5.1.12

Cerrando 2011

Hemos terminado 2011 y me gustaría hacer un poco de balance personal para empezar el año. Ha sido un año de mucho trabajo en lo profesional (en el trabajo que me da de comer fue un curso duro, y éste también lo está siendo; por otra parte, este año publicamos EJL3; sigo con mi formación y este año pude asistir a dos congresos muy interesantes: el celebrado a nivel internacional en la Universidad de Alcalá de Henares sobre cómic, y el dedicado a Alan Moore en la Complutense de Madrid) y de compromiso en lo personal, por lo que he mis obligaciones me han apartado un poco de la actualización del blog, y eso se ha notado en el número de entradas. Pero esto es lo que hay, amigos.
De todas maneras, vamos a hacer un poco de resumen anual de los aspectos subculturales que solemos tocar aquí, que me imagino que os interesa.
En lo que respecta a música, este año no he podido llevar el ritmo de otros, en los que bajaba muchas novedades, y podía comentarlas en los posts de reseñas que nadie leía. Un poco por el tiempo y un poco por la sensación de estar perdiendo el tiempo, este año apenas lo he hecho. Sí que quisiera, de todas maneras, destacar algunos álbums que he escuchado este año y que me han gustado. Algunos de los que más me han gustado han sido el tercer disco de Ghost Brigade, Until Fear No Longer Define Us, donde el grupo sigue en su línea, quizá relajando un poco su fórmula de death metal progresivo. Bilateral, el disco de los compañeros de armas de Ihsahn, Leprous, también me pareció bastante interesante e innovador, con un sonido fresco y original. El nuevo disco de Opeth, Heritage, fue bastante polémico. Tras escucharlo intensamente, creo acertar al decir que es un ejercicio de relajación de estos suecos, un "vamos a grabar un disco homenaje al rock progresivo de los 70 porque nos da la gana y punto". Opeht son Opeth y pueden hacer lo que quieran, que estará bien. Heritage es eso, un buen disco de homenaje a sus influencias y gustos setenteros, aunque he de decir que me ha parecido más flojo que su otro gran disco "tranquilo", el Damnation. Este año descubrí dos grupos muy interesantes: por una parte Principe Valiente, un grupo en la onda postpunk cuyas melodías son rollo Sisters of Mercy o Editors: valen mucho la pena. El otro grupo fue Mitochondrion con Parasignosis: el caos hecho música, una descaga de terror brutal en la vena de Portal, que os recomiendo si no le tenéis miedo a las experiencias extremas. También Lantlos volvió a impactar con su nuevo trabajo, Agape, que aunque a mi juicio no está a la altura del grandísimo .neon, es uno de esos grupos que creo que definirá hacia donde irá el metal extremo en los próximos años. Y para finalizar el año, me ha sorprendido mucho el nuevo disco de Anathema, Falling Deeper, una regrabación de nueve temas antiguos en su nuevo estilo. El resultado es verdaderamente brillante (si te gusta la dirección que ha tomado Anathema en los últimos años); he conseguido finalizar el año con la tranquilidad y la luz de este disco. Esperando estoy que me llegue de Amazon.
En cuanto a cómics, no voy a decir nada que no haya dicho en Iconotropía, así que os remito al blog para que leáis mis impresiones sobre noveno arte; quizá este año ha brillado más, al menos a mi juicio, por las reediciones de material maravilloso que todo el mundo debería leer, que por los nuevos lanzamientos. Me ha gustado mucho leer, por ejemplo, los tomos de Diábolo Four Color Fear y Strange Suspense (este último de Ditko); y me han parecido fantásticas las ediciones de La cosa del pantano, Animal Man o Starman.
Por lo que respecta a libros, hay que decir que no me rijo por las novedades en lo que a este apartado atañe. Demasiados ya son los libros que tengo en nuestra biblioteca (y que van aumentando mes a mes) para preocuparme de las novedades que salen. Ya soy consciente, a mis 32, de que nunca voy a leerme todos los libros que tengo. Pero me sigue gustando pasearme entre las estanterías, quedarme embobado mirando los lomos y las librerías. En mi biblioteca, aunque sólo sea revisando los libros -os parecerá mentira, pero aún hoy sigo encontrando en ella libros que desconocía que tenía-, soy feliz. Este año destacaría algunas lecturas: por ejemplo, mi iniciación en Canción de fuego y hielo, con los dos primeros volúmenes, Juego de tronos y Choque de reyes. Tenga lo que tenga la narrativa de George R.R. Martin, tiene algo que engancha, y eso en el fondo es lo que queremos de un buen libro. También he disfrutado de leer algunos trabajos referentes a teoría de los videojuegos, que he reseñado aquí. Y otro que querría reseñar aquí, pero que no he podido por falta de tiempo: un ensayo sobre sociología y medios de comunicación que me ha parecido brillante: La sociedad persuasora: control cultural y comunicación de masas de Miguel Roiz. Quizá en algún momento retome la idea.
Me gustaría hablaros de videojuegos, pero, simplemente, no tengo tiempo. Me gustaría poder dedicarle más tiempo, pero no lo tengo. Mis obligaciones, mi vida, mis cosas me lo impiden, y tengo tantas cosas que hacer que alguna tengo que aparcar. He seguido jugando al Left 4 Dead 2 porque jugamos en red de forma cooperativa, pero apenas nada más. Si quiero destacar el magnífico invento que supone Steam para comprar juegos a un precio asequible, tenerlos siempre a tu disposición entrando a tu cuenta. Durante el período navideño he comprado algunos juegos (Borderlands, Metro 2033, la saga Freedom Force, Braid y el precioso Machinarium, sin contar el magnífico regalo que me han hecho: Fallout 3, al que he sumado New Vegas) que no sé cuándo jugaré, pero ahí los tendré, dispuestos a ser instalados y jugados si se presenta la ocasión. El método Steam sí me parece un modelo de negocio que permitirá a la industria seguir adelante sin temer por la piratería. Yo, así, sí quiero pagar: por una copia legítima que puedo descargar a mi cuenta cuando quiera y con todas las ventajas de tener un número de serie original. Que tomen nota otras industrias porque éste sí es el referente a seguir.
Y ya terminando... ¿qué puedo decir más? De cine mejor no os hablo, porque apenas ya veo películas, la verdad. Cuando estamos delante la tele, lo hacemos mayoritariamente con series, y este año hemos disfrutado de algunas antiguas como Dirty Sexy Money, Aquellos maravillosos 70, o novedades como Game of Thrones o American Horror Story. De Juego de tronos no hay nada nuevo que decir: la serie del año, respetuosa con el texto original, adictiva, bien recreada, con un opening espectacular... Esperamos ávidamente la segunda temporada en abril. American Horror Story, a pesar de no haber visto más que tres episodios por el momento, me parece una serie original y revolucionaria. Obras que siguen dando esperanzas a los consumidores de series. La segunda temporada de Walking Dead, por otra parte, ha sido más flojita, pero no me atrevería a llamarla basura como he leído por ahí, porque para empezar, tampoco es que la primera fuera la revelación del año. Otras sí fueron más flojitas, como la última de Californication, que ya casi veo sólo por inercia, y otras que, no siendo tampoco maravillas, lamento que cancelen, como Hung o Bored to Death. La televisión en general se salva por estas producciones, pero lo más irónico de todo es que muchos de nosotros (o casi todos, al menos la gente que yo conozco) ya no ve estas series por televisión, sino descargándolas, la mayor parte de las veces en versión original. Creo que las cadenas de televisión están perdiendo la partida. Yo personalmente me siento estafado cuando, tras seis minutos de publicidad, el programaquesea vuelve a empezar, para interrumpirse al minuto o dos escasos, para dar paso a una nueva tanda de seis minutos más de anuncios. Por ahí ya no paso. Es el momento de plantarse y decir: "jodeos, me lo descargo, lo veo cuando quiero y como quiero, y sin que me interrumpan". Para mí los canales generalistas han muerto. Todavía vemos algo -vale, hay que reconocer que Atrapa un millón es entretenido, y que Los Simpson a mediodía son sagrados-, pero lo mejor es tener una oferta como la de Imagenio, que este año se vio obligada a poner más canales para evitar la fuga de clientes, y ver Canal Historia, Odisea, Canal BIO, etc., o simplemente apagar la televisión.
Tanto por el efecto de ver las series y pelis en V.O., como por el master, los congresos y las lecturas, este año ha sido un año de práctica del inglés. Me gustó bastante poder asistir a clases teóricas en la universidad en inglés, y poder seguirlas con comodidad -que no intervenir... eso es otra cosa. También la asistencia a los congresos que he mencionado anteriormente me obligó a practicar. Y con las lecturas de tres novelas en el máster me he dado cuenta de que me desenvuelvo bastante bien (no es que antes no lo hiciera, pero me ha dado mayor seguridad), por lo que me ha animado a hacer más compras en esta lengua. Aunque mi punto debil sea aún la expresión oral, la practico también con los grupos de refuerzo a los que doy clase en el cole.
Para este 2012 me propongo seguir en la tónica de este 2011, poder disfrutar de mis amistades, familia y pareja, seguir llevando mi estratégico plan para gobernar el mundo y en definitiva ser feliz.
Y bueno, se me acaba el tiempo. Espero que este 2012 sea un año lleno de cosas buenas, y que podamos en él descubrir y compartir -yo lo haré desde aquí- maravillas que nos hagan un poco más felices.

4 opiniones:

Max dijo...

Que conste que yo leo tus reseñas musicales :P

AnnaRaven dijo...

Pues sí que ha sido un año movidito, sí. Nada, el 2012 más y mejor :)

Cisne Negro dijo...

Transmetropolitan: ¡me alegro de que haya alguien :P!

AnnaRaven: por supuesto. Por cierto, gracias por tu precioso mensaje navideño.

Nikitski dijo...

Yo también te sigo, aunque más en el aspecto literario. Gracias a ti he descubierto Metro 2033 y la reedición de los cuentos de Poe, traducidos por Cortazar y con ilustraciones de Lacombe (mi regalo de Navidad) entre otros muchos...un abrazo maestro

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