27.1.11

El poder de las palabras

Como filólogo y amante de la palabra, no puede pasarme inadvertida la manipulación diaria a la que continuamente se somete el lenguaje en favor de unos determinados intereses. La ecuación es clara: si se controla el lenguaje, si se controlan las palabras, el trabajo hacia la dominación ya está medio hecho. Todos los regímenes totalitarios entendieron la importancia de este hecho y se aprestaron a dominar con su maquinaria los conceptos y a renombrar la realidad para tenerla a su favor.

Quiero comentar sólo dos casos actuales en las que se apreciará muy bien lo que quiero decir. El primer caso tiene que ver con el ámbito religioso. El catolicismo, la Iglesia de Roma y sus líneas más ultraconservadoras (léase Camino Neocatecumenal) se definen a sí mismos como cristianos. Lo oímos en lo que dice el Papa, lo que dice Rouco Varela, lo que dice Cuca García de Vinuesa, lo dice Intereconomía desde su misa en directo desde el Valle de los Caídos. Y sin embargo, el catolicismo es sólo una rama del cristianismo. Autorefiriéndose como cristianos, los católicos anulan las otras voces y se proclaman ellos como los únicos, los auténticos seguidores de Cristo. ¿Acaso los ortodoxos, los protestantes, los luteranos, los anglicanos, etc. no son cristianos también? Este comportamiento de anulación del rival está basado claramente en desacreditar aquellas otros cultos que el catolicismo, lo reconozca o no, considera falsos.

Y el otro caso es el referido al caso de las descargas en internet, que sin tener aún ninguna sentencia en contra en nuestro país, han conseguido en los medios la calificación unánime de "descargas piratas" o "descargas ilegales". Ésta es, por desgracia, una victoria que los abanderados de la antipiratería ya han ganado, porque han puesto el lenguaje a su favor. Ahora ya la palabra "descarga" va unida irremediablemente a "pirata" si no va seguida a "de pago". Con un lenguaje a su favor, el convencimiento de que sus intereses son los correctos es mucho más fácil. Ha sido algo subrepticio, que quizá los medios, en su trabajo desde la inmediatez, no han llegado a ver. Pero lo cierto es que cualquier descarga está ya condenada con ese matiz peyorativo del que ha sido teñida. Y, con todo, en nuestro país, las redes p2p siguen siendo legales y la descarga directa está en plena eclosión.

Dos ejemplos de lo importante de hacerse con el control del lenguaje si uno quiere favorecer su causa de forma mayoritaria.

4 opiniones:

Maria-Antònia Massanet dijo...

Totalmente de acuerdo, una concisa y lucidísima reflexión con ejemplos asequibles sobre la capacidad de manipulación del discurso. Y muy actual!
Un fuerte abrazo,

Cisne Negro dijo...

Moltes gràcies, Maria Antònia.

Demóstenes dijo...

Sobre las descargas totalmente de acuerdo.

Sobre que el catolicismo sea la rama más fundamental del cristianismo... yo en parte entiendo que la Iglesia piense así. ¿Acaso no se supone que el primer Papa fue un apóstol de Cristo? Pero eso sería un discusión compleja de la que, en realidad, poco conocimiento tengo.

Pandora_cc dijo...

Comparto tu opinión. La palabra siempre ha sido la herramienta que, para bien y para mal, hace girar el mundo. Se pueden mover montañas o derrumbarlas con ella. No hay arma más potente. Lástima que, siendo todo lo poderosa que es, haya quien no lo aprecie.
Un saludo!

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