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[Visto en Eatliver]
La pluralidad de códigos que se conjuga en el género del cómic nos lleva a una aproximación al estudio del proceso descriptivo a partir de la rentabilidad indicial y funcional de los espacios urbanos.
Los espacios nos introducen no sólo en la concreción pragmático-deíctica que significa toda recurrencia descriptiva, sino también en valores semánticos isotópicos que, estableciendo una interdependencia con la secuenciación narrativa, inciden en constelaciones mítico-temáticas cuya inferencia no sería perceptible si no es por la adecuación sintagmática de la recurrencia discursiva.
El análisis de este tipo de discurso refiere la confluencia de sistemas operativos retóricos vinculados a la adición sintagmática con una finalidad persuasiva o informativo-deíctica para infundir una emoción sensitiva al lector cuando la progresión temática enfatiza momentos del discurso donde la descripción preludia, modifica e intensifica motivos ideológicos y míticos en la crisis de los conflictos entre actantes.
¿Libros? ¡Jajaja! | 2 (5%) |
De uno a cinco. | 6 (16%) |
Entre cinco y diez. | 9 (24%) |
Entre diez y veinte. | 11 (29%) |
Datosdatosdatosdatosdatos | 9 (24%) |
Alrededor de 1985 Ron Athey abandonó Premature Ejaculation pero entró alguien que fue fundamental para la grabación de los siguientes álbumes: Chuck Collison, responsable del sello “Happiest tapes on earth”. Esta formación (Williams-Collison) grabó las obras más interesantes del grupo. El sonido del duo pasó a ser más estructurado, menos lo-fi, mostrando más matices y texturas. Muestra de los primeros frutos de esta colaboración es el cassette “Death Cultures” de 1987. Dos años después, en 1989, aparece “Assertive Discipline”, uno de sus discos clave. En esta obra Premature Ejaculation elaboran una perfecta banda sonora para nuestras peores pesadillas y nuestros miedos más irracionales. Abundan los drones profundos, absorbentes, densos, el dark ambient, los sonidos chirriantes y desagradables, los loops enfermizos y amenazadores, los samples tomados de documentales, noticias y películas y que muestran a gente hablando de enfermedades, miedo, muerte, las grabaciones reales de psicópatas, perturbados mentales y pederastas, conversaciones casi inaudibles pero inquietantes, gente gritando, insultando, llorando... La técnica del collage es fundamental en este disco: las canciones no son masas improvisadas de ruido sino que estaban planificadas, tenían una estructura, y la acumulación y yuxtaposición de elementos sonoros siempre tenía un fin y una intención muy definidas. Todo un apocalíptico collage sonoro que nos muestra la parte más enferma y degenerada de nuestra sociedad, nuestros instintos más perversos, nuestros secretos más inconfesables, el dolor, el miedo, la violencia, el asco, la miseria, la soledad, el abandono, el odio, la humillación. Un disco que, escuchado en las condiciones óptimas, puede llegar a alterar al oyente tanto a nivel físico como psicológico. Posteriores álbumes como “Anesthesia” (1992), “Necessary Discomforts” (1993) o “Estimating the Time of Death” (1994) continuaron profundizando en esta onda, liberando demonios interiores y sacando a la luz lo peor y lo más oscuro del ser humano. Música horrible, desagradable, sombría, sucia, obscena. Es el trauma sin catarsis posible. El callejón sin salida que nos aboca a la desesperación.