Llega el final del año y es hora de empezar a hacer balance. Empiezo por las películas; aunque quizá dé tiempo a incluir alguna más, los visionados del año han sido éstos. La mitad que el año pasado, pero si tenemos en cuenta que hemos visto mucha más series que películas, que hemos leído mucho más, y la inclusión de un nuevo miembro de la familia, creo que está bastante bien.
1. Dentro del laberinto. El tiempo ha tratado bien a una de las cintas fantásticas más memorables de los años 80, con David Bowie y una jovencísima Jennifer Connelly. Me alegra comprobar que verla tras más de veinte años sigue siendo fascinante.
2. White Noise. Los espíritus ya pasan de la ouija, en el 2005 lo más "in" era dejarse ver en la estática de la tele o la radio (ese "ruido blanco"). Un Michael Keaton que se deja ver más bien poco es la estrella de la típica peli cuyos sustos los protagoniza principalmente el volumen tramposo del audio.
3. Cristal oscuro. Otro clásico de Jim Henson que marcó los 80 de muchos de nosotros, aunque a mí particularmente no me llama tanto como Laberinto.
4. La dimensión desconocida (la película). Intento de resucitar la famosa cabecera a mediados de los 80 con una cinta que cuenta cuatro historias cortas, todas bastante amables y con un sentido moralista (al estilo americano) muy marcado.
5. ¡Piratas! Tuvimos que verla en dos sesiones, porque en la primera me dormí, pero me resultó muy entretenida y con un humor que no me esperaba en una película de este tipo. Muy recomendable.
6. Verano de corrupción. Vuelta de nuevo a las adaptaciones de Stephen King, en una historia en la que un chico descubre que un vecino suyo es un oficial nazi retirado. Película que habla sobre lo inhumano que puede ser el hombre y cómo pueden cambiar las tornas.
7. Atrapados en Chernobyl. Ya sabéis de mi fascinación por Chernobyl, Prypiat y todo el universo Stalker. Esta peli envía a unos tontos turistas americanos de paseo por la ciudad abandonada... y claro, se lía la cosa. Aparte del trabajo de ambientación, la película contiene algún susto y poco más.
8. Dreamhouse. Peli de intriga con el nuevo 007 y la chica de Agora, más que terror es un thriller psicológico con algunos giros de la trama realmente bruscos. Pasable.
9. Thinner. Otra adaptación de King, esta vez de mediados de los 90, en la que una maldición gitana hace a un abogado sin escrúpulos adelgazar más y más... Curiosa.
10. El hombre invisible (1933). Clásico de la ciencia-ficción de James Whale donde lo más destacable son los efectos especiales (de croma) y lo malísimo que es el protagonista.
3. Cristal oscuro. Otro clásico de Jim Henson que marcó los 80 de muchos de nosotros, aunque a mí particularmente no me llama tanto como Laberinto.
4. La dimensión desconocida (la película). Intento de resucitar la famosa cabecera a mediados de los 80 con una cinta que cuenta cuatro historias cortas, todas bastante amables y con un sentido moralista (al estilo americano) muy marcado.
5. ¡Piratas! Tuvimos que verla en dos sesiones, porque en la primera me dormí, pero me resultó muy entretenida y con un humor que no me esperaba en una película de este tipo. Muy recomendable.
6. Verano de corrupción. Vuelta de nuevo a las adaptaciones de Stephen King, en una historia en la que un chico descubre que un vecino suyo es un oficial nazi retirado. Película que habla sobre lo inhumano que puede ser el hombre y cómo pueden cambiar las tornas.
7. Atrapados en Chernobyl. Ya sabéis de mi fascinación por Chernobyl, Prypiat y todo el universo Stalker. Esta peli envía a unos tontos turistas americanos de paseo por la ciudad abandonada... y claro, se lía la cosa. Aparte del trabajo de ambientación, la película contiene algún susto y poco más.
8. Dreamhouse. Peli de intriga con el nuevo 007 y la chica de Agora, más que terror es un thriller psicológico con algunos giros de la trama realmente bruscos. Pasable.
9. Thinner. Otra adaptación de King, esta vez de mediados de los 90, en la que una maldición gitana hace a un abogado sin escrúpulos adelgazar más y más... Curiosa.
10. El hombre invisible (1933). Clásico de la ciencia-ficción de James Whale donde lo más destacable son los efectos especiales (de croma) y lo malísimo que es el protagonista.