritos que tienen que hacerse en la enseñanza pública.

El resto del post de Xoia no merece más contestación por mi parte porque son una sarta de tópicos y afirmaciones descabelladas (dentro de la ironía que usa todo el texto) que caen por sí solas (" Y a veces [los funcionarios] se pasan varios años fuera hasta poder volver, y sólo ven a sus parejas y a sus hijos en vacaciones y en los puentes."), una patochada ridícula que se desacredita ella misma. Una visión deformada de la realidad que se basa en ver la escuela concertada como el coto de caza de un sector religioso furibundo (casi de una chochez de viejas que disecan al gato cuando se les muere, como diría Valle-Inclán) y de un profesorado trepa y vago que, encima, reclama más dinero por su ineptitud estabilizada a dedo. No sé si hago bien contestando a título personal un post como ése (después de todo, ella dice que la entrada va dedicada a aquellos que se alegran de que a los funcionarios se les baje el sueldo, que no es mi caso). Quisiera con este post, no abrir la caja de los truenos y una batalla de comentarios encolerizados por parte de unos y otros. Pienso que, como en todo, en ambos colectivos hay personas, equipos o centros, que trabajarán fantásticamente, creyendo en lo que hacen, dándolo todo cada día en lo más importante, la educación de nuestros alumnos, y los habrá también dejados, abúlicos, cansados de su labor docente, chupópteros calientasillas que lo único que hacen es perjudicar al resto. Pero repito, eso pasa en todos los colectivos. Vayamos todos juntos: hay diferencias entre nosotros, diferencias que a veces nos hacen parecer sectarios, pero todos trabajamos encaminados a un mismo fin. Vamos a intentar perseguir esa meta y no ofuscarnos por detalles que nos distancian. Yo el primero.

24 opiniones:

Nacho dijo...

Amén, chato.
Y lo dice uno que no sólo cree en el sistema público, sino que trabaja casi desde el principio en él. Sin embargo en mis inicios trabajé en dos coles cocertados, uno más religioso que el otro, el uno con una superiora, el otro no... en ninguno de ellos me hicieron insinuaciones sobre la longitud de mi melena, mis pintas de heavy clásico y mis ideas con respecto a la disciplina, la literatura, la cultura y la religión. En ninguno de los dos.
En ambos trabajé la mar de a gusto y me dejaron a mis anchas. ¿Por qué? Se ve que mi trabajo valía la pena.

Pena me da que una persona con carrera sea tan estrecha de miras.

Medusa Dollmaker dijo...

Me ha parecido enriquecedor tu post de hoy, truhán, para introducir la vida escolar desde la perspectiva del profesor al profano. Pero asimismo, el post de la detractora es tan sumamente sensacionalista y a mala leche que no merece respuesta, solo un silencio grave y veraniego.
Ya sabes rey, a otra cosa. Mientras los perros ladran, la vida sigue.

Johannes A. von Horrach dijo...

No me negarás, querido Cisne, que la tal Xoia tiene madera de Torquemada. Una Torquemada progre, eso sí. Lo peor es que esa furia que evidencia, esa visión sesgada de la realidad y esa necesidad de 'ajusticiar' a quien discrepe de su discurso, alimenta muchos corasonsitos buenistas que en nuestro país abundan. Las buenas intenciones que dicen defender suelen estar por debajo de su pétrea intolerancia.

Josep Maria dijo...

Soy profesor de pública. No entiendo que otros como yo vean con malos ojos a los profesores de concertada. La visión que da esa señora es ridícula, bajo todo punto de vista. Todo lo que dice Cisne lo firmo. Me parece, por cierto, su mejor post en mucho tiempo -y eso que continuamente deja caer posts valiosos-. Enhorabuena, lo recomendaré.

Anónimo dijo...

Esto es una prueba para ver si se envía mi comentario.

Anónimo dijo...

Bien, ahora ya no es una prueba. Es que yo no tengo cuenta de blog, al menos que yo sepa. Sólo tengo correo electrónico y poco más. Sigo habitualmente el blog de Deseducativos y alguno más, como Crisis Educativa, pero no tengo blog propio. Tampoco tendría mucho que aportar en un blog propio, así que prefiero seguir los de otras personas.

Soy Xoia. Sí, sí, la misma, esa persona con tan mala leche.

No voy a disculparme por lo que escribí en Deseducativos, siempre he pensado que cuando una hace algo, lo que sea, debe tener claras las consecuencias. Y sabía claramente que una de las consecuencias sería "caer mal" a mucha gente.

Pero sí voy a dar una serie de explicaciones. Más o menos ya expliqué algo en una respuesta a mi propio artículo en Deseducativos, pero voy a matizar más.

Como no controlo bien este formato para hacer comentarios, iré poco a poco. Aun así, estoy escribiendo deprisa, pues tengo que preparar un examen para mañana y corregir un taco de ejercicios curioso, así que, no voy a revisar la ortografía. Pido excusas de antemano si se me escapa algún dedo y tecleo algo mal, cosa que me da una tremenda rabia porque no soporto los errores ortográficos.

Anónimo dijo...

Pues bien.

Aclararé primero algo.

Soy funcionaria, profesora de Física y Química. Y no estoy ni orgullosa, ni avergonzada de serlo. Simplemente, cada una se gana el pan como puede. Desde bien pequeña he tenido claro que no valgo para nada más que para estudiar. Tal vez, si valiese para conducir un camión, me habría metido a transportista y no habría tenido que estudiar tanto, pero una tiene bien claro para qué vale y para qué no.

Como lo único que sé hacer en la vida es estudiar y transmitir lo que he estudiado, está claro que no podía dedicarme a nada más que a la enseñanza.

Empecé dando clases particulares, como tantísima gente, ganando cuatro duros, echando muchas horas, muchas veces incluso en el domicilio de los alumnos, a nivel individual y por el ridículo precio de 6 euros la hora, así de pesetera es una.

Anónimo dijo...

Luego conseguí trabajar en algunas academias.

En algunas me trataron mejor, en otras peor. En la última que estuve me trataron muy bien a nivel personal, valoraban mi trabajo, el jefe tenía plena confianza en mí, estaba realmente a gusto.

Pero del sueldo de una academia, por muy feliz que trabajes, no se puede vivir.

Así que no me quedó más inri que opositar. Para mí la posibilidad de trabajar en un colegio concertado estaba totalmente fuera de mi alcance, pues necesitas tener algún contacto. Ojo, a ver si vamos a malinterpretar las cosas. No estoy diciendo que en los colegios concertados se entre "por enchufe". Nadie es tan imbécil hoy en día como para contratar a alguien que no es competente en su trabajo. Y las monjas, los curas y los propietarios de colegios concertados no religiosos, no van a ser más tontos que los demás. Así que, si a alguien lo contratan para un colegio concertado, es porque está preparado de sobra para ejercer como profesor y luego además cumple con su trabajo todos los días. Pero antes de que te contraten está claro que el dueño del colegio tiene que conocerte de algo. O bien porque has estudiado en ese colegio, o bien porque eres familiar de algún otro profe de ese colegio, o lo que sea. Es normal.

Y yo no estaba en esa situación. A mí no me quedaba más remedio que opositar, y maldita la gracia que me hizo, qué quieres que te diga, no es plato de gusto preparar las oposiciones.

Anónimo dijo...

Con esto trato de aclarar que me he hecho funcionaria porque no he tenido otra opción, porque ha sido la única manera de acceder a un puesto como profesora que me dé de comer, que es el único puesto de trabajo al que puedo aspirar. No me he hecho funcionaria para "tener puesto fijo", eso es lo que menos me importaba cuando me presenté a las oposiciones. Tampoco me he hecho funcionaria por la pasta, si realmente me interesase tanto ganar dinero habría empezado por dedicarme a otra cosa que no fuese la enseñanza, pues como profesor, tanto en la pública como en la privada, nunca te vas a forrar de dinero. Soy feliz con tener "mi sueldín" que me proporciona cierta independencia, algo que todo el mundo debería tener y que cada vez es más escaso, tanto que casi es un lujo en los tiempos actuales.

Anónimo dijo...

Pero para bien o para mal, soy funcionaria y tengo el puesto "fijo". Y digo "fijo" entre comillas porque tengo bastante claro que en esta vida lo único fijo es que un día nos moriremos, todo lo demás puede cambiar, privilegios del funcionariado incluidos.

Y verás, últimamente parece que una tiene que ir por la vida pidiendo perdón por ser funcionaria. Y una empieza a hartarse. Yo no tengo la culpa de que nos gobiernen unos ineptos. Yo no tengo la culpa del fraude fiscal que nos rodea. Yo no tengo la culpa de que las tesis del neocapitalismo liberal más descarnado estén calando hondo en la sociedad. No me alegro de los ERES que veo cada día, no me hace feliz ver cómo en el sector privado las condiciones laborales se acercan cada vez más a la explotación.

No me alegro de nada de eso. Y sería imbécil si me alegrase, pues en esta sociedad estamos todos relacionados. Si a los demás les va mal, a mí también me acabará yendo mal. Es verdad qeu como funcionaria tengo "más inercia" frente a los cambios. Cuando las cosas van bien, a mí no me va mucho mejor que en otros momentos, más bien me va peor, pues eso que llaman "crecimiento económico" yo lo traduzco como subida del IPC porque los trabajadores del sector privado ganan más y pueden gastar más, mientras que a mí me suben siempre por debajo del IPC, bastante por debajo. Y cuando las cosas van mal, a mí no me va mucho peor que en otros momentos, incluso me va un poco mejor, porque baja el IPC y mi poder adquisitivo mejora. Así que, si compensamos unas temporadas con otras, a mí me va más o menos siempre igual, tengo "inercia funcionarial".

Pero por mucha inercia que tenga mi puesto de trabajo, si el país se va a pique, yo me voy a pique como todo hijo de vecino. Así que no tengo ningún interés en que la economía vaya mal ni en que los demás pierdan sus trabajos, es evidente.

Anónimo dijo...

Y bueno, teniendo en cuenta que yo no me alegro de las desgracias de los demás y que no he cometido ningún delito por ser funcionaria, una se harta de ver gente que, bien descaradamente, bien por lo bajo, aplaude la idea de que nos apaleen a los funcionarios.

Y eso llevo viéndolo un montón de días últimamente. Y tu comentario sobre "trabajo menos que los demás y no pueden despedirme" fue simplemente la gota que colmó el vaso. Y no me esperaba que un profesor de la concertada se alegrase de que a los funcionarios nos fuese mal. Me lo puedo esperar del típico albañil inculto que no da más de sí y que hace esos comentarios en la barra de un bar. Pero de un profesor, no. Y entonces salió a relucir toda la rabia que has visto. Tal vez tu comentario no fuese tan malintencionado, pero a mí sí me lo pareció, me pareció un ataque en toda regla. Sería más corto que mi respuesta, pero destilaba también mucha sorna. Eso de que "trabajo menos que los demás, es una verguenza que me rebajen el sueldo" esconde mucha mala baba también, así que te respondí con tus mismas armas, sólo que de forma más extensa.

Tú me atacaste con un tópico: los funcionarios trabajan poco y se merecen que les bajen el sueldo, incluso que los despidan.

Pues muy bien, yo te respondí atacando con otro tópico: los profesores de la concertada entran a trabajar por enchufe y se pasan todo el tiempo adorando a las monjitas.

Soy perfectamente consciente de que los dos son tópicos muy manidos, pero el primero en emplear el tópico, Cisne Negro, fuiste tú.

Anónimo dijo...

Por cierto que me fastidió mucho más tu comentario después de echarle un vistazo a tu blog.

Yo soy más prosaica que tú, tal vez porque tengo lo que se suele llamar "carácter de ciencias" y tú más bien eres un "hombre de letras".

Pero ver que un tío cuyo escritor favorito parece ser Lovecraft (que junto a Tolkien, es uno de mis más adorados ídolos literarios, del que he leído todo, del que nunca me cansaré) pudiera ser tan cruel con los funcionarios, me pareció fatal. No podía dar crédito a lo que leía. ¡Cómo una persona inteligente y crítica puede afirmar que es estupendo que a los profesores de la pública nos humillen! Porque a mí la bajada de sueldo me importa tres pimientos. No me hace feliz que me lo bajen, lógicamente, pero sí me fastidia, y mucho, el linchamiento moral al que nos están sometiendo a los profesores de la pública desde muchos ámbitos, y la bajada de sueldo es un elemento más de ese linchamiento.

Anónimo dijo...

Y lo de Lovecraft, pues bueno, hay mucha gente culta lectora de H.P. Lovecraft, de Poe y de toda la saga de escritores que siguieron la estela de ambos.

Pero lo que ya me pareció algo inasumible fue ver tus gustos musicales. Porque no es muy frecuente en el "mundo profesoril" en el que yo vivo ver a alguien hablar de Dark Tranquillity, o del mismísimo Ronnie James Dio, que en paz descase, la voz por excelencia. Que un profesor con gustos musicales tan poco "profesoriles" y, por tanto, que demuestra tener carácter y criterio propio y no ser "profesor-cliché" piense tan poco y arremeta contra mi persona en cuanto a funcionaria, no me pareció de recibo. Porque yo últimamente tiro más hacia el black metal y el thrash, lo mío va por temporadas. Y no tengo gustos tan eclécticos como los tuyos, digamos que soy "musicalmente cerrada" como dijo en una ocasión Tom Araya, cabeza visible de Slayer. No tengo mucho interés en "ampliar mis gustos musicales", una es un poquito burráncana y no me van mucho los experimentos y las virguerías, ni las mezclas de estilos.

Pero ver cosas en tu blog como Eluveitie, a los que he visto en directo en Bilbao junto con Kreator (ya te he comentado que me va el thrash) en tu blog, y ver que un tío que conoce a Eluveitie es tan cerrado de mente como para alegrarse del recorte a los funcionarios... Eso me cabreó, qué quieres que te diga.

Porque siempre he creído que hay gustos literarios y musicales que delatan inteligencia. Y si una persona puede apreciar a Chopin (junto con Bach forma parte de mis compositores más queridos) y a Therion (el Lepaca Kliffoth nada menos, de lo mejorcito de este grupo, un disco de culto)... En fin, que una persona que puede apreciar la valía musical de Chopin y de Kreator al mismo tiempo a mí me indica que esa persona es inteligente. Y no estaba dispuesta a dejar que una persona inteligente se alegrase de mis desgracias, eso sólo se lo permito a los que no dan más de sí.

Cisne Negro dijo...

Pero es que, chica, yo no me alegro de que te vaya mal, joder. Creo que tomaste mi comentario de forma muy personal, hablas de la gota que colma el vaso, de que me alegro de vuestra humillaciones... No. Infieres muchas cosas; según tú, pienso que "los funcionarios trabajan poco y se merecen que les bajen el sueldo, incluso que los despidan". No. Yo NUNCA he dicho eso. Yo he manifestado que me parece desproporcionado que un sector como el nuestro, con la que cae, con una seguridad que, no nos engañemos, no tienen otros sectores (y aquí he dicho "sector como el nuestro", y no debería, porque yo no tengo la seguridad que tienes tú), salgan los coros plañideros o incluso se hable de huelga en vez de arrimar el hombro. Eso sería escuela pública. Y si a mí me toca recorte -que es probable, siendo un gobierno socialista-, pues me callaré, y me resignaré a lo que hay. Y si no nos bajan, nos congelarán todos aquellos aumentos que nos prometieron y que ya estaban acordados y firmados. Y es lo que habrá.

¿Cómo hablas de humillaciones, o que yo digo que no trabajan los funcionarios? No, no, no... Ya lo he aclarado arriba, mi comentario venía a decir que no entiendo cómo aún nos podemos quejar con lo privilegiados que somos. Es como la huelga de controladores o de pilotos porque no se aceptan sus aumentos (salvando las distancias)...

Dices que tu extenso post viene motivado por esa indignación del momento... Te he de confesar que el mío, mi primer comentario en el primer post en Deseducativos, también fue motivado por la indignación de leer lo que leía, más otras opiniones en periódicos locales diciendo barbaridades sobre la injusta posición de la concertada sobre la pública.

Así que, habiendo expuesto ya lo que pienso en detalle, sólo te puedo decir más que lamento si mi opinión te hirió, y más viendo cómo coincidimos en tantas cosas (quiero decir en temas extraacadémicos que has comentado), pero es que leo unas cosas en Deseducativos que creo que voy a borrar la página de mis feeds...

Anónimo dijo...

Por todo eso mi respuesta a tu comentario fue tan cruel.

Y ahora para terminar, aclararé cuatro cosas.

- No tengo nada, absolutamente nada en contra de los profesores de la concertada, y lo aclaré en el principio de mi artículo. Cada cual se busca el garbanzo como puede, y como profesores, sufren la degradación del sistema actual exactamente igual que lo sufrimos los demás.

- Sí tengo mucho, muchísimo, en contra del sistema de conciertos en sí mismo, en contra de la concertada como institución. Creo que es un sistema injusto en muchos aspectos. Como sistema complementario de la pública donde la pública no llega, me parece bien. Pero soy de la opinión de que toda la enseñanza debería ser pública, estrictamente pública, porque sería la única forma de garantizar que los títulos fuesen realmente iguales (habría que ver además cómo se garantiza eso, tal vez un sistema de reválidas eficaz) y de que uno tiene las mismas oportunidades cuando es pequeño, sea rico, pobre, católico o musulmán. Y los más ricos deberían ir al mismo cole que los más pobres, bastante ventaja tienen ya con ser ricos. Y el título debería ganarse por valía personal, no porque uno puede acceder a un colegio privado y otro no. Es una cuestión de principios personales a la que no voy a renunciar, así como pienso que toda la sanidad debería ser pública, incluidos los tratamientos de la familia real, por poner un ejemplo. Igual que pienso que servicios básicos como la luz y el agua no deberían estar en manos de compañías privadas así tan alegremente. En esta cuestión sé que no vamos a estar de acuerdo, cada cual tiene sus principios. Hay quien dice que los padres tienen derecho a elegir. Yo digo que los hijos tienen derecho a que sus padres no elijan por ellos.

- Yo apoyaría de algún modo que se transformase los centros privados en centros públicos. Sé que en eso no vas a estar de acuerdo, como nadie en este país. Es una utopía, la nacionalización de los centros de enseñanza. Igual que algunos piensan en nacionalizar petroleras o bancos. Es mi forma de pensar, y puedo estar equivocada. Qué le vamos a hacer, cada cual piensa como le parece. Yo nacionalizaría los centros de enseñanza, concedería a sus profesores actuales una "situación especial" por la que funcionarizarlos basándome en su experiencia profesional, pues no vas a echar a un tío que lleva 20 años en la enseñanza, ni a obligarlo a opositar, y eso sí, a los nuevos que quisiesen entrar, les exigiría el requisito de la oposición. Y entonces sí que todos tendíamos las mismas condiciones, tanto las buenas (puesto fijo, horarios menos sobrecargados...) como las malas (traslados forzosos, igual reparto del alumnado, idénticas situaciones disciplinarias...)

- Y por último. Yo no soy progre, ni de izquierdas. En algún comentario he visto dejar caer algo así. En algunas ideas puedo parecer "de izquierdas", pero en otras se me ha llegado a tachar de "facha". Políticamente hace tiempo que voto en blanco y para mí el PSOE y el PP son la misma porquería. Tengo ideas propias, muy raras, lo reconozco, pero propias. Y así como puedo estar de acuerdo con Marx en muchos aspectos, no tengo ningún reparo en "comulgar" con ideas de Nietzsche sobre el "superhombre" que a muchos les parecerían escandalosamente "derechosas". Para mí no existen ni la izquierda, ni la derecha, y ninguno de los partidos políticos que tenemos actualmente, sean del color que sean, me merecen el más mínimo respeto.

Anónimo dijo...

Ah, y se me olvidaba.

Yo no voy a secundar la huelga. Me encantaría hacer una huelga, pero general. Y creo que este país debería haber hecho algo muy bestia hace tiempo: cierre patronal y huelga general al mismo tiempo. Darle a los políticos en toda la cara. Paralizar en país, "tomar la Bastilla"...

Pero una huelga de funcionarios, sólo de funcionarios, me parece una sandez. Y los sindicatos que la convocan no me merecen tampoco ni pizca de respeto.

Por otro lado, no tengo ningún inconveniente en que me reduzcan el sueldo si eso sirve para algo. No me alegra, pero lo acepto. Lo que no acepto es que me lo reduzcan miestras los mismos de siempre siguen lucrándose a costa del sudor de los demás y con todo el descaro del mundo. Quiero que en las altas esferas den ejemplo, no me vale que se reduzcan un 15% los diputados, quiero ejemplos que van más allá del sueldo. Quiero ver un poco de honradez en la política española, un poco de honradez en la economía mundial...

Y bueno, eso es todo, creo.

Cisne Negro dijo...

En tu último comentario coincido totalmente.

Anónimo dijo...

Bueno, lo dejo ya. Creo que ya he aclarado bastantes cosas. Tú también me las has aclarado.

Supongo que estamos "medianamente en paz".

Ahora tengo que trabajar, que los exámenes no se preparan sólos ni se corrigen sólos, ni en la pública, ni en la privada, así que ya está bien de vida virtual por hoy, me voy a la vida real.

Supongo que me tomé tu comentario casi como algo personal, por eso me pasé tanto. Descargué contra ti en vez de descargar contra el auténtico enemigo. Si tú también te has sentido atacado por la prensa (no sabía que hubiese artículos sobre las "ventajas" de la concertada)es comprensible que hicieses ese comentario. Y yo, que últimamente estoy hasta las narices de tanta falsedad, creí que eras uno más dispuesto a lincharme, y salió a relucir lo peor de mi persona.

Yo, que tanto digo que no debemos caer en la trampa de la división entre los españoles, que no debemos morder el anzuelo (los políticos llevan tiempo fomentando la división en todos los sectores, división entre público y privado, entre unas religiones y otras, división entre inmigrantes y autóctonos, entre "progres" y "fachas", entre nacionalistas y no nacionalistas...), yo he mordido el anzuelo.

En fin, que espero que me perdones "a nivel personal". Creía que tu comentario tenía otras intenciones, y no iba a quedarme callada. Sé de sobra que los rollos sobre cantar villancicos y ayudar a las monjitas a preparar las misas son tópicos desfasados. Pero igualmente es desfasado el tópico del profesor funcionario que va a clase a leer el periódico y no se preocupa de sus alumnos.

Bueno, pues nada.

Me voy. De vez en cuando seguiré echándole un vistazo a tu blog, tienes cosas interesantes, y además hay que tener controlado "al enemigo", ja,ja.

Sigue visitando lo de Deseducativos, hombre, que está bien. A veces nos entra el cabreo funcionarial, y yo nunca voy a apoyar la concertada, como tú nunca vas a apoyar su desaparición, pero otras cosas con comunes. Y vienen bien más puntos de vista.

Un saludo, y encantada de haber sido odiada durante unos días...



Así que, te vuelvo a recordar que, si a nivel personal tú no pensabas atacarme,

Demóstenes dijo...

Estoy de acuerdo con todos tus comentarios respecto a la enseñanza concertada, de hecho mi hermano trabaja en un colegio de estos privados ingleses, el sumum de la enseñanza elitista xD, y por mí genial.

Aún así, me sorprende el tópico que dejas, sobre que ya que los funcionarios tienen un trabajo fijo del que no les pueden echar, tampoco tienen por qué quejarse de que les bajen el sueldo. Esto es extensible supongo a todos los funcionarios.

Sin meternos en lo complicado que es sacarse unas oposiciones y lo caro que puede salirles la rotación geográfica... me parece injusto y de pensamiento liberalista esperar que paguen sólo los funcionarios y pensionistas por los pecados que han cometido otros sectores.

Para mí, lo que dices de los funcionarios, es como si dijeras que los pensionistas no tienen que quejarse porque les dan el dinero a modo vitalicio y sin tener que trabajar.

Deirdre Macpaten dijo...

Yo no debería opinar viendo el cariz personal que ha adquirido la temática de los comentarios, pero es que ese es el problema.

Xoia, ¿no se te ha ocurrido escribir un email al autor del post, y no empezar a disertar sobre lo divino y lo humano?

Lo digo porque te has tomado mucho tiempo y esfuerzo, por no mencionar de que te reiteras y divagas, pero es que cuando has empezado a comparar tus aficiones con las del autor, lo juro, me he aburrido y asustado a partes iguales, parecía que esto se concluiría en declaración de amor.

Todos estamos un poco locos, algunos más que otros...

Lectora dijo...

Bueno, yo hablaré en este caso como mamá cuyos dos bichejos van a empezar el cole este curso que viene.
Me alegra ver que hay profesores heavies, me alegra que Cisne Negro sea profesor de la concertada, y me alegra que al final el diálogo haya sido fructífero y haya llegado a buen puerto en lugar de lanzarse misiles tierra-aire, no esperaba menos de nuestro profesorado.

Como mujer de funcionario debo decir que sí existe cierta susceptibilidad a flor de piel, y es que los chistecillos de funcionarios ya cargan, quien quiera "vivir tan bien" ya sabe lo que tiene que hacer, estudiar como una bestia.

Y segundo, como mamá de niños que van a ir a un centro concertado, porque me pilla cerca de casa y los otros que me pillan cerca cuando hablo con ellos me contestan en catalán que no es mi lengua materna y me tocan las narices
Es decir que no tengo muchas otras opciones que me gusten, y como las monjas se que educan con algún valor mínimo, y ya no es una cuestión de religión.

Por eso voy a tener que pagar un pastón, por eso veo gente que me mira como si pensara "menuda pijorra", y yo de pija de verdad tengo más bien nada y de pasta menos aún.
Saludos,

Johannes A. von Horrach dijo...

Es cierto que la crítica al funcionario per se en España está muy practicada, a veces incluso con crueldad.

Bien.

Pero es eno es el problema. El problema, lo que es reseñable de verdad, es que llevamos ya demasiado tiempo en España con ¡¡más de 4 millones de parados!! y NADIE se llevaba las manos a la cabeza (empezando por los cada día más prescindibles sindicatos). Éramos (y seguimos siendo) ¡¡el país con más paro de Europa!! (sólo superados por la superpotencia Letonia), y aquí no pasaba nada, la conciencia del problema no existía.

Ahora bien... viene ZP y toca a los funcionarios y se arma la Tercera Mundial. ¿No le parece a nadie que hay un desequilibrio entre ambas percepciones?

Lectora dijo...

No se, yo creo que ZP a apuntado a los sectores que menos le pueden sangrar electoralmente.

Tal vez sea un error hacer eso, los funcionarios son precisamente un sector que por su seguridad en el trabajo sin ganar en exceso pueden gastar en pequeños caprichos en un momento como este, es decir llenar los restaurantes los fines de semana.

Claro que con esa bajada ya no lo harán, esos 50 € que se reservan para el ocio son los que quita ZP.

Peor para los cines, bares y hostelería, este verano haremos picnic y compraremos las latas en el súper para sentarnos en un parque, yo ya lo hago.

Josep Oliver dijo...

Creo que han quedado claras las posturas y aclarados los posibles malentendidos, así como las causas viscerales de las diversas intervenciones. Me alegro de que finalmente haya podido salir de aquí una especie de entente y de respeto mutuo entre profesionales.

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