28.8.04

Carcasona

Un poeta amigo mío, viniendo de Carcasona, tuvo la desgracia de hacerse, con un cristal roto del tren, un tajo profundo en la mano. En la estación siguiente le pusieron unos puntos en la herida. Había perdido mucha sangre.
Mi amigo meditó mucho sobre la vieja ciudad. Me dijo que, desde entonces, le era imposible dejar de asociarla con el dolor.

[A mí me pasa algo parecido con Florencia.] Juan Perucho, en "Carcasona, Simón de Montfort y la bella Josette", incluído en sus Cuentos, Ed. Alianza, LB 1148.

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