El post de hoy, 9 del 9 del 9, tenía que ser para la noticia musical que está teniendo eco en el mundo entero: el lanzamiento de la remasterización de la discografía oficial de los Beatles, la banda de pop más influyente de la historia de la música, coincidiendo, aproximadamente, con el 40 aniversario de sus últimas grabaciones de estudio. Y es que poca broma con ellos, los Beatles siempre han jugado en una liga superior: sus discos nunca se saldan, nunca se rebajan, no aparecen en los servidores de música gratuitos (Spotify et al.) y no ha habido prácticamente filtraciones de material en internet. Por lo que el relanzamiento de sus discos (las versiones en cd anteriores son de hace más de 15 años, que yo recuerde) es todo un evento.
¿Es sólo una nueva maniobra para sacarnos los cuartos? Posiblemente, pero hay que reconocer que las ediciones anteriores (de los trece discos de estudio, creo que tengo unos siete) ya tenían su tiempo y que era necesario una reedición para actualizar la presentación y todo lo que es estrictamente extramusical (caja, libreto, etc.). Musicalmente, la remasterización podría ser motivo de preocupación para los puristas, acostumbrados al sonido de siempre. Yo he estado escuchando parcialmente esas remasterizaciones y (aunque es verdad que el portátil no es la mejor forma de hacerlo) he de decir que el sonido no cambia mucho realmente (en al artículo de El País de abajo está muy bien explicado); en algunos discos se nota más que en otros la limpieza a la que las cintas originales han sido sometidas, pero en ningún caso se pierde nada de lo que es estrictamente musical. Por tanto, apenas novedad en este sentido: los completistas o los gourmets del sonido quizá lo sepan apreciar de verdad. De todas maneras, no está mal una nueva edición para la gente joven que quizá nunca les ha prestado atención.
Algunos ya hablan de que este espaldarazo a la discografía de los Beatles los va a encumbrar de nuevo al puesto de la banda más vendida de todo el planeta y de todos los tiempos, con la ventaja añadida de los tiempos que corren, con muchos más medios que juegan a su favor (internet, la versión Rockband...). ¿Es para menos? Pues la verdad, creo que no. Los Beatles fueron mi primer grupo cuando apenas escuchaba música, y realmente tienen algo especial. Si no lo tuvieran, por muy guapos o carismáticos que fueran, no habrían llegado donde llegaron, a poner el mundo a sus pies (¿recordáis esa ingenuidad de Lennon que se infló en los medios al más puro estilo posmoderno de "los Beatles somos ahora más famosos que Jesucristo"?). Como ya muchos han dicho estos días, en los escasos siete años que van desde el primer Please please me hasta las últimas grabaciones de Abbey Road (que, curiosamente, apareció antes que Let it be, que ya estaba terminado), los Beatles sentaron las bases del pop, del camino que llevaría toda la música rock, de la mercadotecnia, del fenómeno fan... Pero... ¡es que sólo hay que escucharlos! En sus canciones de dos minutos eran capaz de concentrar más de lo que otras bandas hacían en discos enteros. Los primeros discos consisten en canciones sencillas, pero tan llenas de buenas ideas que dieron alimento a decenas de bandas en los siguientes veinte años. La conjunción John Lennon-Paul McCartney es una de esas cosas como una alineación de planetas o el paso de un cometa, algo extrañísimo y que sin embargo se produjo (como esa otra increíble conjunción Lisa Gerrard-Brendan Perry, de la que quizá algún día hablemos), dando lugar a una de las parejas artísticas más memorables de todos los tiempos. Como sabréis, Lennon y McCartney firmaban siempre las canciones los dos, pero la mayoría de éstas eran bien en su mayor parte de uno o de otro: un detalle que se fue haciendo más evidente con el paso del tiempo y de los discos. McCartney, más clásico, más meditado; Lennon, más impulsivo, más emocional. Pero en todo caso, entre las aportaciones de uno y otro, había magia en esas sesiones de estudio. Por no hablar del discreto Ringo, al que las discusiones de la banda no iban con él, o George Harrison, el tímido, el místico (el piscis, todo hay que decirlo), el que después vimos que había sido injustamente relegado a un segundo plano, cuando su virtuosismo musical, a pesar de su juventud (tuvo problemas en las primeras giras del grupo por Alemania por ser menor), reveló que estábamos ante un excelente artista en discos monumentales como All Things Must Pass.
Mis primeros cds fueron su recopilatorio rojo 1963-1966. Aún hoy es una de las pocas bandas de las que recuerdo sin esfuerzo todas sus letras. Podría ir citando canciones y canciones y canciones, y proclamando las excelencias de cada una de ellas, de intentar salir de mi asombro y ("¿cómo se les pudo ocurrir hacer esto en esta canción?") y de mi devoción secular, pero creo que lo mejor es otorgarle el privilegio de la atención a la música en sí. Con esta oportunista efeméride me he reencontrado con todas esas canciones que hacía mucho que no revisitaba, y he vuelto a recordar muchas cosas (pese a que, claro, yo no viví esa época, pero sí tengo muchos recuerdos asociados a cada una de esas canciones), y a sentirme maravillado por esa fantástica música, pero sobre todo me he sentido alegre, alegre de vivir, sonriendo mientras cantaba, porque si una cosa tienen los Beatles es que transmiten una alegría equivalente a ver a un buen amigo al que hace tiempo que no ves. Todavía soy capaz de escuchar Love me do y volver a tener quince años, y esbozar una sonrisa pensando en esos meneos de flequillo de John o a Paul y George compartiendo un micro para hacer los coros. Aunque sea oportunista, yo de vosotros aprovecharía la ocasión para volverlos a escuchar y para volver a enamoraros profundamente de su música y su legado.
Más información:
· Un nuevo viaje mágico de los Beatles, interesante artículo en El País con datos muy detallados de las nuevas ediciones, precios y contenidos.
¿Es sólo una nueva maniobra para sacarnos los cuartos? Posiblemente, pero hay que reconocer que las ediciones anteriores (de los trece discos de estudio, creo que tengo unos siete) ya tenían su tiempo y que era necesario una reedición para actualizar la presentación y todo lo que es estrictamente extramusical (caja, libreto, etc.). Musicalmente, la remasterización podría ser motivo de preocupación para los puristas, acostumbrados al sonido de siempre. Yo he estado escuchando parcialmente esas remasterizaciones y (aunque es verdad que el portátil no es la mejor forma de hacerlo) he de decir que el sonido no cambia mucho realmente (en al artículo de El País de abajo está muy bien explicado); en algunos discos se nota más que en otros la limpieza a la que las cintas originales han sido sometidas, pero en ningún caso se pierde nada de lo que es estrictamente musical. Por tanto, apenas novedad en este sentido: los completistas o los gourmets del sonido quizá lo sepan apreciar de verdad. De todas maneras, no está mal una nueva edición para la gente joven que quizá nunca les ha prestado atención.
Algunos ya hablan de que este espaldarazo a la discografía de los Beatles los va a encumbrar de nuevo al puesto de la banda más vendida de todo el planeta y de todos los tiempos, con la ventaja añadida de los tiempos que corren, con muchos más medios que juegan a su favor (internet, la versión Rockband...). ¿Es para menos? Pues la verdad, creo que no. Los Beatles fueron mi primer grupo cuando apenas escuchaba música, y realmente tienen algo especial. Si no lo tuvieran, por muy guapos o carismáticos que fueran, no habrían llegado donde llegaron, a poner el mundo a sus pies (¿recordáis esa ingenuidad de Lennon que se infló en los medios al más puro estilo posmoderno de "los Beatles somos ahora más famosos que Jesucristo"?). Como ya muchos han dicho estos días, en los escasos siete años que van desde el primer Please please me hasta las últimas grabaciones de Abbey Road (que, curiosamente, apareció antes que Let it be, que ya estaba terminado), los Beatles sentaron las bases del pop, del camino que llevaría toda la música rock, de la mercadotecnia, del fenómeno fan... Pero... ¡es que sólo hay que escucharlos! En sus canciones de dos minutos eran capaz de concentrar más de lo que otras bandas hacían en discos enteros. Los primeros discos consisten en canciones sencillas, pero tan llenas de buenas ideas que dieron alimento a decenas de bandas en los siguientes veinte años. La conjunción John Lennon-Paul McCartney es una de esas cosas como una alineación de planetas o el paso de un cometa, algo extrañísimo y que sin embargo se produjo (como esa otra increíble conjunción Lisa Gerrard-Brendan Perry, de la que quizá algún día hablemos), dando lugar a una de las parejas artísticas más memorables de todos los tiempos. Como sabréis, Lennon y McCartney firmaban siempre las canciones los dos, pero la mayoría de éstas eran bien en su mayor parte de uno o de otro: un detalle que se fue haciendo más evidente con el paso del tiempo y de los discos. McCartney, más clásico, más meditado; Lennon, más impulsivo, más emocional. Pero en todo caso, entre las aportaciones de uno y otro, había magia en esas sesiones de estudio. Por no hablar del discreto Ringo, al que las discusiones de la banda no iban con él, o George Harrison, el tímido, el místico (el piscis, todo hay que decirlo), el que después vimos que había sido injustamente relegado a un segundo plano, cuando su virtuosismo musical, a pesar de su juventud (tuvo problemas en las primeras giras del grupo por Alemania por ser menor), reveló que estábamos ante un excelente artista en discos monumentales como All Things Must Pass.
Mis primeros cds fueron su recopilatorio rojo 1963-1966. Aún hoy es una de las pocas bandas de las que recuerdo sin esfuerzo todas sus letras. Podría ir citando canciones y canciones y canciones, y proclamando las excelencias de cada una de ellas, de intentar salir de mi asombro y ("¿cómo se les pudo ocurrir hacer esto en esta canción?") y de mi devoción secular, pero creo que lo mejor es otorgarle el privilegio de la atención a la música en sí. Con esta oportunista efeméride me he reencontrado con todas esas canciones que hacía mucho que no revisitaba, y he vuelto a recordar muchas cosas (pese a que, claro, yo no viví esa época, pero sí tengo muchos recuerdos asociados a cada una de esas canciones), y a sentirme maravillado por esa fantástica música, pero sobre todo me he sentido alegre, alegre de vivir, sonriendo mientras cantaba, porque si una cosa tienen los Beatles es que transmiten una alegría equivalente a ver a un buen amigo al que hace tiempo que no ves. Todavía soy capaz de escuchar Love me do y volver a tener quince años, y esbozar una sonrisa pensando en esos meneos de flequillo de John o a Paul y George compartiendo un micro para hacer los coros. Aunque sea oportunista, yo de vosotros aprovecharía la ocasión para volverlos a escuchar y para volver a enamoraros profundamente de su música y su legado.
Más información:
· Un nuevo viaje mágico de los Beatles, interesante artículo en El País con datos muy detallados de las nuevas ediciones, precios y contenidos.
9 opiniones:
mm yo creci practicamente ollendolos.,..mis papas lo ponian cuando era pequeño ..incluso mi abuela es su fan.. debajo del telvisor ahi documentales en dvd ..y mi papá por ahi guarda todavia sus cd de vinilo..que aun funcionan..pero no tiene una tornamesa decente para reproducrilos..
Me ha encantado tu entrada ♥
Yo es que... ¡estoy hasta las narices de los Beatles!!
Ey, q le has echado un ojo a la versión de Rockband? Parece es-pec-ta-cu-lar
http://www.elpais.com/videos/sociedad/Analisis/The/Beatles/Rockband/elpvidtec/20090909elpepusoc_1/Ves/
Tenemos q mirarlo cuando me haya mudado? ;)
Hola qué tal, soy Cisne Negro. Empieza por aprender a puntuar tus textos si quieres dirigirte a mí.
En el fondo del blog tienes mi respuesta: "No se aceptarán ni contestarán correos proponiendo incluir publicidad."
No borro tu comentario para que puedas ser objeto de spam variado.
Saludos cordiales.
Beatles Forever!
Espera… ¿Has dicho guapos? o_O
Creo que vivimos en universos paralelos :P
quisiera ver contigo la tele esta noche,quisiera instalarme una tele en mi coche... xDDDDDDD
Cisne te dejo mi blog:
http://alesandrofreeuomo.blogspot.com
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