Cuentan los medios hoy que el Instituto de la Mujer presentó este jueves dos "nuevas armas con las que pretende abrir un horizonte nuevo en el que la mujer se apropie de la lengua". Se trata de dos manuales con recomendaciones para usar el lenguaje evitando fórmulas tradicionales que tienden a usar el masculino genérico, ese masculino considerado aún universal y que presume de llevar implícito lo femenino. "Cuando las expertas lingüistas han intentado introducir cambios en el diccionario de la RAE, se han encontrado con justificaciones y explicaciones conservadoras y tradicionales", explica Rosa Peris, presidenta del Instituto de la Mujer. "No están por la labor, les cuesta incorporar términos femeninos o reconocer profesiones en femenino. Alegan que el masculino es genérico, pero esa concepción no encaja con lo que llevamos años peleando desde el Instituto de la Mujer: es una forma de invisibilizar a las mujeres y, por tanto, de no pensar en ellas, de no tenerlas en cuenta."
En Telecinco mostraban, a propósito de la noticia, unas chicas con carnet de estudianta universitaria, y a varios profesionales de la información debatiendo si en el futuro iban a ser periodistos.
Yo no voy a comentar nada que Pérez Reverte no haya dicho ya (y mil veces mejor), pero bueno, como hay personas (y personos) que no entienden que en español, el masculino es el género no marcado, que puede englobar a ambos cuando se habla en general, pronto los lingüistas y lingüistos tendremos que hablar de gimnastas y gimnastos, pianistas y pianistos, astronautas y astronautos, testigos y testigas, bebés y bebás, rehenes y rehenas, cacos (ladrones) y cacas, fabricantes y fabricantas, cantantes y cantantas, sopranos y sopranas, bedeles y bedelas. Apañados estamos.
En Telecinco mostraban, a propósito de la noticia, unas chicas con carnet de estudianta universitaria, y a varios profesionales de la información debatiendo si en el futuro iban a ser periodistos.
Yo no voy a comentar nada que Pérez Reverte no haya dicho ya (y mil veces mejor), pero bueno, como hay personas (y personos) que no entienden que en español, el masculino es el género no marcado, que puede englobar a ambos cuando se habla en general, pronto los lingüistas y lingüistos tendremos que hablar de gimnastas y gimnastos, pianistas y pianistos, astronautas y astronautos, testigos y testigas, bebés y bebás, rehenes y rehenas, cacos (ladrones) y cacas, fabricantes y fabricantas, cantantes y cantantas, sopranos y sopranas, bedeles y bedelas. Apañados estamos.