No es lo que pensáis. Yo fui objetor de conciencia, y, hasta donde sé, todos mis amigos pidieron prórrogas de estudio hasta librarse del servicio militar. Os hablo de la temporada en que compartimos muchas noches de diversión jugando y muriendo en las áridas tierras de Delta Force 1. Nos constituimos en clan con un nombre de toda la vida (los Reservoir Dogs) y empezamos a jugar Galaz (Emil), Kaneda y un servidor con el nombre de Harlock. Más tarde, y casi al mismo tiempo que Kaneda desaparecía, se incorporaban al grupo el Sgt. Fury (Rorschach), Warbat y Didakos, aunque algunos de forma más esporádica que otros. Durante la primera temporada en que jugamos, no es por fardar, pero Galaz, Fury y yo formamos un equipo letal. Aquellas noches en las que jugábamos a defender el castillo (ese castillo en que, muchas veces, esperamos pacientemente a que nos asaltaran), o nos metíamos al "todos contra todos" oficial, eramos los mejores. Poco a poco nos fuimos organizando y yo mantuve una página web sobre el clan, donde subía nuestros resultados, tomas curiosas, nuestra filiación, etc. Llegó a tener más de 10.000 visitas. No obstante, había que rendirse a la evidencia: Delta Force 1 es un juego muy antiguo (de 1998), y la manera en que está programado crea un lag de juego tremendo. Las bromas y los enfados a propósito de ese lag (retraso entre que se ordena una acción y se ejecuta realmente dentro del juego) eran fantásticas. El grupo se cansó de tantas muertes estúpidas, de disparos que no surtían efecto, de enfrentarse a tramposos... Parecía que lo íbamos a dejar. Intenté sacar adelante al clan: lo abrimos para que pudieran entrar nuevos jugadores, puesto que hasta el momento era un grupo de amiguetes que se conocía de toda la vida. Entraron algunos reclutas, pero su paso por el clan fue discreto y nunca llegaron a conectar del todo. Porque aquello era más que un "clan", eramos unos amigos divirtiéndonos, haciendo bromas con la consola, diciendo tonterías, cantando por el canal de voz, insultando a los enemigos y celebrando las victorias. Era la adrenalina desatada al hablar con los demás mientras se cargaba la pantalla y empezábamos a correr para ponernos a cubierto.
El clan necesitaba un reto para seguir viviendo, así que nos alistamos a la liga española de DF1. No tendríamos que haberlo hecho. Nuestra preparación era nula. No teníamos estrategia, ni método, ni nada. Nos dieron una buena tunda en los tres o cuatro encuentros que disputamos. Finalmente, decidimos retirarnos. Ese fue el fin de los Reservoir Dogs en Delta Force. De eso hace como un año, o más.
Ayer hablé con Duffman, antiguo compañero de batallas de otro clan. Le pregunté cómo estaba el panorama. "La mayoría de clanes lo han dejado -me dijo-, está todo acabado". De repente, me encontré como si visitara un edificio en ruinas, del que aún se recordara la gloria de los viejos tiempos. Es hora de cambiar.
Este año voy a intentar convecerlos para seguir jugando. Vietnam no nos funcionó bien, así que les he sugerido jugar cooperativamente las misiones de Ghost Recon. Espero que resurjamos. Pero esos días de gloria de DF1 permanecerán para siempre en mi memoria como una de las épocas más divertidas de mi juventud.
El clan necesitaba un reto para seguir viviendo, así que nos alistamos a la liga española de DF1. No tendríamos que haberlo hecho. Nuestra preparación era nula. No teníamos estrategia, ni método, ni nada. Nos dieron una buena tunda en los tres o cuatro encuentros que disputamos. Finalmente, decidimos retirarnos. Ese fue el fin de los Reservoir Dogs en Delta Force. De eso hace como un año, o más.
Ayer hablé con Duffman, antiguo compañero de batallas de otro clan. Le pregunté cómo estaba el panorama. "La mayoría de clanes lo han dejado -me dijo-, está todo acabado". De repente, me encontré como si visitara un edificio en ruinas, del que aún se recordara la gloria de los viejos tiempos. Es hora de cambiar.
Este año voy a intentar convecerlos para seguir jugando. Vietnam no nos funcionó bien, así que les he sugerido jugar cooperativamente las misiones de Ghost Recon. Espero que resurjamos. Pero esos días de gloria de DF1 permanecerán para siempre en mi memoria como una de las épocas más divertidas de mi juventud.
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