En 1491, Rodrigo Sánchez de Arevalo, escribía en su obra Spejo de la Vida Humana (de la cual nos quedan, si no voy mal, unos cuatro ejemplares dispersos entre España y Estados Unidos) consideraciones sobre todo tipo de cosas. Ya se sabe, en la época estaban muy de moda los libros que hablaban un poco de todo. En el Libro Primero, capítulo XXXIX, nos habla sobre la música:
Esta arte fue muy honrada siempre entre los griegos & no era touido por hombre entendido en las artes liberales sino que fuesse musico. & quanta vir tud attribuyo platon ala armonia muestrase por lo que dixo enel su libro intitulado Thimeo. ca el dize que la mas poderosa de todas las artes: es la musica: cuya armonia es apropiada a mitigar los delores delos coraçones humanos. & para alegrarlos: & tan bien para procurar les todas las passiones. E tanta es la fuerça del musico en commouer los animos: que los constriye a mouer sus cuerpos. & a gestos no acostumbrados: con los quales se alteran los mouimientos jnteriores. En fin por las armonias se ayudan mucho las contemplaciones & los studios delas sciencias diuinas. (...) Accrescienta sus loores en que no solamente es delectable mas ahun prouechosa. con la qual no solamente se auiuan los spiritus delos hombres: mas ahun es instrumento de buena criança: con cuya virtud ahun los malos spiritos son forçados: mas para que tantas razones: el animo libra de cuydados. & conn vna entrañal alegria comueue los pensamientos humanos. [Folio 58. Editado en facsímil desde el incunable conservado en la Biblioteca Nacional y en algún futuro reeditado en formato digital por una troupe de locos amenos.] El libro es realmente una pieza curiosa, pero es más interesante hoy en día para el bibliófilo y el filólogo empedernido que para un lector corriente. Con todo, puede adquirirse un facsímil de correcta y sencilla factura y precio razonable en la libreria especializada París-Valencia.
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