· Drowned in November: Beyond the Skyline (2012). El blackgaze sigue dando sus frutos, con toda una miríada de grupos que tratan de emular a los grandes nombres del movimiento. Este grupo, Drowned in Novembre, es otro más que se añade a la lista. Su EP
Beyond the Skyline no destaca precisamente por su originalidad: es un trabajo en el que uno no puede evitar pensar en Alcest, sobre todo el segundo disco, o en los discos clásicos de Godspeed You! Black Emperor. No es un mal disco, quizá le falle un poco la producción, pero consigue lo que se propone: alternar paisajes del postrock con momentos -bastante ocasionales- de furia desatada black metal, pero sin abusar. No es original, pero se deja escuchar.
· Om: Advaitic Songs (2012). Este grupo me fascina. Ya me gustó mucho su Conference of the Birds (2006), único disco que tenía de ellos y constato que no se han apartado mucho de esta linea. Y me fascina porque han conseguido tomar el pelo a toda la comunidad metal: clasificados como stoner rock, sludge, doom... Si uno escucha bien su último trabajo, está claro que se trata de un buen álbum de música folk, étnica, o como mucho, de rock progresivo setentero con mucha fusión de músicas del mundo. Sólo cinco canciones, prácticamente como cinco mantras, con evidente sabor indio. Nada de metal aquí, amigos, pero igualmente un disco hipnótico y sublime.
· Panopticon: Kentucky (2012). Ya habíamos dicho en anteriores ocasiones la sorprendente naturalidad con la que diversos géneros musicales han llegado a mezclarse con el black metal: el jazz, el shoegaze, la música clásica, e incluso la música folk andina... Si alguien dudaba de que, por ejemplo, el black metal pudiera congeniar con el country de la América más profunda, se equivocaba: aquí está Panopticon para demostrarlo. Kentucky es un disco extrañísimo, y, eso sí, muy salvaje, en el que las tonadas folk se mezclan con el ritmo desaforado y los guturales del black metal. Y si no, escuchen el inicio de Bodies Under The Falls.