Historias de Nueva York (lectura con audio)
Volví a ver "Historias de Nueva York", el pequeño retablo cinematográfico sobre la vida en la Gran Manzana rodado en 1989. De las tres historias de las que se compone la cinta, dos me interesan mucho y una siempre acabo pasándola. La obviada es, naturalmente, la de Coppola. Su historia sobre Zoe, una niña rica, nunca me ha llamado la atención. En cambio, "Lecciones de vida", el mediometraje de Scorsesse con que se abre la película, me parece una pequeña obra maestra. Les he dejado aquí el tema principal de la historia, "A Whiter Shade of Pale", para que lo disfruten mientran leen estas líneas.
Nick Nolte encarna a un pintón cuarentón. Con él, somos testigos del agónico paso que va entre el momento en que se rompe una relación hasta que lo aceptamos. Lionel Dobie está perdido y actúa como cualquiera de nosotros haría. Cada vez que reviso esta cinta caigo en nuevos detalles, detalles que creo que dependen más de mi estado de ánimo que de la película. En esta última ocasión me di cuenta de hasta qué punto nos engañamos nosotros mismos, cómo nos hacemos daño (ella sabe que no le quiere, pero aún así juega con él, como cuando le pide que pruebe su amor besando a un policía). Y, con todo, al final la vida sigue su curso. Scorsesse consigue una obra genial, y Nick Nolte logra dotar a su pintor de un aire distraído pero enérgico, apasionado y atrapado por sus sentimientos. Grandiosa historia. (Aunque todo lo que pueda decirles yo, lo dice mil veces mejor esta reseña).
Y qué decir de "Edipo reprimido", la fábula surrealista de Woody Allen en la que la madre del protagonista -la típica madre que nos avergüenza en la adolescencia, pero que a Allen martiriza aún a sus cincuenta y tantos- desaparece un día en una función de magia... para aparecer semanas más tarde en el cielo de Brooklyn, para bochorno de nuestro personaje. Woody Allen retrata con acierto e ironía uno de nuestros más enraizados traumas y se burla de ellos con su habitual maestría.
Volví a ver "Historias de Nueva York", el pequeño retablo cinematográfico sobre la vida en la Gran Manzana rodado en 1989. De las tres historias de las que se compone la cinta, dos me interesan mucho y una siempre acabo pasándola. La obviada es, naturalmente, la de Coppola. Su historia sobre Zoe, una niña rica, nunca me ha llamado la atención. En cambio, "Lecciones de vida", el mediometraje de Scorsesse con que se abre la película, me parece una pequeña obra maestra. Les he dejado aquí el tema principal de la historia, "A Whiter Shade of Pale", para que lo disfruten mientran leen estas líneas.
Nick Nolte encarna a un pintón cuarentón. Con él, somos testigos del agónico paso que va entre el momento en que se rompe una relación hasta que lo aceptamos. Lionel Dobie está perdido y actúa como cualquiera de nosotros haría. Cada vez que reviso esta cinta caigo en nuevos detalles, detalles que creo que dependen más de mi estado de ánimo que de la película. En esta última ocasión me di cuenta de hasta qué punto nos engañamos nosotros mismos, cómo nos hacemos daño (ella sabe que no le quiere, pero aún así juega con él, como cuando le pide que pruebe su amor besando a un policía). Y, con todo, al final la vida sigue su curso. Scorsesse consigue una obra genial, y Nick Nolte logra dotar a su pintor de un aire distraído pero enérgico, apasionado y atrapado por sus sentimientos. Grandiosa historia. (Aunque todo lo que pueda decirles yo, lo dice mil veces mejor esta reseña).Y qué decir de "Edipo reprimido", la fábula surrealista de Woody Allen en la que la madre del protagonista -la típica madre que nos avergüenza en la adolescencia, pero que a Allen martiriza aún a sus cincuenta y tantos- desaparece un día en una función de magia... para aparecer semanas más tarde en el cielo de Brooklyn, para bochorno de nuestro personaje. Woody Allen retrata con acierto e ironía uno de nuestros más enraizados traumas y se burla de ellos con su habitual maestría.
La verdad es que esta película hubiera sido una muy destacada película si no fuera por el fragmento de Coppola, "La vida sin Zoe". Si se hubiera incluido algo parecido a "Smoke" o "Blue in the face" (recordemos a Auster, otro neoyorkino de pro), esta cinta sería una pieza maestra.
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