Hace unos meses abrí una nueva pestaña a mi Igoogle para dedicarla a blogs dedicados al mundo de la educación. Realmente hay, no sólo en la blogosfera sino en internet en general, cientos y cientos de enlaces, que proponen, sobre todo, recursos y reflexiones sobre la educación, con especial hincapié del uso de las nuevas tecnologías. Uno de los que ya he nombrado aquí es el blog Textos Deseducativos. En un principio me pareció un interesante lugar de debate en el que los profesionales de ese ámbito daban su opinión sobre el estado de la cuestión. Pero con los meses me doy cuenta de que dicho blog es -con excepción de algún post disperso cada tanto- una especie de eterno coro plañidero de "ay qué mal está todo, tenemos que infundir valores y devolver la autoridad a los profesores... ¡pero es que las cosas están muy mal!, ¿a dónde vamos a ir a parar?"... Blablablá. En muchas ocasiones, tienen toda la razón del mundo. Pero cuando se trata de lo mismo un post tras otro, uno no puede más que pensar que, bueno, que sí, que ya lo sabemos que la cosa está malita. ¿Pero qué vamos a hacer al respecto? ¿Nos vamos a quedar para los restos discutiendo? Además, para terminar de arreglarlo, cosas como lo malísimo que es el fomento de la educación en la lengua propia de un territorio o alguien que se jacta de que leyó en bachiller el Quijote, disfrutó horrores y no entiende qué pasa que ahora no se puede poner de lectura, hacen que cada vez me interese menos lo que tiene que decir ese blog. Lo que necesitamos no son tantas pajas mentales, tanta indignación académica y tantos lamentos (que para eso ya tenemos a los catedráticos y demás ralea universitaria, que pontifica sin saber de qué habla), sino ponernos a trabajar. Por eso disfruto -y aprovecho- mucho más blogs como A pie de aula, El balcón abierto o Repaso de lengua, donde sus autores comparten recursos e ideas, sean teoría, práctica, metodología o lo que sea. Cosas que sí ayudan a la práctica docente. Como profesores, nos debemos a los alumnos y toda nuestra atención debería ir dirigida a intentar sacar lo mejor de ellos. Y para este propósito, es verdad que vale la pena de tanto en cuanto pararse en el camino y meditar sobre qué y cómo lo estamos haciendo. Pero no hay que apartar los ojos de la vía, y toda ayuda en carretera es poca. Prefiero cien veces un foro donde aportar qué libros de lectura han funcionado en clase y cuáles no, que discutir por enésima vez qué es lo que está mal en nuestros planes de educación y qué es lo que deberían aprender los demás a hacer para que todo funcione.
5 opiniones:
Deseducativos es un blog crítico con el actual sistema educativo español; entre sus objetivos está desenmascarar de manera concreta y pormenorizada un sistema fraudulento… Pero además de crítica hay propuestas, propuestas para un sistema distinto.
Un saludo
Me preocupa que la discusión educativa entre los docentes se contagie de esa gresca política habitual en los medios: "o estás conmigo o estás en contra de mí". No hay polarización y se pueden hallar terceras vías: la educación tiene fallos (muchos), pero eso no implica apostar por el derrotismo. Hay modos de mejorar el día a día sin echar las culpas a las leyes ni al sistema. Empecemos mejorando por dentro y exigiendo a los políticos respuestas más concretas (¿por qué la educación no es una prioridad a la hora de elegir nuestra opción de voto?).
Un saludo. Nos leemos.
Bonita reflexión (y ampliable al resto de ámbitos)
Antonio,
Por supuesto que hay muchas cosas que mejorar aparte de las leyes y del sistema. Por descontado que yo –y cualquiera- puede mejorar su práctica personal-profesional en el aula, pero no nos engañemos también es legítimo aspirar a cambiar la legislación y el sistema cuando se cree que son deficiente –y eso es lo que creemos los que formamos educativos: que el sistema es deficiente. Uno puede cultivar el propio huerto –o la propia concha de caracol- y hasta con suerte el huerto y la concha le protegen durante una vida, pero también se puede –es más arriesgado que duda cabe y menos tolerado- salir del propio huerto y de la propia concha, para decir no y para repetirlo no, no y no. Te acusarán de negativista, de plañidera, de aguafiestas. Bien, que le valemos hacer “pues amarga la verdad… “ . Recuerdo que a Sócrates le reprochaban : “Sócrates siempre dices los mismo” y Sócrates respondía: “no solo digo lo mismo, sino hasta con las mismas palabras”. Es lo que tiene la verdad.
Saludos
http://deseducativos.com/2010/01/12/en-defensa-de-la-pedagogia-1/
"eso es lo que creemos los que formamos deseducativos.."
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