Llega un posible concursante a la última selección de la nueva edición de OT. A la legua se ve que es diferente a los demás. Pero poco después, se cuenta entre los expulsados.¿Culto a las apariencias? Nooooo. Página web de OT: Jano parece ser el tipo duro del programa. Su voz contrasta mucho con su aspecto. Vamos, que no es tan fiero el león como lo pintan. Le encanta el rock (de algún sitio le viene el look). Como Sansón, perdería la fuerza (de su voz) si le cortaran su negra melena. Habrá que verle en acción... Otras perlitas: Pero falta uno: Jano. No ha empezado el concurso y ya nos viene con un “Problema”. Esperemos que si entra en la Academia no arme ningún follón y se comporte como un corderito. Más: Jano le hace un guiño a la cámara (a mi éste me asusta). De lo más imparcial, la paginita. Subrayo lo de que se comporte como un corderito, porque es lo único que le interesa a estos programas, tener a la audiencia mansa como borreguitos para poder decirles qué programas deben ver y qué cds escuchar. [Lamento no haber podido encontrar una miserable foto de este concursante, se ve que volvió al anonimato más lacónico desde el mismo momento en que dejó el escenario, si os sirve de consuelo, llevaba pelo largo, perilla y chupa de cuero, bastante diferente de los demás niños guapos que participan en este engendro catódico.]
Bien, domingo 13, Diario de Mallorca se permite opinar: Consiguió ser seleccionado de entre 80.000 candidatos, (...) pero en la gala fue descartado a las primeras de cambio, y no porque su interpretación estuviera por debajo del nivel medio de calidad exhibida por los demás, que no lo estuvo ni por asomo, sino porque él se presentó a un concurso musical y se encontró inmerso en uno de belleza.
Jano no fue eliminado por malo, sino por distinto, por ser la nota discordante de la estética uniforme y correctísima de los aspirantes, algunos de los cuales, sea dicho de paso, desafinaron como trompetines de feria (...) pero a cambio demostraron que son jóvenes, cándidos, guapos, visten a la moda y encajan en el patrón de cantante de pop amable (...) que le interesa explotar a la productora. (...) Aunque con esa cabellera que Jano luce como si regresara de Woodstock, y tanta gracia pareció causarle a Carlos Lozano, (...) también triunfaron Frank Zappa, Rosendo, Eric Clapton o Alice Cooper (...) Tampoco le ayudó reconocer que sus preferencias musicales se mueven entre el rock, el soul y el blues [y menos mal que no dijo las nefandas palabras hard rock o heavy metal, si es que gusta de ellas], auténticos sonidos del diablo, músicas malditas en un mercado que hoy castiga todo lo que no venga de Miami.
Qué decir después de la contundencia del rotativo insular. Señores de OT, aunque detrás del concurso haya gente que antaño me cayera bien (exmiembros de la Trinca), sólo quiero decirles que sus operaciones mercantiles con la música me parecen lo más ruín y deplorable que le ha sucedido al Arte en mucho tiempo. Porque la música es Arte, es belleza, y no puede comerciarse con ella de la forma tan cínica, burguesa y masificadora como lo hacen. Yo, mientras tanto, mientras siguen lavando la cabeza y cultivando áridos gustos en la población, me encierro en esta Torre de Marfil, donde suena el clavicordio pompadour (que diría Rubén) de Vivaldi, la fuerza de la vibración de Beethoven, las caderas de Elvis, los aullidos de Robert Plant o la exquisita maquina de relojería de Dream Theater.
Bien, domingo 13, Diario de Mallorca se permite opinar: Consiguió ser seleccionado de entre 80.000 candidatos, (...) pero en la gala fue descartado a las primeras de cambio, y no porque su interpretación estuviera por debajo del nivel medio de calidad exhibida por los demás, que no lo estuvo ni por asomo, sino porque él se presentó a un concurso musical y se encontró inmerso en uno de belleza.
Jano no fue eliminado por malo, sino por distinto, por ser la nota discordante de la estética uniforme y correctísima de los aspirantes, algunos de los cuales, sea dicho de paso, desafinaron como trompetines de feria (...) pero a cambio demostraron que son jóvenes, cándidos, guapos, visten a la moda y encajan en el patrón de cantante de pop amable (...) que le interesa explotar a la productora. (...) Aunque con esa cabellera que Jano luce como si regresara de Woodstock, y tanta gracia pareció causarle a Carlos Lozano, (...) también triunfaron Frank Zappa, Rosendo, Eric Clapton o Alice Cooper (...) Tampoco le ayudó reconocer que sus preferencias musicales se mueven entre el rock, el soul y el blues [y menos mal que no dijo las nefandas palabras hard rock o heavy metal, si es que gusta de ellas], auténticos sonidos del diablo, músicas malditas en un mercado que hoy castiga todo lo que no venga de Miami.
Qué decir después de la contundencia del rotativo insular. Señores de OT, aunque detrás del concurso haya gente que antaño me cayera bien (exmiembros de la Trinca), sólo quiero decirles que sus operaciones mercantiles con la música me parecen lo más ruín y deplorable que le ha sucedido al Arte en mucho tiempo. Porque la música es Arte, es belleza, y no puede comerciarse con ella de la forma tan cínica, burguesa y masificadora como lo hacen. Yo, mientras tanto, mientras siguen lavando la cabeza y cultivando áridos gustos en la población, me encierro en esta Torre de Marfil, donde suena el clavicordio pompadour (que diría Rubén) de Vivaldi, la fuerza de la vibración de Beethoven, las caderas de Elvis, los aullidos de Robert Plant o la exquisita maquina de relojería de Dream Theater.
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