24.12.20

Diario de lecturas (XXIV)

Quise este año dedicarme a leer más por mi cuenta y no obligado por la tiranía de las novedades, que, aunque no lo parezca, es una esclavitud laboral como cualquier otra, aunque a veces resulte placentera. Pero no lo he conseguido. A decir verdad, incluso he leído menos que en 2019, cosa que ya comentaremos en los posts de balance del año. Qué le vamos a hacer. 


Ya en tiempo de descuento, he terminado estas dos lecturas. En primer lugar, Just one more thing, la autobiografía de Peter Falk (Arrow Press, 2008). Presa de la colombofilia que he desarrollado en los últimos meses gracias a la emisión en bucle de la serie Colombo en Paramount Network (resulta que no es una serie como tal, sino una saga de largometrajes rodados a razón de varios por año), me hice con estas memorias del actor. Efectivamente, como reza su contraportada, es un libro ligero, un anecdotario sobre la carrera del actor, contado de forma ágil y deslabazada, lleno de momentos divertidos y extravagantes fruto de 60 años de carrera. Ahora bien, lo compré pensando sobre todo en poder leer detalles relacionados con el teniente, y, por contra, Falk parece intentar distanciarse del personaje por el que se hizo famoso relativizando su peso en esta autobiografía. Efectivamente, sólo le dedica unas 65 páginas de un total de 280. Es legítimo, claro: una manera de declarar que no fue un actor de un solo papel. Relegado al principio de su carrera a interpretar mafiosos, actuó en numerosas películas rodadas alrededor del mundo, de las que me quedo un puñado de títulos para revisar (The Cheap Detective, Anzio) y otras para re-revisar (La princesa prometida, Un cadáver a los postres). Una lectura ligera y anecdótica, pero al menos me ha parecido, durante un rato, estar teniendo una conversación con Peter Falk.


También leí sobre la campana Furari (Ponent Mon, 2012), un Taniguchi que recuperé en algún saldo de Ponent y que había dejado languidecer en la biblioteca, pero la ocasión de venderlo me hizo cogerlo con premura antes de desembarazarme de él. Furari es una obra a medio camino entre El caminante y El gourmet solitario. En ella, el personaje principal es una especie de funcionario retirado de la era Edo que se dedica a la observación astronómica, y que con sus paseos quiere medir distancias para lograr calcular la circunferencia de la tierra. En sus paseos diarios nos hace ver la belleza de la naturaleza y de las cosas cotidianas. Al mismo tiempo que Taniguchi hace un retrato idealizado del Japón del período Edo, una visión poética muy conectada con el arte del haiku, de la depuración de la palabra y su relación con la naturaleza, hace su aparición el elemento de realismo mágico que es costumbre en el autor. En este caso, se trata de una especie de visión a lo El señor de las bestias que el protagonista siente cuando conecta con uno de los animales con los que tropieza en sus paseos, lo que le permite al autor tomar una perspectiva diferente que extraña su propia mirada o la del personaje. Al mismo tiempo original y el típico cómic de Taniguchi, resulta una lectura agradable y zen, de esas que te hacen conectar con lo básico, como es costumbre en este autor.

14.12.20

Reseñas extremas mínimas (XXIII)

· Counting Hours - The Will (2020). A pesar de ser una banda formada en Helsinki en 2015, The Will es el primer trabajo completo de Counting Hours. Aunque personalmente en ocasiones a mí me suenan más a death-doom (inevitable escuchar algunas ideas de Katatonia en Atonement, por ejemplo) con ecos de shoegaze/blackgaze marca Prophecy (sobre todo de Alcest), con las escuchas entiendo por qué en RYM los etiquetan como gothic metal. La verdad es que el resultado conjunto está bien planteado: como en los casos de sus compatriotas Ghost Brigade, termina siendo un sonido amalgamado que cuesta situar en un estilo concreto, porque el peso de las partes más contundentes o con guturales está bien equilibrado con las partes más rítmicas de voces limpias.Temas más interesantes: Saviour, Among the Pines We'll Die.

· Death. Void. Terror. - To The Great Monolith (2020): Black metal atmosférico, mesmerizante, que crea una profunda sensación de pozo abisal. Excelente uso de una base doom y de cantos gregorianos para crear un ambiente de impenetrable oscuridad. El uso de fragmentos donde la protagonista es sólo la voz a la manera de cántico pagano (sin guturales) le da un aire místico y diferente. Mis referentes aquí serían las amalgamas más caóticas de Mitochondrion o Portal, pero despojadas de la maquinaria death y pasadas por un tamiz más atmosférico. Su primera entrega en forma de EP es aún más densa, abstracta y ambiental que esta entrega, así que me quedo con el álbum. Eso sí: se trata de sólo cuatro pistas con títulos ¿en morse o simplemente ininteligibles?, pistas largas y complejas, que necesitan de un receptor que sintonice las mismas ondas desesperadas. Magnífica portada que ya nos promete exactamente lo que vamos a escuchar en su interior.

· Ghosts of Breslau - Drowned City (EP, 2014). Desde que en el lejano 2005 me cautivara el cuádruple split (o mini antología) Hopes Die in Winter (Birds of Prey, 2005) con cuatro grupos que investigaban la senda del dark ambient mezclada con un martial industrial crepuscular ambientado en la guerra, Ghosts of Breslau se situó en mi punto de mira de este tipo de música, a pesar de ser bastante huidizos y de que el tiempo en el que estuve prestándoles atención apenas encontré material suyo. Por casualidad, retomando esos sonidos tristes y apocalípitcos del martial más ambiental me encuentro con este EP que ya tiene unos años, pero que es la esencia de este grupo polaco. Drowned City realmente son sólo tres cortes, con otros tres que son versiones de los anteriores. Pero son tan ambientales, tan evocadores, tan fantasmales, que te rindes a ellos. Quisieras pasear entre los campos desolados de Verdún al amanecer. O recorrer los fantasmagóricos bloques de pisos de Prypiat. O ver cómo se levanta la niebla ante la desoladora visión de un campo de concentración nazi. Sublime trabajo de atmósfera el que crea este grupo y que os irá de perlas si queréis ponerle banda sonora a la desolación.

1.12.20

Reseñas extremas mínimas (XXII)

 · Avalanch - El ángel caído (XV Aniversario) (2017). Vaya por delante: a finales de los 90 y principios de los 2000 yo estaba especialmente metido en el power metal: Rhapsody, Blind Guardian... Y en España Avalanch. Me encantan los discos con Victor García: Llanto de un héroe de 1999 (con cierta carga conceptual sobre la historia medieval castellana, el Cid y Don Pelayo) me parece absolutamente brillante, y El ángel caído (2001) es otra obra de ingeniería metálica con un Alberto Rionda en su plenitud. Dejemos aquí de lado las disputas internas de la banda y, consecuentemente, del fandom. No tengo ni idea de por qué el cantante dejó el grupo, o no lo recuerdo, de quién fue la culpa del desencuentro... A partir de ese momento, esos caminos que se separaron dejaron de interesarme. Creo que Avalanch era más que la suma de sus partes, porque a la vista está: ni los siguientes discos de Avalanch ni de Warcry (la banda que formó García) llegaron al nivel de los álbumes citados. Dicho esto: repasando su discografía, me topo con que en 2017, Rionda decide regrabar (esa odiosa moda actual) El ángel caído para celebrar su 15 aniversario, con un equipo de All Stars que incluye, vamos a ver, Mike Terrana (Rage) a la batería, Magnus Rosén (Hammerfall) al bajo, Jorge Salán (Joe Lynn Turner, Mago de Oz) a las segundas guitarras, e Israel Ramos (el actual cantante de la banda). Sin entrar en ese tema de regrabar álbumes enteros, práctica que por lo general suele ser una horrible decisión, confronto la escucha de un disco que tanto me gusta. Quizá es el tiempo que todo lo diluye o que tengo un día especialmente benévolo, pero no me parece tan horrible. Me encanta el disco original,  creo que todo está en su sitio. Aquí, lo que aporta la nueva versión es una mejor producción, que suena espectacular, unos bajos que te derriban y que todo suene cristalino, pero sin cambios sustanciales (lo cual, añado, debe de ser algo bueno: algo que funcionaba en 2001 sigue funcionando hoy). Eso, y el renombre de los participantes. Ramos suena bien y no echas mucho de menos a Víctor García, quizá porque se empeñe en seguir todas sus inflexiones vocales en la interpretación, en vez de querer distanciarse de ella. Yo particularmente me quedo con la edición de 2001 por motivos sentimentales y de fosilización cerebral, pero admito que el pulido de esta regrabación no está mal y que, además, puede ser una buena puerta de entrada para nuevos oyentes.
 
 
· Nick Cave - Idiot Prayer (Nick Cave Alone at Alexandra Palace) (2020)
. Otro disco surgido de la pandemia: un álbum grabado como testimonio de la actuación de Nick Cave en un conciero retransmitido a todo el mundo. Aunque tienen buenos momentos, no me han terminado de convencer los últimos trabajos de Nick (Ghosteen no me entró, Skeleton Tree me gusta más porque tiene algunas cositas que me gustan; lo mismo para Push the Sky Away), pero en éste concierto, el australiano recoge el mood que a mí me gustan: una voz y un piano, como recordando los maravillosos momentos que nos dio The Boatman's Call. Este concierto representa un extenso recorrido por la discografía de la banda, desde clásicos como The Mercy Seat o Sad Waters, hasta cortes de sus últimos álbumes como Waiting for you, Girl in Amber o Jubilee Street. Entre medias, canciones que definen al mejor Cave, como (Are you) The One That I've Waiting For?, Into My Arms o Brompton Oratory, sin olvidarse de temas de uno de esos discos que siempre reinvidico y que es el gran olvidado de la carrera del grupo como He Wants You (hablo de Nocturama). Y es que en Idiot Prayer se reivindica como un excelente intérprete, revisitando sus canciones desde una perspectiva íntimista, desgarrada (más si pensamos en la pérdida de su hijo de hace pocos años), alejada de la frialdad que pueda ofrecer el estudio. Aquí las canciones cobran vida y se alejan de su versión conocida, pero nos muestran a un Nick Cave en una doliente pero excelente forma. Tengo muchas ganas de echarle mano a la versión fílmica, si la hay del concierto, porque como álbum, me parece un directo espectacular.

24.11.20

Parecidos razonables (XLI): Empress vs. Peccatum

Últimamente parece que me he vuelto monotemático con esto de los parecidos... Pero es que son actualizaciones fáciles de hacer, y además, las encuentro casualmente... Aquí vamos de nuevo. Paralelismos entre la composición del álbum Wait 'Til Night de Empress (2020) y el Lost in a Reverie (2004) de Peccatum, proyecto paralelo de Ihsahn.


Entiendo que estas composiciones se deben de inspirar en el motivo clásico de Ofelia ahogada, que tan caro fue a los prerrafaelitas y románticos. 




17.11.20

Parecidos razonables (XL): Emmanuelle vs. Vidas samuráis vs. Julito Iglesias

Parecido razonable en la composición, postura, y atrezzo de la icónica portada de Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974) y la portada del libro Vidas samuráis, de Julia Sabina (Destino, 2020).


Bonus track para la portada de El amor, de Julio Iglesias (CBS, 1975), que por su año de aparición tienen todo el sentido de que sí fuera un parecido intencionado.




3.11.20

Reseñas extremas mínimas (XXI)

· Lord Almighty: Wither (2020). Siempre me repito: es difícil que un disco me entre bien a la primera escucha. Y más si es una escucha distraída, de esas que te pones de fondo mientras trabajas, y en las que fácilmente dejas, no ya de escuchar, sino de oír, si te concentras en lo que estás haciendo. Pero heme aquí, volviendo a consultar AMG para recomendaciones, y selecciono este Wither de la banda Lord Almighty (2020), novedad reciente. Un disco de black metal del que apenas tengo información y del que ni siquiera leo entera la reseña, pero como está en Deezer, pongo y listo. Y me encuentro con un disco de black metal with a twist, que dirían en RYM, muy interesante. Si la primera toma de contacto, Cry of the Earth, es de estilo furioso pero prototípico, el álbum empieza a captar tu atención en las guitarras del segundo corte, Sun Down, con un tono melancólico y setentero, mientras la batería le sigue la corriente, hasta que hace la aparición, como de improviso, la furia blacker.  Ese tono crepuscular lo volvemos a encontrar en Rise, y nos confirma que no era un hallazgo casual y que nos encontramos, efectivamente, con un álbum de black metal con un plus que es de agradecer. Un interludio puramente de batería en V nos lleva a Despite, una genialidad que empieza con tempos lentos que nos llevan a pensar en doom... ¡y que termina acelerada hasta la locura! Este es uno de esos álbums que juega con un género, toma los elementos que quiere y te graba una maravilla en tierra de nadie. Salvajismo black, ira punk, pesadez doom... Si es que Lord Almighty ya nos lo decía  desde esa portada (que no se corresponde exactamente con la estética black) que éste no es un álbum del montón. Nos lo dice el propio Metalero Enojado: "I’ve never encountered a black metal album that sounded like this one."


· The Ocean: Phanerozoic II - Mesozoic | Cenozoic (2020).
Me subí al tren de The Ocean en 2008, poco después de verlos en un concierto en Madrid junto a Cynic y Opeth (conciertazo, por cierto. En calidad de sonido, creo que el mejor en el que he estado). Su estilo ecléctico con base sludge/hardcore y metal progresivo, además de su enfoque conceptual para cada álbum me interesó mucho en Heliocentric y Antropocentric (2010). En Pelagial (2013), otro álbum conceptual sobre la formación de los oceános, se marcaron un discazo tremendo y empezaron a incorporar en sus ediciones un segundo disco con una versión instrumental. Luego el abismo del tiempo me tragó y se me escapó el Phanerozoic I (2018). Este Phanerozoic II es novedad reciente: lo estoy escuchando y me parece una maravilla. Tiende muchos puentes hacia su discografía anterior, pero aquí tenemos un sonido más pulido, con preferencia por temas más lentos, implementación de sonidos electrónicos y suavización de las voces extremas, que aparecen en menos canciones. La abertura Triassic me parece excelente y en ella ya vamos viendo hacia dónde irá el álbum. En Jurassic | Cretaceous tenemos un brutal tour de force de 13 minutos con la esencia de The Ocean. El trabajo a nivel progresivo es espectacular, tomando prestados elementos incluso del black metal en Pleistocene. Muy buenas líneas melódicas en general y mucha investigación en esta nueva entrega. Se trata de un álbum muy completo; así como Pelagial se desinflaba un poco hacia su final (aunque su cambio de tonalidad respondía a su propósito conceptual), éste mantiene el tipo hasta los últimos compases. He leído que el álbum puede recordar a Tool, pero, por favor, este Phanerozoic es mucho más interesante que el último trabajo de los de Maynard. Otro disco que tiene el privilegio de entrar a la primera escucha.
 

· Draconian: Under a Godless Veil (2020)
. Draconian no son unos recién llegados al mundo del metal. Formados a mediados de los 90, en un momento de efervescencia del sonido del Gothic de Paradise Lost, han permanecido fieles a la mezcla de los tempos lentos del doom con el juego de voces death y excelsas de su actual cantante Heike Langhans. Under a Godless Veil es su séptimo disco y, para sorpresa de todo el mundo, en Rate Your Music es el mejor valorado de su discografía. ¿Cómo puede ser eso? Quizá porque se advierte en esta nueva entrega un viraje en su sonido. En esta ocasión se decantan por un álbum más comedido en el aspecto extremo, que parece acertar en la diana del death doom. ¿Resuenan los ecos de Theatre of Tragedy en el álbum? Sí, inevitable escucharlos. Pero, con todo, es un disco bello, lleno de belleza y melancolía. ¿Te apetece un disco en el que confluye la pesadez de la atmósfera doom con los etéreos, evanescentes ecos de una angelical voz femenina? Éste es tu disco.

1.11.20

Parecidos razonables (XXXIX): Dead of Night vs. HBO

Parecido razonable entre la portada del juego de rol Dead of Night (The Hills Press, 2019) y una de las imagenes promocionales de HBO durante Halloween de 2020. Investigando el tema, resulta que no hay más secreto que el hecho de que ambas fotos pertenezcan a grandes bancos de imágenes de pago (shutterstock en el primer caso, depositphotos en el segundo). Es de esperar que este tipo de situaciones vaya haciéndose cada vez más común: las editoriales y diseñadores cada vez más tiran de material prediseñado antes que crear su propio material.



Bonus track: portada del libro Gospel of the Living Dead, de Kim Paffenroth (Baylor University Press, 2016).

Portada de la novelización de la película Dawn of the Dead, de Romero y Susanna Sparrow (Gallery Books, 2015), donde de nuevo se usa la imagen de stock: 

Volvemos a encontrar la imagen de shutterstock en la caja que recopila la serie Life of the Dead de Tony Urban (Packanack, 2019), que para más inri, son libros cuya portada suele ser una mano emergiendo de la tierra:


Seguimos con el EP de Flatlinerz 6ix: Chapter 1 (2016): 





17.10.20

Parecidos razonables (XXXVIII): Agatha Christie vs. Katatonia

Conceptos parecidos entre la portada del libro de Agatha Christie Un puñado de centeno (A Pocketful of Rye), publicado por Fontana en 1958 y el clásico álbum de Katatonia Brave Murder Day (1996). Dado que la portada también se usó en la edición en sueco (En ficka full med rag), no es impensable que la banda pudiera inspirarse en ella.

 



7.10.20

Parecidos razonables (XXXVII): Saphoid vs. Cantata Sangui

Parecido tangencial entre la portada del álbum On Rituals and Correspondence in Constructed Realities, de Cantanta Sangui (2014) y la de Dies Mercurii, del one-man project Scaphoid (2016). 



 

26.9.20

Parecidos razonables (XXXVI): Home Sweet Home vs. Andrew W.K.

Puntos de partida parecidos en la imagen promocional del videojuego Home Sweet Home (2020) y la portada del disco I Get Wet de Andrew WK (2001).

 



25.9.20

Las Máscaras de Nyarlathotep: (II) Capítulo I: América. Recursos de ambientación sonora

Seguimos esta serie de posts que pretenden ofrecer una guía de ambientación sonora a la campaña Las máscaras de Nyarlathotep de La llamada de Cthulu y que empecé en este artículo. Si queréis una serie de artículos que desgranan capítulo por capítulo la campaña y dan consejos de dirección de juego, pero ya orientados al rol y al Guardián, debéis leer el blog de Tristan Oberon Susurros desde la oscuridad, empezando por aquí.

AVISO: Para escuchar algunas de las recomendaciones necesitaréis tener una cuenta de Deezer (el Spotify de los pobres) para poder acceder a algunos de los recursos (si no, sólo sonarán 30s de cada canción). Os recomiendo usuario gratuito + bloqueador de anuncios, aunque esta web no es la única plataforma que utilizaremos. [ACTUALIZACIÓN 2024: actualmente Deezer ya no está disponible en formato gratuito. Para seguir usando una plataforma similar, recomiendo Spotube, que sigue lanzando información a Last.Fm, o volver a Grooveshark, que por mis investigaciones, parece que sigue funcionando.]

 


Para el capítulo que transcurre en Nueva York, era mucho más sencillo escoger la música que en el caso de Perú. No soy partidario de poner música de los años 20 sólo porque sí, porque estamos representando esa época. No tienen por qué encajar, y además, mucha de la música de los roaring 20s es muy movida y quizá no encaje en nuestras escenas. Podemos optar, en cambio, por una ambientación que recuerde a las películas del cine negro si lo que queremos es una atmósfera intrigante de investigación. Una buena opción de la que partir es esta lista de reproducción: Film noir | Jazz noir - Quiet dark jazz en Deezer (Aquí en Spotify). A través de ella, uno puede seguir indagando en los álbumes que la componen. Una muy buena opción, si el Guardián no está convencido, es dejar en bucle este video del Investigation Theme de la banda sonora de L.A. Noire, que realmente da exactamente en el clavo: ¿necesitas un fondo para una investigación con nocturnidad y alevosía? Éste es el tema. 

Recordad que es enero en Nueva York y el mal tiempo está a la orden del día, de hecho se nos dice que el día de la muerte de Jackson Elías está nevando. Este bucle también es bastante evocador, aunque puede perder fuerza en su repetición.

Si tenéis tiempo y ganas, quizá os apetezca investigar la etiqueta dark jazz o doom jazz en busca de inspiración, hay material realmente bueno, como The Kilimanjaro Dark Ensemble (muy recomendable su álbum From the Stairwell) o Dale Cooper Quartet And The Dictaphones, que no controlo tanto. Pero para mí, los reyes, los más grandes, los que mejor evocan esa atmósfera, sin rivales, son Bohren und der Club of Gore, que tenéis que conocer sí o sí, y no importa si es para ambientar o no, sus discos son geniales. Tienen una época de minimalismo nocturno, muy muy minimalista, que raya en el ¿sludge jazz? en Midnight Radio, pero la cosa mejora en Gore Motel y llega a su cenit en Sunset Mission, EL MEJOR ALBUM DE NOIR JAZZ JAMÁS CREADO, y reto públicamente a que alguien me lo discuta. 

En Deezer no tenéis el Sunset Mission, pero sí un disco introductorio al grupo que da una buena idea general de su música: Bohren for Beginners. [ACTUALIZACIÓN 2024: actualmente en Deezer ya está disponible Sunset Mission, al igual que lo debe de estar en Spotify y Spotube]


En la última versión de Chaosium esta aventura, hay una escena que se presta mucho a la interpretación de los personajes, si éstos se enrollan: el funeral de Elías en Brooklyn, donde se hace una pequeña celebración y los personajes son invitados a decir unas palabras en recuerdo del finado. Para esta escena encontré la música perfecta: la típica música de órgano de iglesia, quizá algo anacrónica, pero me parecía que le daba el toque películero perfecto. Tenéis tanto en Youtube como en Deezer buscando Church Organ Music for Funerals: yo usé éste en concreto.


[Seguiremos en posteriores actualizaciones con más música y efectos sonoros...]



4.9.20

Parecidos razonables (XXXV): Aviador Dro vs. After The Holocaust

Más que parecido razonable, guiño que el mismo Servando Carballar explicaba recientemente en el canal de juegos de mesa Análisis Parálisis. En primer lugar, portada del juego de mesa After The Holocaust, de SPI Games (1977), y a continuación portada de Aviador Dro de su primer álbum Alas sobre el mundo (1982). Carballar explica que eran grandes aficionados al juego de mesa y que le hicieron este homenaje en la portada de su álbum. 




30.8.20

¿Puede el rol ser arte? Un debate abierto y una digresión lateral

Hace tiempo que quería escribir sobre este tema, o al menos de forma más ampia, al querer expresar lo que pienso sobre la grandeza de una labor como es dirigir una campaña de rol. Hace poquito, el mundillo de las redes sociales relacionadas con el rol debatía esta interesante aportación de Sirio Sesenra, la última pero no la primera de las que han cuestionado si el rol puede o no ser arte. Con el artículo de Sirio casi podríamos zanjar la cuestión de no ser porque en el debate se encuentra precisamente la riqueza de la cuestión. Pero mi intención con estas líneas no es tanto este debate, sino poner el acento, sobre todo, en lo que respecta a la pequeña maravilla que resulta la experiencia de rol en sí.

La cuestión se me ha planteado durante la ingente tarea de preparar la dirección de las Máscaras de Nyarlathotep de La llamada de Cthulhu. Para ello he contado no sólo con la edición en español de Joc, la clásica que pude jugar como jugador hace mucho tiempo, sino también con la última edición en inglés de Chaosium preparada para 7ª edición, que consta de dos libros que suman unas 600 páginas, más un volumen entero de ayudas en papel (que no utilizo porque tengo el sueño de todo Guardián de esta campaña: las ayudas realizadas por la HPLHS).

No sólo eso: al preparar la cuarta sesión de la historia, me encontré con el Masks of Nyartlathotep Companion: Bloody Tongue Edition, un volumen de información suplementaria pensada para anteriores ediciones de la campaña (y del que la última edición de Chaosium toma prestadas muchas cosas), de casi 700 páginas, un monstruo de material extra lleno de ideas interesantes que me hizo detenerme a leer y leer para poder extraer algo interesante para la partida.

Y una vez más fui consciente de la grandeza que es montar algo como una partida de rol.

No es sólo que el libro, el objeto en sí, de la campaña, pueda ser bello y fascinante, con su maquetación y su arte, sus mapas y retratos, con la extraordinaria calidad de las ayudas para los jugadores (y no hablemos ya de las de la HPLHS, que son de otro mundo, como tantas otras que han ido apareciendo en los últimos años como mecenazgos). Es que, además, nos encontramos con un tipo de literatura fascinante.

Primero de todo, reflexionemos sobre si una campaña de rol encaja dentro del concepto de literatura. La mejor acepción de la RAE para ello sería "arte de la expresión verbal", mientras que el María Moliner dice que es "el arte que emplea la palabra como medio de expresión, la palabra hablada o escrita". Las Máscaras de Nyarlathotep, como cualquier campaña de cualquier otro juego, es un artefacto que combina texto descriptivo, narrativo, expositivo e instructivo, imbricado como creo que no ocurre en ningún otro tipo de texto. Cuando uno lee un módulo, no sólo lee una historia, sino que lee sus múltiples posibilidades: está leyendo, de alguna forma, todas las historias posibles respecto a lo que se nos cuenta, y eso, amigos, es borgiano, es mágico. Evidentemente, igual que la función primaria de un texto teatral es ser representado pero lo leemos igualmente, aquí la intención final es jugar esa historia, pero uno puede entender por qué hay personas que disfrutan igualmente de sólo leerla (quieran/puedan o no jugarla): porque en el fondo, aunque se trata de un texto abierto a la agencia de unos personajes que en el texto están ausentes, uno puede ver más allá, puede ver la historia y sus múltiples ramificaciones. Y como digo, eso es mágico. Leer un módulo de rol es como leer un texto de Schrödinger: en él, al final, los personajes han fracasado y han muerto al mismo tiempo que han conseguido la victoria. Sólo sabremos cuál de las opciones es la definitiva cuando abramos la caja y juguemos la historia.

El director, al leer la aventura, lee todas las posibilidades de la historia a la vez.

10.8.20

Jugando a 'Nemesis' (II): en solitario

Espacio profundo, año 2115 AD. En la nave Némesis despiertan los dos únicos miembros de la tripulación vivos. En el hibernatorio, el cadáver desfigurado del ingeniero parece una mala premonición. Sin saber qué está ocurriendo, el Capitán Snow y la piloto Jangy deciden averiguarlo: mientras Snow va a revisar el rumbo de la nave en el puente de mando, Jangy revisará los motores. ¿Qué diablos ha ocurrido? Esto es...

Todos los compartimentos están en un estado deplorable. De camino a los motores, Jangy pasa por un habitáculo sin luz... ¡Está lleno de mucosidad! Es una sustancia pegajosa que se adquiere a su traje. Con todo, Jangy llega al primer motor, y justo al ver que está dañado se encuentra cara a cara con un gigantesco ser alienígena que la ataca.

 

Mientras, el capitán llega al puente de mando y comprueba que la nave sigue en ruta hacia la Tierra. Pasa por el almacén y los camarotes, y en todas partes hay estructuras dañadas. La piloto acaba con el intruso a duras penas, después de fallar sus disparos y pelear con ella con lo primero que encuentra. A duras penas sobrevive: huye a una de las secciones de evacuación de la nave, donde encuentra lo que parece una larva del mismo alienígena anterior. Afortunadamente es más fácil de eliminar. Tras hacerlo, tiene un momento para verificar sus heridas. ¡Por suerte, a pesar de recibir varios rasguños del intruso, no está infectada! 

En esos momentos, el capitán llega a la otra sección de evacuación de la nave. Snow la repara y el ruido que hace llama la atención de un nuevo intruso adulto. Snow se enfrenta con él, pero el intruso está frenético: destroza el compartimento (y las reparaciones que había hecho), Snow falla sus disparos... El combate es agónico.

 

Mientras la piloto sigue curándose, parece que el hibernatorio ha empezado a arder. En ese momento, Jangy se da cuenta de que no va a poder cumplir su objetivo de intentar saber algo más sobre esos intrusos que los atacan: lo mejor será ir a una sección de evacuación para tomar una de las cápsulas de salvamentos y abandonar la nave. Aunque con peligro, Jangy se desliza por los túneles de servicio hasta la sección de evacuación... donde encuentra el cadáver descuartizado del capitán Snow. Jangy intenta preparar la cápsula, pero el ruido atrae a otro intruso. Las alarmas resuenan por toda la nave, Jangy intenta disparar al intruso, la cápsula está preparada, el intruso ataca, se oye una terrible explosión desde el centro de la nave... Y las llamas devoran la Nemesis.

La partida a Nemesis en solitario sigue fluyendo narrativamente igual de bien que a más jugadores. Decidí llevar a dos personajes, pero es a todas luces insuficiente. Seguramente tendrían que ser, como mínimo tres. Se hace mucho más fluido porque no hay entreturno, y una vez repites rondas y rondas, tienes que mirar menos las reglas. El resultado, decepcionante, pero la narrativa por detrás, siempre coherente con el tono que el juego busca. Muy buen temático, quizá esta opción de cooperativo solitario no es la mejor de sus vertientes.


27.7.20

Parecidos razonables (XXXIV): Ready vs. Ecos disonantes

No se trata en este ocasión de un parecido razonable al uso, ni posibles casos de inspiración, copia o plagio, sino el uso en un lapso muy corto de tiempo de la misma ilustración (¿de stock?) en dos libros diferentes. El primero es Ready, un libro juvenil obra de Madeleine Féret-Fleury y Marushka Hullot-Guiot, y publicado por Anaya (2020). El segundo es la portada de uno de los cuadernillos del juego de rol Ecos disonantes titulado El atraco (The Hills Press, 2019).


 

17.7.20

Las Máscaras de Nyarlathotep: (I) Prólogo: Perú. Recursos de ambientación sonora


Para el prólogo de las Máscaras, que transcurre entre Lima y Puno, confeccioné una lista de reproducción que os comparto por si le sirve a alguien de ambientación. AVISO: Necesitais tener una cuenta de Deezer (el spotify de los pobres) para poderla escuchar bien (si no, sólo sonarán 30s de cada canción). Os recomiendo usuario gratuito + bloqueador de anuncios.

Hay dos partes diferenciadas. En la primera, la música es folk andino, en la que contaba con una ventaja: mi señor padre es un grandísimo aficionado a la música andina, y su colección de cds creo que debe de ser una de las más importantes de España, así que sabía por qué terreno me movía. Con todo, a veces el tener tanto material se convierte en un impedimento. Pero, en fin, tiré de mis recuerdos e hice una selección, sobre todo instrumental, de canciones tradicionales interpretadas por Illapu, Inti Illimani, Atahualpa Yupanqui o los Calchakis.

En la segunda parte, lo importante era dar con un dark ambient que pudiera acompañar la bajada a los túneles subterráneos de la pirámide del Padre de los Gusanos. Aquí el seleccionado fue el álbum Codex de Atrium Carceri que, salvo alguna pista, ofrece lo que la escena necesitaba.

No olvidemos también el juego que puede dar de sí las mesas de mezclas preparadas de TableTop Audio. Seleccionando los ambientes Nature, hay alguno, como Xingu Nights que puede ser muy útil para cuando el grupo tenga que acampar fuera. La mesa Jungle Planet os puede ayudar con los sonidos típicos de la selva para la ruta desde Puno a la ruinas.

En cuanto a lo visual, tenéis dos videos que pueden interesaros si finalmente el grupo hace el camino de Lima a Puno en vehículos: Viaje extremo por la selva de Puno y Perú: carreteras extremas de los Andes (con el momento adecuado donde iniciarlo ya seleccionado).

Espero que estas ayudas os puedan servir. No descarto seguir haciendo posts sobre ayudas para la ambientación de esta campaña o incluso un poco de crónica si me veo con fuerzas y tiempo.

1.7.20

Diario de la plaga: día 100. La nueva normalidad.

Termina este confinamiento con la llegada a la "nueva normalidad", la llaman. El futuro sobre nuevos rebrotes es incierto, pero yo diría que bastante probable. Mientras tanto, 2020 pasará a ser un año atípico y que ciertamente pasará a la historia como lo hizo 2001. ¿Qué puedo decir más, en este antro de solipsismo en que se ha convertido esta torre de marfil (cuya imagen adornaba el lateral al principio de los 2000, todo vuelve)?

Cosas que he aprendido en este confinamiento:
· Cuántos pelos suelta una barba. No os riáis. Qué barbaridad. No me daba cuenta moviéndome y yendo a trabajar; estando en mucho sitios no se nota. Estar encerrado en casa me ha hecho ver la cantidad de pelos de la barba que suelto. ¡Peor que un perro! ¿Puede uno quedarse calvo de barba? Creo que el motivo por el que se sueltan es por lo que no alcanzan ya una longitud épica, al estilo de Valle-Inclán, como me habría gustado tener.

· Creía que sería más duro estar encerrado. Partía con ventaja, y es que al ser tan misántropo y casero, la perspectiva de no poder salir no sólo no me entristecía, sino que me parecía estupenda. Pero lo difícil iba a ser convivir con tres mujeres en casa. Sobre todo, con una niña de 7 demasiado inteligente pidiendo tiempo, y con otra de año y medio, a la que tienes que estar vigilando sí o sí. Ha sido duro, sobre todo cuando tenía que "conciliar" trabajo con cuidarlas. Este confinamiento me deja claro dos cosas: el homeschool no es una opción (mi hija se niega a aprender nada de lo académico que yo le diga o le quiera enseñar), y la conciliación laboral es una farsa.

Hitos durante el confinamiento:
· Lecturas: 17 libros, de los que destaco Stalingrado de Antony Beevor y el Infierno de la Divina comedia de Dante. 33 cómics, de los que destaco Cieloalto, El cineasta, Tomar refugio, La curiosa librería y la relectura de Odio.
· Películas: 40, de las que destaco Capitanes intrépidos, Interstellar, It 2, 1917 y Perfectos desconocidos, y los revisionados de Fuga de Alcatraz, La gran evasión, Hook, La llegada y Doce del patíbulo.


Cosas que he descubierto en cuanto a lo lúdico: tres apartados en los que era muy escéptico y que la situación me ha mostrado que son alternativas viables, no sólo como medida de urgencia, sino como otras forma más de jugar.
· El rol online: no me gusta ver partidas online en youtube (como no me gusta ver partidas de videojuegos o deportes, si me apuráis), pero metidos en el confinamiento si queríamos jugar era la única opción. Lo probamos con El año tranquilo, y la campaña Cthulhu Apocalipsis de El rastro de Cthulhu, y la verdad es que cambió mi perspectiva. Es sólo cuestión de aclimatarse, y luego uno se adapta perfectamente (¡teniendo en cuenta que, además, jugábamos sin cámaras!). Nada sustituye el rol presencial, en eso todos estamos de acuerdo, pero su alternativa es una realidad.
· Jugar en solitario (a juegos de mesa): otra cosa que me parecía hasta estúpida, una especie de masturbación lúdica, porque siempre he visto los juegos de mesa como una actividad social. Pero la necesidad podía conmigo, así que me dispuse a probar juegos que tenían modo solitario. Al principio tenía la impresión de que jugar solo es simplemente hacer encaje de bolillos, más parecido a hacer un puzzle que a realmente jugar a un juego. Pero con las diferentes experiencias, la cosa empezó a gustarme. (Es más, he hecho un ejercicio de conductismo puro y duro: solía jugar en una habitación vacía que tenemos en la casa y que está recién pintada. Al principio el olor de la pintura me molestaba, pero ahora ¡ya la tengo asociada con jugar y me encanta! El ser humano es sorprendente). De lo que he jugado, me quedo con las experiencias de Donning the Purple, Stalingrad: Inferno in the Volga, Pavlov's House y Escape the Dark Castle.
· Jugar con otros a distancia: Tabletop Simulator. Y mezclando los dos factores anteriores, surge un tercero: jugar a juegos de mesa de forma remota con Tabletop Simulator de Steam. Al igual que en el rol online, una vez te acostumbras a las mecánicas, pese a que no sea lo mismo el tocar cartón, plástico y madera, TTS es un sustituto que está bien, máxime cuando en su workshop hay centenares de juegos para poder probar. Lo compré sin estar de rebajas y la verdad es que es una buena inversión: pude probar Pavlov's House, Castle Itter, Horrified, Rising Sun, y en la antecámara tengo decenas más por probar... porque como siempre, todo se reduce a una cuestión de tiempo. Pero no me extrañaría que habiendo podido jugar a alguno, terminase comprándolo en físico.

30.6.20

Los mejores comentarios de Rate Your Music (I)

Ya he dicho alguna vez que mi web musical de referencia, sobre todo como base de datos, es Rate Your Music. Listados, ránkings y opiniones de las que en general te puedes fiar porque la gente suele escribir con criterio. Algunas de ellas son sumamente iluminadoras, otras son directamente hilarantes. Para que no se pierdan en el mar de internet (aún más), voy a dejar aquí las que vaya leyendo y me gusten.

Sobre el disco Metamorphyses de Raison d'Être:

4.6.20

Reseñas extremas mínimas (XX): de vampiros, vaqueros y piratas

En Vampiro: La Mascarada, los más antiguos de los condenados eran los llamados matusalenes, vampiros con miles de años a sus espaldas, que habían dejado de sentir apego por el mundo. Como anacoretas en el desierto, en su dilatada existencia habían trascendido las necesidades de la carne, y apenas sentían la llamada de la sangre, y mucho menos les importaban las cuitas de los neonatos, matándose unos a otros por un poquito de poder en cualquier ciudad ridícula. Os confieso que, cada vez más, a medida que voy haciéndome viejo, y veo el lanzamiento de algún disco, experimento una sensación parecida a la que debían sentir esos vampiros. "¿El último disco es de hace cinco años? ¡Qué coj...". Por una parte es aterrorizante el vértigo con el que pasan los años ("¿La banda tal ya ha sacado tres álbumes desde el último que estuve escuchando?"); por otra, es un hecho que me asegura estar perpetuamente pudiendo catar música nueva, porque el flujo es constante. Algo en mi cerebro empieza a anquilosarse (es un proceso normal, está estudiando científicamente), y muchas veces, ante la decepción, o simplemente la poca paciencia de estar ante una novedad tibia, termino recalando en los discos buenos de los grupos que me gustan, a aquellos con los que conecto más. No tienen por qué ser los mejores, basta que haya una conexión emocional con ellos (Nocturama de Nick Cave & The Bad Seeds). O que fueran los primeros (AM Universum de Amorphis): eso siempre tira. Pero por lo general, aún conservo la curiosidad suficiente como para seguir escuchando novedades e intentar maravillarme con sonidos nuevos, sean o no de grupos viejos.

· Ghoultown: Ghost of the Southern Son (2017). Después de un hiato de 9 años sin material de estudio, volvía este grupo de Texas, con su inconfundible texmex horror psychobilly, gothic country, o lo que queráis llamarle. La mezcla de ingredientes que Ghoultown hace siempre ha sido una combinatoria muy sabia de los sonidos de la frontera con México. Todos sus discos son muy recomendables, no sabría con cuál quedarme: Tales of the Dead West, Give Them More Rope, Bury Them Deep... Sin duda es el weird western de la literatura pulp hecho música, y sus portadas de Dan Brereton no hacen más que mejorar el pack. De 2017 es el último largo de estudio hasta la fecha, en el que siguen el patrón que le ha hecho ser lo que son. Un álbum en el que mantienen muy bien el tipo. No puede decirse lo mismo de Where Voodoo Sleeps, el single de este mismo mes de mayo, donde su sonido ha perdido algo de su característico sonido texmex, para hacerse mero metal alternativo... Esperaremos a ver. 

· The Dreadnoughts: Into the North (2019). Este grupo formado en 2006 en Vancouver ha sido etiquetado como celtic punk, gipsy punk... Y es cierto que esa propensión a las estructuras facilonas engarzadas en cierto folk irlandés tira más hacia el ruido en anteriores discos, pero en Into the North, estos señores dejan fuera todos los instrumentos eléctricos o modernos, y entregan un disco que es puro folk pirata, con canciones tradicionales casi a capella (he descubierto que se llaman sea shanties, o salomas en castellano), con una instrumentación muy sencilla o con un acordeón, que es el instrumento más pirata que puedo imaginar. Into the North es un recorrido por las tabernas portuarias del siglo XVIII donde acompañar a los perros de mar bebiendo ron y cerveza y cantar hasta el amanecer. Un disco delicioso, tanto para escuchar en tierra o en mar, y para ambientar vuestras partidas a 7º Mar

· Then Comes Silence: Machine (2020). Otra banda que desconocía y que me sorprendió gratamente fue esta banda de Estocolmo que practica un post-punk muy cercano a She Past Away o She Wants Revenge. Voz cavernosa distorsionada heredada de los Sisters of Mercy, guitarras con eco, pero en cambio, estructuras más sencillas, más pop o más bailables, con cierta dosis de electricidad oscura. De los grupos antes mencionados, Then Comes Silence sería el más orientado al gran público, con unas melodías más accesibles y una imaginería más alejada del goticismo añejo. Termino citando a la página Angry Metal Guy,en cuya reseña leemos esta comparación: "Machine is that magical, questionable slice of gas station pizza, the one you knew to be made without sanitary gloves or love the moment you saw it, and yet you ate it anyway, only to be amazed and slightly horrified by just how much you didn’t hate it".

19.5.20

Reseñas mínimas (XIX): Especial Occult Rock (1ª parte)

¡Madre mía! ¡Qué locurón hay montado con el occult rock actual! No es que me sorprenda, sabía que hay una ingente cantidad de bandas que se dedican fanáticamente a reproducir el sonido setentero de otras bandas, empezando por Black Sabbath, que tenían un estilo entre el rock progresivo, el folk y la psicodelia, y cuya música ha germinado mezclándose con el hard rock, el stoner, el doom y el sludge. No sé qué me encendió la mecha, pero me puse a rebuscar entre grupos en Deezer y Rateyourmusic (mi guía musical de cabecera), y encontré esta lista, Occult Rock: Best Modern Bands. Seguro que hay mil listas más, pero ésta me entró muy bien porque combinaba bastante bandas que conozco con otras que desconozco, así que me puse a ello. [Nota post-scriptum: empecé este artículo hace meses y ahora releyéndolo, ampliándolo y preparándolo para publicar me doy cuenta de que estoy identificando occult rock con Black Sabbath cuando esto no es necesariamente así. Es cierto que esta corriente musical y el grupo tienen muchos puntos en común, pero la imaginería satánica, la psicodelia musical y el tono setentero no son patrimonio exclusivo de los chicos de Ozzy. De hecho, ni siquiera fueron los primeros: pensad en Coven o Black Widow, los verdaderos pioneros de esta movida. Pensándolo bien, no sé qué he querido hacer aquí exactamente, porque en el fondo he mezclado las dos cosas, pero ahora es demasiado tarde para replantearme esto, que a fin de cuentas es una excusa para sacar reseñas cortas que además nadie lee] Vamos a hablar un poco de algunas de ellas:

· Orchid. Según Arcalimon, "What if Ozzy's Black Sabbath didn't change their sound with Technical Ecstasy and Never Say Die, and were still releasing killer studio albums in the 70s? Well, they would sound exactly like Orchid". Tienen dos largos, y lo que más he escuchado es The Mouth of Madness (2013). Sí, suenan muy Sabbath (el nombre del grupo, extraído de aquella preciosa instrumental de Masters of Reality), pero no terminan de ser lo mío. Una de las cosas que no me acaban de convencer es el cantante, y no, no es porque busque un imitador de Ozzy como parece que a veces hacía Lee Dorrian en Rise Above Records, sino porque... pues ahora no me acuerdo (dejé esta frase a medias en el borrador del artículo hace meses y ahora soy incapaz de completarla). En resumen: uno escucha cortes como John the Tiger y dice "sí, esto es de Electric Funeral; esto es de Fairy Wear Boots; esto de..." y así. 

· Blood Ceremony. "Well played flute, organ and riffs with a female vocalist create a great dark and occult atmosphere". Aquí nos encontramos con un ejercicio de psicodelia, y de sabbath rock con voz femenina. Aunque no los he escuchado todos en profundidad, para mí su mejor disco es The Eldritch Dark (2013), que me parece genial. En otros, la combinación se tuerce, y por ejemplo, en Living With The Ancients (2011) el tono es mucho más sesentero oscuro, con mucho (MUCHO) órgano y mucha flauta a lo Jethro Tull. El último hasta la fecha, Lord of Misrule (2016) aparca un poco la influencia de Sabbath para irse por el territorio puramente del folk psicodélico. La mayor parte de las reseñas que he leído coinciden en que ha sido un paso atrás en su sonido.

· Witchcraft. "Probably the best retro band coming out from Sweden. Witchcraft (2004) and Firewood (2005) have a terrific doom/occult rock sound, while The Alchemist (2007) has a more hard rock sound, but is great nonetheless". Parece que tanto servidor como en general los usuarios de Rateyourmusic coinciden con esta opinión, puesto que la puntuación de sus álbumes se desploma tras Firewood, con especial hincapié en el último, titulado Black Metal (?!), de este mismo año, y en el que el único miembro fundador de la banda que continúa en ella, Magnus Pelander, se marca un álbum acústico de folk doliente que seguramente será tan mal entendido como en su momento lo fue el Nocturama de Nick Cave & The Bad Seeds. A Witchcraft los estuve escuchando mucho hace como diez años y, efectivamente, quizá el disco con más garra sea su segundo largo. Aunque también es cierto que terminé un poco empachado de ellos. Firewood tiene fragmentos que son prácticamente riffs de Black Sabbath. 

· The Devil's Blood. "Amazing female vocals and riffs. They remind me of a more heavy version of Coven". Efectivamente, este grupo alemán tiene un sabor más añejo y sesentón. Menos guitarrero y más fácil de entrar en él, a veces rozando el pop-rock más mainstream en el sentido, también, añejo. En 2013 pusieron fin a su actividad con el disco III: Tabula Rasa or Death and the Seven Pillars. Resulta curioso que ese álbum resulte el auténtico canto de cisne de la banda: un disco más intricado (en contraste con la facilidad con la que entran los anteriores) y complejo que señala en una dirección, por fin, interesante.

· Uncle Acid & The Deadbelts. "A very distinct retro doom/occult rock sound with a horror-movie feel in it". A estos les estuve escuchando bastante, sobre todo el Blood Lust (2011) y Mind Control (2013) [Me estoy dando cuenta de que muchos discos de este subgénero mencionados aquí son de ese año 2013... ¿Conjunción planetaria?]. Uncle Acid tiene una base más pesada que los acerca más a Black Sabbath, mientras que la voz (doblada, con ecos y con efectos de distorsión imitando la forma de recogerla de la época, como en caja de zapatos) y la producción tienen un sabor a los sesenta. Otro grupo que terminó por empacharme un poco, en este caso porque tienden a repetirse mucho.

· Bloody Hammers. Estos estadounidenses capitaneados por Anders Magna (Terrortron) tienen un sonido más moderno y heavy (su primer disco coincide con los años de eclosión del género), que en ocasiones recuerda a Witchcraft y en otras a Ghoultown (?!). No pretenden ser tan pesados (al menos en Under Satan's Sun... en Spiritual Relics sí que las guitarras suenan más pesadas), ni sonar como una copia descarada de Sabbath, y eso es lo que precisamente (no lo de Sabbath, sino todo lo demás) les aleja de la etiqueta que aquí comentamos.  

En una segunda parte de este artículo seguiré analizando algunas de la banda de esta ola. Si tenéis sugerencias, son muy bienvenidas.
 
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