Como buen letraherido, soy un acumulador compulsivo (o como dice Galaz, "lector impulsivo, comprador compulsivo") de libros. En mi biblioteca se acumulan los libros que, sea porque fueron adquiridos y relegados por otra lectura, sea porque son heredados y no tuvieron su oportunidad aún, esperan su momento durmiendo el sueño de los justos. La demora en la lectura es un clásico en casa; de hecho, en Iconotropía ya señalé este verano dos lecturas que hice, Stardust de Neil Gaiman y Stray Toasters de Bill Sienkiewicz, y que han tenido que esperar la friolera de 14 y 15 años respectivamente para ser completadas. Pero no son los únicos: pronto se cumplirán los diez años de la edición en un tomo único del From Hell de Alan Moore, que he empezado numerosas veces, pero nunca he completado (sí, lo sé, no me peguéis).
He estado rebuscando entre los estantes y, la verdad, hay más libros que siguen esperando su momento, que libros de los que haya demorado mucho su lectura. Si nos referimos a libros que, por su importancia, debería haber leído mucho antes, por ejemplo, está La isla del tesoro. Lo leí con 20 años o así -quizá algo más y todo, ya no me acuerdo-, pero me pareció un libro genial, fantástico, totalmente evocador. Si lo hubiera leído con 15 años, creo que lo habría disfrutado todavía más. Si hablamos de libros que han remoloneado muchos años en mis estanterías, citaré un caso precoz: La vocación de Joe Burskinshaw. Es un libro de Geoffrey Kilner, editado por SM en la mítica colección El barco de vapor - serie roja (para lectores de 12 años en adelante, creo recordar) en 1985. Cuando me lo regalaron, por la portada y la información en la contraportada me pareció un tostón de libro, así que lo tiré detrás de una librería, y ahí se quedó, criando polvo, durante varios años. Algo mayor, lo recogí, lo leí, y me encantó. Se trata de una novela ambientada en la época de la Revolución Industrial, Joe es un chaval que trabaja en la mina y cuyo hermano mayor, ya muerto, sigue visitándolo y cuidando de él. Para mí es el perfecto ejemplo de que, algunas veces, no es que una obra no sea buena, es que tenemos que estar preparados para ella.
[Por cierto: Origen del reto y resto del meme - 30 libros.]
1 opiniones:
Stray toasters sigue en mi estantería, esperando... pero tiene buena pinta. :)
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