15.8.25

Diario de un verano (2-III): sexta semana

Gozamos de un clima inusual durante aproximadamente diez días, luego volví el calor lentamente apretar hasta estos días, en los que es furioso, insoportable. Estamos en medio de una nueva ola de calor: la nueva normalidad del verano. No hay quien haga nada. Me repito, da igual: no tengo ánimos para hacer nada. Un día habitual consiste en levantarse relativamente pronto, sacar a los perros mientras aún no haga calor, acompañar a la peque a la escuela de verano si toca, ir a hacer la compra o lo que sea, comer; la primera mejor parte del día viene entonces: caer rendido quizá media horita en la cama con un sueño profundo y reparador, no como el de la noche, que normalmente es ligero y lleno de despertares. La tarde es difícil de pasar, pero hay que intentar mantener el perfil bajo (ut supra diximus). Finalmente, cuando el sol baja del todo vuelvo a sacar a los perros, cenamos, y viene el segundo mejor momento del día: ponerse un vaso de algún brebaje con hielo que amodorre mientras ponemos algo en la tele. Este verano estamos viendo la serie de la BBC The Durrells, que adapta la trilogía de Gerald Durrell donde cuenta la estancia de cuatro años de su familia en Corfú durante los años 30. Una serie blanca y entretenida; me ha llevado a coger de la biblioteca el libro La meva família i altres animals, del propio autor, aunque me irrita un poco el tono colonialista del escritor.


Las marcas de lecturas (y de "hacer cosas", vamos, de las que aquí hago seguimiento) van lentamente avanzando y seguramente al finalizar el verano serán las habituales. Va lentamente cocinándose mi próximo poemario, sí, siguiente, porque pensaba que Ritos nocturnos sería mi primera y última incursión en este género, aun más teniendo el escaso -nulo- feedback de los lectores, pero hete aquí que me he encontrado en esas noches en las que duermo solo arriba a causa del calor anotando versos como hice el verano anterior con la etapa final de Ritos. De momento no son poemas acabados, sino más bien apuntes, ideas para trabajar, fragmentos para versificar... Y ya tengo el título: me lo dio mi apreciado profesor Toni Bernat Vistarini cuando me presentó en Can Sales: Invocaciones. Tiene todo el sentido. 

Sigo sin jugar a rol -llevo todo el año así-, agosto y su calor ha impedido casi toda la actividad en juegos de mesa o wargames... Leí Germania de Tácito en una edición bilingüe de la biblioteca y me picó el gusanillo que ya había estado meditando, de coger los libros de Latín de bachillerato y ponerme a refrescar la traducción de textos: Germania parece asequible para un nivel sencillo. Pero de nuevo me refrena el calor. 

Ya apenas quedan 15 días de estas 9 semanas de vacaciones. Sin este largo parón, francamente, yo no podría seguir trabajando.

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