Nuevas formas de ver el mundo
Igual que el lenguaje, en cierta forma nuestras unidades de medida condicionan nuestra manera de ver el mundo. Propongo un cambio radical, una sustitución virulenta de esas unidades por otras más cercanas al hombre, puesto que ya lo dijo Protágoras, el hombre es la medida de todas las cosas, etc.
La primera nueva medida surgió de casualidad, como casi todos los grandes hitos científicos de la humanidad, sea la vacuna antitetánica o el topless. Me dirigía a casa de Rorschach cuando advertí que de su hogar al mío hay una distancia exactamente igual a la duración de "How many more times" de Led Zeppelin. Le comenté, pues, que había observado que estaba a un "How many more times" de su casa. De ahí surgieron otras comparaciones que nos parecieron válidas:
-Has tardado más de tres "In my time of dying".
-Voy a cambiarme, sólo estaré una canción de los Misfits.
-Dormí más o menos un "Clave bien temperado".
-Etc.
Así que de ahí pude pensar otras unidades de medidas que suplieran la gastada hora y minuto, o incluso la moneda. Como cambio económico podemos tomar como referencia los libros:
-Nuevo Citroën Z-X60. Este mes sólo por una primera edición de Conan Doyle.
-Apartamento en las afueras. Precio: un Quijote del s. XIX, bien conservado.
-Tienda-bazar "Todo a Alianza-100".
-He ido a un pub de postín. Las copas iban a un "Watchmen".
-Póngame un tomo de Vértigo de gasolina súper.
Finalmente, para las tallas femeninas, puede intentarse una unidad muy interesante, que es la de los referentes pictóricos. Las tallas generosas serán las Rembrandt, las L, quizá, las Ingres;las que están de moda, las Toorop, o las Greco. (Yo, ya lo saben, me quedo con Bouguereau, Gérôme, o Cabanel). Con estas nuevas unidades, además de no aburrirnos tanto, debido a su subjetividad, le daríamos un toque humanista a la realidad.
Igual que el lenguaje, en cierta forma nuestras unidades de medida condicionan nuestra manera de ver el mundo. Propongo un cambio radical, una sustitución virulenta de esas unidades por otras más cercanas al hombre, puesto que ya lo dijo Protágoras, el hombre es la medida de todas las cosas, etc.
La primera nueva medida surgió de casualidad, como casi todos los grandes hitos científicos de la humanidad, sea la vacuna antitetánica o el topless. Me dirigía a casa de Rorschach cuando advertí que de su hogar al mío hay una distancia exactamente igual a la duración de "How many more times" de Led Zeppelin. Le comenté, pues, que había observado que estaba a un "How many more times" de su casa. De ahí surgieron otras comparaciones que nos parecieron válidas:
-Has tardado más de tres "In my time of dying".
-Voy a cambiarme, sólo estaré una canción de los Misfits.
-Dormí más o menos un "Clave bien temperado".
-Etc.
Así que de ahí pude pensar otras unidades de medidas que suplieran la gastada hora y minuto, o incluso la moneda. Como cambio económico podemos tomar como referencia los libros:
-Nuevo Citroën Z-X60. Este mes sólo por una primera edición de Conan Doyle.
-Apartamento en las afueras. Precio: un Quijote del s. XIX, bien conservado.
-Tienda-bazar "Todo a Alianza-100".
-He ido a un pub de postín. Las copas iban a un "Watchmen".
-Póngame un tomo de Vértigo de gasolina súper.
Finalmente, para las tallas femeninas, puede intentarse una unidad muy interesante, que es la de los referentes pictóricos. Las tallas generosas serán las Rembrandt, las L, quizá, las Ingres;las que están de moda, las Toorop, o las Greco. (Yo, ya lo saben, me quedo con Bouguereau, Gérôme, o Cabanel). Con estas nuevas unidades, además de no aburrirnos tanto, debido a su subjetividad, le daríamos un toque humanista a la realidad.
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