Hombre excéntrico, un auténtico "raro" como los de Rubén Darío, extraordinariamente dotado para crear un universo propio e inquietante, amante de las vanguardias, catodicófilo... Edward Gorey (1925-2000) es uno de los mejores artistas gráficos americanos del s.XX. Reivindicado por autores como Tim Burton -que tanto le debe en "La melancólica muerte del Chico Ostra"- en Estados Unidos, y Max o Álex Fito -en sus "Raspa Kids"- en España, su obra ha sido poco a poco publicada en la colección Avatares de Valdemar. Pese a tener un precio algo prohibitivo, vale la pena tenerlos en nuestra biblioteca. De momento son "Amphigorey", "Amphigorey Too" y "Amphigorey Also".
La presentación que Óscar Palmer hace de Gorey ya es suficiente para sentirnos atraídos de inmediato por este personaje. Se nos cuenta, por ejemplo, que "era un coleccionista compulsivo: dominado por ese mismo horror vacui que le llevaba a cargar de detalles y de rayados sus viñetas, atiborró las estancias de su hogar con calaveras, cruces celtas, objetos de hierro, osos de peluche, versiones del "Mesías" de Händel (que era su obra musical favorita), y láminas de sus artistas preferidos. Sobre el tablero de dibujo, por ejemplo, tenía colgadas con chichetas varias postales con reproducciones de Goya y Matisse, así como la foto de una escultura india de un tigre devorando a un misionero". Extravagante, misántropo, amante del ballet, cinéfilo empedernido, tanto gustaba hablar de las teorías de Wittgenstein, como de "Los Simpson" o "Buffy la cazavampiros" que había visto, tanto de la etapa británica de Hitchcock, como de la última película de Jackie Chan. Hay una anécdota que me parece fantástica respecto a su excentricidad: "Una amiga suya de la época [de juventud], Consuelo Joernes, declaró en una ocasión a la revista especializada The Comics Journal que, tras haber sido hospitalizada debido a una apendicitis, recibió numerosas visitas de Gorey en las que éste se dedicó a confeccionar con ella muñecas de trapo que luego abandonaba en el interior del primer coche aparcado que le saliera al paso, acompañadas de notas crípticas e intrigantes". ¿No es genial?
La presentación que Óscar Palmer hace de Gorey ya es suficiente para sentirnos atraídos de inmediato por este personaje. Se nos cuenta, por ejemplo, que "era un coleccionista compulsivo: dominado por ese mismo horror vacui que le llevaba a cargar de detalles y de rayados sus viñetas, atiborró las estancias de su hogar con calaveras, cruces celtas, objetos de hierro, osos de peluche, versiones del "Mesías" de Händel (que era su obra musical favorita), y láminas de sus artistas preferidos. Sobre el tablero de dibujo, por ejemplo, tenía colgadas con chichetas varias postales con reproducciones de Goya y Matisse, así como la foto de una escultura india de un tigre devorando a un misionero". Extravagante, misántropo, amante del ballet, cinéfilo empedernido, tanto gustaba hablar de las teorías de Wittgenstein, como de "Los Simpson" o "Buffy la cazavampiros" que había visto, tanto de la etapa británica de Hitchcock, como de la última película de Jackie Chan. Hay una anécdota que me parece fantástica respecto a su excentricidad: "Una amiga suya de la época [de juventud], Consuelo Joernes, declaró en una ocasión a la revista especializada The Comics Journal que, tras haber sido hospitalizada debido a una apendicitis, recibió numerosas visitas de Gorey en las que éste se dedicó a confeccionar con ella muñecas de trapo que luego abandonaba en el interior del primer coche aparcado que le saliera al paso, acompañadas de notas crípticas e intrigantes". ¿No es genial?
El primer libro, "Amphigorey", es una primera antología de sus obras, que incluye perlas como "El sofá curioso" o "Los pequeñines macabros", obra esta última que repasa en un siniestro abecedario diferentes formas de morir infantiles. Ésta es una obra en que claramente se observa la notable influencia que ejercería Gorey en Burton. Pero no nos equivoquemos: le han llamado gótico, políticamente incorrecto, pero hay mucho más que eso en Gorey, por eso sus libros se resisten a ser clasificados. ¿Son cuentos ilustrados? ¿Son de terror? ¿Son literatura infantil? ¿Son libros de ilustraciones?
Una de las obras que más me gustan dentro de esta antología es "The West Wing". Algunos de sus dibujos transmiten una soledad y un desasosiego terribles, que se plasman en habitaciones vacías, con el papel de la pared desgajándose, con personajes sacados de su contexto... Gorey es a veces explícito, pero la mayor de las veces su fuerza radica en los pequeños detalles, en lo que no se dice pero se insinua: una sombra saliendo del plano, una puerta a punto de abrirse...
La ventaja de la magnífica edición de Valdemar es que es bilingüe e incluye todos los textos en versión caligrafiada por el propio autor, cuya lectura es ya de por sí un placer, y de paso nos deleita con esos pareados en inglés que no se han podido traducir -aunque hay que decir que la rima poética en inglés siempre me ha parecido algo forzada al oído. Gorey, siempre misterioso, siempre atrayente, es todo un descubrimiento para el neófito y un placer el volver sobre sus páginas. Reivindiquémosle como uno de los más grandes.
Enlaces:
· Goreyography: un sitio que tiene toda la pinta oficial, aunque no muestra todo lo que podría mostrar.
· Gorey Details: todo el merchadising que os podáis imaginar sobre este autor.
· The Gushslycrumb Tinies: echadle un ojo a algunas ilustraciones de "Los pequeñines macabros".
· Test: ¿Qué libro de Edward Gorey eres? Yo soy éste último.
· Test: ¿Qué horrible muerte de Edward Gorey tendrás? Yo la G, de George, asfixiado debajo de una alfombra.
Una de las obras que más me gustan dentro de esta antología es "The West Wing". Algunos de sus dibujos transmiten una soledad y un desasosiego terribles, que se plasman en habitaciones vacías, con el papel de la pared desgajándose, con personajes sacados de su contexto... Gorey es a veces explícito, pero la mayor de las veces su fuerza radica en los pequeños detalles, en lo que no se dice pero se insinua: una sombra saliendo del plano, una puerta a punto de abrirse...
La ventaja de la magnífica edición de Valdemar es que es bilingüe e incluye todos los textos en versión caligrafiada por el propio autor, cuya lectura es ya de por sí un placer, y de paso nos deleita con esos pareados en inglés que no se han podido traducir -aunque hay que decir que la rima poética en inglés siempre me ha parecido algo forzada al oído. Gorey, siempre misterioso, siempre atrayente, es todo un descubrimiento para el neófito y un placer el volver sobre sus páginas. Reivindiquémosle como uno de los más grandes.
Enlaces:
· Goreyography: un sitio que tiene toda la pinta oficial, aunque no muestra todo lo que podría mostrar.
· Gorey Details: todo el merchadising que os podáis imaginar sobre este autor.
· The Gushslycrumb Tinies: echadle un ojo a algunas ilustraciones de "Los pequeñines macabros".
· Test: ¿Qué libro de Edward Gorey eres? Yo soy éste último.
· Test: ¿Qué horrible muerte de Edward Gorey tendrás? Yo la G, de George, asfixiado debajo de una alfombra.
1 opiniones:
a mi me gustó mucho el libri... bueno... lo que llevo de el... es casi todo... pero es que releo los cuentos que mas me gustaron... el de los pequeños macabros es uno de mis favoritos, el sofá curioso, el cuento de bichos, la niña desdichada, me gustaron la mayoria de los que levo leidos... me gusta como plasma depresion pero con una especie de humor muy ... ligero y oscuro... ya sabes.. negro, basado en la desdicha de sus personajes...
Publicar un comentario