En el siempre interesante blog La Hispaniola se hace eco de una cuestión que ya ha sido tratado en otros blogs: los libros que marcaron nuestra infancia (o al menos, lecturas que hacer antes de cumplir la mayoría de edad). La breve selección de Jueves es excelente; la mía no dista mucho de la suya:
· La isla del tesoro: cómo no. Aunque yo ya leí el libro con cierta edad (de joven, la etiqueta de clásico, por muy juvenil que fuera, me producía urticaria), hemos de convenir que es uno de los mejores libros jamás escritos. En ese libro he podido realmente experimentar las arenas y el azul del Caribe, con la Hispaniola anclada en la bahía...
· El señor de los anillos: lo reconozco, la primera vez que lo leí (debía de tener unos 10 años) no lo terminé, porque me aburría la parte de Aragorn, Rohan, y la guerra. Después llegaron las lecturas con un poco más de juicio. Otro imprescindible. Recuerdo perfectamente que, con esa edad, encontré este libro en la librería de mi padre. El hecho de que tuviera un título tan atractivo y que en el interior figurar el mapa de una tierra imaginaria me convencieron de que aquello debía valer la pena.
· El hobbit: como me decía mi buen M. una vez, es un ejemplo perfecto de cómo contar una historia para los más pequeños, con inteligencia, con sagacidad, con gancho.
· Poe: recuerdo con especial vivacidad la lectura de "El entierro prematuro" o del sorprendente final de "Los crímenes de la calle Morgue". ¿En la generación de la PSP esta lectura puede ser aún válida? No lo sé.
· Un libro que yo recomiendo siempre a los niños para que sus padres les intenten aficionar a esto de leer es Fray Perico y su borrico. De todos los libros que he leído con niños, éste siempre ha tenido muy buena acogida, por su humanidad y su humor sencillo. Quizá las secuelas ya son un poco más flojas, pero el primer libro de la saga ha sabido envejecer de manera dignísima (creo que tiene ya más de 25 años).
· Y finalmente, como no, Lovecraft. Me recuerdo leyendo en la cama la magnífica edición de bolsillo de Alianza de Ciclo de aventuras oníricas de Randolph Carter, o una prestada de Bruguera de Los Mitos de Cthulhu, unas historias brutales, como nunca había leído. La lectura de Lovecraft (aunque me desencantara de él con el tiempo) afectó sin duda a mi cordura.
Ésta podría ser una recomendación hecha a bote pronto, con los principales nombres que me vienen a la memoria si trato de recordar esas pasadas y placenteras horas de lectura de antaño...
· La isla del tesoro: cómo no. Aunque yo ya leí el libro con cierta edad (de joven, la etiqueta de clásico, por muy juvenil que fuera, me producía urticaria), hemos de convenir que es uno de los mejores libros jamás escritos. En ese libro he podido realmente experimentar las arenas y el azul del Caribe, con la Hispaniola anclada en la bahía...
· El señor de los anillos: lo reconozco, la primera vez que lo leí (debía de tener unos 10 años) no lo terminé, porque me aburría la parte de Aragorn, Rohan, y la guerra. Después llegaron las lecturas con un poco más de juicio. Otro imprescindible. Recuerdo perfectamente que, con esa edad, encontré este libro en la librería de mi padre. El hecho de que tuviera un título tan atractivo y que en el interior figurar el mapa de una tierra imaginaria me convencieron de que aquello debía valer la pena.
· El hobbit: como me decía mi buen M. una vez, es un ejemplo perfecto de cómo contar una historia para los más pequeños, con inteligencia, con sagacidad, con gancho.
· Poe: recuerdo con especial vivacidad la lectura de "El entierro prematuro" o del sorprendente final de "Los crímenes de la calle Morgue". ¿En la generación de la PSP esta lectura puede ser aún válida? No lo sé.
· Un libro que yo recomiendo siempre a los niños para que sus padres les intenten aficionar a esto de leer es Fray Perico y su borrico. De todos los libros que he leído con niños, éste siempre ha tenido muy buena acogida, por su humanidad y su humor sencillo. Quizá las secuelas ya son un poco más flojas, pero el primer libro de la saga ha sabido envejecer de manera dignísima (creo que tiene ya más de 25 años).
· Y finalmente, como no, Lovecraft. Me recuerdo leyendo en la cama la magnífica edición de bolsillo de Alianza de Ciclo de aventuras oníricas de Randolph Carter, o una prestada de Bruguera de Los Mitos de Cthulhu, unas historias brutales, como nunca había leído. La lectura de Lovecraft (aunque me desencantara de él con el tiempo) afectó sin duda a mi cordura.
Ésta podría ser una recomendación hecha a bote pronto, con los principales nombres que me vienen a la memoria si trato de recordar esas pasadas y placenteras horas de lectura de antaño...
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