Lo bueno de tener una biblioteca propia es que a veces te encuentras con que tienes cosas que no sabías que tenías. Cuando el editor de Diábolo me dijo que el próximo número de la revista Cthulhu estaba dedicado al humor negro y en especial a Saki, me puse a buscar entre mis libros. Sabía que no tenía ninguno de él, porque hasta ahí sí que llego, pero quizá en alguna antología encontraría algún cuento. Y, bingo, efectivamente. Conocía de nombre al autor pero nunca había leído nada suyo, y el cuento antologado que encontrré me llamó lo suficiente la atención para ir a comprar algún libro de relatos, y, cómo no, Valdemar tenía la respuesta.
Hector Hugh Munro era el verdadero nombre del autor que firmaba como Saki, cuentista británico que vivió en el cambio de siglo y que es considerado como uno de los grandes maestros del relato corto a la par que O. Henry o Dorothy Parker, y mencionado frecuentemente por el uso del humor en su obra como el antecesor de Tom Sharpe o Roald Dahl. Macabro, ácido y divertido, todos sus cuentos son un ejemplo de brevedad y eficacia, ya sean humorísticos o de terror. En Los juguetes de la paz / La cuadratura del huevo, Valdemar nos ofrece una edición de dos recopilaciones póstumas de cuentos, hechas en 1923 y 1924 respectivamente, que constituyen un buen ejemplo de lo que son los relatos de Saki: algunos cargados de una negra ironía, como Los intrusos; otros jugando con la crueldad que pueden llegar a mostrar los niños, como El castigo o Hyacynth; o simplemente cuentos en los que en la situación humorística o el enredo llevará a la risa al lector: buenos ejemplos son Semillas para las codornices (sobre un almacén que tiene pocos clientes), Las siete jarras de leche (sobre el miedo a la visita de un cleptómano) o Tratamiento de choque (sobre una madre demasiado curiosa con las cartas de los demás). Los juguetes de la paz es un conjunto brillante, aunque se ensombrece un poco hacia el final, con algunos cuentos relacionados con la I Guerra Mundial, que se alejan de su tono habitual y hablan, a su manera, del desastre de la guerra. Saki moriría en 1916 en las trincheras francesas durante el conflicto. Algunas fuentes dicen que sus últimas palabras fueron "Put that damned cigarette out!" (“¡Apagad ese maldito cigarrillo!”). La cuadratura del huevo contiene algunos cuentos más, algo más largos que los habituales, y con algún destello de su genio, como el que da nombre a la antología o Programa de gala, fina ironía algo misógina contra las sufragistas.
Si no conocéis la obra de Saki y os gusta ese fino humor británico, os recomiendo vivamente su lectura. Los cuentos son muy cortos y uno siempre acaba con ganas de más. Según Tom Sharpe, "Si empiezas un relato de Saki, lo terminarás. Cuando lo hayas terminado, querrás empezar otro; y cuando los hayas leído todos, jamás los olvidarás".
Por cierto, como curiosidad para quien le interese: el relato de Saki que Bart y yo adaptamos al universo EJL para la próxima Cthulhu es Los perros del destino, que no está incluido en este volumen sino en la antología (también de Valdemar) La sombra del asesino.
3 opiniones:
Siempre he pasado por alto a Saki, parece buen material para poner al lado de Bukowski en la biblioteca, primero habrá que ver si tiene la altura.
Te refieres a si Bukowski está a la altura de Saki, ¿verdad? jeje.
Jajaja nonono ¡Bukowski rules!!!!
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