Hay dos ideas que he leído recientemente, al respecto de medios de masas y educación y que quería compartir con vosotros. Hoy, en Vertele (esa web que censura los comentarios que no les gustan) podíamos leer:
Los menores pasan más tiempo viendo la TV que en la escuela
Casi mil horas al año, revela "Libro blanco de la educación audiovisual"
Al parecer, Los niños españoles de entre 4 y 12 años pasan 990 horas al año ante la televisión frente a las 960 horas que están en la escuela, según revela 'El libro blanco: la educación en el entorno audiovisual'. Con esto ya estaría dicho todo, queridos lectores, no haría falta ninguna apostilla. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, indicó, según Europa Press, que le "preocupa" este dato que demuestra que hay que tener "mucho más cuidado" con la programación en las televisiones. ¡Y tanto! Y eso suponiendo que los datos del estudio son fiables, porque muchos jóvenes pueden pasarse, no ya las dos horas y mucho al día de media delante de la caja tonta, sino muchas más: con facilidad tres y cuatro. Es imposible luchar contra eso en la escuela. Imposible. No podemos plantar cara al adoctrinamiento consumista, fomentador de estereotipos y de malos hábitos de la televisión sin la ayuda de alguien en casa, sin alguien que oriente, que haga reflexionar, que restrinja. Cómo vamos a formar a ciudadanos con sentido común, que sepan ponerse en el lugar de los demás o ser sensibles al dolor ajeno cuando la televisión los bombardea constantemente con lemas individualistas, relativistas e hipócritas. Hay que hacer una llamada urgente a las familias,
También me llama mucho la atención un artículo al que llegué desde Educa con TIC de José Cabrera, titulado Escuelas 2.0: claves para construir la educación del futuro, en el que se habla de cambios de paradigma en la educación, que si el modelo de las clases magistrales está obsoleto, que si estamos en la época del trabajo cooperativo y la creatividad, que si los "nativos digitales" han rechazado los viejos modelos pedagógicos y quieren otros nuevos, acordes con la sociedad de la información en la que vivimos. En parte estoy de acuerdo con lo que se dice, en parte hay cosas que efectivamente ya están superadas, y en parte habría que saber en qué parte del sistema educativo está pensando el autor cuando está haciendo estas reflexiones. Las clases magistrales puede que aún perduren en la Universidad, pero en el resto del mundo, hace tiempo que son historia. Y ahora, con el advenimiento del plan Bolonia, esto también cambiará. Cabrera hace una descripción de esos nativos digitales y nos dice que su mundo es efectivamente la tecnología, que una de sus características es la rapidez con la que asimilan nuevas herramientas o su capacidad de uso de las nuevas tecnologías. Con estas nuevas generaciones no es tan importante el hecho de memorizar información (porque la tienen toda a su disposición con un solo click) sino saber gestionarla. Pero hay algo que me preocupa en esa descripción: Cabrera dice que "no quieren ser unos dóciles consumidores de contenido. Les gusta experimentar y divertirse". Más adelante afirma que
Hay un peligro en todo esto de la educación 2.0, nuevos paradigmas, blablablá. Que a veces perdemos la noción del mundo real. Lo que dice el artículo puede ser aplicable a futuros estudiantes universtarios, investigadores o personas que trabajarán en entornos profesionales tecnológicos o simplemente de oficina, pero no a una gran masa de alumnos que terminará ejerciendo trabajos poco cualificados. Todo esto tan bonito del "design thinking" (malditos extranjerismos) y de que "los valores esenciales ya no son la productividad, la eficiencia y la escalabilidad. Ahora debemos concentrarnos en el talento y la creatividad", por tanto, no es un axioma con el que comulgar forzosamente.
También me llama mucho la atención un artículo al que llegué desde Educa con TIC de José Cabrera, titulado Escuelas 2.0: claves para construir la educación del futuro, en el que se habla de cambios de paradigma en la educación, que si el modelo de las clases magistrales está obsoleto, que si estamos en la época del trabajo cooperativo y la creatividad, que si los "nativos digitales" han rechazado los viejos modelos pedagógicos y quieren otros nuevos, acordes con la sociedad de la información en la que vivimos. En parte estoy de acuerdo con lo que se dice, en parte hay cosas que efectivamente ya están superadas, y en parte habría que saber en qué parte del sistema educativo está pensando el autor cuando está haciendo estas reflexiones. Las clases magistrales puede que aún perduren en la Universidad, pero en el resto del mundo, hace tiempo que son historia. Y ahora, con el advenimiento del plan Bolonia, esto también cambiará. Cabrera hace una descripción de esos nativos digitales y nos dice que su mundo es efectivamente la tecnología, que una de sus características es la rapidez con la que asimilan nuevas herramientas o su capacidad de uso de las nuevas tecnologías. Con estas nuevas generaciones no es tan importante el hecho de memorizar información (porque la tienen toda a su disposición con un solo click) sino saber gestionarla. Pero hay algo que me preocupa en esa descripción: Cabrera dice que "no quieren ser unos dóciles consumidores de contenido. Les gusta experimentar y divertirse". Más adelante afirma que
"los Nativos Digitales se niegan a aceptar que el ocio quede excluido de sus vidas hasta la jubilación. Para ellos, el trabajo no puede ser sólo esfuerzo y sacrificio. Ellos quieren divertirse mientras trabajan."Esta afirmación es muy peligrosa, por cuanto da pie a que se entienda la escuela como un lugar donde ir a pasarlo bien y a integrar el ocio con el aprendizaje. No digo que la escuela tenga que ser aburrida o que sea incompatible divertirse con aprender, pero los profesores no somos animadores culturales, no somos monitores de campamento, no vamos al trabajo a divertir o entretener a los alumnos. Me inquieta la afirmación de Cabrera porque, al enlazar esos dos conceptos, puede dar a entender algo que no es. Y la escuela ya es suficientemente la guardería de unos padres que no le dedican el tiempo suficiente a sus hijos como para que ahora la escuela sea un lugar donde ir a divertirse. Supongo que se capta mi idea.
Hay un peligro en todo esto de la educación 2.0, nuevos paradigmas, blablablá. Que a veces perdemos la noción del mundo real. Lo que dice el artículo puede ser aplicable a futuros estudiantes universtarios, investigadores o personas que trabajarán en entornos profesionales tecnológicos o simplemente de oficina, pero no a una gran masa de alumnos que terminará ejerciendo trabajos poco cualificados. Todo esto tan bonito del "design thinking" (malditos extranjerismos) y de que "los valores esenciales ya no son la productividad, la eficiencia y la escalabilidad. Ahora debemos concentrarnos en el talento y la creatividad", por tanto, no es un axioma con el que comulgar forzosamente.
9 opiniones:
Y ahora piensa contra todo lo que tiene que luchar un docente de E.F. cuando, a pesar de todo lo que comentas, tiene a los padres pensando que sus hijos siguen haciendo gimnasia, los niños sólo quieren divertirse e imitar lo que ven en la tele, y el resto de profesores piensan que no es más que un patio largo.
Se ve que el hecho de tener que esforzarse por algo se percibe como negativo, cuando la norma número 1 de la vida dicta que lo bueno cuesta conseguirlo.
Serán personas que se vendrán abajo al más mínimo contratiempo, alumnos universitarios talluditos y de pelo en pecho llorando porque han suspendido, eso lo he visto yo.
Sobre la TV hay que vigilarla está clarísimo, yo creo que la mayoría de la gente pone el canal disney o videos a los críos, aun así no es bueno que estén todo el día delante claro.
Pues claro que pasan tanto tiempo delante de la TV. ¡Faltaría más! ¿No pretenderás que todo ese tiempo lo compartan con sus padres, aprendiendo algo útil incluso? XDD
(A sus órdenes, Dr. Chang)
Grandes reflexiones ;)
Actualmente soy estudiante universitaria y no hace tantos años que he podido ver "desde el otro lado" lo que se nos viene encima.
Pienso que la televisión hace mucho que degeneró en cuanto a contenido. Observo, por ejemplo, los programas que se emiten en el llamado "horario infantil". Me echo a temblar cuando pienso en telenovelas de argumento nulo y capacidad sorpresiva inexistente rayantes en lo pornográfico -y no es que sea una mojigata ni mucho menos, simplemente apoyo una instrucción objetiva y desmitificada de la sexualidad humana,tema que creo que deben ir conociendo los niños poco a poco de una forma adecuada a su edad, de modo que pueda prevenirlos de los riesgos que supondría una mala información en esta materia y que pueda ayudarlos el día de mañana a disfrutar de una sexualidad sana y sin tabúes-. La televisión ofrece tanto en series, como en telenovelas y un largo etc. una visión catastróficamente distorsionada del sexo, convirtiéndolo en algo tan banal como un partido de fútbol. Qué decir de las supuestas "tertulias" vespertinas, que además de dar mala fama a las que lo son de verdad, sus contenidos zafios que llegan hasta lo absurdo o nauseabundo -a veces ambas dos- destrozan cualquier sentido de filantropía que una persona pueda albergar; o de los concursos que van reflejando claramente la incultura general... No voy a seguir, porque creo que se sabe de lo que hablo.
(Siguendo con el comentario, que por extensión Blogger no me ha dejado publicar):
Y es que fuera del horario infantil, los contenidos son aún peores. Series supuestamente adolescentes que reflejan lo peor de esta etapa madurativa, haciendo creer a los jóvenes que lo guay es follarse (con perdón) a doscientos, que el consumo de drogas es algo no solo tolerable sino deseable en un muchacho... En fin, dejo aquí la enumeración porque considero tanto al autor de este blog como a sus comentaristas lo suficientemente críticos como para ver lo desfigurada que queda nuestra realidad social. Por otro lado, las buenas películas las echan una vez cada mil años. Es mejor descargártelas para verlas, así como las series buenas como Lost antes que conectarte a la mierda de la televisión y tener que tragarte, ya de paso, veinte minutos de anuncios por cada intermedio (ya que no te estás volviendo gilipollas, te estás convirtiendo en un cosumista, que es otra forma de idiotez).
Como la programación no se va a cambiar de la noche a la mañana, lo suyo sería que los padres moderaran el uso que sus hijos hacen de la televisión. Aquí aprovecho para decirle a Sonja en cuanto a su comentario: si ves el Canal Disney aunque sean solo 5 minutos creo que quedas asqueado por la estulticia que rezuman las series americanas que ahí se muestran, llenas de personajes vacíos y de sensacionalismo barato. Te invito a que lo pongas durante un rato y lo compruebes. A ver cuánto aguantas a Hannah Montana y a los Jonas Brothers.
Creo que con mis 19 años se me puede considerar "nativa digital" o al menos decir que he crecido casi a la par que ella. A mí personalmente me parece una abominación sustituir libros por pantallas, papeles por píxeles. No es por ponerme catastrofista ni mucho menos, pero lo virtual en la red se queda muchas veces, sobretodo porque la tecnología falla y pobre de ti como no tengas una copia "real". Hay estudiantes a los que nos gusta coger el papel, subrayarlo, hacer esquemas, resúmenes. Trabajar el texto con todo el amplio valor de la expresión. Que sí, que estoy de acuerdo con que hay que ponerse al día con las nuevas tecnologías. Pero lo veo como un complemento más de lo que ya tenemos, no como un sustitutivo.
(ídem que el anterior)
Los "nativos digitales" no tenemos por qué incluir el ocio en nuestro trabajo. Ya que tienes que hacerlo, lo mínimo es interesarte por ello y no hacerlo algo aburrido. Y eso es responsabilidad del alumno, más que del profesor. Por otro lado, es cierto que algunos profesores te hacen realmente detestar su asignatura, pero eso es porque no realizan bien su trabajo, que es el de explicar y facilitarle a sus alumnos los conocimientos en lugar de dejar entrever que preferirían estar siendo aplastados por un camión que en clase o haciendo que sus complejos personales afecten a su trato con los chicos.
Si el profesor, por otro lado, consigue hacerte no solo fácil de entender la asignatura sino que incita su atractivo, mejor que mejor. Pero ese es un plus. Efectivamente los profesores no son títeres de circo.
Quizá las expectativas de los muchachos estén falseadas por las series de televisión. O tal vez los padres no sepan enseñarles lo que es la disciplina y el esfuerzo. O quizá los estudiantes tengan mucho morro. O será cosa de la tecnología el haber vuelto gilipollas a los "nativos digitales". O todo junto.
Y la creatividad no está reñida con tomar apuntes en una clase magistral. Es más, quién no se ha dedicado luego a ilustrarlos o ponerse a ver qué tal combina el lápiz rojo con el amarillo fosforito. No me jodan. Si la persona es creativa y/o se ha estimulado su creatividad durante su infancia, el resultado será una personalidad creativa natural y/o aprendida. Si la persona no siente ni curiosidad por sí misma y los padres la han animado a volverse subnormal con los Teletubbies, da igual cuánto experimente en clase, cuánta redacciones entregue, cuánto power point se descargue de Elrincóndelvago demostrando así lo imaginativo que es. Esa persona no es creativa. Y ya está. Si no es creativa, no se va a poner a hacer en casa lo que ya hace en clase, ¿no?. Y eso no es malo. ¿Cómo saber quién es un genio si todos somos creativos 100%? Además, esperemos que no salga un albañil creativo que desoiga lo que ha dicho el arquitecto y le de, por pura creatividad, la gana de poner los cimientos de la casa en forma de corazón haciendo de ella una vivienda mortal. O que el médico, por pura creatividad, le dé por ponerse a hacer nuditos a la sonda que tiene tu abuelo porque está mal de la próstata, haciendo que llore de dolor. La creatividad es algo muy apreciable, pero no es una cualidad deseable en todos nosotros aunque sea solo por mantener la diversidad. (Mis ejemplos son meramente ilustrativos, no pretendo hacer con ellos ninguna crítica de índole clasista).
Y siento haberme alargado tanto en este comentario, pero es que estoy jodidamente de acuerdo contigo, Cisne Negro.
P.D.: Y en mi opinión también, podrían meterse Bolonia por el culo.
Creo que, en estos parrafos presentados, el señor Cabrera se ha permitido unos apuntes que van más allá de un análisis y entran en su ilusión de futuro.
De todas formas, a nivel sociológico, es cierto que en occidente necesitamos fomentar la creatividad (y el sentido crítico, que es muy creativo salir de casa con los calzoncillos en la cabeza pero tambien un poco-muy estúpido).
Pero una cosa es hablar de lo que nos sería bueno de cara al futuro como sociedad (desde una atalaya sociológica) y otra aventurarnos a decir como tiene que hacer su trabajo la fiel infantería (en este caso los profesores y formadores).
El problema radica que los bellos ideales sociológicos son recogidos, procesados y mal implementados por razones políticas para seguidamente imponérselos a los profesores y formadores de formas absurdas que, ni tienen que ver con el objetivo ideal, ni van a ayudar a mejorar el sistema ya creado.
Creo que es lo que hace que, cuando un parrafo como este presenta una utopía que se podría alcanzar, nos entre un escalofrío por la espalda en lugar de estimularnos.
El infierno esta empedrado de buenas intenciones.
""la escuela ya es suficientemente la guardería de unos padres que no le dedican el tiempo suficiente a sus hijos como para que ahora la escuela sea un lugar donde ir a divertirse""
""Hay un peligro en todo esto de la educación 2.0, nuevos paradigmas, blablablá. Que a veces perdemos la noción del mundo real.""
Perdón por mi pregunta, pero ¿cuál es el mundo real hoy día?...¿y qué entendemos por "real"?
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