Este año puedo darme por satisfecho con los números en cuanto a juegos de mesa. Fueron 511 partidas, superando el año pasado, aunque una parte importante tienen truco: aprendí a juzgar a ajedrez y eso hice que jugase muchísimo. Aunque, evidentemente, sigo siendo un pésimo jugador. Otro factor fue el encontrar el Onirim como app en el móvil. Un juego que en físico sería muy, muy pesado por la cantidad de veces que hay que barajar las cartas, en app se hace una maravilla. La verdad es que lo jugué demasiado y ahora mismo no tengo ganas de verlo ni en pintura.
Una de las cosas que ha reactivado el número ha sido la reapertura del Aula de Juegos en tiempos de postcovid, lo que ha hecho que pueda volver a jugar con los chicos siguiendo las normas higiénicas. Otro tipo de reuniones con adultos no he tenido, y el resto han sido partidas en solitario.
Voy a destacar, como el año pasado, los juegos que más me han gustado durante este 2021, sin atender si son novedad del año o no.
Estuve mirando a ver si podía encontrar algún juego de Flying Frog, porque recordaba uno de los videotochos de Chemapamundi sobre uno de ellos y me quedé con la cantinela. Encontré el A Touch of Evil 10th Anniversary y fui a por él. Aunque es una edición sobreproducida, un festival de azar, es un ameritrash gótico muy divertido. Si puedo encontrar alguna de sus expansiones, me haré con ellas.
Cartógrafos es un flip and write en el que tenemos que ir componiendo un mapa encajando las piezas que nos van dando de manera que consigamos la máxima puntuación. En el fondo es como jugar a Tetris, pero con algunos elementos de interacción con los demás, y el hecho de que se han puesto a la venta nuevos blocks que van cambiando sutilmente la experiencia del juego. Con mi MinionD9 he jugado bastante y le ha gustado. Es un juego que también llevaré al cole.
Fief es un juego de gestión y guerra medievales. No es precisamente rápido, pero recompensa mucho. En el juego, reclamaremos aldeas, pediremos el diezmo o la talla, estableceremos alianzas con otros jugadores por medio de matrimonios, nos ordenaremos obispo, cardenal e incluso papa, batallaremos, haremos asedios... La verdad es que como simulación del statu quo medieval está bastante bien. Lo jugamos en el cole y a pesar de ser un juego largo y de una secuencia de turno infinita, les gustó mucho. Tengo ganas de volver a sacarlo.
The Lamps Are Going Out es una gran táctico de la IGM que ha tenido opiniones encontradas, pero creo que funciona bastante bien. Tiene un componente histórico muy fiel a la realidad, al menos, así como van entrando las potencias en guerra y lo que hacen, a pesar de tener pequeños fallos (el track de la guerra en África).
Zona es un juego que me gusta, primero por su temática: es evidente que está inspirado tanto en la novela Roadside Picnic de los Strugatski como en mi querida saga de videojuegos Stalker, así que no podía no gustarme. Creo que consigue trasladar a la mesa bien el agobio del juego, aunque creo que debería ser un colaborativo y no un competitivo. O una expansión o unas reglas caseras acabarán por limar las asperezas que tiene.
1918/1919 Storm in the West es un wargame ambientado en el final de la IGM de Ted Raicer. Parecía, por el setup, que iba a ser un juego muy estático, pero no fue así. Una tabla de combate demoledora, y una continua lucha por ir ganando territorio. En las dos partidas que jugué me lo pasé muy bien, y sobre todo el bando que resulta más interesante de jugar es el alemán, que tiene todas las de perder, pero si hace un uso inteligente de la defensa y se repliega en los bastiones que le quedan, tiene una posibilidad.
Otros juegos que también me han gustado mucho este año van desde el party Taco Gato Cabra Queso Pizza, la continuación de la campaña de Mice & Mystics con mi hija, el nuevo juego del creador de Ciudadelas, Vampiro: Vendetta... Me quedo seguir con Hellboy y Star Wars Imperial Assault.
Llegué tarde a Arkham Horror LCG, pero llegué (y he de decir que
justo antes de la reedición). Y me encantó. Jugué los casos de la caja
básica y luego me vine arriba comprando el ciclo de Carcosa. La verdad
es que no me esperaba que un juego de cartas fuera tan evocador e
interesante.
Los fiascos del año: Lusitania, Dragoon, Sylla.
Una de las cosas que me ha gustado comprobar es que he vuelto sobre algunos wargames en solitario tras un año de jugar por primera vez y he notado como este año me ha dado rodaje y perspectiva cuando los he vuelto a desplegar (Konigsberg, Celles, etc.), que me han permitido, con la sabiduría acumulada, jugarlos y disfrutarlos de manera diferente. Me quedo con esta satisfactoria sensación de haber madurado a lo largo de un año de wargames.
Para 2022 me gustaría poder seguir jugando a buen ritmo con el nuevo equipo que tengo en el Aula de Juegos (tengo una buena lista de cosas que quiero probar con ellos antes de que algunos se vayan); me gustaría también seguir ahondando en mi reciente pasión por los wargames y probar los que tengo sin estrenar y prepararme para la avalancha que viene (por cierto, tengo una docena de cajas por llegar de varios mecenazgos... no sé dónde lo meteré todo); y por último, me gustaría poder volver a encontrar una rutina de juego con mi grupo habitual... Juegos, desde luego, los habrá. Todavía tengo muchísimos por estrenar; en 2022 me gustaría al menos sacar algunos de ellos y reducir su número.