Está claro que los Premios de la Música de la Academia no son sino lo que los Oscar en USA: un ejercicio de narcisismo y de autopleitesia para la industria de moda. Los premiados son los mismos organizadores, los señores que deciden qué está de moda en un momento determinado son los mismos que premian a sus grupos como lo mejor del año. Y sino, sólo hay que fijarse en los premiados: M-Clan, Alaska, Alejandro Sanz ("el gran triunfador de la noche"...), Café Quijano... Muchos de ellos son bandas cuyas discográficas han invertido mucho en su promoción: estos premios son una campaña de marketing más para ellos. A una quinceañera sí, peo que no me digan a mí que el mejor disco del año ha sido el del alma al aire, por favor...
Mientras, otros se quedan sin tan sólo una mención... Y claro, lo que no se pronuncia, no existe.
Llama la atención que, incluso el hip-hop tiene un premio específico. Es curioso ver el caso que se les hace a las músicas cuando estas venden, ¿verdad? Pasan a ser la música de cuatro gatos a una música comercial por la que vale la pena apostar. Cuánta hipocresía...
Con todo, hay algunos premios acertados, como el de María del Mar Bonet o Manolo García, y, sobre todo, el hecho de dejar de lado todo lo que olía a Operación Triunfo.
Y finalmente, me gustaría romper una lanza a favor del mundo del rock duro y heavy metal español, los grandes olvidados de este espectáculo mediático y masturbatorio de estos trapicheados premios. Por Dios, cómo se les ocurre decir que el mejor disco de rock (la única categoría de este estilo) es el de ¡Miguel Ríos! Con todo el respeto a este gran autor, claro. Qué hay de Mägo de Oz, de Dark Moor, de Tierra Santa, de Avalanch, grupos que están dando lo mejor de sí mismo para que ni la misma industria los reconozca. Qué hay del fabuloso doble de Mägo de Oz, qué fue de "El angel caído" de Avalanch.
Y quizá sea mejor así... Que se queden sus premios corruptos...
Mientras, otros se quedan sin tan sólo una mención... Y claro, lo que no se pronuncia, no existe.
Llama la atención que, incluso el hip-hop tiene un premio específico. Es curioso ver el caso que se les hace a las músicas cuando estas venden, ¿verdad? Pasan a ser la música de cuatro gatos a una música comercial por la que vale la pena apostar. Cuánta hipocresía...
Con todo, hay algunos premios acertados, como el de María del Mar Bonet o Manolo García, y, sobre todo, el hecho de dejar de lado todo lo que olía a Operación Triunfo.
Y finalmente, me gustaría romper una lanza a favor del mundo del rock duro y heavy metal español, los grandes olvidados de este espectáculo mediático y masturbatorio de estos trapicheados premios. Por Dios, cómo se les ocurre decir que el mejor disco de rock (la única categoría de este estilo) es el de ¡Miguel Ríos! Con todo el respeto a este gran autor, claro. Qué hay de Mägo de Oz, de Dark Moor, de Tierra Santa, de Avalanch, grupos que están dando lo mejor de sí mismo para que ni la misma industria los reconozca. Qué hay del fabuloso doble de Mägo de Oz, qué fue de "El angel caído" de Avalanch.
Y quizá sea mejor así... Que se queden sus premios corruptos...
Fuente: http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020511elpepucul_1&anchor=elpepiesp&type=Tes&d_date=20020511
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