25.3.08

La Isla que la palma: Avenida México

La Isla que la palma: Avenida México

Román Piña en estado puro, en esta ocasión para una buena causa.

21.3.08

Espergesia en Viernes Santo

Espergesia

Ahora que han llegado estas fechas tan significativas del año, en teoría de recogimiento, no está mal recordar la obra del poeta César Vallejo, que curiosamente murió en Viernes Santo. Vallejo es una gloria nacional para Perú. Su poesía, honda y filosófica, respira modernismo en sus inicios (aquel memorable Los heraldos negros) y poco a poco encuentra una voz propia, que llega en poemarios herméticos y personalísimos como Trilce. Con posterioridad a su muerte ven la luz obras en las que se sintió comprometido con la causa republicana en la Guerra Civil española. Pero esa intromisión en la política –que casi nunca lleva nada bueno a los poetas– no es motivo para juzgarle de más o de menos en su obra. César Vallejo sintió por sus venas indianas correr el legado ciclópeo de la poesía, y lo plasmó tan bien como en este poema que cierra su primer libro, y que se titula como este artículo, Espergesia. Dice así: “Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo. / Todos saben que vivo, / que soy malo; y no saben / del diciembre de ese enero. / Pues yo nací un día / que Dios estuvo enfermo.”

[Publicado en UH el 20 de marzo]

18.3.08

Lapidario de fin de siglo


· Todos los jóvenes recuerdan su primer amor y tratan de recapturar esa hora extraña cuya memoria cambia sus sentimientos más profundos y los hace felices a pesar de toda su amargura y misterio.

· Los poetas son gente infeliz porque, no importa cuán alto lleguen sus espíritus, siguen encerrados en una envoltura de lágrimas.

· Jesús no fue enviado aquí para enseñar al pueblo a levantar iglesias y templos magníficos en medio de frías y miserables chozas y de lúgubres cobertizos... Vino a hacer un templo del corazón humano, un altar del alma y un sacerdote de la mente.

· La vida está dividad en dos mitades, una helada, la otra ardiente; la mitad ardiente es el Amor.

· Todo lo que el alma anhela lo alcanzará el espíritu.

(Khalil Gibrán)

15.3.08

Viva la música (barata)

Últimas adquisiciones musicales

· Fields of the Nephilim: The Nephilim. Grandísimo disco. Comprado en Rara Avis (Madrid). Qué gran tienda...

· Brendan Perry: Eye of the Hunter. Llevaba mucho tiempo detrás de este disco, y ahora por fin es mío. Y por sólo 8,40 euros o así.

· Lisa Gerrard & Patrick Cassidy: Immortal Memory. Otra joyita, y por 6,90 euros. Éste y el anterior, en Revolver (Barcelona).

· Within Temptation: The Silent Force. Nunca he sido un gran fan, pero este disco me gusta. Y suena fantástico. 7 euros en Carrefour. Toma ya.

· Chopin Collection. 5 cds de este gran pianista por 6 euros. Para que luego digan que ya nadie compra música. Desde luego, si a mí me la ponen a buen precio, yo compro esto y mucho más. Qué lástima no tener un FNAC en Palma... (Últimamente sólo hablo de música, sorry...)

12.3.08

Increíbles The Cure

Increíbles The Cure


Intentar describir lo fantástico que fue el concierto del pasado lunes sería perder el tiempo. Como dice nuestro amado L.M., una imagen vale más que mil palabras, pero una experiencia vale más que mil imágenes. Así que me quedo con la experiencia, y para los que no pudierais asistir, os dejo esta reseña de La Vanguardia, que dice todo lo que ha de decir.

"El seguidor español te come, quiere participar, quiere ser uno más de The Cure". Robert Smith, líder de la banda británica, se frotaba las manos en una entrevista en La Vanguardia de hace una década ante la facilidad para calentar turbinas del público barcelonés. Anoche volvió a tomar nota. Más de 18.000 gargantas estallaron cuando las notas de Plainsong retumbaron en el Sant Jordi e hicieron trizas el silencio de cerca de una década sin tocar en suelo catalán. The Cure había vuelto a Barcelona. Y hubo tiempo para saborear el reencuentro.

El cuarteto inglés, liderado por Smith, con Simon Gallup y Porl Thompson en plena forma al bajo y la guitarra y Jason Cooper enorme a la batería, ofrecieron una demostración de rock y pop con oficio trufado de los éxitos de su dilatada carrera.

Cortes con años en la carretera como Prayers for rain o The blood, The end of the World con alt. end como única incursión reciente, encendieron la noche nada más empezar. Smith suele apuntar que la primera hora de sus conciertos sirve para entrar en calor. Anoche le sobraron sesenta minutos. A una hora del inicio, una sublime From the edge of the deep grand sea, se llevaba la enésima ovación de la noche. Pero sólo había sido un aperitivo.

Con su decimotercer disco a punto de salir del horno - se publicará el 5 de mayo- The Cure apenas avanzó dos novedades (Please Project y A boy I never Knew) y no reparó en clásicos para ganarse al público. La consigna era quemar toda la munición y no se anduvieron con tacañerías. Incluso el trío de éxitos Friday I´m in Love, In between days y Just like heaven, sirvió para dejar claro que Robert Smith es un verdadero animal del directo. Porque fuera de los escenarios, la voz de The Cure es un tipo normalito. Vive en su ciudad natal, con su novia de toda la vida y a tiro de piedra de su familia. Pero una vez en la tarima, vestido de negro y con los labios y los ojos a reventar de maquillaje se convierte en todo un líder capaz de poner el Sant Jordi boca abajo.

Con el peso del concierto en temas de sus álbumes más aplaudidos -Disintegration, Kiss me kiss me kiss me y Wish, principalmente- el concierto encaró unos bises palabra de honor [Nota de C.N.: con un primer bis guiño a la época oscura, y un segundo ya que hizo delirar al público con las principales canciones de Boys don´t cry]. Con el reloj asomándose a la una de la madrugada, continuaban despachando éxitos en un show de casi tres horas sin margen para el parpadeo. Incombustibles The Cure.
[Fuente: La Vanguardia, foto: Alex García]

9.3.08

El pueblo ha hablado

El pueblo ha hablado


Y no hablo de elecciones. Todo lo que pueda decir yo sobre la gala de Eurovisión de ayer, lo dice mejor este enlace a Vayatele. Y el telele que escriba el jueves que viene en el UH, claro. A mi amigo el señor Mestre Ginard le debe estar saliendo espuma por la boca.
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