Sigue en los cines, y no creo que dure mucho más, la última obra del director de "Hero" o la excelente "Camino a casa". La verdad es que este director siempre consigue encandilar al público, ya sea con la dirección de escena de la representación de "Turandot" en la Ciudad Prohibida de Pekín, que entusiasma a Blackie, como por sus anteriores películas. "La casa de las dagas voladoras" ("Shi mian mai fu", 2004) es una película en la línea preciosista de "Hero", con un toque adicional de amor desesperado y algunos giros interesantes en la trama. Pero, una vez más, lo que destaca de la película es su refinamiento: unos escenarios naturales soberbios, una fotografía magnífica, una tierra de violentos colores contrastados y algunas escenas para recordar: la prueba de la bailarina en la casa de las Peonías, la emboscada en el bosque de bambú -como veis en las imágenes, algunas de ellas sugeridas por Hermosa- o la lucha final en medio de la nieve, tres ejemplos de la fuerza cromática del film.
La historia nos narra, a grandes rasgos, la lucha que mantienen las fuerzas reales con un clan llamado "la casa de las dagas voladoras", nido de revueltas sociales. Un policía logrará hacerse con la confianza de una joven ciega para que le lleve al cuartel general de los disidentes. Como protagonistas tenemos a la bella Zhang Ziyi ("Tigre y Dragón", "Musa" -inédita en España, pero inigualable- o la misma "Hero") y al no menos apuesto taiwano-japonés Takeshi Kaneshiro ("Returner", "Turn left turn right", "Onimusha"), que hacen una buena actuación. Quizá la película peque de excesos en materia de espectaculares luchas con cable, pero es un mal menor. Las batallas, las ralentizaciones de cámara, los saltos y las coreografías son simplemente dignas de admiración. Estamos ante una de las mejores producciones del cine oriental que ha llegado a nuestras pantallas este último año. Se la recomiendo fervientemente.
Hace poco, un contertulio de un programa mañanero decía que así iba España -a propósito de las pérdidas en el cine patrio-, porque la gente prefería ir a un cine de Arte y Ensayo a ver películas asiáticas que ir a ver la última producción española. Desde luego, si me dan a elegir entre "Amor idiota" y "La casa de las dagas voladoras", lo tengo muy, pero que muy claro.
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